El secreto que se les transmitía a los iniciados en la ceremonia del kloketen era el siguiente: «en los inicios los hombres estaban subordinados al poder que ejercían las mujeres. Ellas tomaban las decisiones importantes para el mejor desenvolvimiento de su grupo. Los hombres sometidos a esta voluntad se dedicaban a las labores domésticas: mantenían el fuego, asaban la carne, cuidaban a los niños y trabajaban el cuero. No podían rebelarse porque el ritual del Hain, que realizaban las mujeres les producía gran miedo. Este consistía en una ceremonia en que ellas pintaban su cuerpo y simulaban ser espíritus... Así permanecieron largo tiempo, sin descubrir que los espíritus que los atemorizaban durante este ritual, sólo eran las mujeres disfrazadas para mantener su dominio sobre ellos. Ellas mismas se pintaban el cuerpo y se colocaban las máscaras de corteza sobre sus cabezas... Entre todas estas astutas mujeres, la mujer luna, Kra, era la más poderosa. Estaba casada con Kran, el hombre sol cazador de guanacos, Kran y Kra vivían con los howenh, pero Kran era un chamán astuto y descubrió que en la choza grande había solamente mujeres y que no estaban los presuntos espíritus... Entonces los hombres acometieron contra ellas. Hubo una terrible lucha. Sólo algunas mujeres pudieron escapar. Los hombres, después de matarlas a casi todas, instauraron un nuevo orden social: ahora son ellos quienes se disfrazan para espantar a las mujeres, las que fingen aterrorizarse y aceptar el dominio de los hombres que dicen ser los espíritus del universo.»