9.
Tierras y territorios mapuches
De acuerdo
a los datos proporcionados por el censo de
1907, en Arauco había 4.706
personas, en Malleco 12.259, en Cautín 46.781, en Valdivia 26.134, y en
Osorno y Carelmapu 11.358. No se consignaron en ese Censo los huilliches de
Chiloé. El total de población mapuche que arrojó este
Censo, el primero que se realiza en la zona mapuche, fue de 101.118 personas,
aunque hay autores que sostienen que la cifra debía ser mayor, cercana a
los 150 mil indígenas, ya que los mismos Padres Capuchinos a cargo de
realizarlo, señalan que no alcanzaron a llegar a los lugares más
alejados. Para la mayoría de los chilenos que creían que producto
del “proceso civilizatorio”, los mapuches habían desaparecido
del territorio, esta información constituyó una verdadera
sorpresa.
Tomando en
consideración varios datos y sus actualizaciones, se plantea (ver Tabla
Nº 17) que el Estado entregó 3.078 Títulos de Merced que con
los sistemas de medición de la época equivalían a 475.194
hectáreas y favorecieron a 77.751 indígenas. El Censo de 1907
había establecido la existencia de casi 110 mil indígenas, por lo
que muchos, a lo menos 33 mil personas, quedaron sin tierras o no fueron
radicados por medio del proceso de
radicación.
Es evidente que el origen del minifundio indígena se encuentra en estas
cifras. Esto, porque si se considera el aumento de la población y que el
tamaño de las familias es mayor que el promedio nacional, se observa que
según el Censo de 1992, viven en el campo 235 mil mapuches en
comunidades, y si las tierras son alrededor de 500 mil hectáreas como se
ha dicho, tenemos un poco menos de dos hectáreas por
persona.
Y esto, sin considerar que muchas de estas tierras se han degradado y han
perdido su calidad.
Otros
estudios muestran datos con una leve diferencia, ya que se señala (ver
Tabla Nº 18) que la Comisión, entre 1884 y 1929 habría
otorgado un total de 2.918 títulos de merced radicando a 82.629 personas
en una superficie total de 510.386, 67 hectáreas entre las provincias de
Arauco por el norte y Osorno por el sur.
A
través de este mecanismo se reconoció a los indígenas la
propiedad de una parte mínima, 6,39% del territorio hasta entonces
ocupado por ellos, comprendido entre Arauco por el norte y Llanquihue por el
sur. No obstante diferir en algunas cifras, los datos entregados por ambos
estudios son elocuentes y demuestran sin lugar a dudas los resultados del
proceso de
radicación.
TABLA
Nº 17. Proceso de Radicación
Provincia
|
Títulos
de Merced
|
Hectáreas
|
Personas
|
|
66
|
7.116
|
1.912
|
Bío
Bío
|
6
|
659
|
112
|
Malleco
|
350
|
83.512
|
11.512
|
Cautín
|
2.102
|
317.112
|
56.938
|
Valdivia
y Osorno
|
552
|
66.711
|
7.261
|
Llanquihue
|
2
|
84
|
16
|
TOTAL
|
3.078
|
475.194
|
77.751
|
Fuente:
Datos de Radicación de los indígenas en Chile. Datos basados en el
informe del Comité Interamericano de Desarrollo Agrícola
(CIDA).
TABLA
Nº 18. Proceso de Radicación (1884-1929).
Provincia
|
Nº
TM
|
%
|
Superficie
|
%
|
Personas
|
%
|
Has/pers.
|
%
territorio total
provincial
|
|
77
|
2,6
|
9.700,59
|
1,9
|
2.477
|
3,0
|
3,92
|
1,79
|
Biobío
|
6
|
0,2
|
16.667,00
|
3,3
|
804
|
1,0
|
20,73
|
1,11
|
Malleco
|
280
|
9,6
|
80.900,75
|
15,8
|
9.455
|
11,4
|
8,56
|
6,03
|
Cautín
|
2.038
|
69,8
|
326.795,31
|
64,0
|
61.798
|
74,8
|
5,29
|
17,72
|
Valdivia
|
477
|
16,4
|
70.852,32
|
13,9
|
7.091
|
8,6
|
9,99
|
3,85
|
Osorno
|
40
|
1,4
|
5.470,70
|
1,1
|
1.004
|
1,2
|
5,45
|
0,59
|
Total
|
2.918
|
100,0
|
510.386,67
|
100,0
|
82.629
|
100,0
|
6,18
|
6,39
|
Fuente:
José Aylwin. Martín Correa. “Tierras Indígenas de
Malleco: Antecedentes Histórico Legislativos y Estudio de
Comunidades”. p. 58.
La
radicación actuó de diferente manera en las zonas o áreas
de alta densidad mapuche en que las comunidades vivían de manera estable
desde hacía mucho tiempo, incluso siglos y en aquellas que poseían
grandes territorios. Podemos determinar tres tipos de situaciones.
En el
primer caso se trataba de familias que vivían colindantes y que las
comunidades eran vecinas unas de otras y se las radicó tal como
habían vivido desde muy antiguo. Es el caso de las comunidades entre el
río Quepe y el Cautín, buena parte de Choll Choll, los alrededores
densamente poblados de Temuco, Huillío en el Toltén, Maquehua y
muchos otros sectores donde las comunidades forman un territorio compacto en que
al radicador no le quedó otra alternativa que reconocer el asentamiento
antiguo.
La radicación, en este caso, como se ha dicho, provocó muchas
disputas entre las comunidades, ya que muchas veces los límites que se
establecieron fueron arbitrarios y no eran los que tradicionalmente
habían tenido las familias.
Un segundo
caso, se refiere a las áreas menos densamente pobladas donde los lof
estaban más separados unos de otros y los territorios eran mucho
más amplios. Es el caso de la zona del Malleco, que fue desmantelada por
la guerra y donde muchas familias, como se ha dicho, debieron refugiarse en
otras partes más seguras, ya sea de la Cordillera o del sur del
país.
Es el caso de Galvarino, Lautaro y otras localidades donde mucha de la
población huyó por la guerra o se cambió de lugares de
habitación. En este segundo caso, se produjo propiamente una
reducción del
territorio.
En el
primer caso, se trataba de familias de antigua sedentarización y
dedicadas fundamentalmente a la agricultura. En el segundo caso, se
trataría de familias con mayor especialización en la
ganadería, por lo que requerían grandes extensiones de terreno
para el pastoreo. En el primer caso, la radicación tendió a
reconocer las tierras de labranza y en el segundo las tierras cercadas, limpias
y cercanas a las casas. Las tierras de pastoreo y sobre todo las Mahuidas -las
serranías boscosas- no fueron reconocidas, ni entregadas y sacadas a
remate público. En algunos casos tampoco se reconocieron las vegas, como
en la zona de Carahue, aduciendo de manera poco correcta que no poseían
ocupación permanente, cuando su característica es que se inundan
con el agua en el invierno, lo que les otorga la fertilidad en el verano.
Diferente
asunto es el ocurrido en comunidades que provenían de Argentina o que
fueron desplazadas absolutamente de sus tierras y territorios y que se los
radicó arbitrariamente, ya sea en medio de otra comunidad o en un lugar
nuevo que no era su área de habitación tradicional. Es el tercer
caso o tipo que se puede
establecer.
La
radicación realizada por el Estado fue un hecho extraordinariamente
conflictivo que contribuyó, además, a crear un conflicto que no ha
concluido después de casi un siglo. En el Volumen 2 (Anexo) de este
Informe, se consignan los resultados de un estudio realizado por la
Comisión, donde es posible apreciar la situación actual de la
propiedad de varios Títulos de Merced entregados por el Estado,
expresión de la evolución de esa propiedad entre 1929 y el
año 2002, esto es, los 73 años que han pasado después de
ocurrida esta historia, que mirada en la larga duración de la historia
indígena, es relativamente
reciente.