Bienvenido al Territorio Mapuche. Aquí encontrarán información relevante sobre este pueblo originario.
El Territorio contiene cuatro principales: Pueblo (Historia, Gente, Lugar), Lengua (Uso, Palabras), Costumbres (prácticas culturales, cosmovisión, Rituales) y Arte (artesanía, diseños)
Un Mapa Interactivo hace un recorrido por el Territorio en forma animada. Los profesores y alumnos encontrarán todos estos contenidos (textos e imágenes) en página única que podrán imprimir.
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El Ad-mapu constituye el saber permanente.
Este saber es un conjunto de símbolos y de prácticas tradicionales como también de creencias que señalan que tanto mapuche como tierra fueron creados por el Chao.
Con los ritos se recrea el Ad-mapu y así también la reciprocidad con Ngnechen, por los nuevos dones otorgados: la vida, la salud, la fertilidad.
El Peuma o sueño es el saber contingente. A través de él la machi puede saber el ritmo de los acontecimientos y el significado del sueño en los hechos cotidianos.
El Perrimontún son las premoniciones, a través de las cuales la machi recibe advertencias y anuncios sobre los sucesos del futuro.
La expresión literaria de los pueblos indígenas se manifiesta fundamentalmente en su oralidad.
Es la expresión verbal de sus tradiciones, rituales y relatos, el modo natural de entregar enseñanzas, valores y creencias espirituales.
El Nütram en el mundo mapuche, es la conversación que entrelaza retazos de mitos, recetas medicinales e historias de parientes y vecinos vivos y difuntos.
También se puede señalar la existencia de una forma de literatura de contenido étnico que manifiesta temas en relación a los pueblos originarios. Un papel que los cronistas españoles y de otras nacionalidades cumplieron en favor de la memoria de los pueblos indígenas y gracias a lo cual hoy se pueden reconocer culturas ya extintas.
La poesía mapuche de la actualidad está representada por un número significativo de poetas, constituyendo un espacio reconocido y destacádose en la literatura nacional nombres como Leonel Lienlaf, Elicura Chihuailaf, Jaime Huenún, Cesar Millahuique, Paulo Wirimilla y Bernardo Colipán. Entre las mujeres: Faumelisa Manquepillán, Graciela Huineo.
Libro Poesía Mapuche
El Canto Luminoso de la Tierra
Wilüf Elkatun Mapu
Pifilka:
Silbato rústico de un solo orificio, sin un tono determinado y con sonido muy agudo. En la cultura mapuche representa a un ave llamada "ñandú" llamando a sus hijos. Son los pitos que usualmente ocupan los Kuriche, durante la rogativa mapuche. 7 Ñolkiñ. De metal o de arbusto. Este instrumento puede ser de cañería de cobre de vehículo, porque es más moldeable. Su figura es similar a la
Trutruka: con la salvedad de que en uno de sus extremos lleva un cuerno de un animal nuevo u hojas de ñocha. Su particular sonido surge de la aspiración de aire.
Kaskawilla: Instrumento de bronce, antiguamente era a base de calabazas. La Kaskawilla es tocada por las Ñankan, las asistentes de la Machi, en la rogativa.
Piloilo: Este instrumento musical mapuche es usado para alegrar las fiestas. Su estructura es de piedra o hueso. A diferencia de la Pifilka, este posee más de un orificio.
El Kultrun es el microcosmo simbólico de la Machi y de la Cultura Mapuche, en el cual se plasma su particular concepción espiritualista del universo. Es un tambor ceremonial que usa la machi en rogativas y rituales.
Su membrana dibujada representa la superestructura cósmica y sus diversos componentes inmateriales, ella representa por tanto, a las cuatro divisiones de la plataforma cuadrada terrestre orientada según los cuatro puntos cardinales a partir del Este, a la tierra de los Cuatro Lugares, o Meli Witran Mapu.
Por otra parte, la vasija de madera del kultrun, junto a los objetos simbólicos introducidos en ella, representa a la infraestructura cósmica y terrestre con sus diversos componentes materiales.
Según la creencia mapuche, desde ese momento permanecerá para siempre la voz y la energía de su dueña dentro del kultrun, produciéndose así una identificación de la machi con su instrumento, el cual simbolizará su propia voz y su propio poder chamánico.
Una vez concluida la introducción de la voz de la Machi el instrumento se cierra fuertemente amarrando el bordón.
Kultrun de Machi
Según la creencia mapuche, desde ese momento permanecerá para siempre la voz y la energía de su dueña dentro del kultrun, produciéndose así una identificación de la machi con su instrumento, el cual simbolizará su propia voz y su propio poder chamánico.
Una vez concluida la introducción de la voz de la Machi el instrumento se cierra fuertemente amarrando el bordón.
En consecuencia, el Kultrun resume los componentes cósmicos y terrestres, materiales e inmateriales, representando una síntesis del universo; un límite topográfico que separa al mundo natural terrestre del mundo sobrenatural. Representa la estructura simbólica de la cosmovisión mapuche, y dicha estructura refleja la existencia de contradicciones y conflictos internos en las creencias mapuches.
Al descifrar sus símbolos encontramos las claves para comprender su significado profundo y hermético.
Al resonar dicha membrana dibujada, se pone en vibración lo que ella significa: una serie encadenada de relaciones simbólicas, abriéndose una nueva dimensión temporal infinita.
La danza es una actividad practicada por el hombre, que surgió de la necesidad que éste tuvo, de expresarse a través del movimiento. Se ha hablado de los motivos espirituales caracterizados por el temor, peticiones o agradecimientos a la divinidad; de motivos afectivos o eróticos; del motivo guerrero para asustar al enemigo y autoexitarse para acometer la lucha, o del motivo ligado al festejo de la cosecha, etc.
Todo esto explica porque la danza implica un mensaje, es significativa y tiene un contenido espiritual además del estético.
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Video Purrun:
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La textilería de este pueblo es de origen prehispánico y son las mujeres quienes se dedican principalmente a esta labor.
El hilado se realiza con un kulio (huso) y el tejido con un witral o telar vertical para tejidos grandes.
La textilería mapuche abarca diferentes tipos de creaciones como: mantas, alfombras, cobertores y bolsos.
Sobre el origen de la textilería, un relato de la tradición oral mapuche dice así:
«Un día, una chiquilla lavaba mote en el río, llegó un viejo y se la robó; se la llevó para sus tierras. Se casó el viejo con la chiquilla. Dicen que le dijo: "Me voy para la Argentina, cuando vuelva yo, me tienes que tener toda esta lana hilada". Se fue el hombre y la niña quedó llorando ¡cuándo sabía hilar! llorando allegadita al fogón y en eso el choñoiwe kuzé, el fuego vieja le habló: "No tienes para qué afligirte tanto yo voy a llamar a lalén kuzé para que te ayude". Al ratito apareció, bajando por el fogón la Araña Vieja y le dijo a la chiquilla: "tienes que hacerlo como yo, mírame y aprenderás a hilar".
Así que pasaron los días, cuando llegó el hombre, las lanas estaban hiladas. Lalén Kuzé todas las noches fue a ayudar a la niña y juntas terminaron el trabajo».
En este relato, podemos apreciar cómo una parte del trabajo textil se vincula con el ámbito de lo sagrado y con el sentido religioso de la sociedad mapuche. La sabiduría es un don que entrega Chao Ngenchén /Dios) a los humanos, pues todas las expresiones de la vida están apoyadas por él.
Este vínculo está representado por dos deidades femeninas tutelares, el "fuego vieja" y la "araña vieja", quienes entregan este saber a la mujer joven.
Vestimenta Mapuche
La vestimenta tradicional de la mujer mapuche consta del chamal o kepal; un paño cuadrado con el que se envuelve dejando el hombro izquierdo descubierto. La faja o trarihue que se amarra a la cintura; y la ikulla, un chal negro con borde azul o cuerda en la orilla.
En cuanto al hombre, usa un pantalón negro llamado chiripa y el makuñ una manta de tejido fino que puede tener una decoración simple o franjas de dibujos.
«Mi mamá contaba que antes a la mujer mapuche le colocaban una lanita que se encuentra en un árbol -me parece que es hualle-, es una lanita especial, está en las montañas; pero la encuentra solo la que tiene suerte, es una lanita bien finita. De guagüitas a las niñas mapuche le envolvían la muñeca de la mano, entonces ellas iban a ser como arañas para hilar o para tejer, salían expertas en tejido. Yo les decía a mi mamá, que por qué no me buscaba una, que por qué no me buscó cuando era guagüita. Yo soñé que iba a hilar algún día; pero pensaba que iba a ser más lenta porque no me puso la telita. Ella me decía: «Ya de grande es difícil, de guagüita es bueno, hay que buscarlo en el monte, es un poco difícil; pero se encuentra».
(Margarita Painequeo, Temuco, 1988).
La platería mapuche se basa en sus creencias religiosas. Cada una de las piezas posee un significado especial, que trasciende a lo ornamental y tienen un valor mágico, por ejemplo, la "kaskavilla" era el instrumento mágico que usaba la machi para alejar a los malos espíritus y el "cintillo de plata" permitía el vínculo con los dioses. El material utilizado es la plata con técnicas de fundición y laminación por percusión fría o caliente.
Retrafe o platero se llamaba al hombre que realizaba tradicionalmente este oficio.
También se usaron monedas chilenas, que eran laminadas a golpes.
El nombre de las piezas que conforman el ajuar es: trarilonko (cintillo), lloven nitrowe (tocado femenino), chaway (aros), traripel (ceñidor de cuello), tupu y katawe (alfiler para la ropa), kilkai (collar colgante), sükill y trapelakucha (colgante pectoral, en la foto), prentedor (colgante pectoral de tres cadenas). Accesorios ecuestres como la ispuela (espuela), istipu (estribo) o los herrajes (riendas, cabezadas y el freno) llamadas en mapudungún witram plata, kafishatu y ketrel piriña.
El dualismo ordenador de la visión cósmica de la cultura mapuche incide también en la manifestación material de la platería, puesto que ahonda en dos universos distintos: la mujer, soporte del discurso simbólico mapuche, en donde se oculta y resiste la tradición ad mapu, a través de la cosmovisión suscrita tanto en las formas y contenidos dibujados en la platería; y lo masculino encarnado en los aperos de caballo que representan la sumisión de formas y contenidos huincas al linaje dominante mapuche.
«Cuentan en Argentina, los mapuches, que la Luna, después de una gran disputa con el Sol derramó sus lágrimas, las que de tan ardientes, se convirtieron en plata. Los mapuches entonces la recogieron y la cuidaron a través de las fabulosas y mágicas formas de la platería»
El tallado en madera es una de las manifestaciones artesanales con mucha tradición en la zona mapuche, con esta técnica se hicieron los utencilios los antiguos habitantes de estas tierras, utilizando para ello las maderas de los ricos bosques del sector. Hoy se sigue trabajando de la misma manera, con el hacha y azuela desvastando y tallando la madera pero creando nuevos productos, algunos de tipo utilitarios como platos, cucharas y cucharones, fuentes, bandejas etc y otros en que el uso se complementa con la decoración inventando las fuentes gallinas, patos etc.
Se elaboran utensilios de uso doméstico como: bateas, platos, cucharas y otras ornamentales y de caracter ritual como el kollon, (máscaras de madera) especialmente en maderas nativas de alta duración y belleza, como el raulí y coigue.
Este tipo de artesanía transita entre la funcionalidad doméstica y el poseer un significado ritual, pues las máscaras que representan al Kollom cumplen un rol específico en la ceremonia del Nguillatun.
El rehue y el chemamull son troncos tallados que rematan en amplias cabezas. La máscara ritual, el kollón, se complementa con pelo de crin de caballo.
En la tierra mapuche se modelan hasta hoy una variedad de cacharros de factura simple y colores naturales, denominados metawes. Pitrén en el pasado representa el grado de desarrollo que este arte alcanzó antes de la llegada del conquistador.
La cerámica de origen mapuche, poco a poco va desapareciendo por la falta de uso. Se distinguen variantes estilísticas, pero en general son jarros asimétricos con formas de ranas o patos, algunas con ojos tipo "granos de café", vasos como tazón y platos. Pero cabe destacar las piezas llamadas "vasijas efigie", del color natural de la greda. Algunas representan seres humanos u objetos tales como los "jarros-pato" o "jarros-rana", posiblemente vinculados a "ngenko", "el dueño de las aguas". Entre los objetos alfareros que representan a seres humanos, se destacan varias piezas que representan a una mujer embarazada de pié y con sus manos abrazando o tocando su vientre, en clara alusión a la idea de fecundidad.
La humedad del clima sureño ha impedido la conservación de estos objetos. Sin embargo los rastros de la cestería mapuche pueden seguirse a través de los relatos dejados por los primeros cronistas españoles y posteriormente por viajeros.
Son de carácter utilitario principalmente. Este cesto mapuche se puede considerar dentro de los más representativos de su cestería. Es de un tejido muy firme y tupido que junto a las características de su fibra de gran rigidez forman un contenedor de gran resistencia y capacidad. Sirve para contener, trasladar y lavar alimentos tales como el trigo y el mote.
Llepu o balai es el nombre que recibe este cesto de origen mapuche, que se ocupa principalmente para aventar y limpiar los cereales. Se teje en distintos lugares de la misma forma pero de distintos materiales: con ñocha en Arauco, con quila en Cautín y con Boqui Pilfuco en San Juan de la Costa. La técnica utilizada es la de aduja, con la que resultan objetos de gran resistencia y duración.
Cesteria williche de San Juan de la Costa
La cestería en boqui de San Juan de la Costa, localidad ubicada cerca de Osorno, es característica.
Se elaboran dos tipos. Aquella que usa la "quila" como materia prima, sirve para hacer canastos de diverso tamaño destinados a la venta y al consumo doméstico: roperos, cestos para lavar la ropa y la lana. Canastos para guardar el trigo, para recoger papas o murtas. Y la que usa como materia prima el "boqui" trabajado con técnica de aduja con puntada de ojal. Esta técnica requiere de gran especialización y desde la década del ochenta se orienta al mercado.
El "boqui" es una variedad de enredadera que se encuentra en la cordillera en lo más tupido del bosque nativo y ofrece grosor y solidez a esta artesanía.