Bienvenido al Territorio Aymara. Aquí encontrarán información sobre el pueblo Aymara.
El Territorio contiene cuatro principales: Pueblo (Historia, Gente, Lugar), Lengua (Uso, Palabras), Cosmovisión (prácticas espirituales, creencias, Rituales) y Arte (alfarería, textilería, trabajo en cuero, danza, artesanía, diseños).
Un Mapa Interactivo hace un recorrido por el Territorio en forma animada. Los profesores y alumnos encontrarán todos estos contenidos (textos e imágenes) en página única que podrán imprimir.
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Durante las últimas décadas, al tradicional aislamiento del pueblo Aymara, se ha sumado un creciente proceso de aculturación, incrementado por la mayor movilidad de sus integrantes.
Así es como se ha producido una migración masiva hacia los puertos de Arica e Iquique, como también hacia poblados pampinos vecinos.
Este proceso tiene como consecuencia el uso cada vez menor de la lengua aymara, siendo su futuro incierto.
Según opiniones de los propios migrantes aymara, las principales causas de este proceso han sido la sequía, el conflicto religioso, los problemas educacionales, la presión social y la búsqueda de nuevas fuentes laborales.
La población actual distribuida en el ámbito nacional totaliza 112.879 personas y se concentra mayoritariamente en la Primera Región y en la Región Metropolitana, según datos Censo 2017.
La sequía, el deseo de educar a sus hijos y los conlfictos religiosos, son las principales causas del desplazamiento de los Aymara hacia las ciudades donde, gracias a su gran habilidad para el comercio e inclinación por el ahorro, han encontrado mejores opciones de trabajo. Lo que caracteriza esta situación es que son autónomos, tanto en actividades comerciales como empresariales a nivel regional y local.
Actualmente existen 48.477 Aymara (censo de 1992), de los cuales sólo 2.397 residen en sus territorios originarios, ubicados en las provincia de Parinacota-Putre y General Lagos.
Esto significa que se está produciendo un abandono de los territorios precordilleranos y altiplánicos de sus ancestros.
A pesar de ello, en la precordillera de Iquique, existen tres unidades étnicas aymara que viven en la zona desde hace 1000 años.
Ellas están constituidas por los ejes Isluga-Camiña, Cariquima-Tarapacá y Mamiña-Pica.
Sus respectivos territorios se extendían en franjas paralelas en dirección este a oeste.
La unidad mínima de la organización social aymara tradicional es la familia extensa patrilineal y virilocal. La compone el jefe de familia y sus esposas, sus hijos casados y las esposas de estos y sus hijos e hijas; además de los hijos e hijas solteras.
La familia extensa ocupa un conjunto habitacional con viviendas separadas para cada familia nuclear, ésta es monógama. Al interior de las familias se entrena a los niños de ambos sexos a ser sumisos con sus padres y obedientes con los adultos. Además se espera que cada niño se incorpore temprano a las labores pastoriles, agrícolas o domésticas más sencillas, las que se van complejizando con el tiempo.
A nivel comunitario coexisten dos formas: el Ayllu que es la comunidad andina aymara altiplánica tradicional y la comunidad campesina precordillerana hispanizada.
Cada Ayllu está formado por un conjunto de aldeas pastoriles, cada una de las cuales se compone de varias familia extensa. El segundo modelo corresponde al modelo español que gravita en torno a una plaza con su iglesia y varios edificios públicos.
El pueblo Aymara habita en dos zonas del norte de Chile, concentrándose principalmente en la Región de Tarapacá y, en menor proporción, en la Región de Atacama.
La primera zona abarca la franja precordillerana y altiplánica, desde la frontera con Perú y Bolivia hasta las localidades de Ayquina y Toconce.
Por el este limita con Bolivia, y por el oeste sigue una línea que va desde Visviri a Ayquina, pasando por Putre, Livilcar, Mamiña, Pica y Lequena.
La segunda zona abarca un pequeño territorio dentro del actual territorio atacameño. Se prolonga, de norte a sur, desde las afueras de Caspana hasta Talabre.
A través de este territorio se ha generado una amplia y compleja difusión y expansión cultural.
La Lengua Aymara se hablaba en toda la región norte de Chile, pero actualmente, por razones de integración, el pueblo Aymara debe expresarse fundamentalmente en el idioma español. Como otros pueblos indígenas vive en una situación de bilingüismo y, en general, debe desenvolverse usando el español hacia la sociedad global y el aymara en las actividades propias de la comunidad.
Esta lengua pertenece a la familia linguística Jaqi, que es la segunda hablada en el área andina después del quechua. Su centro territorial es el área circundante al lago Titicaca. Cuenta con unos tres millones de hablantes en Perú y Bolivia, a los que se agregan núcleos más pequeños situados en Argentina y Chile.
El Aymara se caracteriza por la simplicidad de su sistema de vocales, que cuenta sólo con tres unidades: i, a, u. También por la riqueza y complejidad de su sistema de consonantes de 26 unidades.
"El primer estudio gramatical y lexical del lenguaje aymara fue hecho por el jesuita italiano Ludovico Bertonio, a finales del siglo XVI, mientras cumplía su misión en Juli(Chucuito, Puno).Bertonio estudió al aymara usando como referencia a la gramática latina. Durante los cuatro siglos siguientes a Bertonio los otros estudios del aymara continuaron a tener como marco de referencia a los modelos gramaticales indoeuropeos. Se considera al trabajo deEllen R oss, en 1963, como el primer estudio del aymara usando conceptos de la lingüística moderna, sacudida de los defectos de los anteriores estudios. Posterior a Ross aparece el equipo de lingüistas de la escuela de Florida bajo la dirección de M. J. Hardman. Todos los estudiosos de la lengua aymara reconocen que los resultados de esta escuela son de los más importantes hasta ahora conocidos. http://www.aymara.org
Por ejemplo en Aymara una sola palabra: «parlakipasipxañanakasakipunikakispawa», es una unidad comunicativa completa, equivalente a un período oracional complejo en castellano. Significa: « Yo sé que es deseable y que es necesario que nos comuniquemos entre todos siempre, no más»
Sobre una mesa de piedra (altar) se lleva a cabo la Wilancha o sacrificio de sangre, sahumerio, coca, alcohol y oraciones.
Se realiza una comida ritual con la carne de la oveja sacrificada. Se acompaña con bailes y en ciertas ocasiones, un yatiri (sacerdote) consulta al cerro en voz alta: habla como si fuera el cóndor que, en esta ceremonia representa al cerro.
En este ritual la comunidad espera que el espíritu del cerro le beneficie con sus riquezas de aguas productivas y que la proteja.
La Pachamama es recordada en cada actividad o celebración y se le ofrecen a ella hojas de coca, gotas de alcohol o lo que corresponda.
También llamada Virginia, en el lenguaje secreto de los Aymara, la Pachamama tiene su día especial de celebración en la fiesta de la fertilidad del ganado. Esta se celebra entre enero y febrero en la estación de las fértiles lluvias de verano, durante la abundancia de pastos y nacimientos de los llamos. El lugar del culto es el corral del ganado y allí, también, se levanta el Arco de la vida. Es la madre tierra, celebrada como la siempre fértil madre universal que alimenta toda la vida del mundo.
Fertilidad del ganado. Esta se celebra entre enero y febrero en la estación de las fértiles lluvias de verano, durante la abundancia de pastos y nacimientos de los llamos.
El lugar del culto es el corral del ganado y allí se levanta el arco de la vida.
Es la madre tierra, celebrada como la siempre fértil madre universal que alimenta toda la vida del mundo.
Otra fiesta en la que se honra a la pachamama, por dar alimento y vida, es la Pachallampe.
En ella se realiza un baile que simula la siembra de la papa.
La festividad se convoca en dos épocas del año: en mayo para cosechar, y en noviembre para la siembra.
Esta fiesta posee un alférez y es manejada por la comunidad.
La espiritualidad Aymara se expresa ritualmente en el enfloramiento del ganado, el carnaval y las fiestas de limpia de canales de regadío.
El Enfloramiento del Ganado es un rito destinado a incrementar los rebaños mediante el culto al Mallku o espíritu de la montaña, dueño de todos los animales silvestres.
Este rirual consiste en la marcación de los animales nuevos y la ornamentación de todo el rebaño con adornos multicolores de lana.
El Carnaval es un rito sincrético asociado a la cuaresma y la cosecha, como así mismo a la fertilidad de la tierra y los rebaños, en cuya expresión se fusionan ritos indígenas e hispánicos.
Las fiestas del culto del agua, antiguamente conocida como el mito de Amaru (serpiente en quechua o Katari en aymara), se desarrollan junto con la limpieza y apertura de los canales de riego, poco antes de la inauguración del nuevo ciclo agrícola.
El apego a los ciclos naturales rige sus vidas y el desplazamiento entre los pisos ecológicos que requiere para sustentarse.
En la actualidad, muchas familias mantienen su vínculo y propiedad en altiplano y en la ciudad, a la que acuden por el desarrollo y educación de los hijos, viviendo de este modo en una forma intercultural con las ventajas y desventajas que ello les proporciona.
La artesanía, el comercio, la ganadería y agricultura son sus principales actividades, en la actualidad. Grandes músicos, destacan por el apego a sus fiestas religiosas, carnavales y culto a la pachamama.
Posiblemente el principal aporte cultural de la antigua cultura aymara, a la humanidad, sea la domesticación de la papa(patata). Cuando los españoles conquistaron al imperio Inca encontraron a la papa cultivada y consumida en todo el territorio Inca. Sin embargo, en la meseta del Titicaca, como en ningún otro lugar, encontraron más de 200 variedades. Los antiguos aymaras también fueron pioneros en inventar la técnica de deshidratación de la papa, con fines de almacenaje. Esta papa deshidratada es obtenida y consumida masivamente hasta los días de hoy y es conocida como ch’uñu(chuño). La papa es expuesta alternada y constantemente, durante 2 semanas, a los quemantes rayos solares diurnos y a los congelantes fríos nocturnos.
El aymara mantiene su costumbre ancestral de cultivar la tierra en terrazas (papa, maíz, ají)en la precordillera, usando los canales de regadío comunitarios y en los valles del norte de Chile (Codpa, Lluta, Azapa). En el altiplano, sin embargo, se continúa el pastoreo (alpacas y llamas).
En todas las celebraciones rituales se recuerda a los Achachillas o Mallkus (señor o mandatario) y a la T'alla (señora). Se les invoca también en situación de crisis o necesidad.
Su culto específico y solemne es el Día del Compadre y se realiza en el mes de febrero. Ese día la gente de la comunidad, sube al cerro y levanta un palo llamado arco, que es revestido como pastor para representar el espíritu. El Arco significa «nueva vida de la muerte». Es, también, la semilla que cae en la tierra, muere y produce nueva vida.
Estas celebraciones se realizan en casas, campos y corrales. En estos ritos el aymara es celebrante y sacrificador o suplicante; al contrario. En cambio, en las fiestas de la religión sólo es el suplicante.
El brujo llamado Laika es el celebrante de sus ritos. Su dominio es la noche y los roqueríos inaccesibles, como las cuevas y las minas.
El Aymara concibe su mundo como un espacio en el que el Este u oriente es lo que está «adelante». Los templos y casas deben mirar hacia él. Es el orígen del agua, de la vida, del sol y de las lluvias. También es sinónimo de dios cultivador. El Centro son los valles y quebradas, lo que está cerca o «acá». Y «abajo» o atrás es el occidente u Oeste. Allí es donde se pierden las aguas y termina la vegetación: es el desierto. Es también la dirección donde van los muertos. Allá fue Viracocha, el Dios creador y cultivador de Los Andes, quien partió hacia la «Gran Cocha» (Océano Pacífico) después de terminar su obra de creación.
Así como el Arajpacha simboliza la luz y la vida, y el Manquepacha simboliza la muerte y la oscuridad; el Akapacha es el espacio entre el cielo y el infierno o entre la vida y la muerte.
El Aymara persigue el Tinku entre el Arajpacha y el Manquepacha. El principio del Tinku es el equilibrio y la reciprocidad. (Tinku viene del verbo Tincuy: emparejar, equilibrar, adaptar). El Aymara persigue vivir en armonía, buscando ser sabio en el Akapacha sin caer en los extremos.
Costumbres
La parte más antigua es la dirigida a los Achachillas o Mallkus, espíritus de las montañas nevadas que circundan a sus pueblos; el rito de la Pachamama y el de Amaru, la serpiente, vinculado a la subsistencia concedida por las aguas, ríos y canales de irrigación de las tierras agrícolas (3.000 a 2.000 m. de altura).
Religión
El Sistema de Creencias Aymara es un ciclo ritual sincrético, en el cual coexisten y se integran dos componentes: el prehispánico, o sistema de creencias indígenas anterior a los conquistadores, y la religiosidad posthispánica que introduce la religión católica. El culto aymara, sin embargo, es uno solo.
Es un culto anual que se desarrolla al ritmo de los ciclos naturales.