Bienvenido al Territorio Atacameño. Aquí encontrarán información relevante sobre este pueblo originario, denominado en la actualidad, Lican antay.
El Territorio contiene cuatro temas principales: Pueblo (Historia, Gente, Lugar), Lengua (Uso, Palabras) y Costumbres (Mundo Espiritual, Rituales, Creencias) y Arte. También hay un Mapa Interactivo que hace un recorrido por el Territorio en forma animada. Los profesores y alumnos encontrarán estos contenidos (textos e imágenes) en página única que podrán imprimir para leer con calma.
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La lengua originaria del pueblo Atacameño es el Kunza.
En el siglo XIX, según informa el viajero alemán Philippi, (1858) era usado por:
«una población de tres o cuatro mil almas, hablándose sólo en los lugares: San Pedro de Atacama, Toconao, Soncor, Socaire, Peine, Antofagasta, y unos pequeños lugares del cantón Chiuchiu. Hubo un tiempo en que el idioma atacameño se hablaba también en Chiuchiu y Calama, pero actualmente lo ha subrogado el español en estos pueblos, y sólo personas muy ancianas entienden todavía la lengua de sus padres».
Actualmente el Kunza es una lengua prácticamente extinguida que sólo se usa en ceremonias y cantos rituales. Un programa de recuperación del Kunza, se está realizando en algunas escuelas de la zona, en conjunto con entidad académicas
La cerámica y los objetos rituales hechos en láminas de oro, especialmente las tabletas de rapé constituyen el arte tradicional atacameño.
Actualmente, los artesanos atacameños realizan trabajos en piedra, representando en miniaturas las iglesias de las aldeas de: Chui-Chiu, San Pedro de Atacama, Toconao, entre otras.
La textilería se enmarca dentro de la tradición andina, destacándose por la perfección de la técnica ancestral realizada en telar, por el uso de colores contrastados y el apretado tejido realizado en algodón y lana de alpaca o llama.
El florecimiento de la cultura San Pedro de Atacama se produce durante el siglo III d. C., En esta época se incorporan las influencias de la cultura Tiwanaku. A la alfarería local Roja Pulida y Negra Pulida, de los períodos anteriores, se suma la confección de elementos de culto como las Tabletas de Rapé.
Estas son un juego de piezas relacionadas con la práctica ritual de inhalar alucinógenos.
Se componen de:
Una tableta, recipiente casi siempre de madera de forma rectangular, provista de mango, con figuras grabadas o esculpidas y a veces con incrustaciones de piedras semipreciosas como turquesas; un tubo de hueso o madera, a menudo con figuras incisas idénticas a las de la tableta, para aspirar la sustancia; y morteros y espinas de cactus para la preparación del alucinógeno; además de espátulas y cajitas. Todos estos implementos se guardaban en una bolsa de lana.
En estos rituales, enmarcados en el ciclo agropastoril anual, sobresalen los ritos atacameños tradicionales, mezclados con rituales cristianos, constituyendo una expresión de sincretismo andino-cristiano.
Comenta el cronista Gerónimo de Vivar, secretario del conquistador Pedro de Valdivia:
«Acostumbran hablar con el demonio los que por amigos se le dan ...»
Esta descripción se refiere a la práctica religiosa en que el chamán se ponía en comunicación con el espíritu o ser sobrenatural.
Posiblemente las figuras que adornan las típicas tabletas y tubos de rapé de los Atacameños sean representaciones de seres míticos.
Se cree que los chamanes inhalaban un polvo proveniente de las semillas de una especie de acacia o tabaco en estos bellos artefactos, también ingerían líquido en gotarios para alcanzar el estado de trance.
Fuente: Horacio Zápater. Los aborígenes chilenos a través de cronistas y viajeros.
El sincretismo andino-cristiano se expresa en diversas ceremonias locales, especialmente en las fiestas patronales.
Cada localidad tiene un santa o santo, patrono del pueblo. Además de esta divinidad protectora de la comunidad existen santos venerados en función de sus atributos milagrosos. San Antonio, por ejemplo es el patrón de los llameros.
Existen mitos como el que afirma que la virgen de Guadalupe se aparece en un riachuelo que cruza el pueblo de Aiquina.
La Candelaria es la fiesta de Caspana, aun cuando San Lucas es el patrón de la comunidad.
El alférez es el responsable ante la comunidad de la realización de la fiesta. Las mujeres de la casa del alférez deben preparar la comida llamada boda para servir a los invitados especiales.
En las fiestas y ceremonias atacameñas se expresa una profunda e intensa interacción con la naturaleza, manifestada en los convidos al espíritu de la tierra, pachamama; de los cerros, tata-cerros; y del agua, tata-putarajni como también de los antepasados, tata-abuelos.
Hoy subsisten sus patrones tradicionales de creencias, cognición y simbolismo, basado en concepciones mitológicas tradicionales y reactualizado mediante la experiencia ritual.
Las festividades atacameñas por excelencia son:
El carnaval,
La limpia de canales,
El enfloramiento del ganado y
El culto a los tata abuelos o antepasados prehispánicos.
Fuente: Horacio Zápater. Los aborígenes chilenos a través de cronistas y viajeros.
Entre las construcciones atacameñas tradicionales se destacan las fortificaciones o Pukarás, para defenderse de los ataques de diaguitas, incas y españoles, los canales de regadío que posibilitaron la agricultura de oasis, y la característica vivienda atacameña.
Esta era un recinto rectangular hecho de barro. Encima del techo de brea, paja y barro, tenían apartamentos circulares pequeños que les servían de granero para guardar maíz, frejoles, papa, quinua, algarroba y chañar. Los bajos de la vivienda estaban divididos. En una parte se situaba la habitación, donde dormían y guardaban el menaje de casa consistente en tinajas y cántaros. La otra parte de la casa estaba reservada al recinto principal, y era de bóveda alta hasta el subsuelo y cuadrada. Allí enterraban a sus bisabuelos, abuelos y padres.
Gerónimo de Vivar, cronista español, entrega interesantes observaciones al respecto: «Las casas en que habitan los indios son de adobes y dobladas con sus entresuelos (tijerales) hechos de gruesas vigas de algarrobos, que es madera recia...»
Fuente: Horacio Zápater. Los aborígenes chilenos a través de cronistas y viajeros.
Los Atacameños provienen de antiguos cazadores y recolectores que se adaptaron a la zona gracias a las favorables condiciones que ofrecía la cuenca del río Loa. Esta cultura alcanzó un gran desarrollo en el siglo XV, antes de la llegada de los Incas al actual territorio chileno.
Ancestralmente se destacaron en el uso de la metalurgia, alfarería, textilería y técnicas de cultivo de la tierra en terrazas.
El cronista Mariño de Lobera dice al respecto:
«Viven en aldeas y en la organización social y política destacan por dividir sus poblados en Ayllus y en cada uno de ellos hay un alcalde, cuya insignia es un bastón con puño de plata...»
Sucesivas etapas y poblamientos, pasando por un gran florecimiento cultural en el s. III d. C. ha experimentado este pueblo que hoy todavía conserva rasgos de este pasado, en rituales, técnicas de cultivo y manufactura de artesanías. Además mantiene su modo peculiar de construcción, donde se percibe su rica herencia ancestral.
La etnia atacameña actual se habría conformado entre el 900 y 1536 d. C.
Como consecuencia de la desintegración de Tiwanaku, los pueblos altiplánicos se dividieron en varios reinos, que en el tiempo del contacto con los españoles se reconocieron como: Kollas, Lupagas, Pacajes, Charcas, Carangas, Lipez y Chichas.
Los Señoríos de Atacama persistieron y fortalecieron su vida en los Pukarás.
Habría sido el Inca Tupac Yupanqui (1471-93) quien emprendió la conquista del territorio chileno. Esta ocupación fue más política que cultural, ya que las tradiciones de los pueblos anexados no se perdieron.
Algo más de 3000 campesinos descendientes de estas culturas sobreviven hoy distribuidos en una docena de pueblos y lugares, en ellos subyace la rica experiencia cultural acumulada.
El clima, en general, es templado presentando bruscos cambios de temperatura entre el día y la noche. Hay poca cantidad de lluvia, pero contribuye al crecimiento de las vegas y las arboledas en los territorios planos.
En este paisaje se encuentran especies vegetales como algarrobos y chañares; y animales, tales como zorros, cóndores y quirquinchos.
Desde el período prehispánico hasta el presente, el pueblo Atacameño ha demostrado gran capacidad de adaptación al clima desértico, caracterizado por su extrema aridez.
En esta área ocupada desde hace 10.000 años, prevalecen grandes extensiones con escasos ríos, cerca de los cuales se han ubicado las aldeas de este pueblo, pequeñas y rodeadas por muros defensivos.
El cronista Mariño de Lobera los describe así:
«Algarrobos y chañarales son importantes en su alimentación diaria. Muelen la algarroba para fabricar una bebida muy gustosa. Las tierras son regadas por muchas acequias y su forma de cultivo es en terrazas a la usanza andina.»
Palabras
Hombre: simma
Mujer: liqkan
Padre: tu-han
Madre: pat-ta
Hijo: pahni
Hija: pahni-liqka
Gente: konti
Ahijada: yuckitur
Anciano: ckonicks
Frases
Yo tengo sed: Acca tarájche
Yo bebo agua: Puri haitama
El es bueno: Ia cayáhia