6. Situación
económica y administrativa de Rapa Nui
Al
arribo de Hotu a Matua y sus súbditos a la isla, descargaron todo lo que
habían traído, cestos de totora donde guardaban las herramientas,
las semillas, los tubérculos y los renuevos para vigorizar las
plantaciones de árboles. Allí venía el kape, taro, ti,
ñame, kumara, maika, caña de azúcar, toro-miro, marikuru,
makoi, mahute y nau nau; junto con algunas gallinas y cuyes.
Durante
un número no determinado de años, los habitantes de la isla
crecieron en número y abundancia. Bajo un sistema monárquico
ancestral, donde el Ariki contaba con todo el poder para reinar y decidir todo
sobre el territorio y sus
habitantes.
Con
la llegada del hombre de occidente cambia radicalmente nuestro sistema de vida,
una revisión de las descripciones realizadas por los navegantes de este
periodo, nos permite dar cuenta de la variedad de artículos involucrados
en el intercambio que invariablemente incluía productos de la isla, tales
como camote, plátanos, ñame, pollos, agua y otros, y, por parte de
los navegantes, madera, carne de ballena, cuchillos, tijeras, botellas
vacías, sombreros, ropa, algunas baratijas y bisuterías, etc.
otros, como La Perousse, entregan a los isleños semillas, plantas y
animales, a fin de que éstos se dedicaran al cultivo y la crianza con
miras al abastecimiento posterior de los barcos.
En
el año 1863, los misioneros introdujeron numerosos animales
domésticos y plantas para aumentar los recursos; además, el
capitán de la marina mercante de Francia, Dutrou – Bornier,
introdujo ganado para asociarse más adelante con el escocés,
residente en Tahiti, John Brander. Entre los años 1872 y 1877, Bornier
convierte la isla en una hacienda ovejera.
Con
la llegada de Salmón en 1879 y su contingente tahitiano se produjeron una
serie de cambios en la vida de los Rapa Nui. De acuerdo a los relatos de algunos
isleños, el nuevo administrador organizó una bada destinada a
buscar nuevas cuevas y escondites secretos con el fin de sacar objetos de
interés etnográfico, empleando artesanos hábiles para
tallar en madera y reproducir estos modelos para venderlos a los buques de paso.
Colecciones importantes de estas piezas fueron vendidas a varios museos, entre
ellos el Museo de Berlín y la Smithsonian Institution. Reorganizó
la hacienda ovejera, seguramente los Rapa Nui habían consumido algunos
animales, pero el nuevo administrador encontró, según cifras
estimativas, unas 10.000
cabezas.
En
1886 los isleños vivían de la agricultura, cultivo de caña
de azúcar, camotes, plátanos y otros cultígenos
tradicionales, protegiendo sus siembras de los animales con el sistema ancestral
de los mana vai. Como combustible usaban guano de animales, el que era recogido
por los niños durante el día y guardado en cestos de juncos dentro
de las
casas.
A
fines del siglo XIX, Chile pasa por un auge económico importante debido a
su posición estratégica en relación al Estrecho de
Magallanes. Este auge va asociado a una fuerte presencia naval y
económica en el Pacífico; el peso chileno era moneda dura en
Tahiti y en California. Debido a su ubicación geográfica frente a
las costas de Chile, Rapa Nui apart de proyectar 2.200 millas marinas al
interior del Océano Pacífico, es considerada por el nuevo Gobierno
un punto sumamente estratégico destinado a convertirse en una avanzada
hacia el Pacífico y una escala en el tráfico marítimo hacia
Australia y el Pacífico
Sur.
Se
introdujeron además nuevas especies vegetales tales como el eucaliptos,
pimientos, ciprés, higueras, y otros árboles frutales,
además de piñas, frutillas, frijoles, trigo, cebada y alfalfa,
entre otras especies también del reino animal, tales como perdices y
ratas noruegas, existían gatos ferales y gallinas silvestres en gran
número, 15.000 ovejas, 2.000 vacunos y 250 caballos que pastaban
libremente por la isla, pertenecientes algunos a la administración y
todos los demás a los Rapa Nui, quienes tienen la costumbre de criar a
sus animales en libertad, los que fueron dejados como regalo por los diferentes
visitantes que habían transitado a través de su historia.
Posterior
a la firma del Convenio de Voluntades del año 1888, entre 1889 y 1892 el
Agente de Colonización Pedro Pablo Toro, hermano de Policarpo,
permaneció prácticamente solo en la isla. Durante ese
período procedió a esquilar todas las ovejas que encontró,
en su mayoría propiedad de los Rapa Nui, embarcándose con la lana
hacia Tahiti en la goleta “Clorinda”, propiedad de Policarpo Toro;
con el fin de pagar a Brander lo que se le debía desde 1888 por concepto
del Contrato de Arriendo de Tierras efectuado en Tahiti en el año 1887 y
traer abastecimientos a su regreso. Pocos días después de zarpar
de Papeete, la barcaza tuvo que regresar a puerto por averías,
gastándose gran parte de los fondos en su reparación. Como
aún quedaba lana en la isla, P. Toro arrendó otra goleta con la
cual regresó a Rapa Nui, embarcando la carga hacia Papeete para pagar las
reparaciones de la Clorinda; esta vez regresando con gran cantidad de
víveres, naufragando la primera noche en su arribo por un súbito
temporal. De esta forma, Toro y sus acompañantes quedaron
prácticamente abandonados en el lugar. El piloto y el primer oficial
salieron en un bote hacia el continente en busca de ayuda, pero hasta nuestros
días se desconoce su
destino.
En
el informe que escribió P. Toro, después de calcular el
número de animales existentes en la isla, señala: “En 1888
existían en Pascua los siguientes animales: Ovejas: 12.400; vacunos:
1.100; caballares: 102. Tres quintas partes de los vacunos y caballares y dos
quintas partes de los ovejunos pertenecían al gobierno.” Las Dos
quintas partes restantes de vacunos y caballares, como así también
las tres quintas de ovejas pertenecían a los Rapa Nui, cosa que muy
pronto pasó al olvido por parte del Estado de Chile al incluirlos dentro
de todos sus
animales.
En
el primer contrato de la isla con Merlet, queda estipulado que: El Estado da en
arrendamiento al señor Enrique Merlet, por 20 años los terrenos,
edificios, enseres y animales que el fisco posee en Isla de Pascua donde el
arrendador se compromete a: pagarle la suma de 1.200 pesos anuales, pagaderos
semestralmente en la Tesorería Fiscal de Valparaíso. Facilitar
gratuitamente el transporte de colonos chilenos para la Isla como también
la conducción de herramientas o útiles de trabajo, a mantener en
la isla por su cuenta a tres familias como base de colonización. Devolver
los terrenos, edificios y enseres, con las mejoras y dejar como dotación
5.600 cabezas de ganado lanar, 250 vacunos, 40 caballos y 40 asnales, que
correspondían a los animales pertenecientes al fisco. Construir un
depósito de carbón. Suministrar la carne fresca para los
tripulantes de los barcos de guerra chilenos que recalen en la isla y prestarles
atención hospitalaria a los enfermos que pudiesen desembarcar. Habilitar
un embarcadero y “si el Estado lo estima conveniente, disponer el terreno
necesario para establecer en la isla un centro de
población.”
A
partir de este momento comienza para Rapa Nui la etapa más dolorosa de su
existencia, cuando Chile traiciona nuestro Compromiso entregándonos como
corderos al sacrificio y enarbola gratuitamente su bandera en nuestro
territorio.
Veinte
años después en un nuevo contrato firmado el día 25 de Mayo
de 1915, La Compañía Explotadora de Isla de Pascua se
comprometía con el Fisco chileno a devolver los terrenos, todas sus
construcciones y mejoras sin remuneración alguna, y a dejar como
dotación los animales anteriormente mencionados; los que
pertenecerían inicialmente al obispo Tepano Jaussen, vendidos por
éste a Tati Salmón el 30 de Noviembre de 1887 y de quién
los adquirió Policarpo Toro el 22 de Enero de 1888 en Tahiti. “Es
decir, que el señor Merlet de beneficiaba con el aumento de ganado
durante los 20 años que duraba el contrato, además de los aumentos
que ya se habían experimentado hasta comenzar a regir el contrato;
sumados a los animales confiscados a los Rapa
Nui”.
Junto
con conducir al pueblo hasta el sector asignado les quitaron sus animales,
basados en la idea de que los nativos no tenían animales propios,
además de quemarles todas sus siembras. Utilizando este método
para doblegar a la población, negándoles cualquier otra
alternativa para subsistir que no fuese
someterse.
“Después
que nos encerraron nos dejaron sin comida y sin agua; los hombres se arrancaban
en la noche para ir a pescar y llevar comida a sus hijos, porque estaba
prohibido. Un día los niños salieron a buscar leña para
cocinar, pero cuando se dieron cuenta los vigilantes les quitaron toda la
leña, así que tenían que comer
crudo.”
La
situación económica para los isleños durante el
período de Merlet y la Subdelegación Marítima fue
desastrosa. Los Rapa Nui tuvieron que vivir la más grande de las
miserias, sumadas a los abusos, vejaciones y violaciones de que fueron
objeto.
A
los día de llegar Sánchez Manterola escribe: “Siendo muy
numeroso el ganado vacuno, no menos de 8.000 cabezas, comencé por apartar
unas veinte vacas de las mejores que entregué a los chilenos para que las
amansen y extraigan diariamente la leche para sus consumos. En ganado caballar
no había menos de 1.200 cabezas y en el primer rodeo le di amplia
libertad a cada chileno para que cada uno apartase 10 caballos para su servicio.
Con respecto al ganado lanar puedo asegurar que en la primera esquila no
bajó de
32.000”.
En
1915, regresa la corbeta Baquedano. A bordo viene el padre Edwards, quien en su
informe nos muestra la realidad a que estaban sometidos los Rapa Nui;
“Allí vegetan, sin poder alimentarse suficientemente, sin tener ni
el trabajo que ansían, ni la claridad a la que les daría derecho
su miseria.”
Durante
este período y debido al desinterés que muestran las autoridades
chilenas hacia la isla, y a la corrupción de los delegados
marítimos, se vuelve a implantar el trabajo obligatorio, creándose
los denominados “Lunes Fiscales”, de forma tal que todos los
isleños estaban obligados a trabajar en faenas requeridas por la Armada
de Chile durante ese día, en forma gratuita, lo que continuó hasta
el año
1966.
Desde
1917, los Rapa Nui volvieron nuevamente a criar algunos animales; los que en
1939 alcanzaban a 880 vacunos y 600 caballares. Con la leche que
obtenían, producían queso, crema y mantequilla, y criaban 200
cerdos en los terrenos contiguos a sus casas, a su vez plantaban hortalizas para
la familia, donde se alimentaban de 8 a 12, o más personas que en su
mayoría eran
niños.
En
los años 30 los isleños comienzan a plantar el maíz, el que
es vendido a la Compañía Explotadora y a la Armada a los precios
que estos imponen, produciéndose en varias oportunidades una sobre
demanda pagando sumas irrisorias por el producto, convirtiéndose en un
dinero para los esforzados Rapa
Nui.
A
partir de 1940 se efectuaban contratos anuales entre la Compañía y
los Rapa Nui, estableciéndose la jornada de trabajo en 8 horas, a
excepción de los “Lunes fiscales” de la Armada de
Chile.
A
comienzos de los años 50, la Sociedad de Amigos de la Isla de Pascua de
Santiago, compuesta por don Benjamín Subercaseux, Guillermo Haske,
Antonio Ojeda, Daniel Arado y otros; se convierten en los precursores de la
enseñanza para los jóvenes, creando un grupo de personas que como
apoderados los llevaban a estudiar a la capital. Esta agrupación
más las numerosas publicaciones nacionales e internacionales que dan
cuenta de las condiciones desfavorables en que se encuentra la población
de Rapa Nui, ejercen presión para que se caduque el contrato de
arrendamiento entre Chile y la Compañía Explotadora de Isla de
Pascua. Logrando su objetivo en el año 1953 cuando la
Compañía hace abandono de Rapa
Nui.
La
isla se abastecía una vez al año por un transporte de la armada,
que viajaba a ella en los meses de diciembre o enero. En estos buques comienzan
a llegar los primeros turistas, en un número que oscilaba entre 50 y 60
por viaje. Los Rapa Nui conocen al mismo tiempo a algunos chilenos de esferas
sociales más altas, quienes posteriormente se integran a la Sociedad de
Amigos de Isla de Pascua y en algunos casos actúan como apoderados,
llevando a su cargo niños Rapa Nui a estudiar al
continente.
Hay
un incremento en la artesanía, se inicia la copia de antigüedades
por parte de los artesanos y artistas, también se eleva el robo de piezas
arqueológicas por parte de las autoridades para venderlas a los
visitantes, este comercio aumenta año tras año, perdiéndose
piezas de incalculable
valor.
Hasta
el momento, los Rapa Nui no daban gran importancia a la propiedad de los efectos
personales, los que eran sin problema utilizados por los componentes del grupo
familiar. Sin embargo, el manejo del valor del dinero transforma esta
tradición, comenzando un fuerte sentido de propiedad privada de objetos
que pasan a ser entonces considerados personales. Desde este momento algunos
Rapa Nui comienzan a trabajar para ellos, buscando el resurgimiento
económico
propio.
La
International Fund for Monuments, organización de beneficencia
norteamericana orientada a la investigación y preservación de
monumentos se interesa en Te Pito o Te Henua, lo que se suma a los estudios
contratados por la UNESCO y encargados a: Mulloy (1966), Paterson (1967) y
Angelini (1968), fijan las condiciones para una política de
investigación y restauración orientada al turismo, que
persistirá hasta la década del
70.
Durante
este período el hecho más significativo para los Rapa Nui, es el
resurgimiento del mercado de divisas. Nuestros ingresos se ven sustancialmente
aumentados por el acceso al dólar que comenzamos a tener al vender
nuestros productos de artesanía a los turistas. Por otra parte, los
vuelos de LAN Chile a la isla eran subvencionados por el Estado, de forma tal
que el pasaje por su bajo costo se convertía en un atractivo para el
turista que no podía viajar al extranjero por falta de dinero. Es
así como en 1972, de un total de 5.123 turistas que visitaron la isla, el
81,5% eran chilenos. El incremento notable del turismo trae como consecuencia
que algunos isleños comiencen a transformar sus casas en residenciales,
habilitándolas con baños y dormitorios para recibir a los
visitantes. Sistema que se mantiene hasta nuestros días y da al visitante
la posibilidad de un buen alojamiento a un costo bastante menor que el de los
hoteles.
Con
la llegada del Gobierno Militar, después de la crisis inicial, se
comienza a fomentar la empresa turística y la iniciativa
privada.
Durante
la transición democrática, entre los años 1990 y 1994 se
empiezan a abrir espacios de participación; el pueblo Rapa Nui puede
discutir y plantear propuestas para su propio desarrollo con Proyectos propios
dirigidos a la pequeña
empresa.
Respondiendo
a un mandato de Ley Indígena, en Junio de 1999, se formó la
Comisión de Desarrollo de Isla de Pascua...En las manos de este grupo
caen las decisiones sobre el futuro de la isla, las prioridades que se quieren
impulsar y las estrategias de desarrollo. Pero la verdad es que en Santiago, la
coordinación de las políticas hacia la isla y la asesoría
al mandatario sobre que políticas seguir, está en la
Comisión Especial de Isla de Pascua, creada por el Presidente Eduardo
Frei en 1995, que depende del Ministerio del Interior y tiene representantes de
distintos ministerios y
servicios.
SASIPA
– Empresa que abastece de luz y agua a la Isla – reconoce que el
aumento efectivo del consumo ha sido del 5% anual, lo que permite deducir que
más de 150 personas al año, entre continentales y extranjeros se
quedan a vivir en Rapa Nui.
También
el problema de la inmigración es bastante grave, ya que constituye una
baja en el campo laboral para los Rapa Nui, como también afecta la
sobrecarga hospitalaria, del único Liceo que existe en el territorio y de
los servicios
esenciales.
Chile
se extiende hacia la inmensidad del océano que baña el extenso
litoral, que posee en los continentes americano y antártico, donde
además se insertan sus islas esporádicas y una avanzada insular en
la Polinesia. Este territorio oceánico está conformado por dos
franjas acuáticas con su correspondiente suelo y subsuelo marino, que
tienen una distinta connotación jurídica, según el Derecho
Internacional Marítimo (Convención de las Naciones Unidas sobre el
Derecho del Mar, Montego Bay, Jamaica, 1982). Chile también tiene el
privilegio exclusivo sobre la plataforma submarina de 350 millas alrededor de
las islas de Rapa Nui y Motu Motiro Hiva, “denominada también Salas
y Gómez”, en honor a una persona totalmente desconocida por
nosotros”; al marcar, sobre un globo terráqueo el paralelo que
cierra por el norte el mar chileno y al trazar desde allí hasta el polo
sur el meridiano que traza el extremo occidental de la plataforma de Rapa Nui,
se forma un casquete marítimo en lo que queda más allá de
la jurisdicción chilena, constituyendo una zona de especial
interés para Chile; por cuanto las actividades que allí
desarrollen otras naciones comprometen la soberanía o pueden amenazar la
seguridad nacional. Este espacio oceánico ha sido denominado Mar
Presencial, el cual, reconocida su calidad jurídica de “alta
mar”, fuera de la soberanía de Estado alguno, representa la
facultad reclamada por los chilenos de estar en él para cautelar los
intereses de la nación y a la vez, junto con otros países,
realizar actividades económicas que contribuyan a su
desarrollo.
Como
resultante, al incorporar su mar territorial al espacio geográfico de
Chile, la zona económica exclusiva y el nuevo concepto de Mar Presencial
se configura una dimensión amplificada de territorio oceánico, en
el cual cabe realizar una intensa actividad económica, científica
y recreativa. Rapa Nui señala un horizonte que invita a seguir más
allá en pos de ese desafío y sacar efectivo provecho de las
riquezas inmersas al interior del casquete del mar presencial, vale aquí
referirse a la pesca, inmensa fuente de ingresos alimenticios tanto para la
población como para la exportación, habida cuenta que la demanda a
nivel mundial crece aceleradamente, despejando las costas locales y atrayendo
divisas para el manejo de la administración de Rapa Nui como territorio
independiente.
Pero
para Chile Rapa Nui representa una fuente importante de ingresos, aparte de los
recursos que le ofrece el territorio marítimo, el aeropuerto y otros
aportes, está la utilización sin autorización de sus
legítimos dueños, del Patrimonio Rapa Nui para sus propios
productos (Pisco Capel, sellos de correo, nuevo pasaporte, etc.), y los
convenios internacionales que hacen utilizando el territorio y el nombre de Rapa
Nui (como por ejemplo el de la NASA y el Parque Nacional CONAF como Patrimonio
de la Humanidad entre
otros.)
Dentro
de las actividades económicas directamente traídas a la isla desde
el continente, están los empleados públicos y particulares, que
conforman las oficinas relacionadas a la administración gubernamental,
(Banco de Estado, Municipalidad, Gobernación, CONADI, EMASA, Hospital de
Hanga Roa, Liceo Lorenzo Baeza Vega, Centro de Encuentro del Adulto Mayor,
JUNJI, CONAF, SERNATUR, Bienes Nacionales, Registro Civil y Correos de Chile.);
las grandes empresas privadas ENTEL, SASIPA, LAN CHILE, Aeronáutica
Civil, RPC y el comercio establecido en su mayoría en manos de los
continentales. También hay actividades temporales y relacionadas con el
turismo que generan empleos, como por ejemplo la Tapati Rapa Nui, los
guías de turismo, la artesanía, la descarga del barco, etc., que
mayormente se intensifican en la temporada de verano, siendo muy inestables
durante el resto del año. Produciéndose una alta tasa de
cesantía entre la población Rapa Nui y muy bajos ingresos
mensuales percápita para los que trabajan en estas actividades.
La
carestía en los productos de primera necesidad, en algunos casos sobre el
200% del precio que tienen en el continente agrava aún más los
problemas económicos de la población, tomando en cuenta que los
ingresos por persona son muy inferiores a los sueldos promedio del continente,
la cantidad excesiva de pagos de impuestos de los artículos por concepto
de compra y traslado y los elevados costos de transporte aéreo desde
Chile a Rapa Nui, ya que el barco, que es un poco más barato, viene cada
cuatro meses si no hay ninguna dificultad para efectuar su viaje redundando en
un costo elevadísimo de la vida para quienes habitamos y visitan la isla,
agravado por la mala administración y los monopolios existentes la
situación se hace cada vez más insostenible.