8. Dialectos.
La
existencia de dialectos dentro del kakán surge con claridad de una
afirmación de Lozano: las parcialidades del valle de Calchaquí
hablaban un mismo idioma Kaká, “aunque los Diaguitas y
Yacampis le usaban más corrupto” (Hist. Comp., t.1º, p.423).
Techo dice que los Diaguitas (de Catamarca) eran de lengua afín a los
indígenas del valle de Calchaquí (Tomo quinto, libro
décimotercero, cap.III, p.147). Además, una relación del P.
Hernando de Torreblanca dada a conocer por Francisco de Aparicio nos informa de
que hacia 1639 el gran lenguaraz Antonio Calderón, revisó un
vocabulario de la lengua calchaquí y lo comparó con la lengua
hablada en el fuerte del Pantano y otros lugares de la jurisdicción de
Londres (Catamarca). Según concluyó, la lengua era la misma en lo
substancial aunque “en muchos casos de la pronunciación
variaba” (Canals Frau, p.51).
A
esto se deben agregar otras informaciones. Según un dato publicado por el
P. Pablo Cabrera (1917), en 1594 dos caciques de los Llanos de la Rioja hablaban
en lengua capayana, que era traducida a la caca-diaguita por el indio
Periquillo. Otro documento publicado por Canals Frau (1946) nos dice que
en 1591, para la posesión de una encomienda de indios capayanes riojanos
actuaban interpretes que sabían la lengua ayacanbis o yacanpie (yacampis)
y otros que sabía la lengua
capayana.
Debemos
aclarar que un cacique yacampis se llamaba Santagua (Santaba es apellido
diaguita) y un cacique capayán era Cilpitocla, apellido éste muy
conocido entre diaguitas y calchaquíes. Además, en 1588,
según Lozano, en el valle Calchaquí había una parcialidad
llamada Yacampis.
Pensamos
que tanto el Yacampis como el Capayán eran dialectos del Kakán y
no lenguas
distintas.
Eusebia
H. Martín (1969-1970) postula la existencia de un cacán
septentrional y de un cacán meridional. El primero se
caracterizaría por el empleo de las formas -ao, -aho, -ahaho
‘pueblo’. El segundo, por el empleo de la forma de significado
equivalente -gasta.
Creemos
que una subdivisión lingüística basada en la oposición
de un solo par de palabras no tiene sustento científico.
Por
otra parte según la misma autora (Martín 1964, p.25) la
mayoría de las formas -gasta se hallan al sur del paralelo de 28º S
y la mayoría de las formas -an al norte del mismo.
Ello
puede surgir del estudio de la toponimia actual, luego del extrañamiento
de los Diaguitas y de la variación de muchos topónimos. El
análisis de las fuentes de los siglos XVI a XVIII da un panorama algo
distinto. Por ejemplo, al norte del paralelo de 28º S habría que
agregar a la toponimia actual los siguientes nombres documentados:
En Santiago
del Estero: Tatingasta, Toamagasta, Collagasta, Tuqiligasta, Paquingasta,
Chiquilagasta. En Tucumán: Yalapagasta, Tafingasta, Tucumangasta,
Guacaragasta, Tavigasta, Suhagasta, Cascagasta, Ampatagasta, Pissigasta. En
Catamarca: Tucumangasta, Paquilingasta, Yngagasta, Asabgasta. En Salta:
Ambirigasta, Sichagasta, Chuchagasta, Taquigasta, Atachigasta,
Ampacgasta.
Con
esto se diluye bastante el predominio meridional del -gasta. Además, su
penetración oriental a lo largo de los ríos Dulce y Salado,
donde no se halla -vil, son un apoyo a la afirmación de Lozano sobre su
filiación tonocoté, de cuya lengua puede haber pasado al
kakán.
Asimismo,
haremos notar que -vil se halla actualmente al oeste del meridiano de 65º
50’ O, como afirma Martín (1964, p.25), pero en 1954, se
registró el topónimo Quillovil en el norte de Córdoba,
aproximadamente a los 63º 45’ O (Montes 1950, p.50). Por otra parte,
el área lingüística 3 (SE) del Noroeste que establece
Martín (1964. p.26), la cual sólo poseería la forma -gasta,
según las fuentes históricas también conoció las
formas -ao (por ejemplo, Pasao, en Santiago del Estero, y Niquijao, en
Catamarca) y -vil (el ya citado Quillovil, en Córdoba), aunque su
vigencia sea mucho menor que en otras áreas.
Nosotros
aceptamos la existencia de por lo menos un dialecto septentrional
(calchaquí) y otro meridional (diaguita) del kakán, caracterizados
según un experto intérprete por diversidad fonética
(probablemente también fonémica, agregaremos). Pero aclaramos que
para esta división no tomamos en cuenta el empleo de ahaho o de
gasta.