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1. Introducción


En la actual comuna de Ollagüe -Provincia de El Loa, II Región-, se encuentra una comunidad que se reconoce a sí misma como hablante de la lengua quechua. La mayoría de sus integrantes son probablemente descendientes del doblamiento que desde hace muchos siglos venían realizando en la zona tanto las comunidades de lipes -en el actual territorio fronterizo de Lípez, en el sur de Bolivia- como de las comunidades y pueblos atacameños. Se trata, por lo tanto, de un grupo humano con una larga raigambre en ese espacio altiplánico, con el cual poseen un vínculo ancestral. En términos administrativos, la comuna de Ollagüe, limita al norte y noroeste con la Región de Tarapacá, desde la cumbre del volcán Olca hasta el cerro Alconcha; al oeste con la comuna de Calama, desde el cerro antes mencionado hasta el volcán San Pablo. Al sur, nuevamente con la misma comuna, en una línea que va desde el volcán San Pablo, pasando por el cerro Lay Lay, hasta Inacaliri. Al este limita con Bolivia. El territorio en su totalidad está ubicado en altura -más de 3.200 m-, presentando diariamente grandes variaciones térmicas debido a su alto índice de continentalidad y se caracteriza también por sus importantes precipitaciones en verano. En términos culturales, este espacio es parte de uno mayor, sobre todo por sus relaciones con Lípez –Bolivia-.

Esta comunidad está integrada por una población indígena quechua parlante que está en vía de constituirse como pueblo, a través de un proceso reciente de génesis identitaria conocido como Etnogénesis, el que alcanzó un nuevo énfasis a raíz de su promoción por la Ley Indígena 19.253[1]. Como otras comunidades y Pueblos Indígenas en América, la de Ollagüe ha hecho de su idioma, el quechua, el rasgo más distintivo de su identidad cultural, con todo lo que conlleva una lengua en cuanto a categorías ordenadoras de la cosmovisión, del pensamiento, las relaciones sociales, etc.

Como se verá, la suya es una historia de la ocupación que hacen en parte de un territorio o espacio mayor que interdigita a otras poblaciones y/o comunidades indígenas -atacameños, lipes y piqueños, por ejemplo-. En tal sentido, su historia colonial, republicana y actual, no difiere de los otros Pueblos Indígenas del norte de Chile.


[1] La Ley Indígena reconoció la existencia, en nuestro país, entre otras, de “comunidades Quechuas” (art. 1º).