Portada Anterior Siguiente Índice | 5. Rasgos generales. 

5. Rasgos generales. 

Marcos A. Morínigo, al ocuparse del español de nuestro Noroeste, señala la existencia de dos tipos de entonación pero no da los rasgos fonéticos (acentos, alargamientos vocálicos y curva tonal) que las caracterizarían. Uno de ellos, el tipo montañés, se extendería desde las sierras de San Luis y Córdoba hasta el noroeste de la provincia de Salta, incluyendo toda La Rioja, toda Catamarca y parte montañosa de Tucumán y Salta (valles Calchaquíes) (p.674-75). Cree Morínigo que la entonación montañesa es lo único que queda claro, inconfundible, de la desaparecida lengua cacana que en el siglo XVII se hablaba todavía en toda la zona montañesa del noroeste argentino. “Ningún otro rastro quedó de dicha lengua, ningún vocabulario, ninguna gramática que nos haga saber algo de ella” (p.99).
Nosotros creemos que es posible que haya quedado algún substrato kakán en la entonación del Noroeste sobre todo en la extraña curva melódica y la acentuación en primera sílaba de algunas palabras dentro del grupo fónico que ocurre, por ejemplo, en ciertas regiones riojanas. Pero disentimos con la opinión del distinguido estudiosos cuando dice que ningún otro rastro quedó de dicha lengua; creemos que el presente trabajo mostrará la persistencia de varias voces y, con ello, la posibilidad de traducir algunas expresiones kakanas.
Muy generales y vagos son los datos de las fuentes acerca de las características de esta lengua.  Se la califica de “revesado Idioma” (Lozano, Hist.Comp.,T.1º,p.16), de lengua “sobremanera reservada” (id.,p.16), “por extremo reservada” (id.,p.47), “estrañamente dificil” (id.,p.423), “sobremanera dificil” (id.,p.16); se dice que “no es fácil de expresar en Idioma tan dificil” (id.,p.426), que el P. Barzana afirmó que se trataba de la lengua “mas dificultosa para mí de quantas he aprendido” (id.,p.83) – aunque en una carta de 1594 Barzana escribió que el guaraní “le ha costado más trabajo que otra ninguna”.  El P. Diego Francisco de Altamirano (Cartas Anuas de 1653 y 1654) lo llama “dificil y barbaro lenguaje”; Lozano (Hist.Comp.,p.16) lo trata de “aspero Idioma”, “imperceptible” (id.,p.423), “tan gutural que parece no se instituyó para salir á los labios” (id., p.16) e insiste en que “se forman sus voces en solo el paladar” (id.,p.47) y lo caracteriza como “muy gutural, que apenas le percibe quien no le mamó con la leche” (id.,p.423).