En estos rituales, enmarcados en el ciclo agropastoril anual, sobresalen los ritos atacameños tradicionales, mezclados con riruales cristianos, constituyendo una expresiónl de sincretismo andino-cristiano.
Comenta el cronista, Gerónimo de Vivar, secretario del conquistador Pedro de Valdivia:
«acostumbran hablar con el demonio los que por amigos se le dan ...».
Esta descripción se refiere a la práctica religiosa en que el chamán se ponía en comunicación con el espíritu o ser sobrenatural.
Posiblemente las figuras que adornan las típicas tabletas y tubos de rapé de los Atacameños sean representaciones de seres míticos.
Se cree que los hechiceros inhalaban tabaco en estos bellos artefactos o ingerían líquido en gotarios para alcanzar el estado de trance.