Portada Anterior Siguiente Índice | 6. El territorio ocupado por los Collas

6. El territorio ocupado por los Collas


De norte a sur, se distinguen tres áreas de ocupación y asentamiento colla que se conservan desde las primeras migraciones (Ver Mapa Nº 13).

  1. La primera y más extensa, está formada por los campos de pastoreo y las quebradas que contienen vegas y aguadas desde Chaco-Juncal por el norte hasta Chañaral Alto por el sur, además de los Cerros Bravos e Indaguaz, y los lugares denominados Quebrada El Asiento, Pastos Cerrados y el Agua Dulce, el cerro llamado Vicuña que se encuentra inmediatamente al sur[29]. También en esta área se consideran los campos de pastoreo de Doña Inés, Pedernales y Cerro Blanco.
  2. Una segunda área de poblamiento colla son las Quebradas Paipote, San Andrés y San Miguel como terrenos de invernada complementadas por los campos de pastoreo de El Patón y Llano del Leoncito en la cuenca alta del río Figueroa, más la quebrada y el Salar de Maricunga que actúan de veranadas.
  1. La tercera área y más austral, corresponde a la cuenca del río Jorquera formada por los ríos Figueroa, Turbio, Pircas Negras y Nevado La Gallina.
En la primera área de poblamiento, los collas comienzan a ocupar extensos territorios de pastoreo en el sector puneño y las quebradas, teniendo su principal asentamiento en el Agua Dulce, lugar cercano a la quebrada Pastos Cerrados o Quebrada Jardín. Las familias collas provenientes del noroeste argentino que recorren estos parajes son los Ramos, Villanueva, Quispe, Jerónimo, Marcial y Julio.

“En las veranadas de La Encantada, en el Agua de La Piedra para arriba, que en este tiempo no hay nadie, no hay familias ahí viviendo. Antes la familia que estábamos ahí éramos nosotros, los Ramos Villanueva, en todas estas partes, incluso la zona de El Bolsón en la quebrada Juncal, está todo a la misma altura, está cerquita, y cuando no había pasto por acá bajábamos a El Bolsón, que está casi a la misma altura de La Cruz. Cuando en tiempos de invierno estaba malo para La Cruz, nos bajábamos a El Bolsón, y después en el verano siempre nos veníamos a reunir a La Encantada (...) En la Quebrada de Inés Chica los viejitos que habían eran don Víctor Quispe, doña Guillermina Julio, que eran casados; había otro matrimonio entre don Rosalino Marcial y doña Gregoria Jerónimo; había otro viejito que era solo que se llamaba Pedro Nolasco; y de repente también por ahí estaba don Eustaquio Jerónimo y doña Candelaria, esa era la gente más antigua que había por ahí. Pero ellos tenían un grupo de familias que era fabuloso, los hijos, nietos, ellos fueron los que iban allá, ahí pasaban el invierno, eran familias grandes, hijos, abuelos, papás, tenían cada uno su ganado aparte. Es que ahí habían unos potreros muy re bonitos antes, cuando había agua, para pasar el invierno. Pero las familias más grandes ahí eran los Quispe y los Marcial, cordero, cabra, toda clase de ganado tenían. Mis bisabuelitos eran los dueños de Agua Dulce[30].” (Esteban Ramos Villanueva).

El espacio de ocupación y poblamiento se basaba en la trashumancia, en busca de pastos y aguadas que para las familias collas del sector de Potrerillos implicaba el uso de un extenso territorio que integraba quebradas, tales como El Bolsón, El Carrizo, Inés Chica y Vicuña al norte de la actual ciudad de El Salvador, y al sur de ésta, ocupaban la cuenca del Río Salado y sus principales quebradas, como Pastos Cerrados, El Asiento, Río de La Sal y Chañaral Alto, la cuenca del Río La Ola, con sus quebradas de Pastos Largos, Carachapampa y Pedernales, y la cuenca alta de la quebrada de San Andrés, en el cerro Indaguaz.

En este dilatado territorio había ‘posesiones’ familiares, donde estaban las viviendas, puestos estacionales y pequeños cultivos en las invernadas; en verano cada familia acudía a sus vegas y aguadas con los animales para el pastoreo. Dichas posesiones eran reconocidas como terrenos propios por las mismas familias y la posesión se acreditaba por el uso y las mejoras y cercos, que transmitía el derecho de uso a través de padres a hijos.

La ocupación y uso de los extensos campos de pastoreo altiplánicos ubicados entre el Salar de Pedernales y Maricunga, constituían zonas de excelente pastaje. La forma de poblamiento tradicional también consideraba los campos de pastoreo de la zona alta de la Quebrada El Asiento, en el sector de Cerro Blanco.

Durante la década de los cuarenta, el poblamiento indígena de las quebradas y la puna en Potrerillos comenzó a ser afectado por la acción de la fundición minera de Poterillos que contaminará los pastos provocando el éxodo de las familias collas.

En la segunda área de poblamiento colla, correspondiente al sector de la Quebrada de Paipote, fue iniciada la ocupación por la familia Quiroga y Araya en la quebrada Cortadera; estas dos familias fundadoras se radicaron en el área y trabajaron en la extracción de minerales. Posteriormente llegaron a poblar la Quebrada de Paipote algunos 'enganchados' a la mina de cobre "Dulcinea", ubicada en la Quebrada de Carrera Pinto, sector de Puquios, como es el caso de la familia Bordones, quienes arribaron al sector de Pastillo en 1910 y luego se trasladaron a Pastos Grandes, en el año 1911.

En la Quebrada San Andrés se instaló en el siglo XIX la familia Cardozo, desarrollando actividades ganaderas. Allí, realizaban rituales para propiciar al ganado y el lugar continuó siendo ocupado por su descendencia, entre los que se cuenta el padre de doña Jesús Cardozo quien murió en el año 1959 a la edad de 125 años.

“En la Quebrada San Andrés, donde nací yo... para el año nuevo nos juntábamos con mi padre de crianza para los Sanjuanes cuando se celebra el año nuevo, en la víspera del 23 de Junio mi padre hacía un corralito de monte, un hoyito al medio, traía los animales y les cortábamos la oreja que es la señal, se echaba ahí y se tapaba, después los animales grandes se marcaban, y de ahí él hacía todos sus ritos, sus gracias, sus ceremonias, la danza de la vidala. Entonces ahí se pedía, como se hace manda a la Virgen por ejemplo, que venga el año bueno, que cunda más los animales, que le de más vida a uno y a la familia, eso se le pedía a la tierra, al sol y al cielo, que viniera, que lloviera, que le diera más luz a la tierra para que creciera, a la Pachamama... Para San Juan, una vez que mi padre hacía su rito, prendía el corralito de monte y allí él iba con su botellita de aguardiente y coca.” (Jesús Cardozo, septiembre de 1996).

En río Jorquera las familias collas ocuparon el área geográfica que comprende las Quebradas del Río Jorquera, Carrizalillo, Romero, Los Piques, de Serna, Calquis, Río Figueroa, Paredones, Aguas Blancas, Río Turbio, Mondaca, Río Cachitos, Río Piuquenes, Río Nevado y Pircas Negras, los que mantienen una posesión tranquila y sostenida en el tiempo hasta mediados del siglo XX.


[29] Los lugares denominados Asiento, Pasto Cerrado y el Agua Dulce, corresponden a la quebrada de actual ocupación de la comunidad colla de Potrerillos. Pasto Cerrado es la actual Quebrada Jardín, nombre que fue puesto por los norteamericanos de la Andes Cooper Mining Company. Don Esteban Ramos, señala que desde antes de la llegada de los collas se llamaba Pastos Cerrados y fueron los gringos quienes le cambiaron el nombre por Quebrada Jardín.
[30] Molina, Raúl y Martín Correa. “Solicitud de Fondos...” Op. cit.