Glosario
General
Términos
que designan espacios geográficos
Ayja
Rewe: Espacio
geográfico amplio que agrupa nueve puntos de ceremoniales
distintos, nueve
rewe.
Üyel
Mapu: Nombre de un
lugar, tomado de sus características
geográficas
Rewe:
Se designa así a un espacio sociocultural constituido por uno o
más
Lof.
Es
dirigido por un
logko
o
Ñizol
Logko.
Kiñel
Mapu: Espacio
geográfico constituido por uno o más
rewe
que comparte
territorio y prácticas culturales con características
comunes que los
identifica
Püjü
Mapu: El suelo,
espacio donde habita el ser humano y todos los seres visibles.
Waj
mapu:
universo
Wichan
mapu : Uno o
más
rewe, que acuden en
ayuda de otro
rewe,
en eventos
religioso, o
sociopolítico.
Lof
che: Grupo de personas
que unidos por tronco familiar comparten un mismo espacio
territorial
Kexawe:
Espacio de
siembra
Lelfün:
Referido a algún espacio específico del campo
Nombres
que reciben las ceremonias religiosas colectivas en los distintos territorios
mapuche
Gijatun:
Etimológicamente significa pedir y es un término más usado
por los
wenteche,
Naüqche, un
sector
bafkehche.
Jejipun:
Significa rogar y es más usado por los
Pwelmapuche,
pewenche.
Kamarikun:
Es un término que viene del idioma quechua y significa agradecer, es
usado entre
los
inapireche, zona sur
de
pwel
mapu y
wijiche.
Eespacios
ubicados dentro del
gijatuwe/jejipuwe
Rewe:
Es el espacio central del
jejipun,
gijatun, kamarikun
donde se concentran
todos
los elementos utilizados en la
ceremonia
Yogol:
Con este término se designan los elementos que se ponen en el
rewe
durante
el jejipun en
pwel
mapu y en algunas
zonas del mismo lugar se usa como
sinónimo de
rewe.
Ayon:
Se llama así a las banderas que forman parte del
rewe.
Kogí:
Alimento que se pone en el
rewe
Términos
presentes durante la ejecución del
jejipun/gijatun
Kushe:
Anciana
Fücha:
Anciano
Üjcha:
Jóven
mujer
Weche:
Jóven hombre
Distintos
términos relacionados al espíritu y enfermedad
Perimontun:
Visión. Cuando un geh se deja ver por un
che
Fibew:
Término con el que se designa el newen de un
machi.
Küymin:
El trance de un machi. Estado de comunicación directa con el
Püjü
Püjü:
Espíritu
Baweh:
Remedio
Che
yem: Así se le
llama al
che
cuando ya no
vive
Che
Mamüj:
Árbol tallado con forma de
persona
Xafentun:
Tipo de enfermedad que se genera cuando una energía se introduce en el
cuerpo de la persona generalmente sucede por el contacto en momentos
no apropiados con ese tipo de
energía.
Weluzuamkey:
Suele pierder la razón (así se dice cuando una persona trasgrede a
un
espacio y una de las consecuencia es la pérdida de la
razón)
Términos
relacionados a ríos, lagos y sus
geh
Jufü:
Espacio de un río, lago o mar que no tiene
fondo
Gibawe:
Vado
Ko:
Agua
Mewbenko:
Remolino de
agua
Meliko:
Cuatro aguas, que puede ser cuatro ríos, arroyos,
etc.
Sumpaj:
Manifestación de una fuerza espiritual con forma de sirena que vive en el
agua (dueño del
agua)
Xülke:
Manifestación de una fuerza espiritual con forma de cuero que vive en
el
agua (dueño del agua)
Conceptos
relacionados a la filosofía de vida mapuche
Mogen:
Vida
Kimün:
Sabiduría,
conocimiento
Gübam:
Consejo
Nüxam:
Conversación,
historia
Che
üy: Nombre
mapuche
Az:
Forma, características,
identidad
Piam:
Historia de la cual no existe constatación empírica (Forma parte
de las formas
de transmisión de conocimiento
mapuche)
Epew:
Relato tipo
fábula
Geh
zugu: Dueño de
la actividad
ceremonial
Xawün:
Reunión, encuentro,
junta
Kusu
Güneluwün:
Forma propia de ordenamiento en lo que respecta a lo
religioso
Mapuzugun:
Habla de la tierra, idioma mapuche
Términos
que designan oficios y términos que se relacionan con la medicina
mapuche
Wizüfe:
Alfarero
Rüxafe:
Platero/ra
Zamife:
Que trabaja la
cestería
Mayxüfe:
El artista en
madera
Gürefe:
Trabajador/ra del tejido en
telar.
Ñimikafe:
Persona que se especializa en la creación del dibujo en el telar
Püñeñelchefe:
Persona especializada para ayudar en el
parto
Gütamchefe:
Persona que se especializa en arreglar
hueso
Zachefe:
Persona especializada en curar con hierbas
Gijatufe:
Persona que tiene una práctica de la religión
mapunche
Términos
relacionados a los gijañmawün/ceremoniales
Choyke
purun: Baile imitando
al
ñandú
Awün:
Momento de la ceremonia en que se da vueltas de a caballo por el rededor de todo
el espacio designado para el
ceremonial
Tayübfe:
Mujeres que realizan
el canto ceremonial en
Pwel
mapu / persona que
canta y toca el
kulxug
apoyando a la o a el
machi
en una ceremonia en
Gulu
mapu
Yeübfe:
Persona que apoya a
las o los
machi
con toque de
kulxug
en una
ceremonia
Geykurewen:
Ceremonia anual propia de los o las
machi
Xaritu
rewen: Acción
de atar ramas verdes de canelo y maqui junto al
rewe
de
machi
Waza,
Kazkawija:
Instrumentos
mapuche
Terminología
general
Aliwen:
Árbol. Con este término también se designa al
rewe,
en algunas zona de
Gulu
mapu
Kujiñ:
Animal
Kura:
Piedra
Kushe
papay: Mujer
anciana
Ragi
Puh:
medianoche
Ragi
aht’ü:
mediodía
Toki:
Hacha. Este término se usó en tiempo de guerra para designar el
grado más alto del ejército
mapuche
Waza:
Instrumento
musical.
Kürüf:
Viento
Atü:
Sol,
día
Küyeh:
Luna
Yepuh:
Lucero que se lleva la
noche
Wünelfe:
Lucero que aparece antes del
sol
Welu
wixaw wagüben:
Constelación de estrellas conocido como las tres
marias
Wenu
Bewfü y/o Ba Rüpü:
Rio de arriba
(vía
lactea)
Pu
Gaw:
Constelación conocido como los siete
cabritos
Üñüm:
Ave,
pájaro
Xalkan:
Trueno
Jüfke:
Relámpago,
rayos
Füxake,
Fütake: Grande,
antiguo
Ixofij:
Diverso
Niey:
Tiene
Chaw:
Padre
Ñuke:
Madre
Rukache:
Grupo familiar (que viven en una
casa)
Muzay:
Tipo de bebida
mapuche
hecho con cereales
Kexan:
Nombre genérico que reciben los diversos alimento, como verduras,
cereales, vegetales,
etc.
We:
Nuevo
Akulechi:
Que está
llegando
Metawe:
Cántaro
Iwe:
Platitos de madera o
greda
Güjiw:
Piñones
Walüg:
Verano
Bibliografía
Parte I
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ANEXO
1
Chem
Pigen ti Gijañmawün |
Gijatun |
Gijatun |
Kamarikun |
Gijatun-Kawiñ |
Kamarikun |
Jejipun
–Kamarikun |
Gejipun
-Kamarikun |
üy
Lelfün chew ñi Xipakemum |
Gijatuwe
–Puruwe |
Gijatuwe |
Kamarikuwe
– Lelfün |
Gijatuwe
– Kawiñwe |
Lelfün |
Lelfün |
Lelfün
– Lepün |
Rewe
– Yogol |
Foye,
kübon, mayten, rügi, row mansana marewpul, toro, ufisa, achawaj.
Ayon: liq, kurü,
kajfü, choz
|
Foye,
küboh, marewpul, wenu foye, iwe, rügi ufisa, toro,
Ayon: liq, kajfü,
kurü |
Toro,
ufisa, karekare, fij karüke kexan, alwe palgiñ, küboh,
rügi
Ayon: liq, kajfü |
Küboh,
mayten rügi, ufisa, acawaj karekare.
Ayon: kajfü,
liq, choz. |
Xiwe,
rügi, toro, ufisa, marewpul, achawaj.
Ayon: kajfü,
choz |
Row
mansana, xoy pewen, rügi, waka, epu kawej, epu ufisa
Ayon: kajfü,
choz |
Xoy
pewen, row mansana, mayten, rügi, kurü ka liq ufisa, alazan
ka kolü kawej
Ayon: kajfü,
choz |
Gijatufe |
Ñizol Logko Machi - Logko |
Machi |
Gehpiñ-
Pijañ Kushe |
Gehpiñ-
Machi Logko gehpiñ |
Logko
gijatufe |
Pijañ
Kushe – Logko |
Pijañ
Kushe- Logko |
Pu
Keju |
Zugumachife,
yeübfe, tayübfe, puel pu ralife, alka choyke jagkañ,
Kojog, awüfe
Norümchefe, majotuchefe,
ayekafe |
Zugumachife,
jagkañ, tayübtufe, majotufe, kuyüche, kapitan |
Sargento,
Kajfümabeh, Kajfüwenxu, Xuxukatukamañ,
Günealu koha
awüfe |
Tayübtufe,
Sargento, Bolkiñtufe, Kornetatufe, Xuxukatukamañ
Jagkañ, awüfe |
Tayübtufe,
Tampübtufe, Kornetatufe, Choykefe, Xuxukatufe
awüfe |
Kajfümabeh,
Piwücheñ, Choykefe, Güpütufe, Tayübtufe,
Tampübtufe
awüfe |
Kajfümabeh,
Piwücheñ, Sargento koha, Choykefe, Tampübtufe, Tayübtufe,
Xuxukatufe
awüfe |
Chumgen
ñi Müleken |
Pewügen,
walüggen |
Pewügen |
Pewügen |
Pewügen |
Walüggen |
Walüggen |
Walüggen,
Xafkemgen |
Tunteñmaken |
Epu
aht’ü |
Epu
aht’ü |
Epu
aht’ü |
Epu
aht’ü |
Epu
aht’ü |
Epu
aht’ü |
Epu
ka meli aht’ü |
Aspectos
fundamentales y característicos de los
fütake
gijañmawün
según los
fütal
mapu
Wenteche Naüqche Wijiche Bafkehche
Inapireche Pewenche Pwelche
Tunteken
Xipantu mew |
Epuke,
melike ka kayuke xipantu |
Epuke
ka melike xipantu |
Kiñeke
ka epuke xipantu |
Epuke
ka melike xipantu |
Melike
xipantu |
Fij
xipantu |
Fij
xipantu |
Chumuechi
ñi konken che |
Wichan,
pu reyñma magel magel wehüy, igkatu, wixan |
IDEM |
IDEM |
Magel
reyñma, magel wehüy, müxüm mapu |
Müxüm
mapu, magel reyñma, magel wehüy |
Müxüm
mapu |
Müxüm
mapu |
Ileltuwün |
Jawkewün,
poyewün |
IDEM |
Mogeltuwün |
IDEM |
IDEM |
Ileltuwün |
Ileltuwün |
Kakerume
zugu ñi müleken chi gijañmawün mew |
Koyaqtun,
Wewpin, Küymin, Würwürtun |
IDEM |
Koyaqtun,
Füchotun, würwürtun, Pijañ küxal, pentukun |
Küymin,
Koyaqtun
Füchotun |
Würwürtun,
kümpeñtun, choyke purun |
Kümpeñtun,
choyke purun |
Koyaqtun,
Kümpeñtun, Pijañtun, Jagkapiwke, Pijañ küxal,
choyke purun |
Anexo
2
Relación
Histórica
“Pueblo
Mapuche – Estado
Argentino”
A
Modo de Introducción: Acerca del Origen Mapuche en
Pwel
Mapu.
Los
testimonios que nuestros mayores nos han transmitido a partir del conocimiento
que guardan de la Historia de nuestro pueblo, nos hablan de una presencia
mapuche en
Pwel
Mapu que se remonta al
tiempo en que los diversos elementos que componen la naturaleza de nuestra
tierra, aguas, cerros, montañas, bosques, llanuras, etc. se dispusieron
en la forma que finalmente terminó de configurar el paisaje natural
donde, en estrecha relación con éste, comenzó a
desarrollarse nuestra vida colectiva. Así, en términos
cronológicos esta presencia mapuche en
Pwel
Mapu se origina hacia
el inicio de la presencia humana en esta, nuestra tierra.
Sin
embargo, tanto la historiografía como las ciencias sociales que en
general se han ocupado del tema, se han encargado de construir una
versión oficial acerca de la historia de nuestro pueblo que le asigna una
presencia reciente en la actual República Argentina que no va más
allá del s. XVII, para derivar de ello un carácter
“extranjero” de esa presencia por provenir de la vertiente
occidental de la cordillera de los Andes, es decir de la actual Republica de
Chile.
Necesario
es poner las cosas en su justo lugar: ni la Argentina ni el Chile actual
existieron en su forma contemporánea sino hasta siete decenios luego de
las llamadas revoluciones emancipatorias iniciadas en torno al año de
1810. ¿Qué rigor científico puede tener entonces el hablar de
las nociones de Argentina y/ o Chile como unidades
político-estatales-territoriales que no eran, en cualquier periodo
anterior a la década del ´80 del s. XIX? Hasta ese momento de la
historia, ninguno de los dos Estados ocupaba efectiva ni definitivamente
nuestro territorio por lo que no es ajustado al rigor histórico, ni
antropológico, ni sociológico, ni politológico, etc. hablar
de mapuches actuando en
Argentina
o
Chile;
era dentro de su propio territorio que interactuaban las diferentes
parcialidades mapuche existentes en el espacio geográfico que
extendiéndose entre los dos océanos, incluye a la cordillera de
los Andes no como límite sino como un área geográfica
particular dentro del conjunto. Esto en cuanto al carácter
“extranjero-chileno” que se ha pretendido asignarle a nuestro pueblo
aquí en la actual Argentina.
Pero
además, y respecto ahora de la antigüedad de la presencia mapuche
en
Pwel Mapu sostenida
por el conocimiento histórico transmitido por nuestro mayores, es de
rigor, justo e interesante para todo el que busque conocer honestamente, citar
aquí alguna de las voces que desde diversas ciencias sociales se vienen
abriendo paso con resultados de sus investigaciones como los que
siguen:
“Respecto de las primeras manifestaciones araucanas en nuestro
territorio – se
refiere a la
“Argentina”-
éstas se remontarían a principios del 2° milenio de la Era
Cristiana o quizás algo
antes” (Hajduk,
1982).
“La
historia de los Mapuche o Araucanos (como lo denominaron comúnmente los
españoles) (...) si nos circunscribimos a la Argentina (...) El estudio
de su prehistoria se halla en sus comienzos y permite sospechar una
antigüedad que se remonta al s. XI
d.c.” (Nardi,
1982).
“La
resistencia a los incas, primero; a los españoles, luego; y a los
argentinos y chilenos, por último, marca una historia beligerante de
varios cientos de años que sin duda alguna, ayudó a afirmar su
identidad y a proporcionarle la necesaria cohesión social y cultural.
(...) la presencia de los mapuche en la Argentina data de alrededor del s. XI,
pero es en el s. XVII cuando la misma adquiere
envergadura”
(Fernández,
2000).
Lo
cierto es que en la medida que los investigadores se liberan del compromiso que
ató a sus predecesores a la necesidad de ayudar a construir la
visión mítica que rodea la fundación del llamado Estado
Nacional, visión en la que éste parece nacer gloriosamente de una
vez y para siempre tal como hoy se lo conoce, la ciencia social ha debido
revisar sus tradicionales postulados y prestar atención a los
“nuevos” hallazgos; en ese camino no ha hecho más que
aproximarse a la versión de la historia surgida del conocimiento
transmitido de generación en generación por nuestros mayores,
sabios conocedores de nuestra historia y cultura y en cuyo relato ha estado
siempre presente aquello que la ciencia viene a ver ahora como lo
“nuevo”que ella va
descubriendo.
Al
criterio noble de quien estas líneas lea dejamos la respuesta a la
pregunta sobre quienes han sido los mentirosos en esta historia de relaciones
que debimos asumir los mapuche con las sociedades de los respectivos Estados
mencionados; Relaciones que abarcan al conjunto de los aspectos de nuestra vida
colectiva antes y después del momento en que fuéramos invadidos
por la fuerza expansionista y militar de la clase dirigente argentina y chilena.
Por nuestra parte, en las líneas que siguen abordaremos la Historia de
esas relaciones en
Pwel
Mapu apoyados en la
visión histórica heredada de nuestros antepasados, los que
vivieron y murieron reafirmando de mil formas la identidad y aspiración
de libertad que nos legaron; atentos también, a los esfuerzos de las
jóvenes y no tan jóvenes (honestas al fin) generaciones de
investigadores argentinos y/o chilenos que deben hacer frente a la pesada carga
de una tradición histórico-antropológica responsable en
parte importante del desencuentro generador de los conflictos del presente.
Porque un futuro de encuentros y acuerdos garantes de una convivencia justa y
respetuosa será solo posible ajustando cuentas con ese pasado vivo en la
memoria tanto de los que lo niegan y falsean, como de los que en él se
apoyan transformándolo en la fuente del derecho histórico que se
transmite por medio de la oralidad ancestral heredada y vigente, que exige
guarda y proyecta la memoria colectiva de nuestro pueblo.
División
de Periodos Cronológicos como Reflejo de la Condición Resultante
del Pueblo Mapuche en su Relación Histórica con el Estado
Argentino.
La
presencia mapuche en
Pwel
Mapu se remonta
entonces, por un lado, al momento en que las aguas ocuparon sus actuales
espacios y los cerros y montañas adquirieron la altura y fisonomía
que hoy les conocemos; ahí están como testimonios los
Xeg
Xeg y
Yefvwe
como los espacios de tierra alta que entrañan un alto valor
histórico- simbólico- sagrado, pues fue en ellos donde la sociedad
mapuche de ese remoto tiempo salvó la vida ante el movimiento de las
aguas. Por otro lado, se reconoce esta presencia en los inicios del 2°
milenio de la Era Cristiana (s.XI) o
“tal
vez algo antes”.
Es decir que por lo menos se trata de una presencia que ya está medio
milenio antes de la invasión europea al continente que España
inicia en 1492, o bien de una presencia que antecede en 8 siglos al proceso que
en el Río de la Plata se sucede en torno al periodo de mayo-1810 y
julio-1816 donde la unidad política virreynal pasa a denominarse
Provincias Unidas del Río de la Plata, más aún se trata de
una presencia mapuche en
Pwel
Mapu anterior en casi
9 siglos a la fecha que podríamos fijar en el día I° de Enero
de 1885
cuando
Sayweke, el
último gran
Logko
que resiste, entrega su lanza a las fuerzas militares de los
“nacionales”. Recién entonces se puede hablar con mayor
propiedad de “Argentina” como una noción que en su aspecto
político y territorial adquiere su conformación actual.
Sobre
esta base, insistamos sobre un aspecto de enorme importancia porque nos permite
dimensionar la profundidad del carácter político de las
situaciones en juego en la relación histórica Pueblo Mapuche
– Estado Argentino, se trata de un aspecto que se vincula a la necesaria
construcción de una perspectiva histórico-cronológica que
surge de un acontecimiento histórico que divide nuestra Vida e Historia
en un antes y un después y por ello comporta el carácter de
acontecimiento de trascendencia histórica para la perspectiva
mapuche:
Decíamos
antes que la presencia mapuche en
Pwel
Mapu data de 9 siglos
o
“algo
antes” pero
¿de qué cosa en definitiva? Pues bien, la presencia mapuche en
Pwel
Mapu data de 9 siglos
o algo antes del momento histórico preciso en que dejamos de ser un
Pueblo Libre: el I° de Enero de 1885
Sayweke
entrega su lanza en Junín de los Andes y ahí se terminaba el
último foco significativo de resistencia contra el
wigka
a lo largo y ancho de
todo
el Territorio Ancestral
Mapuche.
A esa altura ningún otro
Logko
importante sostenía ya la resistencia y la lucha frente a ninguno de los
dos ejércitos nacionales (argentino y chileno) que debimos enfrentar,
así miles de años de vida libre, independiente y soberana, 900 de
los cuales han sido hasta ahora constatados por la arqueología,
terminaban ese día con la entrega de
Sayweke
ante las autoridades castrenses argentinas en Junín de los Andes,
territorio de la Nación Mapuche en
Pwel
Mapu.
De
esta forma, las llamadas “Conquista del Desierto” y
“Pacificación de la Araucanía” en su condición
de hechos componentes de un plan que persigue un único y claro objetivo,
conculcar el conjunto de elementos y derechos que sustentaban nuestra
condición de Pueblo Libre, alcanzan su materialización final y
completa el I° de Enero de 1885 aquí en
Pwel
Mapu; en esta fecha de
ese día y en ese acto de
Sayweke
identificamos el momento preciso en que el Pueblo de la Nación Mapuche en
su conjunto deja de ser literalmente libre y se le impone una vida de pueblo
sometido hasta el presente. Muchas cosas importantes sucedieron antes de esa
fecha y muchas otras han sucedido luego, más ninguna ha tenido la
trascendencia histórica de ella para nuestra existencia colectiva pues el
valor simbólico que esa fecha encierra y representa está dado por
el hecho de que marca un quiebre fundamental en nuestra Historia y divide
nuestra Vida en dos periodos cualitativos y diametralmente opuestos: De Pueblo
Libre por miles de años pasamos a una condición de Pueblo Sometido
a la ocupación permanente de su territorio y bajo las leyes impuestas por
el invasor, argentino en un caso, chileno en el otro, en el medio un solo
Pueblo, los mapuche que a partir de allí no hemos vuelto a conocer un
solo minuto de libertad hasta el presente.
Así,
el conjunto de acontecimientos que se suceden en el periodo y lo culminan el
I° de Enero de 1885, es en nuestra perspectiva más determinante
para nuestra vida hasta el presente que todo otro acontecimientos
histórico planetario; Ni las independencias de los llamados Estados
Nacionales respecto de la España imperial, ni las respectivas
contingencias políticas internas de estos países en su vida
independiente alcanzan el carácter de importancia decisorio para nuestra
vida colectiva (a ambos lados de la cordillera y tomando al conjunto de la
Nación mapuche) que tiene aquella fecha, de tal forma que es en
relación a ella como referencia histórico-cronológica de
mayor relevancia histórica y política, que desarrollaremos otros
acontecimientos que antes y después de ese momento han signado
también la relación histórica del Pueblo Nación
Mapuche de
Pwel
Mapu y el Estado
Argentino.
Invasión
continental e intento fracasado de ocupación territorial y
colonización sobre el Pueblo mapuche
Si
hay un momento de importancia para nuestra vida por cuanto se convertirá
en el antecedente histórico que anuncia las graves situaciones futuras a
las que el pueblo mapuche deberá hacer frente, es la del mes de octubre
de 1492, el inicio de una invasión continental a la que, aún al
precio de enormes sacrificios, nos enfrentaremos oportuna y gradualmente y ante
la cual mantendremos nuestra condición de Pueblo Libre, Independiente y
Soberano.
Más
concretamente, la invasión del mundo
wigka
a territorio mapuche se inicia con Pedro de Mendoza y su fundación de
Buenos Aires en 1536, población
de
avanzada
española que será destruida por los habitantes originarios que la
historiografía oficial y tradicional ha llamado
Querandíes,
la destrucción tiene lugar en 1541, el año que Pedro de Valdivia
funda a su vez Santiago en su intento de ocupación del territorio mapuche
al occidente de los Andes. En 1580 Juan de Garay funda por segunda vez la ciudad
de Buenos Aires y de allí en más, la permanencia española
allí confirmará la táctica bélica que el invasor
asumirá
como método
predominante de relación con los Pueblos Originarios del lugar.
La
ciencia social no ha podido demostrar fehacientemente cómo puede
desaparecer en un lapso no mayor de 60 años un pueblo entero, que no ha
sido objeto de una explotación ni exterminio físico directo sobre
todo por que se mostró exitoso en su enfrentamiento con el español
invasor, sin embargo, este sería para ella el caso de los llamados, y
misteriosos,
Querandíes.
Tampoco se explica satisfactoriamente cómo pudo darse de un momento para
otro el reemplazo de ese pueblo por la presencia de grupos de clara
filiación mapuche pues esto es lo que reflejan los primeros registros
escritos hechos por los españoles. Esa filiación mapuche, temprana
y anterior a la llegada de los europeos españoles, de los grupos
originarios de la actual ciudad de Buenos Aires, o por lo menos la estrecha
relación existente entre ellos (en caso de tratarse de grupos
distintos)
y la cultura mapuche de entonces, es otro de los aspectos
“novedosos” a los que la ciencia social deberá tener cada vez
más en cuenta si quiere ganar en rigurosidad. Porque lo cierto es que
esos primeros registros españoles evidencian dos grandes hechos que ya
desde la llegada invasora de los españoles aparecerán y
pervivirán hasta el fin del periodo libre de nuestra vida como
pueblo:
La
presencia mapuche en los nombres de jefes y lugares
geográficos
La
actitud
de defensa activa de su libertad y territorio que las parcialidades mapuche
sostienen frente a la táctica bélica española. Esa actitud
impone ya en esos primeros momentos de contacto una línea
geográfica que se estabilizará a la altura del Río Salado y
que se asumirá como la
frontera
que divide el
territorio independiente, libre y soberano de la Nación Mapuche, del
territorio bajo ocupación y jurisdicción de la Corona
Española.
Esta
actitud y presencia soberana de la existencia mapuche en
Pwel
Mapu se
transformó en un factor que en el tiempo se ha mostrado como uno de los
más consistentes, de extraordinaria coherencia y la herencia de mayor
valor político-cultural que aquellos antepasados nuestros pudieron legar
a la posteridad mapuche. Actitud y presencia libertaria y soberana que se
reflejó ya a partir de los primeros contactos con el español y que
nos permitió como pueblo abrir uno de los periodos históricos
más importantes en cuanto a los efectos futuros que va a generar, hasta
el presente, en la relación Pueblo Mapuche – Estado
Argentino.
En
efecto, la impotencia española para someter al poder beligerante mapuche
que defiende activamente su territorio y forma de vida, obliga a la Corona a
iniciar un sistema de relaciones bilaterales al nivel de potencias iguales en su
poder político soberano, libre e independiente, con competencia
territorial delimitada por una frontera formalmente reconocida. Sobre la base de
este principio se fundamentan las relaciones entre el Pueblo Mapuche, ejercido
por las diversas identidades y/o parcialidades territoriales que conforman a la
Nación Mapuche, y las autoridades coloniales primero y el Estado
Argentino luego; principio que se implementa mediante el mecanismo de la
diplomacia política expresada en la instancia de los Parlamentos y cuyos
resultados se plasman en los acuerdos políticos pactados bajo la forma de
Tratados con valor jurídico vinculante para ambas partes comprometidas en
los mismos.
Más
allá de los cambios múltiples ocurridos en las esferas
política, territorial, de las fronteras, de las sociedades, etc.,
producto de la correlación coyuntural de las fuerzas en pugna, ese
principio basal de las relaciones bilaterales cruza todo el periodo
histórico colonial, los primeros siete decenios de la República y
se mantiene inalterable hasta la fecha ya mencionada que marca el fin de vida
libre como pueblo. No importó el poder impresionante de la Corona y su
Rey, ni si el Estado luego pudo doblegar y / o convencer a unas u otras
parcialidades mapuche para sujetarlas a su dominio, o si la influencia
ideológica de la iglesia católica le ayudó a ablandar a
otras tantas en su resistencia, lo trascendente fue que hasta el último
minuto de nuestra vida libre los más importantes sectores de nuestro
pueblo sostuvieron la lucha afirmados en ese factor de presencia y actitud
soberana histórica y en la invocación al respeto del principio
político que fundamentaba la relación bilateral entre dos
soberanías distintas.
Ese
periodo histórico vio sucederse una serie impresionante de profundos
cambios en todo orden de cosas a nivel planetario: el proceso conocido como
revolución industrial, la gran mutación cultural conocida como el
movimiento de la Ilustración, el ciclo de las llamadas revoluciones
políticas burguesas en Gran Bretaña, Estados Unidos, Francia y las
independencias de las colonias españolas en América. A nivel de
los cambios que afectaría a lo que en el futuro se llamaría
República Argentina, en la era colonial el Virreinato del Perú
dejaría paso el Virreinato del Río de la Plata, éste a su
turno dejó paso a las Provincias Unidas del Río de la Plata cuando
se iniciaba el proceso de emancipación de las colonias americanas de
España, en este contexto vendría la independencia formal seguida
de la emergencia de la República imbuida de los valores racionales,
desacralizados e individualistas de la Ilustración; la ciencia, la
técnica y las ideas cambiaban el mundo intelectual y espiritual de
aquellas generaciones, se iniciaba la fraticida querella política entre
unitarios y federales en pugna por dar una u otra identidad política al
proceso de construcción del llamado “estado nacional” que
estaba en marcha, así como dar homogeneidad al nuevo tipo de sociedad
“nacional” que se buscaba imponer según los postulados
ilustrados. El Estado se dota de su Carta Magna definitiva donde no se puede
dejar de reconocer la existencia de unas
fronteras
“interiores”
que son en realidad delimitaciones entre poderes soberanos externos uno de otro
puesto que, al mismo tiempo, se delega en el Congreso de la
“nación” la responsabilidad de promover la
pacificación
con los “indios”, mientras se llama al otro poder, siempre
omnipresente, en el párrafo en que se llama a su conversión, de
los “indios”, al catolicismo. Se inicia luego el llamado proceso de
“organización nacional” con las tres presidencias que pasan a
la posteridad como las hacedoras de la estabilidad política necesaria
para encauzar a la república en el camino de la modernidad que dictaba a
su vez el capitalismo y sus transformaciones en la esfera económica.
Así, llegamos al momento de la implementación de la campaña
militar dirigida a invadir y anexionar para la república el territorio
mapuche. Antes se han dictado ya dos leyes en el Parlamento, la 215 del
año 1867 y la 947 de
1878,
que dan carácter
legal
a esa decisión política para implementar la empresa
militar.
Sin
embargo, mientras esa serie impresionante de cambios se producen en el mundo y
al interior del Estado, el principio político que fundamenta la
relación Pueblo Mapuche – Estado Argentino permanece inalterable; a
tal grado es esto cierto que más allá de los efectos que los
cambios mencionados han traído al interior de la sociedad mapuche, los
sectores que sostienen su condición de Pueblo Libre, Independiente y
Soberano política y territorialmente, que pacta acuerdos con el Estado en
su condición de iguales y que no reconoce soberanía mayor que la
suya propia, etc., conforman una fuerza de tal peso que el Estado debió
implementar una campaña militar de la mayor relevancia poniendo al frente
de la misma a sus más prestigiosos comandantes y generales para imponer
su propia soberanía. Una campaña militar de similar envergadura ya
había sido ejecutada contra nuestro pueblo casi medio siglo antes y en
ambas ocasiones hubo cruce de informaciones y colaboración entre los
gobiernos y cuadros militares argentino – chileno. Pero el poder y control
político – territorial mapuche estaba ahí, sosteniendo
incólume el principio de relación bilateral soberana con el Estado
Argentino y fue por ello, no por otra razón, que éste debió
proceder hasta el último minuto a la practica habitual de la diplomacia
política firmando tratados ya con los “indios amigos” y
más aún con los “rebeldes”; esos tratados son hoy
documentos de mayor valor jurídico que las leyes de invasión y
anexión votadas por el parlamento pues mientras estas tienen alcance de
índole “doméstico”, aquellos se vinculan a cuestiones
relativas al derecho internacional actualmente vigente.
El
cambio de carácter político en la condición de la
Nación Mapuche: de Pueblo Libre a Pueblo Sometido
Por
otro lado, la moral vinculada a la ética política está
ausente en el accionar de las instituciones argentinas en esa coyuntura
histórica en la que mientras firma tratados con toda la pompa protocolar
que los mismos entrañan, su parlamento vota también leyes de
invasión y anexión territorial. Esa ética política
seguirá estando ausente en el accionar estatal argentino: Julio Argentino
Roca asume la presidencia del Estado en premio a su papel en la llamada
“Conquista del Desierto”. Autor intelectual del mayor y más
siniestro mecanismo de desestructuración y expulsión de la
sociedad mapuche que se instrumenta simultánea y posteriormente a la
campaña militar, ha estudiado concienzudamente los casos de EE.UU. en su
relación con los pueblos originarios de allí, el de Francia y su
política colonial con los originarios de Argelia y está
también muy al tanto y en relación permanente de lo que el Estado
chileno discute en cuanto a los pasos a seguir con la población mapuche
allí en esa parte de nuestro territorio una vez terminada su propia
campaña militar. Se decide por implementar aquí el sistema de
“distribución”, se trata en realidad de un sistema de
desmembramiento familiar y deportación en masa, un plan destinado al
despoblamiento del espacio territorial mapuche, una versión criolla y
adelantada de las contemporáneas acciones de “limpieza
étnica” de fines del s. XX en otras regiones del mundo, es en
definitiva un intento fallido de
Genocidio
que en su implementación ha dejado secuelas en todas las esferas de
nuestra vida social que llegan hasta nuestros días.
Así
se inicia para nosotros el periodo en que nuestra condición mudó a
la de un Pueblo Sometido, el sistema de distribución es la
política estatal argentina que inaugura este periodo; si en el anterior,
el carácter libre de nuestra condición como pueblo
prevaleció por sobre los cambios y las fases distintas por las que ese
periodo atravesó, en el que se inicia con el sistema de
distribución es el carácter de pueblo sometido el que prevalece
hasta el día de hoy por sobre los cambios de matices que el Estado ha
implementado en diversos momentos y no vemos una mayor perspectiva de cambio en
serio en esta situación, por lo menos en el corto plazo.
En
la lógica del sometimiento, en este periodo el Estado instrumenta
diversos mecanismos donde prevalecen ciertos elementos dominantes de la
política que se persigue y que se modifican en combinación con
otros elementos también en dependencia de la visión coyuntural del
Estado, guiado siempre por la más estratégica política,
como ya dijimos, del sometimiento.
Así,
el sistema de distribución es la política que en ese primer
momento persigue la eliminación física de la sociedad mapuche
combinada con una de expulsión territorial y la destrucción
cultural de los sobrevivientes. Los varones hechos prisioneros y los que se
entregan por propia voluntad son concentrados en la isla Martín
García ubicada en el Río de la Plata frente a la provincia de
Buenos Aires, de allí son enviados a servir en el ejército, en la
marina otros o en los ingenios azucareros de las provincias del norte del
país los demás. Las mujeres y niños eran llevados a la
ciudad de Buenos Aires y en acto público organizado por las entidades de
beneficencia y publicitado en los periódicos, eran separados y repartidos
para servir entre las familias acomodadas del lugar. A este primer momento le
sigue otro en que la política ahora tiene por principal objetivo la
destrucción cultural combinada con el disciplinamiento y control social
para la conversión de la población sobrante en mano de obra
“libre” para el mercado de trabajo agrícola. La iglesia y sus
proyectos de colonias agrícolas, el servicio militar obligatorio y
fundamentalmente el sistema de educación estatal por medio de las
escuelas tendrán las manos libres ahora para la conversión al
cristianismo así como para extirpar todo vestigio
“bárbaro” de la cultura y la lengua, en su lugar se buscaba
hacer nacer al ciudadano argentino, de segunda clase pero necesario para el
funcionamiento del juego de las clases sociales en formación. Tibiamente
se asiste a un muy gradual consentimiento estatal al reclamo de tierras ejercido
por algunos grupos familiares sobrevivientes reunidos en torno a algún
nuevo y / o antiguo
Logko
que serán los fundadores de las actuales “comunidades”, junto
a aquellos que obtuvieron tierra por su servicio al ejército en el
periodo de guerra. Así, progresivamente se llega a la política que
combina un control social sostenido en un aparente reconocimiento cultural con
un estricto control político – ideológico que busca generar
un individuo que reconociéndose mapuche subordina esa condición a
la más importante de ser un buen ciudadano argentino, que vota en las
elecciones y se emociona con los partidos de la selección de
fútbol, además de cumplir fielmente con los sacramentos del
casamiento por iglesia y el bautismo cristiano de sus hijos. Indigenismo y
neoindígenismo son algunas de las denominaciones que recibe esta
política y en este marco se produce una batería de leyes a partir
de la vuelta de la democracia, se habla de educación bilingüe e
interculturalidad, títulos de propiedad, convenios internacionales, etc.
Algunas
consecuencias y perspectivas de la actual condición de Pueblo
Sometido
Más
allá de discursos y / o intenciones demagógicas, populistas o
ingenuas que se pronuncien por un lado y se crean por el otro, lo único
cierto es que en su accionar respecto de la relación que ha mantenido con
el Pueblo Mapuche, el Estado Argentino ha sido coherente y consecuente con sus
intereses más profundos, así, reconoce o desconoce sus
obligaciones según sus conveniencias circunstanciales, veamos algunos
ejemplos:
Mientras
en 1857 en el Tratado de paz que el Estado Provincial de Buenos Aires firma con
el Logko Yanquetruz al nivel de trato entre pares, ambos asumen la
continuidad
de los compromisos contraídos por sus respectivos antepasados, el hecho a
destacar es que por el lado de Buenos Aires eso significó asumirse
heredero de acuerdos contraídos por el Rey de
España,
“A
partir de 1879, en la República Argentina se desarrolló(...) la
llamada Conquista del
Desierto(...)” y
a partir de allí, desaparecidas esas
“comunidades
libres que eran la contraparte de los
tratados”, el
Estado se desentiende unilateralmente de todos esos compromisos, los del periodo
colonial y el republicano, más aún se difundió la
opinión acerca de la inexistencia de los mismos con un éxito tal
que
“hasta
el día de hoy muchos de nosotros pensamos que nunca se celebraron
tratados con los indios en la
Argentina.”
Hay
más, la ley N° 947 votada por el Honorable Congreso de la
Nación Argentina en octubre de 1878
“dispone
el establecimiento de la línea de fronteras sobre la margen izquierda de
los ríos Negro y
Neuquen”,
así lo dictaba también la anterior ley N° 215 de agosto de
1867 y ello significaba el mandato de no cruzar al territorio bajo
jurisdicción de
Sayweke,
que junto a otros
Logko
habitaba la actual provincia de Neuquen, esto entrañaba un trato distinto
para la parcialidad de ese jefe que habiéndose negado a conformar una
alianza que fortaleciera la resistencia mapuche en ese periodo, buscaba mantener
buenas relaciones con el Estado en espera del respeto a su investidura de jefe
originario. Pero el Estado se desentiende de sus propias leyes sin mayor
preocupación de su honorabilidad institucional y así el
ejército cruzó, invadió, llevó la guerra y la muerte
y, como ya vimos, la paradoja del destino fue que allí se encontró
finalmente la mayor resistencia mapuche del periodo, al punto que el jefe
mapuche “amigo” pero soberano fue la última de las grandes
autoridades mapuche que sostuvo la lucha y resistencia en defensa de esa
soberanía.
Pero
hay más, los Estados modernos se ven obligados a cumplir con sus
compromisos externos en el marco del derecho positivo y el derecho internacional
bajo el principio
“pacta
sunt senrvanda (los pactos se
cumplen)”,
así el Estado Argentino, entre otros, queda comprometido al pago de su
deuda externa por ejemplo y ello significa una obligación vinculante para
todos los gobiernos que asumen así las obligaciones contraídas por
sus
antecesores.
De esta forma se cumple ante los poderosos acreedores externos más no
así ante los tratados contraídos antes con los ahora debilitados
mapuche.
Podríamos
seguir pero veamos solo un ejemplo más. La Reforma Constitucional del
año 1994 fue para muchos, casi toda la sociedad que consumió la
propaganda oficial de esos días, fruto de la lucha
“indígena” por un lado y de una política de
reconocimiento y “reparación histórica” del Estado por
el otro. Ninguna de las dos cosas, la razón central del cambio en el
texto que hacía referencia a la cuestión del otrora
“problema” indígena fue motivada principalmente por una
actitud políticamente correcta ante la coyuntura político –
jurídica internacional, frente a la cual muy mal parado quedaría
el país al proceder a una reforma constitucional que no retocara la
cuestión de “sus” indígenas. Más aun, en esa
reforma no hubo consagración alguna de los derechos de los “pueblos
indígenas” como se hizo creer a los propios
“indígenas” y a la población toda, el supuesto
reconocimiento escrito en el nuevo texto se incluyó en la sección
que otorga al congreso nacional, el honorable, la potestad de legislar sobre el
tema concurriendo para ello también las legislaturas provinciales, es
decir que aún sin ir al fondo del carácter de la
problemática, el texto reformado antes de convertirse en ley
deberá pasar por la intermediación de los intereses partidarios,
económicos e ideológicos no solo del congreso nacional sino
también de sus similares provinciales.
He
aquí el carácter de la relación histórica que el
Estado Argentino a tenido para con el Pueblo
Mapuche
en
Pwel
Mapu, ha debido
cumplir mientras se lo obligó a ello con el poder beligerante mapuche,
luego ha quedado en evidencia una y mil veces el carácter de una
relación vacía de contenido ético – político
digna de nuestra credibilidad. Este carácter de las relaciones debe
llamar nuestra atención en el actual panorama político –
jurídico internacional y sus efectos al interior de los Estados que
mantienen el sometimiento de nuestro pueblo. Nuestra experiencia
histórica nos advierte: las medidas estatales que en el último
tiempo se revisten de supuestos reconocimientos de los derechos del pueblo
mapuche no buscan ni tienen realmente ese propósito ni ese alcance. En
Pwel
Mapu, ni la Ley
23.302, la primera de la democracia relacionada al tema
“indígena” promocionada además como reparación
histórica, ni la Reforma Constitucional, ni la ratificación del
Convenio 169 de la OIT, buscan aproximar nuestra condición de pueblo a la
que gozábamos hasta el I° de Enero de 1885. Ese periodo de nuestra
vida colectiva debe servirnos para aclarar nuestros análisis y discernir
con claridad entre el uso legítimo que podemos hacer de los instrumentos
y circunstancias que la coyuntura histórica pone a nuestro alcance para
afirmar nuestra situación actual y lo lejos que están esos
instrumentos de devolvernos a la condición de Pueblo Libre.
No
podemos esperar del Estado esa meta, no la tiene y no la tendrá en el
futuro cercano; resolver este aspecto de nuestra vida presente es el
desafío histórico de nuestra generación, mientras tanto
debemos insistir en la denuncia de todos aquellos aspectos que imposibilitan el
ejercicio de la cohesión social que como miembros de un solo pueblo
necesitamos ejercer; en
Pwel
Mapu la
imposición de fronteras provinciales con sus respectivos poderes
ejecutivos, legislativos y judiciales, sistemas educacionales que buscan
fomentar una identidad provincial distinta de las demás y donde el
vinculo de cohesión “nacional” pasa por reforzar la identidad
y ciudadanía argentina, etc. son factores entre otros que obstaculizan la
necesaria intra relación mapuche para una reconstrucción del
tejido social. La frontera estatal afecta los mismos aspectos identitarios
recién mencionados pero en una dimensión mayor. Somos argentinos
mientras los otros son chilenos es lo que enseña la escuela, a lo sumo se
diferencia entre mapuche argentino y mapuche chileno; ni qué decir de los
ordenamientos político, jurídico, territoriales. La frontera
“internacional” que se nos impuso en la cordillera de los Andes
afecta vínculos de diferente tipo, comunitarios, familiares, sociales,
religiosos, de la salud, etc. Familiares que viven en comunidades a uno y otro
lado de esa frontera se ven impedidos de relacionarse según las
formalidades mapuche pues las aduanas exigen el no paso de animales, caballos
por ejemplo, por las normas estatales fitosanitarias, esto mismo impide
también que las delegaciones de uno y otro lado puedan participar de las
ceremonias religiosas de las que tradicionalmente formaban parte porque no
pueden cruzar a caballo. En relación a la medicina mapuche que
históricamente se ha practicado cruzando remedios naturales a uno y otro
lado de la, ahora establecida, frontera nuestros hermanos
Machi
así como todo aquél hermano que quiera curarse, debe convertirse
en un traficante clandestino de remedios naturales por que de lo contrario las
“autoridades” aduaneras se lo incautan.
A modo
de conclusión
Dos
periodos claramente diferentes y determinantes en todas las esferas de nuestra
vida colectiva aparecen en la Historia del Pueblo Mapuche producto de su
relación histórica con el Estado Argentino. El primero de ellos es
el de nuestra condición de Pueblo Libre que culmina el I° de Enero
del año 1885; a partir de allí se inicia el segundo periodo
signado por nuestra condición de Pueblo Sometido hasta el
presente.
Volvemos
una y otra vez nuestra mirada hacia aquellas identidades y parcialidades
mapuche que se mantuvieron hasta el final sosteniendo relaciones
diplomáticas en su condición soberana tanto con el Estado
Argentino como con el Estado Chileno
simultáneamente,
es ese periodo y esa actitud mapuche del pasado reciente de nuestro pueblo el
que nos parece verdaderamente importante de enfatizar, es el momento más
cercano a nosotros en que podemos sentir el aire de libertad que se respiraba en
nuestra tierra, es también la fuente del derecho más profundo y
amplio donde pueden afirmarse e inspirarse las actuales demandas de nuestro
pueblo. Todo lo que en la actualidad se pueda avanzar es insuficiente si lo
medimos en relación a ese periodo de libertad y soberanía mapuche;
todo lo que consigamos debe estar encauzado en dirección a alcanzar, en
las condiciones del s. XXI, el grado y la condición de libertad que
nuestros mayores ejercieron en el periodo último en que nos arrebataron
injustamente esa condición de Pueblo Libre.
Con
esto no postulamos el quitar la importancia debida a las circunstancias
favorables que la coyuntura histórica nos pudiera presentar, por el
contrario, sostenemos la necesidad de dimensionarlas en su justa medida,
aprovechando sus virtudes e identificando sus limitaciones; la Reforma
Constitucional y el Convenio 169 de la OIT son dos de las medidas tomadas por el
Estado Argentino en el campo del derecho jurídico con efectos en el
político, económico, cultural, educacional, de tierras, etc.
Importante sin duda pero sobredimensionadas por cuanto no han sido concebidas
para restituir al Pueblo Mapuche la única condición que le
permitiría construir un futuro en su carácter de tal, es decir,
como un Pueblo Libre. ¿En qué cosa pensamos sino cuando se nos habla
de
Reparación
Histórica?. Es
esta la justa medida que debemos tener como patrón histórico con
el cual medir el alcance real de toda política estatal hacia nuestro
pueblo.
En
general, los Pueblos Indígenas del continente eran libres y soberanos a
la llegada invasora del español, no todos ellos, sin embargo, lograron
mantener esa condición al entrar en contacto con el imperio, unos
mantuvieron esa libertad mediante el éxodo, otros lo intentaron por medio
de alianzas con el propio invasor. El caso mapuche es el de esos muchos pueblos
que lucharon pero además es el de esos pocos que en el continente
plantearon y sostuvieron una
relación
bilateral
entre potencias soberanas y beligerantes con acuerdos
político-jurídicos que entran en el marco del Derecho
Internacional vigente.
Esa es la condición política en que nos encontrábamos
cuando el Estado Argentino viola e ilegaliza todo su accionar
político-institucional hasta hoy, al penetrar militarmente en nuestro
territorio, conculcar nuestra soberanía política y territorial e
imponer sus leyes a una sociedad regida legítimamente por una
soberanía distinta y externa a él. Y es sabido que la conquista y
la violencia no constituyen
“modos
de
apropiación”
según el propio Código Civil.
Por
otro lado, el Estado Argentino y su aparato político-institucional de hoy
es el mismo en sus principios fundamentales que aquél que nos sometiera
ilegalmente, es por lo tanto éste el Estado que debe y puede, si tiene
voluntad política para ello, proceder a una política de
reparación histórica que, para ser tal, le lleve a ponerse a la
altura de restituir nuestra condición de Pueblo Libre, esa que
teníamos al momento anterior al I° de Enero del año 1885. El
derecho político internacional habla de libre determinación,
autodeterminación y autonomía, las formas políticas acordes
al momento presente podrán buscarse y hasta crearse, el contenido y
carácter que debe tener nos lo heredaron nuestros antepasados. No se
trata por lo tanto de volver al pasado sino de generar las condiciones
necesarias en el presente para restituir el carácter político que
nuestro pueblo se ganó en más de 350 años de relaciones
bilaterales y soberanas que fueron plasmadas para siempre en los Tratados
pactados.
Es,
por último y una vez más, en relación a esa
condición política histórica que el Pueblo de la
Nación
Mapuche
ha sostenido con el Estado Argentino donde encontramos la medida justa para
evaluar las políticas estatales y en base a ello debemos también
retomar la actitud pertinente, como miembros actuales de este pueblo, que nos
lleve a reencauzar el carácter de nuestras actuales relaciones
políticas con el Estado.
ANEXO
3
Listado
de Iglesias Evangélicas Pentecostales con Personalidad Jurídica
Hasta
1993
1910-1949:2
Iglesia
Metodista Pentecostal de Chile 30-09-1929
Iglesia
Evangélica Pentecostal 19-06-1940
1950-1959:3
Misión
Pentecostal Apostólica 03-05-1950
Iglesia
Pentecostal 18-01-1954
Iglesia
Cristiana Pentecostal de Chile 05-06- 956
1960-1969:10
Iglesia
Evangélica Cristiana Pentecostés 09-08-1962
Misión
Nacional Evangélica Pentecostal Pesebre Luz del Mundo
27-09-1962
Corporación
Evangélica Pentecostal Universal uno en Cristo 13-02-1967
Iglesia
Pentecostal Unida de Chile 09-06-1967
Misión
Evangélica Pentecostal Veinticinco de Enero 09-09-1967
Iglesia
Cristiana Pentecostés los Mensajeros de Cristo 05-12-1967
Misión
Evangélica Pentecostal de Peñalolen 22-05-1968
Iglesia
Pentecostal de la Trinidad 15-06-1968
Iglesia
Unión Pentecostal el Triunfo 4-02-1969
Corporación
Evangélica Pentecostal Nuevo Amanecer 24-06-1909
1970-1979:
19
Iglesia
Evangélica Estrella de Belén Pentecostal 08-10-1971
Misión
Evangélica Pentecostés Templo la Hermosa 25-10-1971 (Nombre
Anterior:
Misión
Evangélica Pentecostal Templo la Hermosa.) Corporación Pentecostal
la Hermosa 26-11-1971
Iglesia
Hermandad Pentecostal de San Bernardo 12-12-1972
Iglesia
Cristiana Metodista Pentecostal 19-06-1973
Misión
Evangélica Metodista Pentecostal 06-02-1974
Iglesia
Pentecostal Nueva Sierra Bella 15-10-1974
Iglesia
Pentecostal Fe Apostólica 13-1 1-1974
Corporación
Pentecostal Jesús Redentor 04-06-1975
Iglesia
Pentecostal Luz en las Tinieblas 06-06-1975
Iglesia
Evangélica de Dios Pentecostal 03-06-1976
Iglesia
Universal Cristiana Pentecostal 26-07-1976
Unión
Pentecostal de San Bernardo 18-08-1976
Corporación
Evangélica Eben - Ezer Pentecostal 05-11-1976
Misión
Pentecostal Luz del Mundo 21-01-1977
Corporación
Privada de Desarrollo Social, Religioso, Iglesia de Misiones Pentecostales
Libres de Chile 28-06-1977
Iglesia
Evangélica Pentecostal Metodista Nueva Palena 19-07-1979
Iglesia
del Señor Pentecostal 21-08-1979
Iglesia
Evangélica Pentecostal Jesús la Luz del Mundo
13-12-1979
1980-1989:
25
Misión
Evangélica Pentecostal de Jesucristo 13-07-1981
Asamblea
de Iglesias Cristianas Pentecostal Incorporadas 21-10-1981
Corporación
Evangélica Unidad Pentecostés 23-02-1982
Misión
Evangélica Pentecostés Regreso a Jerusalén
03-12-1982
Iglesia
Pentecostal de Dios 09-12-1982
Misión
Evangélica Pentecostal Rey David 04-05-1983
Iglesia
Pentecostal Evangélica Misionera 24-05-1983
Corporación
Iglesia Pentecostal Filadelfia Primera de Chile 02-09-1983
Instituto
Bíblico Pentecostal de Chile 30-11-1983
Misión
Iglesia Evangélica Autónoma Pentecostal 23-11-1984
Iglesia
Evangélica Pentecostés Cristo Vive 25-10-1985
Iglesia
Evangélica Misionera Pentecostal de Chile 25-10-1985
Misión
Evangélica Pentecostal el Aposento Alto 17-01-1986
Iglesia
Misionera Pentecostal Jesús te Llama 17-01-1986
Iglesia
Evangélica Misión Poder Pentecostal 07-04-1986
Corporación
Evangélica Pentecostal Biblia Abierta 07-04-1986
Iglesia
Pentecostal Testimonio de Jesucristo 27-02-1987
Misión
Evangélica Pentecostal Monte de los Olivos 18-02-1988
Corporación
Evangélica Pentecostal Puerta del Cielo 15-04-1988
Iglesia
Pentecostal del Concilio Latinoamericano de Nueva York en Chile
28-10-1988
Corporación
Evangélica Pentecostal el Poder de Cristo 12-12-1988
Iglesia
Movimiento Pentecostal Misionero 22-12-1988
Misión
Pentecostal Fundamentalista 06-01-1989
Misión
Iglesia Evangélica Pentecostal Reformada 02-02-1989
Iglesia
Pentecostal el Séptimo Sello 05-10-1989
Iglesia
Pentecostal la Rosa de Sarón 02-11-1989
1990-1994:
19
Iglesia
de los Hermanos del Monte Pentecostal 22-01-1990
Misión
Iglesia Evangélica Pentecostal en Marcha 22-02-1990
Iglesia
de Dios Pentecostal Movimiento Internacional en Chile 10-04-1990
Misión
Iglesia de Dios Jesucristo la Verdad Pentecostal 23-04-1990
Iglesia
Revelación de Jesús Pentecostés 01-06-1990
Misión
Evangélica Nueva Pentecostal de Chile 23-02-1990
Iglesia
Evangélica Redil de Jesús Pentecostal 25-06-1990
Iglesia
Pentecostal Aguas Vivas Apostólica de Chile 06-02-1991
Iglesia
Pentecostal la Alborada 19-06-1991
Iglesia
el Fuego Pentecostal de Cristo 17-07-1991
Corporación
Iglesia Evangélica Pentecostal Las Sendas
Antiguas
de la Pintana
22-09-1992
Iglesia
Evangélica Pentecostal Universal "Socorro de lo Alto"
16-01-1992
Iglesia
Pentecostal Evangélica de San Miguel 17-02-1992
Corporación
Evangélica Pentecostal Iglesia El Arca 08-05-1992
Iglesia
Corporación Pentecostés Luz y Vida 16-10-1992
Iglesia
Evangélica Pentecostal Monte Sion 16-11-1992
Misión
Evangélica Pentecostal Eliezer, Dios es Ayuda 24-11-1992
Corporación
Evangélica Pentecostal Tabernáculo de la Fe
19-01-1993