Tradicionalmente se ha considerado que la lengua mapuche, el Mapudungun, es una lengua aislada, sin relación directa de parentesco con ninguna de las lenguas del cono sur (Lenz 1896: XXII). Para Englers (1936: 80), en cambio, hay un probable parentesco, aunque lejano, entre el mapuche, el quechua y el aymara.
Según la clasificación estándard, el mapuche pertenece a la subfamilia araucana (familia araucano chon), del grupo andino, tronco andino-ecuatorial. Otros autores como Stark y Hams han vinculado genéticamente el mapuche con el maya. Mary Key sostiene que el mapuche está emparentado con las lenguas tacano-panoanas de Perú y Bolivia. Últimamente, Payne ha planteado el parentesco con las familias arawak del grupo ecuatorial, tronco andino ecuatorial.
Situación de la lengua mapuche en el presente
"Respecto del número de mapuches que todavía conservan su lengua, no hay estadísticas. Hay situaciones diferentes. Así, si se trata del huilliche, según Álvarez-Santullano (op. cit.: 62) "La lengua nativa es aún utilizada como medio de comunicación en algunas escasas ocasiones y por algunos ancianos en isla Huapi y en San Juan de la Costa, mientras sólo una familia (cuyos componentes son de edad avanzada) parece emplearla en el sector de Catrihuela (costa Río Blanco) y prácticamente está ausente, al menos como medio de comunicación, en Pitriuco, Maihue y Carimallín y en las comunidades de Chiloé". En el Alto Biobío, por el contrario, la mayoría de las personas la conserva y la emplea sin inhibiciones frente a forasteros. Es cierto -eso sí- que ya se aprecia una pérdida de la lengua en los niños y jóvenes. No pocos pehuenches sienten orgullo y hasta obligación de hablarla (por ejemplo, el longko [cacique] de una comunidad), sobre todo cuando se celebra el ngillatun ("rogativa"). Un gran ngenpin ("dueño de la palabra") de Cauñicú, decía, con énfasis: Ngütramkaliiñ kamarikun mu, re ta mapudungolu inchiñ, ká kewün no!' o sea, "cuando conversemos en la rogativa, nosotros hablaremos sólo mapuche ¡ otra lengua, no !".
Sin duda, el mayor número de hablantes se da dentro del subgrupo araucano, cuya variedad de lengua ha sido más estudiada y es, por lo tanto, mejor conocida.
El apego a su lengua por parte de la mayoría de los mapuches debe haber motivado el no cumplimiento de una predicción del Dr. Rodolfo Lenz: "Dentro de cincuenta años, el último descendiente de esta valiente estirpe en la ladera occidental de los Andes habrá abandonado su traje y su lengua nacionales" ( Lenz, 1940: 257. Escrito en 1893). Ello no ha ocurrido, a pesar de las condiciones difíciles -o francamente adversas- en que ha debido desenvolverse la etnia mapuche."
(Este texto forma parte del discurso de Incorporación del autor a la Academia Chilena de la Lengua, que será publicado en el Boletín de la Academia Chilena de la Lengua no. 71, 1993-94.)