Las capas de piel eran la única vestimenta que usaban los kawésqar.
Habían dos tipos de capas: una rígida de piel de foca, de una sola pieza, y otra más suelta y envolvente, elaborada con varias pieles cosidas.
Collares de conchitas y moluscos o cuentas de hueso pulido, eran el adorno de las mujeres. Además trenzaban finas cuerdas a mano.
Los kawésqar se pintaban el cuerpo con una mezcla de tierra de color y grasa de foca, y se dibujaban líneas negras, rojas y blancas.
Con esta pintura, además de adornarse, los canoeros protegían su piel del frío y el viento helado.