0.
Introducción.
Este
artículo es una síntesis de nuestros conocimientos de la lengua
indígena más importante de nuestro Noroeste. Es el fruto de muchas
horas de lectura de fuentes, de anotaciones de campo y de gabinete con
intermitencias al tema a lo largo de más de veinte
años.
Siempre
hemos conservado la ilusión de poder leer alguna vez los inhallables
manuscritos del Padre Alonso de Barzana, pero creemos que ha llegado el momento
– antes de traspasar la madurez de nuestra vida – de intentar un
balance provisorio de nuestros magros logros y, quizás, despertar el
interés de algún investigador más afortunado que
nosotros.
Creemos
que la vida se desarrolla por ciclos. Nuestro interés por la
Antropología comenzó, por razones familiares, con el estudio de
las lenguas indígenas; luego nos formamos académicamente en el
campo de la Antropología Cultural. Al trasponer nuestro
cénit cronológico deseamos cerrar el ciclo volviendo con
cariño al enigma de la lengua de los Diaguitas, hombres que nacieron,
amaron, sufrieron, lucharon y murieron en nuestro Noroeste o extrañados
del terruño al que se sentían ligados.
Somos
plenamente conscientes de las limitaciones de este estudio. El material
lingüístico de que se dispone no puede tomarse ni siquiera como una
muestra de la lengua real. Se puede trabajar con material cuyo significado se
desconoce para determinar la fonología y la morfología siempre que
se posea un corpus donde hallen documentados todos los casilleros de la
lengua. Con el kakán ello no ocurre; ni siquiera las
transcripciones merecen un apreciable grado de confianza. A pesar de ello,
creemos justificado intentar arrojar una mínima luz sobre la oscuridad
que lo rodea.
Sólo
es posible hacer algunas observaciones más o menos fundamentales sobre su
repertorio de fonemas apoyándose en las variantes gráficas de
topónimos y antropónimos, y en las voces regionales. No intentamos
una reconstrucción fonética ni fonémica. Las sencillas
grafías que nos llegaron deben hallarse muy lejos de la
representación de los sonidos reales, a juzgar por los juicios de los
cronistas acerca de la pronunciación del kakán. Con cimientos tan
endebles es imposible construir una estructura firme.