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Glosario General


Términos que designan espacios geográficos

Ayja Rewe: Espacio geográfico amplio que agrupa nueve puntos de ceremoniales
distintos, nueve rewe.
Üyel Mapu: Nombre de un lugar, tomado de sus características geográficas
Rewe: Se designa así a un espacio sociocultural constituido por uno o más Lof.
Es dirigido por un logko o Ñizol Logko.
Kiñel Mapu: Espacio geográfico constituido por uno o más rewe que comparte territorio y prácticas culturales con características comunes que los identifica
Püjü Mapu: El suelo, espacio donde habita el ser humano y todos los seres visibles.
Waj mapu: universo
Wichan mapu : Uno o más rewe, que acuden en ayuda de otro rewe, en eventos
religioso, o sociopolítico.
Lof che: Grupo de personas que unidos por tronco familiar comparten un mismo espacio territorial
Kexawe: Espacio de siembra
Lelfün: Referido a algún espacio específico del campo

Nombres que reciben las ceremonias religiosas colectivas en los distintos territorios mapuche

Gijatun: Etimológicamente significa pedir y es un término más usado por los
wenteche, Naüqche, un sector bafkehche.
Jejipun: Significa rogar y es más usado por los Pwelmapuche, pewenche.
Kamarikun: Es un término que viene del idioma quechua y significa agradecer, es
usado entre los inapireche, zona sur de pwel mapu y wijiche.

Eespacios ubicados dentro del gijatuwe/jejipuwe

Rewe: Es el espacio central del jejipun, gijatun, kamarikun donde se concentran todos
los elementos utilizados en la ceremonia
Yogol: Con este término se designan los elementos que se ponen en el rewe durante
el jejipun en pwel mapu y en algunas zonas del mismo lugar se usa como
sinónimo de rewe.
Ayon: Se llama así a las banderas que forman parte del rewe.
Kogí: Alimento que se pone en el rewe

Términos presentes durante la ejecución del jejipun/gijatun

Kushe: Anciana
Fücha: Anciano
Üjcha: Jóven mujer
Weche: Jóven hombre

Distintos términos relacionados al espíritu y enfermedad

Perimontun: Visión. Cuando un geh se deja ver por un che
Fibew: Término con el que se designa el newen de un machi.
Küymin: El trance de un machi. Estado de comunicación directa con el Püjü
Püjü: Espíritu
Baweh: Remedio
Che yem: Así se le llama al che cuando ya no vive
Che Mamüj: Árbol tallado con forma de persona
Xafentun: Tipo de enfermedad que se genera cuando una energía se introduce en el
cuerpo de la persona generalmente sucede por el contacto en momentos
no apropiados con ese tipo de energía.
Weluzuamkey: Suele pierder la razón (así se dice cuando una persona trasgrede a un espacio y una de las consecuencia es la pérdida de la razón)

Términos relacionados a ríos, lagos y sus geh

Jufü: Espacio de un río, lago o mar que no tiene fondo
Gibawe: Vado
Ko: Agua
Mewbenko: Remolino de agua
Meliko: Cuatro aguas, que puede ser cuatro ríos, arroyos, etc.
Sumpaj: Manifestación de una fuerza espiritual con forma de sirena que vive en el
agua (dueño del agua)
Xülke: Manifestación de una fuerza espiritual con forma de cuero que vive en el
agua (dueño del agua)

Conceptos relacionados a la filosofía de vida mapuche

Mogen: Vida
Kimün: Sabiduría, conocimiento
Gübam: Consejo
Nüxam: Conversación, historia
Che üy: Nombre mapuche
Az: Forma, características, identidad
Piam: Historia de la cual no existe constatación empírica (Forma parte de las formas
de transmisión de conocimiento mapuche)
Epew: Relato tipo fábula
Geh zugu: Dueño de la actividad ceremonial
Xawün: Reunión, encuentro, junta
Kusu Güneluwün: Forma propia de ordenamiento en lo que respecta a lo religioso
Mapuzugun: Habla de la tierra, idioma mapuche

Términos que designan oficios y términos que se relacionan con la medicina mapuche

Wizüfe: Alfarero
Rüxafe: Platero/ra
Zamife: Que trabaja la cestería
Mayxüfe: El artista en madera
Gürefe: Trabajador/ra del tejido en telar.
Ñimikafe: Persona que se especializa en la creación del dibujo en el telar
Püñeñelchefe: Persona especializada para ayudar en el parto
Gütamchefe: Persona que se especializa en arreglar hueso
Zachefe: Persona especializada en curar con hierbas
Gijatufe: Persona que tiene una práctica de la religión mapunche

Términos relacionados a los gijañmawün/ceremoniales

Choyke purun: Baile imitando al ñandú
Awün: Momento de la ceremonia en que se da vueltas de a caballo por el rededor de todo el espacio designado para el ceremonial
Tayübfe: Mujeres que realizan el canto ceremonial en Pwel mapu / persona que canta y toca el kulxug apoyando a la o a el machi en una ceremonia en Gulu mapu
Yeübfe: Persona que apoya a las o los machi con toque de kulxug en una ceremonia
Geykurewen: Ceremonia anual propia de los o las machi
Xaritu rewen: Acción de atar ramas verdes de canelo y maqui junto al rewe de machi
Waza, Kazkawija: Instrumentos mapuche

Terminología general

Aliwen: Árbol. Con este término también se designa al rewe, en algunas zona de Gulu mapu
Kujiñ: Animal
Kura: Piedra
Kushe papay: Mujer anciana
Ragi Puh: medianoche
Ragi aht’ü: mediodía
Toki: Hacha. Este término se usó en tiempo de guerra para designar el grado más alto del ejército mapuche
Waza: Instrumento musical.
Kürüf: Viento
Atü: Sol, día
Küyeh: Luna
Yepuh: Lucero que se lleva la noche
Wünelfe: Lucero que aparece antes del sol
Welu wixaw wagüben: Constelación de estrellas conocido como las tres marias
Wenu Bewfü y/o Ba Rüpü: Rio de arriba (vía lactea)
Pu Gaw: Constelación conocido como los siete cabritos
Üñüm: Ave, pájaro
Xalkan: Trueno
Jüfke: Relámpago, rayos
Füxake, Fütake: Grande, antiguo
Ixofij: Diverso
Niey: Tiene
Chaw: Padre
Ñuke: Madre
Rukache: Grupo familiar (que viven en una casa)
Muzay: Tipo de bebida mapuche hecho con cereales
Kexan: Nombre genérico que reciben los diversos alimento, como verduras, cereales, vegetales, etc.
We: Nuevo
Akulechi: Que está llegando
Metawe: Cántaro
Iwe: Platitos de madera o greda
Güjiw: Piñones
Walüg: Verano

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ANEXO 1

Chem Pigen ti Gijañmawün
Gijatun
Gijatun
Kamarikun
Gijatun-Kawiñ
Kamarikun
Jejipun –Kamarikun
Gejipun -Kamarikun
üy Lelfün chew ñi Xipakemum
Gijatuwe –Puruwe
Gijatuwe
Kamarikuwe – Lelfün
Gijatuwe – Kawiñwe
Lelfün
Lelfün
Lelfün – Lepün

Rewe – Yogol
Foye, kübon, mayten, rügi, row mansana marewpul, toro, ufisa, achawaj.
Ayon: liq, kurü, kajfü, choz

Foye, küboh, marewpul, wenu foye, iwe, rügi ufisa, toro,
Ayon: liq, kajfü, kurü
Toro, ufisa, karekare, fij karüke kexan, alwe palgiñ, küboh, rügi
Ayon: liq, kajfü
Küboh, mayten rügi, ufisa, acawaj karekare.
Ayon: kajfü, liq, choz.
Xiwe, rügi, toro, ufisa, marewpul, achawaj.
Ayon: kajfü, choz
Row mansana, xoy pewen, rügi, waka, epu kawej, epu ufisa
Ayon: kajfü, choz
Xoy pewen, row mansana, mayten, rügi, kurü ka liq ufisa, alazan ka kolü kawej
Ayon: kajfü, choz
Gijatufe
Ñizol Logko Machi - Logko
Machi
Gehpiñ- Pijañ Kushe
Gehpiñ- Machi Logko gehpiñ
Logko gijatufe
Pijañ Kushe – Logko
Pijañ Kushe- Logko
Pu Keju
Zugumachife, yeübfe, tayübfe, puel pu ralife, alka choyke jagkañ, Kojog, awüfe
Norümchefe, majotuchefe, ayekafe
Zugumachife, jagkañ, tayübtufe, majotufe, kuyüche, kapitan
Sargento, Kajfümabeh, Kajfüwenxu, Xuxukatukamañ,
Günealu koha
awüfe
Tayübtufe, Sargento, Bolkiñtufe, Kornetatufe, Xuxukatukamañ
Jagkañ, awüfe
Tayübtufe, Tampübtufe, Kornetatufe, Choykefe, Xuxukatufe
awüfe
Kajfümabeh, Piwücheñ, Choykefe, Güpütufe, Tayübtufe, Tampübtufe
awüfe
Kajfümabeh, Piwücheñ, Sargento koha, Choykefe, Tampübtufe, Tayübtufe, Xuxukatufe
awüfe
Chumgen ñi Müleken
Pewügen, walüggen
Pewügen
Pewügen
Pewügen
Walüggen
Walüggen
Walüggen, Xafkemgen
Tunteñmaken
Epu aht’ü
Epu aht’ü
Epu aht’ü
Epu aht’ü
Epu aht’ü
Epu aht’ü
Epu ka meli aht’ü
Aspectos fundamentales y característicos de los fütake gijañmawün según los fütal mapu

Wenteche Naüqche Wijiche Bafkehche Inapireche Pewenche Pwelche

Tunteken Xipantu mew
Epuke, melike ka kayuke xipantu
Epuke ka melike xipantu
Kiñeke ka epuke xipantu
Epuke ka melike xipantu
Melike xipantu
Fij xipantu
Fij xipantu

Chumuechi ñi konken che
Wichan, pu reyñma magel magel wehüy, igkatu, wixan
IDEM
IDEM
Magel reyñma, magel wehüy, müxüm mapu
Müxüm mapu, magel reyñma, magel wehüy
Müxüm mapu
Müxüm mapu
Ileltuwün
Jawkewün, poyewün
IDEM
Mogeltuwün
IDEM
IDEM
Ileltuwün
Ileltuwün
Kakerume zugu ñi müleken chi gijañmawün mew
Koyaqtun, Wewpin, Küymin, Würwürtun
IDEM
Koyaqtun, Füchotun, würwürtun, Pijañ küxal, pentukun
Küymin, Koyaqtun
Füchotun
Würwürtun, kümpeñtun, choyke purun
Kümpeñtun, choyke purun
Koyaqtun, Kümpeñtun, Pijañtun, Jagkapiwke, Pijañ küxal, choyke purun

Anexo 2
Relación Histórica

“Pueblo Mapuche – Estado Argentino[39]

A Modo de Introducción: Acerca del Origen Mapuche en Pwel Mapu.

Los testimonios que nuestros mayores nos han transmitido a partir del conocimiento que guardan de la Historia de nuestro pueblo, nos hablan de una presencia mapuche en Pwel Mapu que se remonta al tiempo en que los diversos elementos que componen la naturaleza de nuestra tierra, aguas, cerros, montañas, bosques, llanuras, etc. se dispusieron en la forma que finalmente terminó de configurar el paisaje natural donde, en estrecha relación con éste, comenzó a desarrollarse nuestra vida colectiva. Así, en términos cronológicos esta presencia mapuche en Pwel Mapu se origina hacia el inicio de la presencia humana en esta, nuestra tierra.

Sin embargo, tanto la historiografía como las ciencias sociales que en general se han ocupado del tema, se han encargado de construir una versión oficial acerca de la historia de nuestro pueblo que le asigna una presencia reciente en la actual República Argentina que no va más allá del s. XVII, para derivar de ello un carácter “extranjero” de esa presencia por provenir de la vertiente occidental de la cordillera de los Andes, es decir de la actual Republica de Chile.

Necesario es poner las cosas en su justo lugar: ni la Argentina ni el Chile actual existieron en su forma contemporánea sino hasta siete decenios luego de las llamadas revoluciones emancipatorias iniciadas en torno al año de 1810. ¿Qué rigor científico puede tener entonces el hablar de las nociones de Argentina y/ o Chile como unidades político-estatales-territoriales que no eran, en cualquier periodo anterior a la década del ´80 del s. XIX? Hasta ese momento de la historia, ninguno de los dos Estados ocupaba efectiva ni definitivamente nuestro territorio por lo que no es ajustado al rigor histórico, ni antropológico, ni sociológico, ni politológico, etc. hablar de mapuches actuando en Argentina o Chile; era dentro de su propio territorio que interactuaban las diferentes parcialidades mapuche existentes en el espacio geográfico que extendiéndose entre los dos océanos, incluye a la cordillera de los Andes no como límite sino como un área geográfica particular dentro del conjunto. Esto en cuanto al carácter “extranjero-chileno” que se ha pretendido asignarle a nuestro pueblo aquí en la actual Argentina.

Pero además, y respecto ahora de la antigüedad de la presencia mapuche en Pwel Mapu sostenida por el conocimiento histórico transmitido por nuestro mayores, es de rigor, justo e interesante para todo el que busque conocer honestamente, citar aquí alguna de las voces que desde diversas ciencias sociales se vienen abriendo paso con resultados de sus investigaciones como los que siguen:
“Respecto de las primeras manifestaciones araucanas en nuestro territorio – se refiere a la “Argentina”- éstas se remontarían a principios del 2° milenio de la Era Cristiana o quizás algo antes” (Hajduk, 1982).[40]

“La historia de los Mapuche o Araucanos (como lo denominaron comúnmente los españoles) (...) si nos circunscribimos a la Argentina (...) El estudio de su prehistoria se halla en sus comienzos y permite sospechar una antigüedad que se remonta al s. XI d.c.” (Nardi, 1982).[41]

“La resistencia a los incas, primero; a los españoles, luego; y a los argentinos y chilenos, por último, marca una historia beligerante de varios cientos de años que sin duda alguna, ayudó a afirmar su identidad y a proporcionarle la necesaria cohesión social y cultural. (...) la presencia de los mapuche en la Argentina data de alrededor del s. XI, pero es en el s. XVII cuando la misma adquiere envergadura” (Fernández, 2000).[42]

Lo cierto es que en la medida que los investigadores se liberan del compromiso que ató a sus predecesores a la necesidad de ayudar a construir la visión mítica que rodea la fundación del llamado Estado Nacional, visión en la que éste parece nacer gloriosamente de una vez y para siempre tal como hoy se lo conoce, la ciencia social ha debido revisar sus tradicionales postulados y prestar atención a los “nuevos” hallazgos; en ese camino no ha hecho más que aproximarse a la versión de la historia surgida del conocimiento transmitido de generación en generación por nuestros mayores, sabios conocedores de nuestra historia y cultura y en cuyo relato ha estado siempre presente aquello que la ciencia viene a ver ahora como lo “nuevo”que ella va descubriendo.

Al criterio noble de quien estas líneas lea dejamos la respuesta a la pregunta sobre quienes han sido los mentirosos en esta historia de relaciones que debimos asumir los mapuche con las sociedades de los respectivos Estados mencionados; Relaciones que abarcan al conjunto de los aspectos de nuestra vida colectiva antes y después del momento en que fuéramos invadidos por la fuerza expansionista y militar de la clase dirigente argentina y chilena. Por nuestra parte, en las líneas que siguen abordaremos la Historia de esas relaciones en Pwel Mapu apoyados en la visión histórica heredada de nuestros antepasados, los que vivieron y murieron reafirmando de mil formas la identidad y aspiración de libertad que nos legaron; atentos también, a los esfuerzos de las jóvenes y no tan jóvenes (honestas al fin) generaciones de investigadores argentinos y/o chilenos que deben hacer frente a la pesada carga de una tradición histórico-antropológica responsable en parte importante del desencuentro generador de los conflictos del presente. Porque un futuro de encuentros y acuerdos garantes de una convivencia justa y respetuosa será solo posible ajustando cuentas con ese pasado vivo en la memoria tanto de los que lo niegan y falsean, como de los que en él se apoyan transformándolo en la fuente del derecho histórico que se transmite por medio de la oralidad ancestral heredada y vigente, que exige guarda y proyecta la memoria colectiva de nuestro pueblo.

División de Periodos Cronológicos como Reflejo de la Condición Resultante del Pueblo Mapuche en su Relación Histórica con el Estado Argentino.

La presencia mapuche en Pwel Mapu se remonta entonces, por un lado, al momento en que las aguas ocuparon sus actuales espacios y los cerros y montañas adquirieron la altura y fisonomía que hoy les conocemos; ahí están como testimonios los Xeg Xeg y Yefvwe como los espacios de tierra alta que entrañan un alto valor histórico- simbólico- sagrado, pues fue en ellos donde la sociedad mapuche de ese remoto tiempo salvó la vida ante el movimiento de las aguas. Por otro lado, se reconoce esta presencia en los inicios del 2° milenio de la Era Cristiana (s.XI) o “tal vez algo antes”. Es decir que por lo menos se trata de una presencia que ya está medio milenio antes de la invasión europea al continente que España inicia en 1492, o bien de una presencia que antecede en 8 siglos al proceso que en el Río de la Plata se sucede en torno al periodo de mayo-1810 y julio-1816 donde la unidad política virreynal pasa a denominarse Provincias Unidas del Río de la Plata, más aún se trata de una presencia mapuche en Pwel Mapu anterior en casi 9 siglos a la fecha que podríamos fijar en el día I° de Enero de 1885 cuando Sayweke, el último gran Logko que resiste, entrega su lanza a las fuerzas militares de los “nacionales”. Recién entonces se puede hablar con mayor propiedad de “Argentina” como una noción que en su aspecto político y territorial adquiere su conformación actual.

Sobre esta base, insistamos sobre un aspecto de enorme importancia porque nos permite dimensionar la profundidad del carácter político de las situaciones en juego en la relación histórica Pueblo Mapuche – Estado Argentino, se trata de un aspecto que se vincula a la necesaria construcción de una perspectiva histórico-cronológica que surge de un acontecimiento histórico que divide nuestra Vida e Historia en un antes y un después y por ello comporta el carácter de acontecimiento de trascendencia histórica para la perspectiva mapuche:

Decíamos antes que la presencia mapuche en Pwel Mapu data de 9 siglos o “algo antes” pero ¿de qué cosa en definitiva? Pues bien, la presencia mapuche en Pwel Mapu data de 9 siglos o algo antes del momento histórico preciso en que dejamos de ser un Pueblo Libre: el I° de Enero de 1885 Sayweke entrega su lanza en Junín de los Andes y ahí se terminaba el último foco significativo de resistencia contra el wigka a lo largo y ancho de todo el Territorio Ancestral Mapuche.[43] A esa altura ningún otro Logko importante sostenía ya la resistencia y la lucha frente a ninguno de los dos ejércitos nacionales (argentino y chileno) que debimos enfrentar, así miles de años de vida libre, independiente y soberana, 900 de los cuales han sido hasta ahora constatados por la arqueología, terminaban ese día con la entrega de Sayweke ante las autoridades castrenses argentinas en Junín de los Andes, territorio de la Nación Mapuche en Pwel Mapu.

De esta forma, las llamadas “Conquista del Desierto” y “Pacificación de la Araucanía” en su condición de hechos componentes de un plan que persigue un único y claro objetivo, conculcar el conjunto de elementos y derechos que sustentaban nuestra condición de Pueblo Libre, alcanzan su materialización final y completa el I° de Enero de 1885 aquí en Pwel Mapu; en esta fecha de ese día y en ese acto de Sayweke identificamos el momento preciso en que el Pueblo de la Nación Mapuche en su conjunto deja de ser literalmente libre y se le impone una vida de pueblo sometido hasta el presente. Muchas cosas importantes sucedieron antes de esa fecha y muchas otras han sucedido luego, más ninguna ha tenido la trascendencia histórica de ella para nuestra existencia colectiva pues el valor simbólico que esa fecha encierra y representa está dado por el hecho de que marca un quiebre fundamental en nuestra Historia y divide nuestra Vida en dos periodos cualitativos y diametralmente opuestos: De Pueblo Libre por miles de años pasamos a una condición de Pueblo Sometido a la ocupación permanente de su territorio y bajo las leyes impuestas por el invasor, argentino en un caso, chileno en el otro, en el medio un solo Pueblo, los mapuche que a partir de allí no hemos vuelto a conocer un solo minuto de libertad hasta el presente.

Así, el conjunto de acontecimientos que se suceden en el periodo y lo culminan el I° de Enero de 1885, es en nuestra perspectiva más determinante para nuestra vida hasta el presente que todo otro acontecimientos histórico planetario; Ni las independencias de los llamados Estados Nacionales respecto de la España imperial, ni las respectivas contingencias políticas internas de estos países en su vida independiente alcanzan el carácter de importancia decisorio para nuestra vida colectiva (a ambos lados de la cordillera y tomando al conjunto de la Nación mapuche) que tiene aquella fecha, de tal forma que es en relación a ella como referencia histórico-cronológica de mayor relevancia histórica y política, que desarrollaremos otros acontecimientos que antes y después de ese momento han signado también la relación histórica del Pueblo Nación Mapuche de Pwel Mapu y el Estado Argentino.

Invasión continental e intento fracasado de ocupación territorial y colonización sobre el Pueblo mapuche

Si hay un momento de importancia para nuestra vida por cuanto se convertirá en el antecedente histórico que anuncia las graves situaciones futuras a las que el pueblo mapuche deberá hacer frente, es la del mes de octubre de 1492, el inicio de una invasión continental a la que, aún al precio de enormes sacrificios, nos enfrentaremos oportuna y gradualmente y ante la cual mantendremos nuestra condición de Pueblo Libre, Independiente y Soberano.

Más concretamente, la invasión del mundo wigka a territorio mapuche se inicia con Pedro de Mendoza y su fundación de Buenos Aires en 1536, población de avanzada española que será destruida por los habitantes originarios que la historiografía oficial y tradicional ha llamado Querandíes,[44] la destrucción tiene lugar en 1541, el año que Pedro de Valdivia funda a su vez Santiago en su intento de ocupación del territorio mapuche al occidente de los Andes. En 1580 Juan de Garay funda por segunda vez la ciudad de Buenos Aires y de allí en más, la permanencia española allí confirmará la táctica bélica que el invasor asumirá como método predominante de relación con los Pueblos Originarios del lugar.

La ciencia social no ha podido demostrar fehacientemente cómo puede desaparecer en un lapso no mayor de 60 años un pueblo entero, que no ha sido objeto de una explotación ni exterminio físico directo sobre todo por que se mostró exitoso en su enfrentamiento con el español invasor, sin embargo, este sería para ella el caso de los llamados, y misteriosos, Querandíes. Tampoco se explica satisfactoriamente cómo pudo darse de un momento para otro el reemplazo de ese pueblo por la presencia de grupos de clara filiación mapuche pues esto es lo que reflejan los primeros registros escritos hechos por los españoles. Esa filiación mapuche, temprana y anterior a la llegada de los europeos españoles, de los grupos originarios de la actual ciudad de Buenos Aires, o por lo menos la estrecha relación existente entre ellos (en caso de tratarse de grupos distintos) y la cultura mapuche de entonces, es otro de los aspectos “novedosos” a los que la ciencia social deberá tener cada vez más en cuenta si quiere ganar en rigurosidad. Porque lo cierto es que esos primeros registros españoles evidencian dos grandes hechos que ya desde la llegada invasora de los españoles aparecerán y pervivirán hasta el fin del periodo libre de nuestra vida como pueblo:

La presencia mapuche en los nombres de jefes y lugares geográficos

La actitud de defensa activa de su libertad y territorio que las parcialidades mapuche sostienen frente a la táctica bélica española. Esa actitud impone ya en esos primeros momentos de contacto una línea geográfica que se estabilizará a la altura del Río Salado y que se asumirá como la frontera que divide el territorio independiente, libre y soberano de la Nación Mapuche, del territorio bajo ocupación y jurisdicción de la Corona Española.

Esta actitud y presencia soberana de la existencia mapuche en Pwel Mapu se transformó en un factor que en el tiempo se ha mostrado como uno de los más consistentes, de extraordinaria coherencia y la herencia de mayor valor político-cultural que aquellos antepasados nuestros pudieron legar a la posteridad mapuche. Actitud y presencia libertaria y soberana que se reflejó ya a partir de los primeros contactos con el español y que nos permitió como pueblo abrir uno de los periodos históricos más importantes en cuanto a los efectos futuros que va a generar, hasta el presente, en la relación Pueblo Mapuche – Estado Argentino.

En efecto, la impotencia española para someter al poder beligerante mapuche que defiende activamente su territorio y forma de vida, obliga a la Corona a iniciar un sistema de relaciones bilaterales al nivel de potencias iguales en su poder político soberano, libre e independiente, con competencia territorial delimitada por una frontera formalmente reconocida. Sobre la base de este principio se fundamentan las relaciones entre el Pueblo Mapuche, ejercido por las diversas identidades y/o parcialidades territoriales que conforman a la Nación Mapuche, y las autoridades coloniales primero y el Estado Argentino luego; principio que se implementa mediante el mecanismo de la diplomacia política expresada en la instancia de los Parlamentos y cuyos resultados se plasman en los acuerdos políticos pactados bajo la forma de Tratados con valor jurídico vinculante para ambas partes comprometidas en los mismos.

Más allá de los cambios múltiples ocurridos en las esferas política, territorial, de las fronteras, de las sociedades, etc., producto de la correlación coyuntural de las fuerzas en pugna, ese principio basal de las relaciones bilaterales cruza todo el periodo histórico colonial, los primeros siete decenios de la República y se mantiene inalterable hasta la fecha ya mencionada que marca el fin de vida libre como pueblo. No importó el poder impresionante de la Corona y su Rey, ni si el Estado luego pudo doblegar y / o convencer a unas u otras parcialidades mapuche para sujetarlas a su dominio, o si la influencia ideológica de la iglesia católica le ayudó a ablandar a otras tantas en su resistencia, lo trascendente fue que hasta el último minuto de nuestra vida libre los más importantes sectores de nuestro pueblo sostuvieron la lucha afirmados en ese factor de presencia y actitud soberana histórica y en la invocación al respeto del principio político que fundamentaba la relación bilateral entre dos soberanías distintas.

Ese periodo histórico vio sucederse una serie impresionante de profundos cambios en todo orden de cosas a nivel planetario: el proceso conocido como revolución industrial, la gran mutación cultural conocida como el movimiento de la Ilustración, el ciclo de las llamadas revoluciones políticas burguesas en Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia y las independencias de las colonias españolas en América. A nivel de los cambios que afectaría a lo que en el futuro se llamaría República Argentina, en la era colonial el Virreinato del Perú dejaría paso el Virreinato del Río de la Plata, éste a su turno dejó paso a las Provincias Unidas del Río de la Plata cuando se iniciaba el proceso de emancipación de las colonias americanas de España, en este contexto vendría la independencia formal seguida de la emergencia de la República imbuida de los valores racionales, desacralizados e individualistas de la Ilustración; la ciencia, la técnica y las ideas cambiaban el mundo intelectual y espiritual de aquellas generaciones, se iniciaba la fraticida querella política entre unitarios y federales en pugna por dar una u otra identidad política al proceso de construcción del llamado “estado nacional” que estaba en marcha, así como dar homogeneidad al nuevo tipo de sociedad “nacional” que se buscaba imponer según los postulados ilustrados. El Estado se dota de su Carta Magna definitiva donde no se puede dejar de reconocer la existencia de unas fronteras “interiores” que son en realidad delimitaciones entre poderes soberanos externos uno de otro puesto que, al mismo tiempo, se delega en el Congreso de la “nación” la responsabilidad de promover la pacificación con los “indios”, mientras se llama al otro poder, siempre omnipresente, en el párrafo en que se llama a su conversión, de los “indios”, al catolicismo. Se inicia luego el llamado proceso de “organización nacional” con las tres presidencias que pasan a la posteridad como las hacedoras de la estabilidad política necesaria para encauzar a la república en el camino de la modernidad que dictaba a su vez el capitalismo y sus transformaciones en la esfera económica. Así, llegamos al momento de la implementación de la campaña militar dirigida a invadir y anexionar para la república el territorio mapuche. Antes se han dictado ya dos leyes en el Parlamento, la 215 del año 1867 y la 947 de 1878[45], que dan carácter legal a esa decisión política para implementar la empresa militar.

Sin embargo, mientras esa serie impresionante de cambios se producen en el mundo y al interior del Estado, el principio político que fundamenta la relación Pueblo Mapuche – Estado Argentino permanece inalterable; a tal grado es esto cierto que más allá de los efectos que los cambios mencionados han traído al interior de la sociedad mapuche, los sectores que sostienen su condición de Pueblo Libre, Independiente y Soberano política y territorialmente, que pacta acuerdos con el Estado en su condición de iguales y que no reconoce soberanía mayor que la suya propia, etc., conforman una fuerza de tal peso que el Estado debió implementar una campaña militar de la mayor relevancia poniendo al frente de la misma a sus más prestigiosos comandantes y generales para imponer su propia soberanía. Una campaña militar de similar envergadura ya había sido ejecutada contra nuestro pueblo casi medio siglo antes y en ambas ocasiones hubo cruce de informaciones y colaboración entre los gobiernos y cuadros militares argentino – chileno. Pero el poder y control político – territorial mapuche estaba ahí, sosteniendo incólume el principio de relación bilateral soberana con el Estado Argentino y fue por ello, no por otra razón, que éste debió proceder hasta el último minuto a la practica habitual de la diplomacia política firmando tratados ya con los “indios amigos” y más aún con los “rebeldes”; esos tratados son hoy documentos de mayor valor jurídico que las leyes de invasión y anexión votadas por el parlamento pues mientras estas tienen alcance de índole “doméstico”, aquellos se vinculan a cuestiones relativas al derecho internacional actualmente vigente.

El cambio de carácter político en la condición de la Nación Mapuche: de Pueblo Libre a Pueblo Sometido

Por otro lado, la moral vinculada a la ética política está ausente en el accionar de las instituciones argentinas en esa coyuntura histórica en la que mientras firma tratados con toda la pompa protocolar que los mismos entrañan, su parlamento vota también leyes de invasión y anexión territorial. Esa ética política seguirá estando ausente en el accionar estatal argentino: Julio Argentino Roca asume la presidencia del Estado en premio a su papel en la llamada “Conquista del Desierto”. Autor intelectual del mayor y más siniestro mecanismo de desestructuración y expulsión de la sociedad mapuche que se instrumenta simultánea y posteriormente a la campaña militar, ha estudiado concienzudamente los casos de EE.UU. en su relación con los pueblos originarios de allí, el de Francia y su política colonial con los originarios de Argelia y está también muy al tanto y en relación permanente de lo que el Estado chileno discute en cuanto a los pasos a seguir con la población mapuche allí en esa parte de nuestro territorio una vez terminada su propia campaña militar. Se decide por implementar aquí el sistema de “distribución”, se trata en realidad de un sistema de desmembramiento familiar y deportación en masa, un plan destinado al despoblamiento del espacio territorial mapuche, una versión criolla y adelantada de las contemporáneas acciones de “limpieza étnica” de fines del s. XX en otras regiones del mundo, es en definitiva un intento fallido de Genocidio que en su implementación ha dejado secuelas en todas las esferas de nuestra vida social que llegan hasta nuestros días.

Así se inicia para nosotros el periodo en que nuestra condición mudó a la de un Pueblo Sometido, el sistema de distribución es la política estatal argentina que inaugura este periodo; si en el anterior, el carácter libre de nuestra condición como pueblo prevaleció por sobre los cambios y las fases distintas por las que ese periodo atravesó, en el que se inicia con el sistema de distribución es el carácter de pueblo sometido el que prevalece hasta el día de hoy por sobre los cambios de matices que el Estado ha implementado en diversos momentos y no vemos una mayor perspectiva de cambio en serio en esta situación, por lo menos en el corto plazo.

En la lógica del sometimiento, en este periodo el Estado instrumenta diversos mecanismos donde prevalecen ciertos elementos dominantes de la política que se persigue y que se modifican en combinación con otros elementos también en dependencia de la visión coyuntural del Estado, guiado siempre por la más estratégica política, como ya dijimos, del sometimiento.

Así, el sistema de distribución es la política que en ese primer momento persigue la eliminación física de la sociedad mapuche combinada con una de expulsión territorial y la destrucción cultural de los sobrevivientes. Los varones hechos prisioneros y los que se entregan por propia voluntad son concentrados en la isla Martín García ubicada en el Río de la Plata frente a la provincia de Buenos Aires, de allí son enviados a servir en el ejército, en la marina otros o en los ingenios azucareros de las provincias del norte del país los demás. Las mujeres y niños eran llevados a la ciudad de Buenos Aires y en acto público organizado por las entidades de beneficencia y publicitado en los periódicos, eran separados y repartidos para servir entre las familias acomodadas del lugar. A este primer momento le sigue otro en que la política ahora tiene por principal objetivo la destrucción cultural combinada con el disciplinamiento y control social para la conversión de la población sobrante en mano de obra “libre” para el mercado de trabajo agrícola. La iglesia y sus proyectos de colonias agrícolas, el servicio militar obligatorio y fundamentalmente el sistema de educación estatal por medio de las escuelas tendrán las manos libres ahora para la conversión al cristianismo así como para extirpar todo vestigio “bárbaro” de la cultura y la lengua, en su lugar se buscaba hacer nacer al ciudadano argentino, de segunda clase pero necesario para el funcionamiento del juego de las clases sociales en formación. Tibiamente se asiste a un muy gradual consentimiento estatal al reclamo de tierras ejercido por algunos grupos familiares sobrevivientes reunidos en torno a algún nuevo y / o antiguo Logko que serán los fundadores de las actuales “comunidades”, junto a aquellos que obtuvieron tierra por su servicio al ejército en el periodo de guerra. Así, progresivamente se llega a la política que combina un control social sostenido en un aparente reconocimiento cultural con un estricto control político – ideológico que busca generar un individuo que reconociéndose mapuche subordina esa condición a la más importante de ser un buen ciudadano argentino, que vota en las elecciones y se emociona con los partidos de la selección de fútbol, además de cumplir fielmente con los sacramentos del casamiento por iglesia y el bautismo cristiano de sus hijos. Indigenismo y neoindígenismo son algunas de las denominaciones que recibe esta política y en este marco se produce una batería de leyes a partir de la vuelta de la democracia, se habla de educación bilingüe e interculturalidad, títulos de propiedad, convenios internacionales, etc.
Algunas consecuencias y perspectivas de la actual condición de Pueblo Sometido

Más allá de discursos y / o intenciones demagógicas, populistas o ingenuas que se pronuncien por un lado y se crean por el otro, lo único cierto es que en su accionar respecto de la relación que ha mantenido con el Pueblo Mapuche, el Estado Argentino ha sido coherente y consecuente con sus intereses más profundos, así, reconoce o desconoce sus obligaciones según sus conveniencias circunstanciales, veamos algunos ejemplos:

Mientras en 1857 en el Tratado de paz que el Estado Provincial de Buenos Aires firma con el Logko Yanquetruz al nivel de trato entre pares, ambos asumen la continuidad de los compromisos contraídos por sus respectivos antepasados, el hecho a destacar es que por el lado de Buenos Aires eso significó asumirse heredero de acuerdos contraídos por el Rey de España,[46] “A partir de 1879, en la República Argentina se desarrolló(...) la llamada Conquista del Desierto(...)” y a partir de allí, desaparecidas esas “comunidades libres que eran la contraparte de los tratados”, el Estado se desentiende unilateralmente de todos esos compromisos, los del periodo colonial y el republicano, más aún se difundió la opinión acerca de la inexistencia de los mismos con un éxito tal que “hasta el día de hoy muchos de nosotros pensamos que nunca se celebraron tratados con los indios en la Argentina.”[47]

Hay más, la ley N° 947 votada por el Honorable Congreso de la Nación Argentina en octubre de 1878 “dispone el establecimiento de la línea de fronteras sobre la margen izquierda de los ríos Negro y Neuquen”, así lo dictaba también la anterior ley N° 215 de agosto de 1867 y ello significaba el mandato de no cruzar al territorio bajo jurisdicción de Sayweke, que junto a otros Logko habitaba la actual provincia de Neuquen, esto entrañaba un trato distinto para la parcialidad de ese jefe que habiéndose negado a conformar una alianza que fortaleciera la resistencia mapuche en ese periodo, buscaba mantener buenas relaciones con el Estado en espera del respeto a su investidura de jefe originario. Pero el Estado se desentiende de sus propias leyes sin mayor preocupación de su honorabilidad institucional y así el ejército cruzó, invadió, llevó la guerra y la muerte y, como ya vimos, la paradoja del destino fue que allí se encontró finalmente la mayor resistencia mapuche del periodo, al punto que el jefe mapuche “amigo” pero soberano fue la última de las grandes autoridades mapuche que sostuvo la lucha y resistencia en defensa de esa soberanía.[48]

Pero hay más, los Estados modernos se ven obligados a cumplir con sus compromisos externos en el marco del derecho positivo y el derecho internacional bajo el principio “pacta sunt senrvanda (los pactos se cumplen)”, así el Estado Argentino, entre otros, queda comprometido al pago de su deuda externa por ejemplo y ello significa una obligación vinculante para todos los gobiernos que asumen así las obligaciones contraídas por sus antecesores.[49] De esta forma se cumple ante los poderosos acreedores externos más no así ante los tratados contraídos antes con los ahora debilitados mapuche.

Podríamos seguir pero veamos solo un ejemplo más. La Reforma Constitucional del año 1994 fue para muchos, casi toda la sociedad que consumió la propaganda oficial de esos días, fruto de la lucha “indígena” por un lado y de una política de reconocimiento y “reparación histórica” del Estado por el otro. Ninguna de las dos cosas, la razón central del cambio en el texto que hacía referencia a la cuestión del otrora “problema” indígena fue motivada principalmente por una actitud políticamente correcta ante la coyuntura político – jurídica internacional, frente a la cual muy mal parado quedaría el país al proceder a una reforma constitucional que no retocara la cuestión de “sus” indígenas. Más aun, en esa reforma no hubo consagración alguna de los derechos de los “pueblos indígenas” como se hizo creer a los propios “indígenas” y a la población toda, el supuesto reconocimiento escrito en el nuevo texto se incluyó en la sección que otorga al congreso nacional, el honorable, la potestad de legislar sobre el tema concurriendo para ello también las legislaturas provinciales, es decir que aún sin ir al fondo del carácter de la problemática, el texto reformado antes de convertirse en ley deberá pasar por la intermediación de los intereses partidarios, económicos e ideológicos no solo del congreso nacional sino también de sus similares provinciales.

He aquí el carácter de la relación histórica que el Estado Argentino a tenido para con el Pueblo Mapuche en Pwel Mapu, ha debido cumplir mientras se lo obligó a ello con el poder beligerante mapuche, luego ha quedado en evidencia una y mil veces el carácter de una relación vacía de contenido ético – político digna de nuestra credibilidad. Este carácter de las relaciones debe llamar nuestra atención en el actual panorama político – jurídico internacional y sus efectos al interior de los Estados que mantienen el sometimiento de nuestro pueblo. Nuestra experiencia histórica nos advierte: las medidas estatales que en el último tiempo se revisten de supuestos reconocimientos de los derechos del pueblo mapuche no buscan ni tienen realmente ese propósito ni ese alcance. En Pwel Mapu, ni la Ley 23.302, la primera de la democracia relacionada al tema “indígena” promocionada además como reparación histórica, ni la Reforma Constitucional, ni la ratificación del Convenio 169 de la OIT, buscan aproximar nuestra condición de pueblo a la que gozábamos hasta el I° de Enero de 1885. Ese periodo de nuestra vida colectiva debe servirnos para aclarar nuestros análisis y discernir con claridad entre el uso legítimo que podemos hacer de los instrumentos y circunstancias que la coyuntura histórica pone a nuestro alcance para afirmar nuestra situación actual y lo lejos que están esos instrumentos de devolvernos a la condición de Pueblo Libre.

No podemos esperar del Estado esa meta, no la tiene y no la tendrá en el futuro cercano; resolver este aspecto de nuestra vida presente es el desafío histórico de nuestra generación, mientras tanto debemos insistir en la denuncia de todos aquellos aspectos que imposibilitan el ejercicio de la cohesión social que como miembros de un solo pueblo necesitamos ejercer; en Pwel Mapu la imposición de fronteras provinciales con sus respectivos poderes ejecutivos, legislativos y judiciales, sistemas educacionales que buscan fomentar una identidad provincial distinta de las demás y donde el vinculo de cohesión “nacional” pasa por reforzar la identidad y ciudadanía argentina, etc. son factores entre otros que obstaculizan la necesaria intra relación mapuche para una reconstrucción del tejido social. La frontera estatal afecta los mismos aspectos identitarios recién mencionados pero en una dimensión mayor. Somos argentinos mientras los otros son chilenos es lo que enseña la escuela, a lo sumo se diferencia entre mapuche argentino y mapuche chileno; ni qué decir de los ordenamientos político, jurídico, territoriales. La frontera “internacional” que se nos impuso en la cordillera de los Andes afecta vínculos de diferente tipo, comunitarios, familiares, sociales, religiosos, de la salud, etc. Familiares que viven en comunidades a uno y otro lado de esa frontera se ven impedidos de relacionarse según las formalidades mapuche pues las aduanas exigen el no paso de animales, caballos por ejemplo, por las normas estatales fitosanitarias, esto mismo impide también que las delegaciones de uno y otro lado puedan participar de las ceremonias religiosas de las que tradicionalmente formaban parte porque no pueden cruzar a caballo. En relación a la medicina mapuche que históricamente se ha practicado cruzando remedios naturales a uno y otro lado de la, ahora establecida, frontera nuestros hermanos Machi así como todo aquél hermano que quiera curarse, debe convertirse en un traficante clandestino de remedios naturales por que de lo contrario las “autoridades” aduaneras se lo incautan.

A modo de conclusión

Dos periodos claramente diferentes y determinantes en todas las esferas de nuestra vida colectiva aparecen en la Historia del Pueblo Mapuche producto de su relación histórica con el Estado Argentino. El primero de ellos es el de nuestra condición de Pueblo Libre que culmina el I° de Enero del año 1885; a partir de allí se inicia el segundo periodo signado por nuestra condición de Pueblo Sometido hasta el presente.

Volvemos una y otra vez nuestra mirada hacia aquellas identidades y parcialidades mapuche que se mantuvieron hasta el final sosteniendo relaciones diplomáticas en su condición soberana tanto con el Estado Argentino como con el Estado Chileno simultáneamente,[50] es ese periodo y esa actitud mapuche del pasado reciente de nuestro pueblo el que nos parece verdaderamente importante de enfatizar, es el momento más cercano a nosotros en que podemos sentir el aire de libertad que se respiraba en nuestra tierra, es también la fuente del derecho más profundo y amplio donde pueden afirmarse e inspirarse las actuales demandas de nuestro pueblo. Todo lo que en la actualidad se pueda avanzar es insuficiente si lo medimos en relación a ese periodo de libertad y soberanía mapuche; todo lo que consigamos debe estar encauzado en dirección a alcanzar, en las condiciones del s. XXI, el grado y la condición de libertad que nuestros mayores ejercieron en el periodo último en que nos arrebataron injustamente esa condición de Pueblo Libre.

Con esto no postulamos el quitar la importancia debida a las circunstancias favorables que la coyuntura histórica nos pudiera presentar, por el contrario, sostenemos la necesidad de dimensionarlas en su justa medida, aprovechando sus virtudes e identificando sus limitaciones; la Reforma Constitucional y el Convenio 169 de la OIT son dos de las medidas tomadas por el Estado Argentino en el campo del derecho jurídico con efectos en el político, económico, cultural, educacional, de tierras, etc. Importante sin duda pero sobredimensionadas por cuanto no han sido concebidas para restituir al Pueblo Mapuche la única condición que le permitiría construir un futuro en su carácter de tal, es decir, como un Pueblo Libre. ¿En qué cosa pensamos sino cuando se nos habla de Reparación Histórica?. Es esta la justa medida que debemos tener como patrón histórico con el cual medir el alcance real de toda política estatal hacia nuestro pueblo.

En general, los Pueblos Indígenas del continente eran libres y soberanos a la llegada invasora del español, no todos ellos, sin embargo, lograron mantener esa condición al entrar en contacto con el imperio, unos mantuvieron esa libertad mediante el éxodo, otros lo intentaron por medio de alianzas con el propio invasor. El caso mapuche es el de esos muchos pueblos que lucharon pero además es el de esos pocos que en el continente plantearon y sostuvieron una relación bilateral entre potencias soberanas y beligerantes con acuerdos político-jurídicos que entran en el marco del Derecho Internacional vigente. Esa es la condición política en que nos encontrábamos cuando el Estado Argentino viola e ilegaliza todo su accionar político-institucional hasta hoy, al penetrar militarmente en nuestro territorio, conculcar nuestra soberanía política y territorial e imponer sus leyes a una sociedad regida legítimamente por una soberanía distinta y externa a él. Y es sabido que la conquista y la violencia no constituyen “modos de apropiación” según el propio Código Civil.

Por otro lado, el Estado Argentino y su aparato político-institucional de hoy es el mismo en sus principios fundamentales que aquél que nos sometiera ilegalmente, es por lo tanto éste el Estado que debe y puede, si tiene voluntad política para ello, proceder a una política de reparación histórica que, para ser tal, le lleve a ponerse a la altura de restituir nuestra condición de Pueblo Libre, esa que teníamos al momento anterior al I° de Enero del año 1885. El derecho político internacional habla de libre determinación, autodeterminación y autonomía, las formas políticas acordes al momento presente podrán buscarse y hasta crearse, el contenido y carácter que debe tener nos lo heredaron nuestros antepasados. No se trata por lo tanto de volver al pasado sino de generar las condiciones necesarias en el presente para restituir el carácter político que nuestro pueblo se ganó en más de 350 años de relaciones bilaterales y soberanas que fueron plasmadas para siempre en los Tratados pactados.

Es, por último y una vez más, en relación a esa condición política histórica que el Pueblo de la Nación Mapuche ha sostenido con el Estado Argentino donde encontramos la medida justa para evaluar las políticas estatales y en base a ello debemos también retomar la actitud pertinente, como miembros actuales de este pueblo, que nos lleve a reencauzar el carácter de nuestras actuales relaciones políticas con el Estado.

ANEXO 3

Listado de Iglesias Evangélicas Pentecostales con Personalidad Jurídica Hasta 1993[51]

1910-1949:2

Iglesia Metodista Pentecostal de Chile 30-09-1929

Iglesia Evangélica Pentecostal 19-06-1940

1950-1959:3

Misión Pentecostal Apostólica 03-05-1950

Iglesia Pentecostal 18-01-1954

Iglesia Cristiana Pentecostal de Chile 05-06- 956

1960-1969:10

Iglesia Evangélica Cristiana Pentecostés 09-08-1962

Misión Nacional Evangélica Pentecostal Pesebre Luz del Mundo 27-09-1962

Corporación Evangélica Pentecostal Universal uno en Cristo 13-02-1967

Iglesia Pentecostal Unida de Chile 09-06-1967

Misión Evangélica Pentecostal Veinticinco de Enero 09-09-1967

Iglesia Cristiana Pentecostés los Mensajeros de Cristo 05-12-1967

Misión Evangélica Pentecostal de Peñalolen 22-05-1968

Iglesia Pentecostal de la Trinidad 15-06-1968

Iglesia Unión Pentecostal el Triunfo 4-02-1969

Corporación Evangélica Pentecostal Nuevo Amanecer 24-06-1909

1970-1979: 19

Iglesia Evangélica Estrella de Belén Pentecostal 08-10-1971

Misión Evangélica Pentecostés Templo la Hermosa 25-10-1971 (Nombre Anterior:

Misión Evangélica Pentecostal Templo la Hermosa.) Corporación Pentecostal la Hermosa 26-11-1971

Iglesia Hermandad Pentecostal de San Bernardo 12-12-1972

Iglesia Cristiana Metodista Pentecostal 19-06-1973

Misión Evangélica Metodista Pentecostal 06-02-1974

Iglesia Pentecostal Nueva Sierra Bella 15-10-1974

Iglesia Pentecostal Fe Apostólica 13-1 1-1974

Corporación Pentecostal Jesús Redentor 04-06-1975

Iglesia Pentecostal Luz en las Tinieblas 06-06-1975

Iglesia Evangélica de Dios Pentecostal 03-06-1976

Iglesia Universal Cristiana Pentecostal 26-07-1976

Unión Pentecostal de San Bernardo 18-08-1976

Corporación Evangélica Eben - Ezer Pentecostal 05-11-1976

Misión Pentecostal Luz del Mundo 21-01-1977

Corporación Privada de Desarrollo Social, Religioso, Iglesia de Misiones Pentecostales Libres de Chile 28-06-1977

Iglesia Evangélica Pentecostal Metodista Nueva Palena 19-07-1979

Iglesia del Señor Pentecostal 21-08-1979

Iglesia Evangélica Pentecostal Jesús la Luz del Mundo 13-12-1979

1980-1989: 25

Misión Evangélica Pentecostal de Jesucristo 13-07-1981

Asamblea de Iglesias Cristianas Pentecostal Incorporadas 21-10-1981

Corporación Evangélica Unidad Pentecostés 23-02-1982

Misión Evangélica Pentecostés Regreso a Jerusalén 03-12-1982

Iglesia Pentecostal de Dios 09-12-1982

Misión Evangélica Pentecostal Rey David 04-05-1983

Iglesia Pentecostal Evangélica Misionera 24-05-1983

Corporación Iglesia Pentecostal Filadelfia Primera de Chile 02-09-1983

Instituto Bíblico Pentecostal de Chile 30-11-1983

Misión Iglesia Evangélica Autónoma Pentecostal 23-11-1984

Iglesia Evangélica Pentecostés Cristo Vive 25-10-1985

Iglesia Evangélica Misionera Pentecostal de Chile 25-10-1985

Misión Evangélica Pentecostal el Aposento Alto 17-01-1986

Iglesia Misionera Pentecostal Jesús te Llama 17-01-1986

Iglesia Evangélica Misión Poder Pentecostal 07-04-1986

Corporación Evangélica Pentecostal Biblia Abierta 07-04-1986

Iglesia Pentecostal Testimonio de Jesucristo 27-02-1987

Misión Evangélica Pentecostal Monte de los Olivos 18-02-1988

Corporación Evangélica Pentecostal Puerta del Cielo 15-04-1988

Iglesia Pentecostal del Concilio Latinoamericano de Nueva York en Chile 28-10-1988

Corporación Evangélica Pentecostal el Poder de Cristo 12-12-1988

Iglesia Movimiento Pentecostal Misionero 22-12-1988

Misión Pentecostal Fundamentalista 06-01-1989

Misión Iglesia Evangélica Pentecostal Reformada 02-02-1989

Iglesia Pentecostal el Séptimo Sello 05-10-1989

Iglesia Pentecostal la Rosa de Sarón 02-11-1989

1990-1994: 19

Iglesia de los Hermanos del Monte Pentecostal 22-01-1990

Misión Iglesia Evangélica Pentecostal en Marcha 22-02-1990

Iglesia de Dios Pentecostal Movimiento Internacional en Chile 10-04-1990

Misión Iglesia de Dios Jesucristo la Verdad Pentecostal 23-04-1990

Iglesia Revelación de Jesús Pentecostés 01-06-1990

Misión Evangélica Nueva Pentecostal de Chile 23-02-1990

Iglesia Evangélica Redil de Jesús Pentecostal 25-06-1990

Iglesia Pentecostal Aguas Vivas Apostólica de Chile 06-02-1991

Iglesia Pentecostal la Alborada 19-06-1991

Iglesia el Fuego Pentecostal de Cristo 17-07-1991

Corporación Iglesia Evangélica Pentecostal Las Sendas Antiguas de la Pintana 22-09-1992

Iglesia Evangélica Pentecostal Universal "Socorro de lo Alto" 16-01-1992

Iglesia Pentecostal Evangélica de San Miguel 17-02-1992

Corporación Evangélica Pentecostal Iglesia El Arca 08-05-1992

Iglesia Corporación Pentecostés Luz y Vida 16-10-1992

Iglesia Evangélica Pentecostal Monte Sion 16-11-1992

Misión Evangélica Pentecostal Eliezer, Dios es Ayuda 24-11-1992

Corporación Evangélica Pentecostal Tabernáculo de la Fe 19-01-1993


[39] Este apartado es desarrollado por Pedro Cariman, colaborador en el presente estudio, actualmente es estudiante de Licenciatura en Historia en la Universidad Nacional del Comahue, Neuquen- Pwel Mapu.
[40]HAJDUK, Adan: Cultura mapuche en la Argentina., Instituto Nacional de Antropología. Ministerio de Cultura y Educación Buenos Aires, 1982. pp. 7
[41] NARDI, Ricardo: Cultura mapuche en la Argentina...idem. pp.11.
[42] FERNÁNDEZ, Cesar (comp. e introducción): Relatos y romanceadas mapuches.Ediciones del Sol. Argentina. I° Edición, 4° Reimpresión, junio de 2000. pp. 9.
[43] CLIFTON GOLDNEY, Adalberto: “El Cacique Namuncura”. Ultimo soberano de las Pampas. Edit Huemul, S.A. Argentina, 1956. pp. 20, y nota N° 3 en pp. 30, 31.
CURRUHINCA-ROUX.: “Las Matanzas del Neuquen”, Crónicas mapuches. Plus Ultra, 4° edición corregida, Buenos Aires. 1990. pp 175.
[44] En el relato de esta historiografía –antropología, los Querandíes serían un grupo originario que hace fracasar el primer intento de fundación de Buenos Aires, se enfrenta al segundo intento en 1580 en que los españoles logran sostener su permanencia en el lugar pero en un espacio absolutamente reducido en comparación con el resto del territorio que queda en manos de los Querandíes. Es decir, no estamos frente a una derrota catastrófica ni ante un pueblo pasivo ante la adversidad, sin embargo el relato continúa con la desaparición total de los Querandíes sin más explicación que algunas conjeturas que no han podido comprobarse: abrían abandonado su tierra para refugiarse al interior de la pampa en dirección sur o hacia el oeste cordillerano, o bien se mezclaron con los Tehuelches hasta desaparecer, o bien simplemente se extinguieron paulatinamente.
Pese a que los nombres de personas y lugares de claro origen mapuche aparecen ya en los primeros registros españoles, los cientistas sociales acuerdan en una supuesta invasión “araucana” que se habría apropiado del territorio desplazando a los grupos originarios. Cuando la evidencia es tal que ya no puede negarse la presencia mapuche en el área pampeana-buenos aires con anterioridad a la invasión española, entonces se acude a la noción de penetración, cuña, araucanización (en definitiva invasión), etc. , operada por los grupos mapuche en una fecha que ahora se estima...anterior a la llegada del español.
Para ver la continuidad entre las viejas y nuevas miradas en este aspecto que tratamos aquí:
CLIFTON GOLDNEY, Adalberto: “El Cacique Namuncura”. Ultimo soberano de las Pampas. Edit Huemul, S.A. Argentina, 1956. pp. 20,21.
SCHOO LASTRA, Dionisio: Rl Indio del Desierto 1535-1879. Editorial y librería Goncourt. Buenos Aires, 1977. pp. 24.
MARTINEZ SARASOLA, Carlos: Nuestros paisanos los indios. Emece. Argentina 1992. pp. 68, 106, 107 y 25 a 130.
[45]CURRUHINCA-ROUX.: “Las Matanzas del Neuquen”, Crónicas mapuches. Plus Ultra, 4° edición corregida, Buenos Aires. 1990. pp 169.
[46] BRIONES, Claudia y CARRASCO, Morita: Pacta Sunt Servanda. Capitulaciones, convenios y tratados con indígenas en Pampa y Patagonia (Argentina 1742-1878). Grupo Internacional de Trabajo sobre Asuntos Indígenas (IWGIA), Vinciguerra. Buenos Aires, Argentina, 2000. pp. 47.
[47] Idem, pp.34, 35.
[48]CURRUHINCA-ROUX.: “Las Matanzas del Neuquen”...opus. cit. pp 168,169.
[49]BRIONES, Claudia y CARRASCO, Morita: Pacta Sunt Servanda....opus. cit. Pp.60
[50] BRIONES, Claudia y CARRASCO, Morita: Pacta Sunt Servanda....opus. cit. Pp. 45,46.
[51] Extraído del texto de Parker, Cristián; 1996; “Las Iglesias y su Acción Social en Chile”; UNICEF & Ediciones Academia Universidad de Academia de Humanismo Cristiano; Chile pp. 99-102. El autor señala que muchas de estas iglesias no de tendencia pentecostal no exhiben en su estatutos o títulos el nombre de pentecostal y muchas funcionan sin personalidad jurídica o legalizadas.