El Palín es un juego comunitario que practican los mapuche con el objetivo de fortalecer la amistad entre el lonko y su lof o entre dos comunidades. Si bien el Palín es una competencia, el acento está puesto en el encuentro y la celebración, por eso se evita provocar daño físico en los contrincantes y se acompaña de ceremonias religiosas, baile y comida. Se juega en una cancha larga y angosta llamada Paliwe, la que mide aproximadamente 90 a 100 metros de largo por unos 6 a 10 metros de ancho. Para jugarlo se requiere de una bola de madera o cuero llamada Pali y un palo de unos 1,20 a 1,3O metros de longitud que se encuentra curvado en el extremo inferior, denominada Wüño.
En el centro de la cancha un representante de cada equipo, que también cumplirá la función de árbitro, hace un pequeño hoyo en el cual se ubica el Pali. Alrededor de este hoyo, los equipos se forman en hilera quedando frente e frente. Los Lonko palife (jefe de cada equipo) deben sacar el Pali. Así este comienza a ser disputado por los Palife (jugadores) con el objetivo de lanzarlo a la raya contraria, que corresponde a uno de los extremos del paliwe.
El tiempo, número de participantes por equipo y cantidad de rayas (puntaje) se acuerda previamente entre los equipos. En general se juega a 4 rayas, lo cual se denomine un Kon o kuden. El pali debe salir en los extremos (parte angosta del paliwe) para que se pueda anotar una raya.
Si el pali sale por los costados, se comienza nuevamente en el centro de la cancha. Cuando se juega entre dos comunidades, los Lonkos acuerdan las características del juego. La comunidad que invita, recibe solemnemente a sus invitados, según las enseñanzas encestrales. Para ello, se realizan rogativas y bailes en torno al Rewe (altar mapuche formado por ramas de canelo y banderas negras y blancas) para agradecer por la celebración y pedir que el juego salga bien. Cuando finaliza el Palin, sin importar el resultado, la comunidad anfitriona agasaja a sus invitados con alimentos y bebidas.