Portada Anterior Siguiente Índice | 3. Conocimiento por parte de europeos y criollos. 

3. Conocimiento por parte de europeos y criollos. 

El kakán nunca fue una lengua general, por ello no fue muy frecuente su aprendizaje. Citaremos algunos nombres registrados por los cronistas, las Cartas Anuas de la Compañía de Jesús y otros documentos.
El P. Alonso de Barzana comenzó su estudio en 1585; lo aprendió luego de mayo de 1588 y antes de fines de 1590 (Furlong). Barzana y el P. Pedro Añasco compusieron por 1590 preceptos gramaticales y vocabularios; Barzana también escribió doctrina cristiana, catecismo, homilías, sermones, confesionario y plegarias en kakán, pero nunca llegaron a ser publicados (Cartas Anuas, 1594-1595). Varios otros sacerdotes hablaron esta lengua:  Diego Juárez (1592), los PP. Fernando Monroy y Juan Viana (1600); los PP. Juan Romero y Gaspar de Monroy, que llegaron a componer canciones devotas (los Diaguitas gustaban de los cantares a lo divino en su lengua), catecismo y pláticas en kakán (1601); los PP. Juan Romero, Juan Darío y el Hno. Antonio Rodríguez (1603), el P. Horacio Morelli (1609), el P. Diego de Boroa (1611), el P. Juan Bautista Sansoni (1618-1619), los PP. Juan Cereceda y Antonio Macero (1631), Fr. Antonio de Andrada (1640). El P. Hernando de Torreblanca fue intérprete de kakán del famoso aventurero que se hacía llamar Pedro de Bohórquez Girón (1657). El P. Joseph de Ancheta era el único que sabía la lengua de los extrañados Quilmes en Buenos Aires (1666).  Algunos sacerdotes, luego de aprender esta lengua, señalaron que los intérpretes los habían engañado “diciendo mentiras y una cosa por otra”.
    También había laicos que hablaban esta lengua, como el residente en la ciudad de La Rioja Cristóbal Pereira, que ofició de intérprete en una información de 1594, o el escribano Juan de mena (1617), el cabo del fuerte del Pantano Antonio Calderón (1642) y los Protectores Generales de naturales, como Francisco Bernardo Picón (1667).