El término Chango aparece documentado por primera vez en 1659, según algunos cronistas y viajeros del siglo XVII, quienes con este nombre designaron a las sociedades pescadoras (Bittman, 1977-1984; Hidalgo, 1981). La categoría de Chango con el paso del tiempo fue comprendida en un sentido étnico, geoespacial y productivo. El español no habría logrado percibir que entre estos había diferencias culturales, espaciales y tecnológicas, como de algún modo lo demuestran sus evidencias materiales.
Las denominadas sociedades pescadoras del extremo norte de Chile, largamente identificadas bajo la definición de Changos, responden en verdad, a más de una etnia, las que conviven dentro de un complejo sistema multiétnico y político, en particular después del dominio y presencia Inca.
La categoría de Chango al parecer más que señalar la identidad étnica de un grupo define más bien una forma de vida, y esta condición es atribuible a cualquier grupo de pescadores, sin importar su identidad étnica.
http://rehue.csociales.uchile.cl/rehuehome/facultad/publicaciones/Ethno-/changos1.htm
Las sociedades pescadoras que habitaron el extremo norte de Chile durante el siglo XVI, en momentos previos y posteriores al contacto hispano, provienen de una tradición cultural que se remonta al noveno milenio a. p., según precisan las investigaciones y descubrimientos arqueológicos (Llagostera, 1979; Núñez-Dillehay, 1979; Chiappacasse, 1984; Muñoz, 1993; Arriaza; 1993; Aufderheide, 1993). Exactitud que, sin embargo se desvanece cuando deseamos abordar el problema de su identidad étnica, en épocas Tardías.
Nuestro objetivo, al reconocer esta situación, estará orientado a la búsqueda e identificación de los denominados Changos del extremo norte, mediante la distinción de probables indicadores culturales. A modo de propuesta podríamos establecer los siguientes:
1.- Denominación y distribución según las fuentes 2.- Movilidad y funcionalidad en las labores de pesca 3.- Un substrato cultural y ritual 4.- Un substrato biológico y genético
Siguiendo este modelo enfrentaremos la identificación de los grupos pescadores de acuerdo a una metodología y análisis básicamente etnohistórico, el que hace hincapié en el uso, comparación y síntesis de las fuentes arqueológicas bajo una perspectiva histórica y antropológica. Debemos aclarar, sin embargo, que nuestro cuarto nivel o substrato no será discutido, por cuanto este problema es de una absoluta competencia de la antropología física, y no del presente estudio.
Nuestra primera hipótesis de trabajo considera que los grupos pescadores asentados en el extremo norte, no pertenecen a un sólo grupo étnico, y por lo tanto la categoría de Changos atribuida a las sociedades pescadores no puede ser empleada en un sentido étnico, pues al parecer, esta es, una denominación genérica establecida por el español (Bittman, 1977-1984; Hidalgo 1981), y utilizada para designar a cualquier grupo de pescadores. Finalmente pretendemos, desmistificar la supuesta unidad e identidad étnica de los llamados Changos (Latcham, 1910; Uhle, 1922).
Este problema, está lejos de ser un planteamiento nuevo para la arqueología y la historia indígena, la presente investigación, en alguna medida, sólo desea aproximarse a su futuro esclarecimiento, mediante la utilización y reconocimiento de ciertos indicadores culturales (Llagostera, 1990).
Los pescadores del período Tardío probablemente tienen sus antepasados en las antiguas poblaciones de épocas arcaicas, quienes posiblemente por sí mismos o con el aporte de grupos altiplánicos, incorporaron el "medio valluno". Algunos descendientes de los antiguos pescadores del arcaico, de tradición Chinchorro, no habrían adoptado el sedentarismo, manteniendo, técnicas, tradiciones y una lengua en común (Bittman, 1977-1984-1987; Schiappacasse-Niemeyer, 1989); por lo mismo tal vez algunos autores han planteado la probabilidad de que algunos antiguos pescadores subsistieran en caletas aisladas, al modo de pequeños relictos (Hidalgo, 1981:213); muy lógico cuando pensamos en su desperdigada distribución y organización social, en los momentos previos al contacto. No debemos descartar, que más de alguna de estas bandas, fueron incorporadas vía dominación, por los Reinos Altiplánicos, viéndose obligadas a adoptar la identidad de los dominadores, o bien, sin mediar fuerza ni coerción alguna, se integraron a estos, asumiendo diversas relaciones de intercambio y la concesión de ciertas áreas de la costa.
Max Uhle, planteo que: "...veía en el uruquilla ("lengua uro") y sus habitantes a expresiones... de una ola original de "pescadores primitivos" que ocuparon los lagos y lagunas del altiplano y el litoral del Pacífico" (1922:13-15), de acuerdo a esto, la lengua-etnia uro tendría presencia en la costa. Los Uros según Lozano Machuca vivieron alrededor de 1581 en la ensenada de Atacama, probablemente en Cobija, así como en Pisagua e Iquique (Bittman, 1977-1984; Martínez, 1985).
Los Camanchacas vivieron a finales del siglo XVI, en caletas a lo largo de la costa entre el río Loa y Copiapó, en relación a estos, entre 1612 y 1659, fueron registrados una serie de bautismos y matrimonios, según consta en el "Libro de varias Ojas", celebrado en Cobija, en donde se denomina Camanchacas a los padres de los bautizados o a los contrayentes (Bittman, 1977:50). En relación a esto tendríamos identificado algunos grupos de pescadores, entre ellos: Uros y Camanchacas, a los que habría que agregar los Proanches (Casassas, 1974; Bittman, 1977).
A nuestro entender, la presencia de población Uro en la costa es bastante remota y podría más bien tratarse de la ampliación de esta categoría y definición étnica a la población pescadora de la costa, producto de su misma actividad económica confundiendo en definitiva población de origen altiplánico con otra de tradición costera, independientemente de que existan etnias altiplánicas en el litoral y curso medio de los valles.