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1. Antecedentes preliminares

La invasión de la Araucanía por el conquistador generó un duro enfrentamiento que se tradujo en una fuerte resistencia indígena, que se conoce como la épica guerra de Arauco que se desarrolló entre el Siglo XVI y XVII.

En una primera etapa el principal objetivo perseguido por el conquistador con la invasión del territorio mapuche, era obtener mano de obra indígena que le permita potenciar la economía colonial, basada en la explotación minera, y articularla con la metrópoli. El interés territorial de los hispanos por el Wajonmapu, se expresaba más que en la apropiación de la tierra como recurso en si misma en la búsqueda de yacimientos minerales, particularmente de oro. Por esta razón, algunos autores han señalado con énfasis que la guerra de Arauco, al menos en sus inicios, era más bien una guerra por el hombre más que por el territorio.[141]

La búsqueda del oro hizo más cruenta la Guerra de Arauco. La resistencia indígena sólo podía ser interpretada en el ideario del conquistador como un incoado intento por evitar el descubrimiento del preciado metal. Sin embargo, a medida que se exacerbaba la ambición del conquistador se refortalecía la resistencia mapuche, que culminó en 1593 con la gran victoria de Curalaba donde las fuerzas Mapuches al mando del Pelantaru se impusieron sobre el conquistador consolidando la frontera al Sur del Bío Bío

Concluida la guerra de Arauco, comienza a constituirse un espacio fronterizo que se consolida en el siglo XVIII con la integración del Gulumapu y el Pwel Mapu.

2. Los Factores que incidieron en la articulación del Gulumapu con el Pwel Mapu, son los siguientes

  1. Cambios en la economía del Siglo XVII:
El surgimiento del polo económico de Potosí, alentó una producción especializada en varias regiones del continente, una de las cuales fue el Valle Central de Chile, que corresponde al Pikunmapu, bajo dominación española a partir de fines del siglo XVI.[142] La actividad económica del Valle Central, antes bastante deprimida por el agotamiento de las exiguas fuentes de minerales, se concentró en la explotación de sebos, cordones, cueros y cereales.

Este hecho hizo cesar la presión hispana sobre el territorio mapuche al sur del Bío Bío, toda vez que el proyecto económico colonial podía prescindir de las potencialidades económicas de ese territorio y aprovechar las ventajas inexploradas del fértil Valle Central del Pikunmapu.

En este nuevo escenario, el invasor abandona la Araucanía y favorece una convivencia más armónica entre Mapuches y Españoles.

Los Mapuches, por su parte, liberados de la demanda inminente de la guerra, dirigen su mirada hacia las pampas orientales, donde una creciente masa ganadera que crece y se desarrolla como ganado cimarrón en la estepa pampeana, comienza a concitar su interés.

Se inicia el período de los maloqueros, que concurrían a las pampas en busca de ganado cimarrón libremente reproducido en dichas latitudes, los que comercializaban en la Araucanía con mercaderes provenientes del Valle Central, transformándose en una importante fuente de abastecimiento de los mercados mineros y un eje articulador del tráfico comercial entre el Valle Central de Chile y las Pampas.

FLUJOS ECONOMICOS DE LA FRONTERA S. XVII
TERRITORIO (de – hacia)
PRODUCTOS
Pwel Mapu (Pampa)– Araucanía
Ganado, hierro y sal
Araucanía – Pwel Mapu (Pampa)
Textiles, azúcar, alcohol, yerba mate, etc.
Araucanía – Pikunmapu (Valle Central)
Ganado y ponchos
Pikunmpau (Valle Central) – Araucanía
Añil, hierro, azúcar, alcohol, yerba mate, etc.
Pikunmapu (Valle Central) – Polos Mineros
Charqui, sebo, etc.

Fuente: Pinto (1996): 23; León (1991).

  1. El surgimiento de un mecanismo del diálogo y entendimiento, como fueron los parlamentos:
La incidencia mapuche en el florecimiento de la economía colonial del reino de Chile fue determinante en la celebración de los parlamentos, los que tuvieron lugar desde mediados del siglo XVII (1640 Parlamento de Quillin) y particularmente en el siglo XVIII. La regularidad con que se celebraron estos parlamentos permite sustentar la hipótesis de que estos acuerdos fueron la fuente jurídica a través de la cual se definió la relación conquistador – Pueblo Mapuche.

Sobre los parlamentos y su relevancia en el siglo XVIII, escribe Leonardo León: “El parlamento era un congreso masivo atendido por las mas altas autoridades del reino y la jefatura tribal araucana, además de conchavadores, comerciantes, soldados y mozetones.”[143] Según los datos proporcionados por León el promedio de asistentes a los parlamentos del siglo XVIII fue de 4.000 personas, los que eran mantenidos por todo el tiempo que durara el parlamento, 4 o 5 días, con fondos reales, y en los cuales las partes involucradas hacían despliegue de su poderío militar, económico y político para agasajarse recíprocamente.[144]

El parlamento aseguró la paz en la frontera y constituyó un mecanismo recurrente cuando la inestabilidad amenazaba el territorio. Como acertadamente concluye Jorge Pinto, el parlamento resguardaba un cúmulo de intereses, que lo transformaron en una instancia clave para normar las relaciones interétnicas en la Araucanía, garantizando la paz, generando las bases para que la economía funcionara y promoviendo acuerdos que favorecieran las alianzas interétnicas en función de objetivos comunes[145].

  1. Cambios estructurales en la sociedad indígena:
En este territorio fronterizo también resurge una sociedad indígena distinta que se transforma, readecuándose a los nuevos requerimientos de la economía indígena – antes cazadora recolectora – y que se transforma en una economía complementaria y dependiente de la economía colonial, proveedora de ganado y sus sub - productos , sal y textiles y consumidora de productos del conquistador como añil, azúcar, yerba mate, alcohol, entre otros.

Una sociedad indígena que modifica su estructuras políticas sociales y económicas. Surgen los Ulmenes, líderes cuyo prestigio depende de la acumulación de bienes y se modifican las estructuras productivas, fundamentalmente en el ámbito de los productos textiles (ponchos), donde se reemplaza la economía de excedentes por una economía a escala.

Lo expuesto no significa que la frontera esté libre de tensiones. La tranquilidad de la frontera se ve afectada por diversas hostilidades durante el S. XVIII, dando origen a una prolífica sucesión de parlamentos, talvez las situaciones de conflicto más relevantes en dicho período histórico fueron el Malon de Curiñamku y la guerra de 1770. No obstante, al sur del Bío Bío reina cierta estabilidad. Las relaciones fronterizas en términos generales se desarrollan con la estabilidad que exige un territorio libre donde convergen los intereses políticos y económicos de indígenas y conquistadores. No ocurre lo mismo en la vertiente oriental de la Cordillera de Los Andes, en el territorio conocido en la lengua de los cronistas como “La Pampa”, “el Desierto” o “Tierra Adentro”. Allí, resurge el enfrentamiento, y el Pueblo Mapuche libera un nueva gesta: la guerra de maloca conquistando el territorio que conformará el Pwel Mapu Mapuche.

3. La ocupación Mapuche del Pwel Mapu en los S. XVI a XVIII

La ocupación mapuche del Pwel Mapu durante los Siglos XVI a XVIII, se desarrolla en el marco de una multiplicidad de relaciones interétnicas de alta complejidad que se desarrollan en las Pampas trasandinas y que concluyen con la hegemonía cultural de la lengua y formas de vida de origen Araucano o Mapuche, que termina imponiéndose a todos los grupos étnicos que habitan el territorio en dicho período histórico.

Los fundamentos que impulsaron la expansión territorial mapuche hacia el Pwel Mapu fueron al menos dos y corresponden a períodos históricos diferenciados. En un inicio, comienzo del S. XVII, las incursiones mapuches al Pwel Mapu tenía por objeto cerrar alianzas militares con los indígenas de la zona trasandina y a mediados del siglo procurarse ganado cimarrón para la manutención de los conas que guerreaban en la guerra de Arauco y sus respectivas familias, es decir, obedecía a una estrategia militar que buscaba la defensa del Gulumapu al Sur del Bío Bío. Durante el S. XVIII, período en que se consolida el Pwel Mapu, la ocupación tiene un fundamento principalmente económico. El período comienza con la incursiones mapuche en procura de ganado cimarrón para su comercialización y, una vez exterminado este recurso, continúa con los malones organizados contra las estancias hispano – criollas de Buenos Aires, Córdoba, San Luis y Mendoza.

4. Delimitación Geográfica del Pwel Mapu

A mediados del S. XVIII, época en la cual se consolida la ocupación Mapuche del territorio, la delimitación geográfica del Pwel Mapu correspondía a todo lo que hoy conforman las provincias de Buenos Aires, Sur de Santa Fé, de Cordoba, de San Luis y Mendoza[146].

La frontera entre el Pwel Mapu y la actual provincia de Buenos Aires era a 1750 los fortines y guardias situados en la línea conformada por los villorrios de San Nicolás, San Antonio de Areco – Luján y Merlo, continuando la línea de frontera hacia la costa del río de la Plata pasando por el pueblo de Magdalena. Posteriormente, esta frontera se desplazó hasta el río salado, la que permaneció hasta las primeras décadas del S. XIX. [147]

Por el norte, en las provincias de Córdoba y Mendoza, la frontera estaba determinada por el río IV y Diamante.

Por el Sur, el río Colloncura y Limay, también conocidos como río Negro.

La ocupación del Pwel Mapu se efectuó a través de la utilización de una red propia de caminos indígenas, denominada en la época como “caminos de los chilenos”, pues todos convergían en los pasos cordilerranos y eran utilizados por los mapuches para arrear ganado hacia el Gulumapu, trasladarse entre las tolderías apostadas en las pampas o ejecutar malones.

Las sendas más importantes eran:

Desde Carmen de Patagones, por el valle del río Negro hacia las provincias chilenas de Concepción, Arauco, Valdivia y Llanquihue.

Desde Bahía Blanca, por el valle del río Colorado hacia Malbarco, Antuco, cordillera de Pichachen y del Viento, hacia las provincias de Linares, Maule, Concepción y Arauco.

Desde la zona de las lagunas Carhué y Puan en dirección a Salinas Grandes, Trarú Lauquen y Lihuel Calel, hacia el valle del río Colorado.

Desde el norte y oeste de la provincia de Buenos Aires, zonas de 9 de Julio, Melincué, Junín y Blanca Grande, hacia Trenque Lauquén, Juan – Naincó, Poitahue, Meucó (sobre el río Salado), Cerro Chachahuén y Cerro Payén llegaban a la cordillera por las nacientes de los ríos Atuel, Grande y Barrancas, para desembocar en dirección a Colchagua, Curicó, Talca, Linares, Ñuble y Maule.[148]

5. Características Demográficas

Lo impenetrable del territorio pampeano impide contar con información que de cuenta exhaustiva de los indígenas que poblaban la Pampa antes que se constituyera el Pwel Mapu. Sin embargo, las crónicas dan cuenta exacta de los pueblos indígenas que habitaban la periferia pampeana en el S. XVI y los identifica como: Huarpes, Pwelche Cuyanos o Algarroberos (también llamados genéricamente Pampas Serranos) y Pampas del Sur de Córdoba Estos grupos ocupaban terrenos aledaños a la Pampa Central y pudieron haber habitado este territorio en algún período de su historia.[149]

Hacia el Sur, en dirección a los Valles del Neuquen, se localizaban los Pewenches y los Wijiches Serranos, quienes habitaban indistintamente la vertiente oriental y occidental de la Cordillera de Los Andes, dando cuenta de una presencia muy temprana del Pueblo Mapuche en esas latitudes.

A continuación haremos una breve Reseña de los Indígenas de la Pampa antes de la consolidación del Pwel Mapu y de sus principales características etnográficas:

5.1. Los algarroberos o Pwelche de Cuyo (Pampas Serranos)

Estos pueblos habitaban la zona de Cuyo – Mendoza. Los antecedentes documentales del Siglo XVI, registran que en la zona de Cuyo habitaban una serie de agrupaciones a quienes se les denominaba con el nombre genérico de Pwelche, lo que lengua mapuche significa gente del Este.

A esta nominación respondían grupos como los Oscoyanes, Chiquiyanes y Morcoyanes.

Algunos autores, destacan que estos grupos hablaban una lengua probablemente emparentada con la lengua Huarpe, sus más inmediatos vecinos, a la que se le conocía como “lengua de la tierra”[150], “alentiac” o “millcayac [151] y de la que proviene la voz yan que significa gente.

Estos pueblos Pwelche de Cuyo limitaban por el Norte con Los Huarpes y por el Sur con los Pewenches. Más que la cordillera misma ocupaban las laderas orientales y el pie de montaña situado entre el río Barrancas – Colorado, que los separa de los Pewenches, y el río Diamante que constituían el límite entre ellos y los Huarpes.[152]

Es probable que la denominación de Pwelche, haya provenido de su relación con los Pewenches y hayan tenido que ver con la forma utilizada por estos últimos para denominarlos, la que alude a su ubicación geográfica pues en lengua mapuche significa “gente del Este”.

5.2. Los Pampas del Sur de Córdoba

Las crónicas proveen de una gran cantidad de nombres para identificar a los habitantes de la Pampa, al parecer dichos nombres no dan cuenta de grupos étnicamente diferenciado, sino que aluden al nombre del Cacique principal y a su localización geográfica.[153] Surgen denominaciones como Querandíes, Pampas e incluso Aucaes, cada una de las cuales habría surgido en épocas diferentes, lo que demuestra los procesos de transformación de los grupos pampinos producto de las relaciones interétnicas que se van desarrollando en ese territorio hasta su homogenización por la presencia Mapuche, proceso al que deben su denominación de Aucaes.

Los cronista identificaron estos grupos indígenas en el Siglo XVI y XVII, y según los relatos estaban localizados en las regiones de Carcarañá y Buenos Aires. En principio les llamaron Querandíes (S. XVI) y luego simplemente Pampas (S. XVII). Conforme a la tésis de Tomas Falkner, habrían estado emparentados con grupos conocidos como Taluhet, Dihuihet, Chechehet y Leuvuches[154] y, por lo tanto, su lengua parece haber sido el Het, de cual sólo se conocen algunos vocables.

Casamiquela, refiriéndose más expresamente al origen étnico de estos pueblos resalta la filiación Tehuelche de los Indios Querandíes, argumentando que los primeros en el Siglo XVI habrían poblado los alrededores de Buenos Aires.[155]

Existe amplio consenso sobre la multiplicidad de relaciones interétnicas que se produjeron en las pampas en los Siglos XVI y XVII. Sin embargo, también hay consenso, que en los comienzos del S. XVIII, una continua corriente de inmigrantes Mapuches de “Chile”, portadores de una cultura distinta a la de los Pampas Het, se fueron adueñando de estos territorios. Hacia 1750, ya dominaban las sierras y las llanuras, de manera que en el último tercio del S. XVIII y hasta la campaña de Roca en 1879, los habitantes indígenas de toda la Pampa eran sin excepción mapuches parlantes.[156]

De la relación entre los indios Pampas y los Mapuches o Araucanos ya da cuenta un proceso criminal de 1680 – 1681 seguido por don José Cabrera y Velazco, hijo y sucesor de Jerónimo Luis III, seguido contra Los Indios Pampas de su jurisdicción. En dicho proceso, uno de los testigos del juicio manifiesta que:

“... en ocasión de haber salido a vaquear vacas cimarronas lo embistieron 200 bárbaros de los indios que llaman Pampas ... Dichos indios, expresa el querellante daban “grandísimo fomento a la guerra de Chile”, ya que intercambiaban con los indios aucas (alzados) y canjeaban con ellos gran cantidad de ganado, caballos y yeguas. Dichos indios, “guerreros o alzados” (aucas) pagaban a los pampas las provisiones dichas en esclavos, y en virtud de dicho comercio se hallaban en su poder mas de trescientos esclavos y chinas que les vendían los indios chilenos.”[157]

5.3. Los Pewenches

Al parecer los Pewenches eran de un origen étnico distinto a los mapuche y hablaban una lengua diversa. Los investigadores se refieren a estos grupos Pewenches como Pewenches Primitivos. No obstante, Latcham, sin desvirtuar las diferencias étnicas que se observaron por los cronista entre estos Pueblos a la época de los primeros contactos, sostiene la tésis de que parte de la raza Mapuche fue formada por primitivos Pewenches y pampéanos que en tiempos portohistóricos se infiltraron paulatinamente en los Valles transcordilleranos .[158]

Posteriormente, estos Pewenches Primitivos en una fecha no determinada asimilaron la cultura y lengua Mapuche, producto probablemente de las características exogámicas de su cultura o de la intensa interacción con grupos mapuches que circulaban hacia las pampas trasandinas a través de los boquetes cordilleranos ocupados por los Pewenches.

Bengoa refiriéndose a este proceso de integración cultural señala que a mediados del S. XVII, los Pewenches fueron “araucanizados”, y a comienzos del S. XIX no se diferenciaban casi de los mapuches del valle, salvo por algunas costumbres particulares y ciertos rasgos fenotípicos como su tamaño, además de las características propias del lugar donde vivían[159].
Los primeros contactos:

Mariño de Lofera hacia 1563 en una incursión a la codillera nevada describe a los Pewenches como:

“Son indios de diferentes talles y aspectos de los demás indios de Chile, porque todos sin excepción son delgados y sueltos, aunque no menos dispuestos y hermosos, por tener los ojos grandes y rasgados, y los cuerpos muy bien hechos y altos. El mantenimiento de esta gente casi de ordinario es: piñones sacados de unas piñas de diferentes hechuras y calidad así ellas como sus árboles.”[160]

La localización geográfica de los Pewenches era la Cordilerra de Los Andes entre los nevados de Chillán por el Norte y Lonquimay, alto Bío Bío por el Sur. En la vertiente oriental del macizo Andino, se localizaban al Oeste de la cuenca del Aluminé y en la región de la pampa de Ñorquín .

Según referencias de Vicente Carvallo y Goyeneche, se dice que Martín Ruíz de Gamboa de hallaba en Concepción, pero que no pudo descansar en ella porque los Pewenches infestaban la provincia de Chillán[161] , lo que lo obligó a mover su ejército hacia la cordillera, donde batió a los Pewenches y fundó la ciudad de Bartolomé de Gamboa.[162]

Su presencia en la vertiente oriental de la Cordillera de Los Andes es constatada en 1563 en las crónicas de Pedro Mariño de Lofera.

Mariño de Lofera en su camino hacia el mar del norte en 1563, menciona haber encontrado Indios muy bravos que se interpusieron en su andar:

a) Uno de estos núcleos tenía su habitat en la región del amplio valle del Alto Neuquen y su subsidiario el río Varvarco.
b) Un segundo grupo, el más numeroso y guerrero, era el de la región de los ríos Trocomán y Reñileuvú.
c) Un tercer grupo ocupaba el cajón de Trolope y la región de Caviahue.
d) Un cuarto núcleo se hallaba establecido en la región de las salinas de Pichí Neuquen, Huitrin, Chorriaca y Truiquico.
e) Un quinto grupo, es el de la pampa de ñorquin, regiones adyacentes de Ranquilón y costa del río Mocún o Agrio
f) Un sexto grupo, estaría localizado en Vuta Cuyún, lugar actual de Pulmarí y veranada, en su tiempo, de Reuquecura.

Además, existían grupos en la zona de los lagos del Sur trasandino,esto es: Lago Moquehue, lago Aluminé, el de Ruca Choroy, el de Quillé, el de las Caballadas, el del Lanin y sus contornos, el del Rincón de los Pinos y el de la Cordillera de Catan Lil, incluido el valle del Rahue.[163]

Morla Vicuña dice: “Desde el año 1593, en el primer parlamento celebrado por el gobernador don Martín García Oñez de Loyola, toman parte los Pewenches, indios que se extendían hasta más allá de la falda oriental de la Cordillera”[164]

En 1594, según Miguel de Olaverría, y en 1627, según el Capitán Juan Fernández, ya se les observaba en los valles interandinos, con predominio en el Neuquen.

En 1641, año de la primera expedición del Padre Rosales por vía de Villa Rica y paso de Paimún a Epu Lafquén, anota que al norte de esta región se han ubicado algunos Pewenches.

En 1653 Rosales los encuentra también en NahuelWapi, lo que quiere decir que hubo un proceso de expansión Pewenche desde Pichachén al Sur, unas ciento treinta leguas en longitud, pero una anchura de legua y media sobre la cordillera[165].

La senda Pewenche

Para sus incursiones por allende y aquende Los Andes, los Pewenches utilizaban principalmente el denominado sendero de los Pewenches o boquete del Antuco, este paso cordillerano, posteriormente, será ocupado por mapuches y comerciantes hispanos – criollos (conchavadores), transformándose en el principal paso trasandino a través del cual se articula el Gulumapu con el Pwel Mapu. Este sendero, describe Bengoa, se dirigía desde la Argentina al lago Laja y bajaba al río Trubunleo por un portezuelo situado entre el Volcán Antuco y la Sierra Velluda, para continuar a la Isla de la Laja por el Valle del río Laja, al lado del fortín Antuco, situado en este punto precisamente para cortar el paso trasandino.[166]

Conforme a estos antecedentes habrían sido Los Pewenche, quienes iniciaron el proceso migratorio hacia Las Pampas muy tempranamente, dedicados principalmente al comercio de la sal, que extraían de los ríos salobres existentes en la vertiente oriental de la cordillera de Los Andes (hoy Argentina), desde donde sacaban bloques de sal que comercializaban en la zona austral y centro de Chile. En este intercambio comercial los Pewenches, fueron pioneros en trasladar las costumbres y lengua mapuche al territorio pampeano.[167]

Algunos autores llaman la atención sobre el hecho de que los Pewenches a pesar de su temprana “mapuchización” no estaban integrados políticamente, socialmente, económicamente y/o militarmente con Los Mapuches. Así, se señala que ocasionalmente, y bastante adentrado el S. XIX, Los Mapuches hicieron con los Pewenches algunas alianzas estratégicas, que se fundaron en la importancia de estos últimos en controlar los pasos fronterizos hacia las Pampas[168].

Sobre el punto argumenta Latcham: “... los Pewenches muy raras veces se aliaron con los araucanos contra los españoles y si es verdad que a menudo hacían incursiones en las estancias era más por pillaje y robo de animales que en guerra formal...” Prosigue “... aún después de formar el cuarto bultalmapu, que incluía a todos los indios cordilleranos orientales, no tomaban parte en las reuniones y convenios de los araucanos, y en los parlamentos no fueron recibidos por los gobernadores en el mismo día con aquellos, sino en un día especial. En la misma línea de argumentación se cita el parlamento de Lonquilmo de 1784 donde tras detallar la participación de los Fütalmapus mapuches se describe la participación Pewenche como sigue:

“al tercer día se repitieron las mismas formalidades y ceremonias, y reproduce el orador la misma arenga al butal mapu subandino y escuchado y traducido por el intérprete, pasa el mismo cacique a saludar brevemente a los Pewenches, que no asisten al congreso en calidad de votantes sino en clase de convidados, y es el cuarto parlamento en que se apersonan porque no tienen un Fütalmapu y si son capaces de alianza la tienen con el marítimo.”[169]

Por su parte, Carvallo y Goyeneche, quién se refiere a los tres Fütalmapus Mapuche, especifica que el cuarto Fütalmapu llamado Pire Mapu (tierra nevada en lengua Mapuche) y que correspondería precisamente al territorio Pewenche se agrega solamente en el S. XVIII. No obstante prosigue:

Jamás fueron comprendidos en ellos (en aquellos butalmpaus), los serranos, Pwelche, Pewenches, Wijiches y Tewelche; y que los residentes del Toltén no concurrieron nunca a los parlamentos celebrados con gobernadores, ni tomaron parte en las guerras internas ni contra los establecimientos de frontera. Esta división ha sido muy antigua y si los habitantes de los Andes hubieran constituido parte de esta nación, debieron concurrir a los parlamentosy nunca se presentaron fueron convocados a ellos, siendo as’i que los Pwelche, Pewenches y Wijiches serranos salían a comerciarcon los españoles y traficaban por las provinciasde Colchagua, Maule Chillán y plaza de la frontera.”[170]

Sobre estas apreciaciones nos parece consignar que la conducta Pewenche se inscribe en las características autonómicas que son propios de la estructura socio política del Pueblo Mapuche, donde cada Lof, ayllarewe y fütal Mapu goza de la independencia jurisdiccional para definir sus propias alianzas estratégicas, en función de consideraciones circunstanciales respecto de las cuales los caciques son soberanos en la toma de decisiones. Por lo que resulta aventurada la conclusión de que este actuar determina la no integración Pewenche a la Nación Mapuche cuando es reconocido incluso por los mismos tratadistas citados la inclusión de esta identidad territorial al cuarto Fütal Mapu Mapuche.

El Padre Francisco Ramírez, se refiere al butalmpau Pewenche conocido como Pire Mapu, indicando que constaba de los Ayjarewes de Quilolco, Rucalhue, Callaqui y Lolco, agregando que se emplazaban sobre territorio en el que antiguamente vivían los Chiquillanes, lo que denota que este asentamiento es posterior al desplazamiento de los Pewenche hacia el Norte por la expansión de Wijiches Serranos, según veremos en el próximo párrafo dedicado a estos últimos.

5.4. Los Wijiches Serranos

Los Wijiches serranos –posteriormente llamados manzaneros- habitaban al igual que los Pewenches la vertiente oriente de la cordillera, se les denominaba “serranos” para distinguirlos de las agrupaciones Wijiches que conformaban el Fütal Mapu del mismo nombre en pleno corazón del Gulu Mapu. Sobre sus orígenes se especula que son producto de la fusión de Tewelche con mapuches. También se señala que por su localización en la franja oriental de la Cordillera de Los Andes debiera escudriñarse sus potenciales vínculos de origen con los Pwelche del norte, los cuyanos o algarroberos (oscoyanes, chiquiyanes, morcoyanes etc.) de ascendencia Huarpe.[171] También se les vincula con los Pewenches y hay quienes sostienen que son de origen Pewenche pero que se denominan Wijiches por su localización al Sur del Territorio.[172]

Sobre su identidad cultural Mapuche nadie discute. Se trataba de un pueblo guerrero en claro proceso de expansión hacia el Norte, sobre territorio Pewenche, a quienes desplazaron hasta apropiarse de la casi totalidad de su territorio, obligándolos a replegarse a las Montañas de Malalhue, las que debieron ser disputadas por los Pewenches a sus poseedores Goicos, los Oscoyanes y Chiquiyanes[173].

Los Wijiches Serranos confinaban con los Pewenches por el norte, hasta una linea imaginaria que, desde la porción transversal del Agrio, se extendía hasta Lonquimay, en las cercanías del actual paso de Pino Hachado. El río Picún Leufu (río del Norte), lo que denota una toponimia propia del pueblo Wijiche ya que este río se encontraba al norte de su territorio. Por el Sur se extienden hasta el río Limay o Negro.

5.5. Los Tewelche

Tal y como revela Mateo Martinic, los Tewelche vivieron confinados a sus territorios ancestrales desde tiempos inmemoriales en la Patagonia, pero alcanzaron la norpatagonia donde tuvieron contacto con los habitantes de la Pampa, con quienes tuvieron alianzas y enfrentamiento en diversas épocas de la historia.

En este proceso de alianzas y enfrentamientos, incursionaron hasta los alrededores de la provincia de Buenos Aires. Las crónicas y relatos de época dan cuenta de duros enfrentamientos interétnicos entre Tewelches y Wijiches a fines del S. XVIII y comienzos del S.XIX, asi como de algunas alianzas maloqueras con Indios Aucaes.

Producto de estas contiendas interétnicas, fundamentalmente con los Wijiches, es posible que se haya generado una rápida extinción numérica de los Tewelche, desapareciendo totalmente de distritos como San Julián y Puerto Deseado, donde habían sido avistados entre los S. XVI y XVIII.[174]

6. Los Procesos Migratorios Mapuches al Pwel Mapu en el Siglo XVIII

6.1. La Migración de los Ragkülche hacia la Pampa

Una de las principales migraciones a fines del S. XVIII y comienzos del S. XIX hacia la Pampa habría sido la de Los Ragkülche, quienes se asentaron en el territorio pampeano y, en el parecer de la mayoría de los autores, serían uno de los principales agentes araucanizadores o mapuchizadores de la Pampa Argentina.

Que los Ragkülche eran portadores de la cultura y lengua Mapuche es una verdad irrefutable. Sin embargo, respecto a los orígenes de los Ragkülche existe mayor cuestionamiento. Para algunos éstos son grupos de origen mapuche que deben el gentilicio de Ragkülche a la presencia en el río Chadileuvú de carrizos o cañaverales. Para otros autores, los Ragkülche son de origen Pewenche y deben esta denominación al hecho de provenir de Rankel o Ranquil, una de las tres facciones Pewenches, junto a Malalhue y Vavarco, localizada a los pies del Volcán Copahue, que estaba gobernada por el cacique Carripilun.

La consolidación del Pwel Mapu corresponde a la época del asentamiento en la Pampa de los Ragkülche Pampeanos, los cuales según la mayoría de los autores eran indios mapuches originarios del Gulu Mapu, que dominaron a los Pueblos pampeanos y peripampeanos preexistentes, imponiendo su lengua y su cultura.

Otras teorías, sugieren que Los Ragkülche se originan de la unión de grupos Tewelche de origen patagónico, los que fueron en su etapa final invadidos y transculturizados por los Araucanos o Mapuches en el proceso de Araucanización.

Jorge Fernández, desarrolla una teoría alternativa según la cual los Ragkülche pampeanos fueron Pewenches del Neuquen, habitantes de un lugar denominado Rankil Lom, quienes alrededor de 1770 emigran al Mamüj Mapu, donde se fusionan con Pwelche y Winkas.

El Mamüj Mapu, sufrió varias expansiones y contracciones. Sin embargo, la generalidad de los autores localizan su escenario histórico en la región noreste central de la actual provincia de La Pampa, en la República Argentina, habiéndose extendido al extremo meridional de las provincias de San Luis y Córdoba.

El límite norte, correspondía a la línea que unía los parajes de Leplep, Agustinillo, el Monte de la Vieja y la Laguna del Cuero. En lagunas épocas el límite se extendió hasta las Pulgas, sobre le río quinto (V), e incluso hay testimonio que lo localizan en las riberas del río cuarto (IV). Hacia el sur se extendió sobre el sector de Las Salinas. Oeste el límite de era el Chazi bewfü o río salmuera.

Principales Recursos: La zona en el sector oriente estaba poblada de Calden, lo que determinó que los Indios Ragkülche, sus principales habitantes, le asignaran el nombre al territorio de Mamüj Mapu (país de leña o país arbolado).

El geógrafo Lallement describía el Caldenal, a fines del S. XIX, señalando que abarcaba una amplia superficie, pudiendo observarse hermosos bosques de Caldenes a ambos lados el río quinto el que transitó en 1881, desde Villa Mercedes por un camino de Indios.[175]

Otra especie que se observaba en el territorio, aun cuando no con la misma densidad que los Caldenes, eran los Algarrobos, de cuya baya los Indios hacían una valiosa utilización. La baya era utilizada como alimento, bebida alcohólica mediante su fermentación y/o para servir de forraje a los animales.[176]

La presencia Ranquel en la pampa data de 1775. Por esos años, la documentación colonial comienza a dar cuenta de la presencia de un nuevo grupo aborigen en la Pampa, los que en principio eran confundidos con los Pewenches, pero que pronto comienzan a imponer su identidad étnica, es la casta de Los Ragkülche.

Los primeros contactos entre españoles y ragkülche

El coronel de milicias José Benito Acosta, al frente de mil hombre organizó y ejecutó en 1776 la primera expedición a la Pampa Central, partiendo desde un lugar denominado La Carlota (Punta del Sauce), siguiendo el denominado camino de las Víboras (Marivilú).

Sobre esta expedición da cuenta el siguiente relato:

Otra salida se hizo en el año pasado en 1776, por el mes de Marzo, de la ciudad de Córdoba del Tucumán, que fue a emprender su viaje por la punta del Sauce, que dista sesenta leguas de dicha ciudad, con mil y cincuenta hombres, nativos del país bajo el comando del coronel de milicias D. José Benito de Acosta y otros oficiales subalternos ... Dicha gente padeció muchas incomodidades por falta de bastimentos y por ignorar el terreno, por no haber llevado más que dos prácticos, y el uno de ellos haber salido falso... por lo que procedieron bastantes atrasos, y una disparada de más de dos mil caballos en el sitio nombrado la segunda Laguna de Arrascaeta; por lo que no teniendo en qué conducirse le fue preciso dejar cuatrocientos sesenta y siete hombres y seguir con quinientos ochenta y tres, hasta la ranchería de Telen, que dista ciento y cuatro leguas de la Punta del Sauce. Dicha toldería estaba bajo las ordenes del Cacique Lipian, quien dio noticia de que en aquellas inmediaciones se hallaban otros caciques... A las 3 de la mañana del día 23, sorprendió Acosta con su gente la toldería del expresado Lipian, que se componía de 300 hombres, que quitaron la vida a 6 indios y le aprisionaron 33, en los que se incluían algunos cautivos que en el año antecedente de 1775 había llevado de las fronteras de la ciudad de Córdoba, que dieron bastantes noticias de los establecimientos y gobierno de los indios, particularmente una cautiva de la provincia de Mendoza o Cuyo que había estado muchos años entre ellos, que le servía de intérprete a los españoles, y por su medio hizo llamar a dicho comandante a los seis caciques nominados, quienes comparecieron, y trataron de Paces, y se obligaron a entregar todos los cautivos ...”

Por su parte, el Maestre de Campo José Francisco de Amigorena, en su segunda expedición a la Pampa Central de seis que efectuará, cuenta con el informe preparado por José Antonio Guajardo, un personaje de origen hispano – criollo y oriundo de Chile, que le servirá de vaqueano y lenguaraz, quién expone sobre la distribución de los territorios indígenas en la zona de Neuquen y la Pampa Central, en un informe fechado el 24 de Marzo de 1779 en Mendoza dirgido al señalado Amigorena:

Ruca Choroy, que significa casas de catitas, está distante a 12 leguas, aunque en el camino hay algunas aguadas pequeñas. Nilliu, cerro de Los Pinares, está distante 40 leguas, aunque hay algunas aguadas por el camino y Montes de Arboles, pero ningún frutal, sino los pinos que dan unas piñas comestibles.

Desde el río de Los Sauces hasta el mencionado lugar todo es perteneciente a los Indios Pewenches y todos los lugares citados son habitaciones de ellos, variando de habitaciones y viviendo en trozos unos en una parte y otros en otra, y aunque era mucha la indiada, pero a dos años a esta parte han fallecido muchos por las incesantes pestes y enfermedades de calor que los han arruinado y poco ante los Indios Huilichis que son de los Montes tuvieron unas fuertes Malocas o batallas con estos que les mataron la mejor y mayor parte de ellos, de tal modo que hoy habrán quedado cosa de 900 infieles.

Mamell Mapo, que significa tierra de las leñas, está distante de Mendoza 170 leguas caminando al Sure, en esos Montes hay más de 2000 indios de armas, pues éstos son los que hacen las mayores atrocidades en Las Pampas y caminos de ésta para Buenos Aires, y su Gov*or se llama Paillatur y éste manda más de 50 caciques que tiene para el comando de esa Indiada y tienen muchas haciendas de todo género de animales y mucha plata, oro y alhajas de las que han robado de continuo. Este paraje está en paralelo con la Punta del Sauce en distancia de 100 leguas, para llegar al lugar se toma la ruta desde el Fuerte de San Carlos caminando a las Leñas que hay 20 leguas, en este lugar hay buenos pastos pero mal agua. Carrizalito está a 5 leguas con buena agua y buenos pastos.

El río del Diamante está a 8 leguas, es caudaloso. Atué está a 4 leguas, muy caudaloso con malos pastos y mal agua.

Ocopal está 60 leguas, costeando el río se va por tierra guadalosa por tierra de buenos pastos. Desde Ocupal hasta que principian Los Montes, donde ya se encuentran las aguadas y habitaciones de indios, hay 30 leguas de travesía, deste lugar para Mamuel Mapu hay 17 leguas.”

El cuadro que exponemos a continuación se basa en dos documentos escritos por el Maestre de Campo de Río Tercero don Diego de las Casas, durante su incursión a los territorios indígenas en 1779. Estos documentos contienen una detallada exposición de los asentamientos indígenas ubicado inmediatamente al sur de las fronteras de la Punta del Sauce, Tercero y Saladillo, jurisdicción de la ciudad de Córdoba, y a la de Pergamino, Rayos y Pontezuela, de Buenos Aires y Santa Fé, dando cuenta del número de indios que gobierna cada cacique, de los lugares y aguadas que ocupan y las distancias entre sus respectivas tolderías, las cuales se hallaban situadas sobre dos caminos principales, el de las víboras, descubierto en 1776, y el de Las Tunas, descubierto en 1779.

La lista que se adjunta determina la existencia de un núcleo de población indígena muy importante en Tenel, en Noalmapu (Nahuel Mapu), en la región mendanosa del Este (Renancó) y un cuarto sobre el río Chadileuvú.

Respecto a los Caciques localizados en la ribera del río Chadilé, no se indica el número de indios que gobierna cada cacique, pero las crónicas dan a entender que tienen más indios que los que habitan la zona de Tenel, Nahuel Mapu y Renancó.

Los más relevante de esta documentación es que da cuenta de la relevancia de la infiltración Mapuche en la Pampa hacia fines del Siglo XVIII y la presencia en la misma con asentamientos permanentes de muchos caciques, entre ellos el gran Yanquetur o Llanquetruz El Rebelde y su hermano Paillatur, ambos de orígen Wijiche.

Cacique
Edad
Localización
Indios y familias
Toldos
Aguadas y Pozos
Distancia recorrida
Puñaleph
Anciano
Camino a las Viboras, Colchague
10 indios con sus familias
10
7 pozos cavados
100 leguas de Punta de Sauce
Lepian
Anciano
Tenel
20
10
2 aguadas cavadas y cercadas
1 día de camino de Colchague
Yanquelemus
Anciano
Tenel
20
10
2 pozos cavados y cercados
1 día de camino de Colchague
Curruguilí

Antorue
10
6
Laguna lLofediza y pozo cavado
1 día de camino de Tenel
Culucalquin

Maripil
16
10
5 pozos pequeños
1/2 día de camino de Antorue
Ancapichui[177]
Mediana edad
Chadelanguen
15
10
5 pozos
1 día de camino de Maripil
Tumuilemui[178]

Metrenquel
6
6
4 pozos cavados
1 día de camino de Chadelanguen
Maripol

Teguas
10
5
Médano grande que se llama Teguás
3 días de camino de Metrenquel
Llancan

Colulanquen
30
10
Laguna grande con tres ojos de agua
5 leguas de Teguas
Rainao

Colulanquen
30
15
Laguna grande con tres ojos de agua
5 leguas de Teguas
Aygopillan

Colulanquen
20
10
Laguna grande con tres ojos de agua
5 leguas de Teguas
Catruen


8
4
2 pozos cavados
A la vista de las tolderías de Colulanquen
Painemanque

Quilquil
14 indios, incluidos cuatro hijos
7
4 pozos cavados y cercados
2 leguas de Colulanquen, tras un cerro pequeño
Guaiquiante
anciano
Arpiel
15 indios, incluidos 5 hermanos
10
6 pozos cavados
2 leguas de Quilquil
Canipayu
mediana edad
Chin
15 indios, incluidos 5 hermanos
7
2 pozos grandes y cercados
2 leguas de Arpiel
Carimangue

Mamucanan
10 soldados
7
1 pozo cercado y tres lagunas lLofedizas
A la vista de Chin
Atuanque

Canquaí
20 soldados
16
2 pozos cavados y tres lagunas grandes lLofedizas
½ día de camino de Mamucanan
Picuimanque

Chaquilqué
10 soldados
6
3 pozos cavados
½ día de camino de Canquaí. Sobre el camino de las nUevas Tunas, rumbo al sur.
Mariñanco

Chadí
10
6

A la vista de Chaquilqué
Naliguenu

Chadí
10
6
3 pozos cavados
A la vista de Chaquilqué
Antemanque

Chadí
11
6
3 pozos cavados
A la vista de Chaquilqué
Nancopillan
anciano
Checau
20 soldados
10
1 pozo cavado y cercado bastante grande
3 leguas de Chadí
Curripilquí
anciano
Checau
18
10
Pozos cavados
3 leguas de Chadí
Lanquenerri

Caichigyuá
20
9
Pozos cavados y pequeños
1 día de camino de Checau
Chañal

Relanquen
30
20
Pozos cavados y pequeños
½ día de camino de Caichiguá
Maripí

Caichiguá
26
14
10 pozos cavados
1 día de camino de Caichiguá
Creyu

Rarrín
20
10
Pozos cavados
1 día de camino de Colulanquen
Painequeo

Meuco
17
8
8 pozos cavados pequeños
1 día de Camino, sin agua, de Meuco
Cheuquel

Checalgo (Chicalco)
20
10
Pozos cavados
1 día de camino de Meuco
Caipí

Colcó
10
6

1 día y ½ de Checalgo
Caripí

Trobalanquen
20
10
7 pozos cavados
2 días de camino de Colcó
Calloani

Checalgo
17
10
Pozos cavados
1 día de camino de Trobalanquen
Puiñanco

Currumán
30
20
Pozos cavados

Antemano

Trola
20
10
Laguna salada
1 día de camino de Currumán
Labangenri

Caichigoa
20
10
Agua de cerro que forma una laguna permanente
1 día y ½ de camino de Trola
Canigurri

Renancó
10
8

1 día de camino de Caichigoa
Catrinaoel

Renancó
30
20

1 día de camino de Caichigoa
Colomilla

Gualameo
24 soldados
11
Pozos cavados
1 día de camino de Renanco
Curuante

Remeloo
10 soldados
5
Pozos cavados
1 día de camino de Gualameo
Cauchuante

Cunloo
30
10
Pozos cavados
½ día de camino de Remeloo
Tipayante

Intimeu
10 soldados
6
Pozos cavados
1 día de camino de Cunloo
Rapimanqui

Noalmapu
8 soldados
4
Pozos cavados
1 día de camino de Intimeu
Runcapayú

Noalmapu
8 soldados
4


Viscalanxen

Chadiolanquen
8 soldados
4
Pozos cavados
½ día de camino de Noalmapu
Panemanque

Río Chadilé
60



Ancaloan

Río Chadilé




Guaiquillan

Río Chadilé




Guanchupan

Río Chadilé




Nobolenui

Río Chadilé




Yanquetur

Río Chadilé




Buenomilla

Río Chadilé




Umiguanqui

Río Chadilé




Antemanqui

Río Chadilé




Llanquel

Río Chadilé – Poto




Colomanin

Río Chadilé




Cologoan

Río Chadilé





Fuente: Fernández (1998): 59 a 64.

6.2. Los Procesos bélicos y el intercambio económico en el Pwel Mapu

6.2.1. Las Malocas en las Fronteras de Buenos Aires, Cuyo y Chile

Las primera malocas fueron de tipo militar y tuvieron lugar en la frontera de Buenos Aires, Cuyo y Chile a partir del siglo XVI hasta fines del Siglo XVII. Su principal objetivo era proveer de recursos humanos y apoyo material a los caciques que resistían contra el expansionismo español durante la guerra de Arauco. Estas incursiones precedieron a las de tipo económico y permitieron proveer de guerreros originarios de las Pampas y la Norpatagonia a los fuertes y malales localizados en la Araucanía tradicional, en la ladera occidental de la Cordillera de Los Andes.[179]

El desplazamiento de guerreros fue recíproco. A los guerreros Pwelche que se desplazaban hacia Chile le sucedían un movimiento similar de conas araucanos hacia las pampas, proceso que produjo una temprana militarización de las localidades fronterizas de Buenos Aires y Cuyo.[180]

Sobre este primer período de la malocas es esclarecedor el relato de León: “El flujo de guerreros a través de los paso andinos y la estrecha colaboración militar que se estableció entre las tribus de la Araucanía y Las Pampas, constituyeron por más de un siglo una de las bases sobre las cuales descansó la resistencia anti - española en el cono sur de América. No obstante, a medida que la guerra palidecía en Chile y se consolidaba las fronteras del territorio indígena, el tráfico a través de los Andes comenzó a perder su carácter puramente militar y adquirió una faz principalmente económica. Si bien los aborígenes continuaban cruzando las montañas, el objetivo de sus ataques ya no eran los fuertes sino las estancias; lo que buscaban no eran glorias militares sino ganados, cautivos y manufacturas europeas.”[181]

En principio, la misma guerra de Arauco generó un proceso migratorio al Este en busca de recursos económicos para mantener a los guerreros y sus familias. Posteriormente, al término de la guerra, se observa un creciente aumento demográfico en la población Mapuche que exigió mantener una casta de cazadores dentro de la sociedad Mapuche que proveyera de alimentos, manteniéndose el tráfico hacia la Pampa trasandina. Otro factor sustentador del trafico fue el surgimiento de Los Ulmenes al interior de la estructura social Mapuche, hombres ricos que fundaban su poder en la acumulación de ganado, cautivos y objetos europeos y que dependía de la actividad maloquera.

En principio, las expediciones de caza mapuche hacia la pampa se focalizaban en el arreo del ganado cimarrón que crecía y se desarrollaba libremente y en grandes volúmenes en ese territorio. Posteriormente, cuando este ganado comenzó a escasear las incursiones mapuches se dirigieron directamente contra las estancias hispano – criollas de Buenos Aires, San Luis, Córodoba y Mendoza.

Las causas del cambio estratégico fue la extinción del ganado Cimarrón. Sobre las causas de extinción de este último, León entrega importante información. La autoridades coloniales, edilicias y eclesiásticas, juzgaron que el principal factor de desaparición del ganado cimarrón eran el derroche y la matanza indiscriminada de animales que hacían los españoles que comerciaban con cuero, sebos y grasas. [182]

Pero, la señalada no era la única causa, la excesiva demanda que generaban los nuevos polos comerciales contribuyeron en gran medida a esta extinción. Nos referimos, a la exportación de ganados para proveer la concesión del Asiento de Negros entregada en 1795 a los Británicos y para proveer el asentamiento metalúrgico de Potosí.

Terminado este período de los cazadores, surge el período de Las Malocas. Estas comienzan a desarrollarse con regularidad en las inmediaciones de Mendoza y Buenos Aires, en las postrimerías del S. XVII y comienzos del S. XVIII, adquiriendo su mayor fuerza y periodicidad a partir del año 1750. [183]

Las primeras referencias a las malocas protagonizadas por Mapuche o Indios Aucaes como también se les denominaba datan de 1711. El Cabildo de Buenos Aires notificó al Gobernador de la Provincia que “Los Indios Aucaces confederados avían pazado a despojar una tropa que se hallaba en las campañas de esta ciudad.” [184]

La sucesión de estos hechos determinó que el cabildo de Buenos Aires en 1714 exigiera al Gobernador la inmediata represión de los indios. El comunicado pedía que: “... se contengan los Yndios Aucas... que lastimosamente han ocasionado y ocasionan, y anualmente están excutando los Yndios de la jurisdicción del Reino de Chile, en las tierras realengas de esta ciudad. En 1715 se reitera una demanda similar, el Cabildo nuevamente exige que se repela “a los Yndios Aucas que han invadido la jurisdicción de la provincia y asolado los campos.”[185]

La guerra de Arauco es reemplazada por la guerra de Maloca. Para caracterizar este proceso invasivo es importante analizar los distintos períodos en la historia de las malocas, sus características específicas y sus protagonistas.

6.2.2. Las Malocas en el Período comprendido entre los años 1711– 1750

Durante este período los Indios Aucaes o Indios de Chile fueron los principales protagonistas de las Malocas. Los testimonios dan cuenta de que al correr el año 1738 los Indios Pampas convocaron dos mil Aucaces, probablemente en demanda de apoyo militar, los que atacaron Areco y Arrecifes.

El grueso de la represión hispana se dejó caer sobre Los Pampas, específicamente contra los toldos del cacique Calelián, lo que provocó la reacción del hijo de Calelián, quién vengando a su padre lideró un ataque en contra de las estancias de Luján, que arrojó como resultados las muerte de una gran número de españoles, la toma de algunos cautivos y el robo de miles de cabezas de ganado.[186]

La reacción hispana a la Maloca de Luján no se hizo esperar, los vecinos de la provincia de Buenos Aires organizaron una milicia compuesta de 600 hombres para vengar el ataque y castigar a Los Pampas de Calelían sin éxito.

Después de los hechos de Luján, se forma una confederación maloquera en la Pampa central integrada por guerreros provenientes de todas las etnias que habitan el territorio, y que corresponden de Sur a Norte a: Tewelche, Wijiches, Pewenches, Araucanos y Pampas. La confederación habría estado formada por 4.000 guerreros que obedecían al Cacique de origen Pampa Cangapol. La confederación inició una seguidilla de malocas que tuvieron como objetivos las haciendas de Códoba, Santa Fe, Arrecifes, Luján y el pago de Magdalena. Las acciones culminan con un acuerdo de Paz suscrito entre las autoridades bonaerenses y el Cacique Cangapol.

En 1750, Cangapol pone fin al acuerdo de Paz y en conjunto con el cacique Felipe Yahati ataca las reducciones jesuita fundadas en territorio Pampa, destruyendo las misiones de Nuestra Señora de los Desamparados y Nuestra Señora de la Concepción.

La modalidad que caracterizó la guerra de Maloca en este período era la alianza interétnica entre grupos asentados y migrantes (Pampas y Aucaes), la represión contra las poblaciones asentadas más cercanas a las haciendas y la organización de milicias defensivas, a petición de las autoridades hispana integradas por los mismos hacendados.

La alianza maloquera comenzó a fracturarse. Las poblaciones pampas comenzaron a quedar en la línea de fuego entre los hispanos y los maloqueros del Sur, que hacían incursiones transitoria en la pampas, tomaban el botín y regresaban a sus rehues. La represión hispana, por tanto, se hacía sentir sólo en los asentamientos Pampas sin que los aliados sufrieran ninguna pérdida. El cacique Cangapol conciente de esta situación decide aliarse con los españoles y en conjunto detener el avance de los maloqueros Mapuches, Pewenches y/o Wijiches hacia la pampas (1753).[187]

Malocas Indígenas 1700 – 1750
Fecha
Grupo étnico
Area atacada
1711
Aucaces
Buenos Aires
1714
Aucas
Buenos Aires
1716
Aucas
Buenos Aires
1723
Aucaces
Mendoza
1737
Serranos
Arrecifes (Buenos Aires)
1738
Aucas y Pampas, al mando del Cacique Pampa Calelián
Areco, Arrecifes (Buenos Aires)
1739
Pampas, al mando del hijo de Calelián
Luján (Buenos Aires)
1740
Tewelche, Wijiches, Pewenches, Araucanos y Pampas, confederación al mando del Cacique Pampa Cangapol
Arrecifes, Luján, Magadalena
1745
Pampas
Luján (Buenos Aires)

Fuentes: Leonardo León Solís. Maloqueros y Conchavadores en Araucanía y Las Pampas, 1700 – 1800. Ediciones Universidad de La Frontera. Serie Quinto Centenario, Temuco, 1991, pág 66

6.2.3. Las Malocas en el Período comprendido entre los años 1750 – 1769

La alianza Pampa – Españoles no detiene el ímpetu maloquero. Entre los años 1750 y 1769 se registran diversas incursiones de distintos grupos étnicos contra las fronteras de Buenos Aires, pero se observa una disminución de las alianzas interétnicas.

Invasiones Indígenas contra las fronteras bonaerenses
1750 – 1769
Fecha
Grupo étnico
Area atacada
1750
Pampas
Misiones Jesuitas en las Pampas
Agosto 1750
Serranos
Sanjón y Magdalena
Abril 1751
Serranos
Pergamino
Agosto 1751
Serranos
Pergamino
Diciembre 1751
Serranos
Magdalena
1752
Pwelche y Pewenches
La Laja (Bío Bío)
1752
Serranos
Magadalena
Julio 1753
Pewenches
Fronteras de Buenos Aires
Noviembre 1754
Pewenches
Salto, Arrecifes
1758
Serranos
Fronteras de Buenos Aires
1758
Indios de Chile
Fronteras de Buenos Aires
1760
Teguelches
Fronteras de Buenos Aires

Fuentes: Acuerdos, Serie 2, vols. 8 y 9, y serie 3, vol. 1; Nellar, op. cit., vol 1, pp. 124 y ss. ; Enrique Barba, op. cit., p. 132. Leonardo León Solís. Maloqueros y Conchavadores en Araucanía y Las Pampas, 1700 – 1800. Ediciones Universidad de La Frontera. Serie Quinto Centenario, Temuco, 1991, pág. 39 y 67

6.2.4. El Malon de Kurüñamku (Curiñamcu) y la guerra de 1770 en Arauco

En este período los malones estaban dirigidos a diezmar las Haciendas de Cuyo. Sus protagonistas eran Pewenches y ranquelches o Ragkülche asentados en las Pampas, al sur de Mendoza y Córdoba y comenzaron con el gran malon efectuado por el Cacique Curiñamku. El contexto histórico en el que se desarrolló este período coincidió con la guerra de 1770 entre Mapuche y Españoles en Arauco. El objetivo de la empresa maloquera volvió a ser proveer de recursos económicos y bélicos a los guerreros. A diferencia del período anterior, el área afectada alcanza haciendas localizadas territorio chileno, en las localidades de Rancagua, Colchagua y Maule.

Las Malocas y la guerra de 1766 – 1770
Fecha
Grupo étnico
Area atacada
1766
Llanistas, costinos y Pewenches, al mando del cacique Curiñamku
Concepción
1769
Llanistas, costinos y Pewenches Meridionales, al mando del cacique Curiñamku 2ª fase
Concepción
1769
Pewenches y Ragkülche
Mendoza
Febrero1770
Pewenches
Mendoza
Marzo 1770
Pewenches
Rancagua, Colchagua y Maule
Febrero 1770
Pewenches
Bebedero
Diciembre 1770
Pewenches
Fuente de San Carlos (Mendoza)
Diciembre 1770
Wijiches
Corocorto y Uco

Fuentes: Leonardo León Solís. Maloqueros y Conchavadores en Araucanía y Las Pampas, 1700 – 1800. Ediciones Universidad de La Frontera. Serie Quinto Centenario, Temuco, 1991, pág. 40.

6.2.5. Las Malocas entre los años 1770 – 1785: apogeo y fin

Con posterioridad a la guerra de 1770, las malocas se hicieron más cruentas y se extendieron geográficamente. Su características mas relevante es que se trató de empresas cuidadosamente planificadas y dirigidas contra los emplazamientos ganaderos más ricos del Vierreinato del Río de la Plata. Tras las incursiones Aucaes a dichas haciendas se encontraba el cacique Llanista Juan Antivilú. A principios de 1779, estas malocas alcanzaron también el Valle central de Chile.

Las Malocas 1770 – 1785
Fecha
Grupo étnico
Area atacada
1773
Wijiches y Llanistas
Buenos Aires
1775
Llanistas
La Laja
Agosto 1776
Aucaes, al mando de los Caciques Guelacol y Guilletun
Fuerte de San Carlos (Mendoza)
1777
Indios Bárbaros
Estancia Juan Martínez de Rozas (Mendoza)
1777
Pewenches, Pampas y Aucaes, al mando del Cacique gobernador Pinalefi, acompañado de los Caciques Curruibilu y Guenocal, quienes cuentan con el apoyo estratégico del Cacique Yanquelemus
Saladillo
1778
Wijiches
Potrerillos, Capri y Zapata (Frontera Mendocina)
1779
Pewenches, Wijiches y Pampas
Amenaza de invasión contra Chile Central
Marzo 1780
Ragkülche y Aucas
Río Cuarto
Agosto 1780
Aucas y Tewelche, unidos con el Cacique Negro
Chascomus
Agosto 1780
Aucas y Tewelche, unidos con el Cacique Negro
Luján
Diciembre 1780
Aucas y Pampas, al mando de los caciques Chahuen, Calboner, Álcali y Guchilapen
Luján
Septiembre 1785
Infieles
Zapallar y Cruz Alta (Fronteras de Buenos Aires)

Fuentes: Leonardo León Solís. Maloqueros y Conchavadores en Araucanía y Las Pampas, 1700 – 1800. Ediciones Universidad de La Frontera. Serie Quinto Centenario, Temuco, 1991, pág. 40 y ss.

A partir del año 1786 las noticias de malocas son vagas e imprecisas. Estas prácticamente se extinguen en los años siguientes y resurgen incipientemente a partir del S. XIX, como estrategia de alianza militar para apoyar a los indígenas Mapuches que resisten el avance republicano al sur del Río Bío Bío.[188]

En este remanso maloquero probablemente incidió el Congreso de Lonquilmo de 1784 donde se trató acerca de la demarcación de todos los Fütalmapus haciendo expresa mención que ello debiera incluir los tres Fütalmapus mapuches, el Fütalmapu Pewenche y todos los pueblos que a la época habitaban la Pampa.

El artículo 2º, senala: “Que el actual Congreso debía ser comprensivo no solo a los tres Fütalmapus y Pewenches, sino tambien al Fütalmapu ausente y a los pueblos Wijiches serranos.

El artículo 3º , manifiesta: “Que los de las fronteras de la ciudad de Mendoza, Malalhue, Mamey Mapu, Pwelche, Wijiches Serranos y demás habitantes de las Pampas de Buenos Aireshabían de formar una parcialidad con los Pewenches de Maule, Chillán, Antuco y Villucura.

En el mismo artículo tercero de este parlamento se trató expresamente de la demarcación de cada Fütalmapu, señalando sus distritos. Se declararon perteneciente al de la cordillera los Wijiches de Changolo, de Goyaltué y Rucachoroy hacia el sur; los Pwelche e indios pampas que caen al Septentrión, desde Malalhue y fronteras de Mendoza hasta el Mamüjmapu en las pampas de Buenos Aires, formando todos un Cuerpo con los Pewenches de Maule, Chillán, Antuco y Villucura.

En el mismo año Ambrosio O’higgins refiriéndose a los Pueblos que habitaban el Pwel Mapu, contestando una Real Orden sobre el Gobierno de Chile e indios del contienete en frente de esta gobernación, señala que está: “procurando extender hacia las jurisdicciones y parcialidades de Indios que confinan con Valdivia y Chiloé, la dependencia que desde muchos años ha, habíamos de haber exigido a las Naciones ulteriores situadas a la parte oriental de Chiloé y Valdivia con el nombre de Wijiches, Pewenches, Aucaes yPampas; los que no reconocen todavía sujeción a los Presidentes de Chile”

A fines del S. XVIII la articulación del Gulumapu y el Pwel Mapu es evidente, como también el carácter de independientes de ambos territorios.

7. Las relaciones comerciales fronterizas

La maloca favoreció la migración de linajes mapuches hacia las Pampas y la Patagonia, los que se desplazan a estos territorios para tomar posesión permanente de los paraderos provisionales y garantizar el flujo comercial de los productos adquiridos a través de la maloca. En la ruta de los maloqueros se ivan instalando los rehues e infiltrando la Pampa.

La relaciones comerciales fronterizas en principio espontáneas y casuales, pasaron a echar raíces, estableciéndose como medio de intercambio el “conchavo” o trueque de bienes. El crecimiento del tráfico comercial también generó una expansión de los centro de intercambio y de los flujos comerciales. Así, el comercio - en principio reducido a las fronteras de Concepción al norte del Bío y Valdivia al sur del Toltén - se extendió a la Pampa y Patagonia.

A fines del S. XVII acota León, el comercio de las Pampas no sólo aumentó en magnitud, sino que contaba con una amplia red de contactos que permitía la adquisición de los más diversos productos, generándose redes de dependencia infranqueables entre conquistadores e indígenas. [189]

Una de las formas especializadas de intercambio era el comercio de la sal y el monopolio de su comercialización lo mantuvieron por muchos años los Pewenches. Por lo demás, habrían sido los Pewenches los que mejor se adaptaron a las exigencias del comercio fronterizo, trasformándose como dice León en el arquetipo de los conchavadores indígenas.[190]

También el mercado fronterizo se articuló en torno a la producción de mantas y ponchos por parte de los indígenas, que fue ganando en importancia hasta transformarse en un actividad productiva relevante dentro de la sociedad mapuche, dejando atrás la época en que estas prendas era parte del intercambio de excedentes. Junto a estos productos también se trocaban artículos de cestería y madera. De parte del español, los indígenas adquirían añil para su producción textil, azúcar, yerba mate etc. El intercambio se efectuaba en los fuertes y villorrios fronterizos.

Paralelamente, se desarrollaba un importante comercio ilegal de bebidas alcohólicas, cautivos apresados en las malocas, tráfico de armas y herramientas de hierro. El tráficos de estos últimos elementos pudo haber significado un cambio cualitativo en la guerra de conquista y posteriormente de malocas, sin embargo, ello no fue así pues este comercio no se tradujo en la incorporación masiva de armas de fuego en los ejércitos indígenas.[191]

8. Las guerras intestinas

Las llamadas guerras intestinas comprometieron en serios conflictos internos a grupos de indígenas de la Araucanía, las Pampas y la Norpatagonia, durante el proceso de Araucanización. La complejidad de las relaciones interétnicas en la frontera a mediados del S. XVIII, agudizó los conflictos entre los distintos grupos étnicos que la habitaban, en los que cada cual estuvo determinado por sus propias circunstancias.

La localización geográfica de Los Pewenches, contrario a lo que se pueda suponer, determinó una existencia insegura para este grupo. Rodeados de poblaciones hostiles, generaron alianzas estratégicas indistintamente con mapuche y españoles. En la guerra de malocas, también en ocasiones generaron alianzas con su más acérrimos enemigos los Wijiches o con Tewelche y Pampas para invadir las haciendas fronterizas.

Sin embargo, el mayor conflicto de los Pewenches fue con los Wijiches, aquellos que hemos denominado Serranos en los párrafos anteriores, quiénes en su proceso de expansión hacia el norte fueron disputando territorios Pewenches. Esta guerra fue tan cruenta que amenazó con extinción de los Pewenches y con su arrinconamiento hacia los territorios Chiquiyanes.

Las incursiones Wijiches caracterizadas por su violencia, afectaban no sólo el interés Pewenche, sino que también el interés de la corona: Las autoridades coloniales se vieron, entonces, obligados a celebrar acuerdos con los Pewenches los que se materializaron en el parlamento de La Laja de Diciembre de 1756 donde las autoridades del Reino de Chile y la Nación Pewenche hicieron votos de mutua cooperación. En la práctica la alianza se tradujo en el apoyo Pewenche a las huestes reales para sofocar la rebelión mapuche de 1766. Los caciques Pewenches Colignir, Leviant y Peiqueipil acudieron el apoyo de las autoridades españolas sitiadas por los mapuches en Angol. Durante la cruzada, los asentamientos Pewenches fueron asaltados por huestes Wijiches, por lo que los oficiales españoles estuvieron prestos a proporcionar apoyo militar al Cacique Pewenche Penaipil para atacar a sus enemigos Wijiches.[192]

En Cuyo la alianza estratégica entre Pewenches y Españoles se concretó más tardíamente, tras el ataque de José Francisco de Amigorena contra las tolderías Pewenches en 1780, lo Pewenches ofrecieron su apoyo a las milicias españolas para atacar a los Wijiches y atacar a su temido líder el gran Cacique Yanquetur El Rebelde.

Muerto Yanquetur en 1788, en manos de los caciques Pewenches Currilipi y Pinchintur, apoyados por soldados chilenos premunidos de armas de fuego, las hostilidades no cesaron, sino que recrudecieron. A Yanquetur lo sucedió al cacique Comepayu o Caneu Payun, quién avanzó en pleno invierno sobre las tolderías del Pewenche Currilipi robándole toda su hacienda y dándole muerte

Mientras duró la amistad Pewenche – Hispana, hubo un intento de reducir a los Pewenche transformándolos en un Pueblo de Indio. Allí se quebrantó el pacto. En 1766, los Pewenches se unieron a los Llanistas destruyendo las Misiones religiosas asentadas en sus territorios en el levantamiento de Curiñamku.

No obstante, en los años posteriores se restituirá la alianza[193].

El 30 de Junio de 1799 se reunieron en el Fuerte de San Carlos el cacique Carripilon, Jefe de los Ranquelches, el Cacique Gobernador Pewenche Pichicolimilla con su gente, la cacica María Josefa Goico y Jose Goico, en representación de los Oscoyanes, numerosos Caciques y capitanejos y 344 indios lanzas y el Maestre de Campo Amigorena. En esa oportunidad Amigorena reconoció a Carripilon, Cacique Gobernador y principal caudillo de la Nación Ranquelche, poniendo en sus manos un bastón con mango dorado. Carripilón prometió allí ser fiel aliado de españoles y de los Pewenches y avisar de los movimientos del enemigo común: Los Wijiches.[194]

Este acuerdo de Paz regirá las relaciones hispano – indígenas en la Pampa en lo que resta del período colonial hasta el advenimiento de la República.

9. La consolidación de Cuarto Fütal Mapu Mapuche y su reconocimiento a través del Parlamento de Lonquilmo, 1784

En 1784 las autoridades coloniales el Reino de Chile, convocan a una Parlamento en los Llanos de Lonquilmo al que asisten todos los Fütal Mapu que integran el Gulu Mapu y los Caciques Pewenches representando el Pwel Mapu. El parlamento convocó a aproximadamente 10.000 personas lo que demuestra su legitimidad.

En el acta parlamentaria fue establecido que los Pewenches integran el cuarto Fütal Mapu Mapuche y serán comprendidos en este mismo Fütalmapu los Pwelche e Indios Pampas, desde Malalgue y fronteras de Mendoza hasta el Mamüj Mapu, situados en las Pampas de Buenos Aires, los que forman un cuerpo y parcialidad con Pwelche y Pewenches de Maule, Chillán y Antuco e insta a incorporar a los pampeanos al proceso de negociación de los Parlamentos que rigen las relaciones fronterizas en el Gulu Mapu.

En Lonquilmo las autoridades coloniales chilenas dan cuentan de un hecho que es una realidad en las relaciones fronterizas a lo largo de todo el siglo XVIII. La consolidación del cuarto Fütal Mapu Mapuche en el Pwel Mapu y su articulación con el Gulu Mapu integrando un solo territorio libre, es un hecho incuestionable a 1784 y esto se mantendrán en lo que resta del período colonial y los inicios republicanos. El advenimiento de las República en Chile y Argentina se encontrarán con que los territorios mapuches independientes correspondían a una sola unidad territorial formada por el Gulu Mapu y el Pwel Mapu, unidas por el Pire Mapu, que abarcaba por el Norte el río Bío Bío, la Cordillera de Los Andes, el río Diamante, por el Este el río Salado, por el Sur el río Limay o Río Negro, la Cordillera de Los Andes y una línea que unía Panguipulli hasta Mehuin – Queule, y, por el Oeste, el Océano Pacífico.

10. Mapunche Wajontu Wijimapu: [195]
Del tolten al seno de reloncavi (siglos xvi al xix)

10.1. El territorio wijiche

El Wijimapu comprende los territorios entre el río Toltén y la Isla de Chiloé y dentro de este se han reconocido denominaciones locales para referirse a los diversas agrupaciones territoriales indígenas. A fines de la Colonia, en 1793, en un mapa confeccionado por Andrés de Baleato, se podía identificar en Valdivia, Chiloé y las pampas argentinas, a "Los Indios Cunchos" (cuncos) que se localizaban entre el río Calle-Calle, el Canal de Chacao y el seno de Reloncaví, y una línea que bordeaba los lagos hasta cerca de las nacientes del río Calle Calle y la Costa Pacífica. "Los Wijiches", inmediatamente al oriente de los Cuncos, ocupaban los lagos y el sector de la Cordillera de Los Andes hasta NahuelWapi, y en la zona de las pampas argentinas se encontraban los indios Pwelche y los poyas.
En el Wijimapu, se reconocía la existencia de un Fütalmapu extendido en la "Región entre el Río Bueno y el seno de Reloncaví", el cual habría estado conformado por los Aillarehues denominados Coihueco, Cunco, Quilacahuin, Trumao, Lipihue, Lepilmapu, Carelmapu y Calbuquén.[196] En cuanto a estos Aillarehues, se ubica a Coihueco al sur de la ciudad de Osorno, en las inmediaciones del río Coihueco, y comprendía aparentemente la llamada Isla de Coihueco; Cunco habría comprendido desde Valdivia hasta más al sur de La Unión; Quilacahuin, estaba entre los ríos Rahue y Bueno, y por el sur alcanzaba, más o menos, hasta el estero Folilco, y por el poniente hasta el mar; Trumao limitaba con la costa al poniente, con el río Bueno por el sur y por el norte con el río Chaihuín; Lipihue estuvo entre los ríos Llico y Maullín; Lepilmapu, al parecer se encontraba al sur y al oriente de Lipihue, siguiendo la línea de la costa; Carelmapu se habría extendido desde la costa norte del canal de Chacao hasta el río Maullín y el río San José; Calbuquén habría comprendido la isla de Calbuco y zonas aledañas.

El Wijimapu era conocido localmente como Cunco, desde el inicio de la colonización militar española. San Juan de la Costa formaba parte de lo que los españoles llamaron a fines del siglo XVI el "repartimiento o comarca" de Cunco y sus límites habrían estado "al norte con Valdivia, al oeste con Osorno y al sur con Chiloé, separándolos de ellas tres fronteras hídricas: El Río Valdivia, el Río Rahue y el Canal de Chacao. El mundo contenido entre estos límites es el mundo de Cunco".[197] A los indígenas de Osorno, en cambio, se les conocía con el nombre de "Chauracahuines", y habitaban al oriente del río Rahue, entre el río Bueno y el seno de Reloncaví hasta la cordillera. Por su parte, la denominación de "indios costinos" para referirse a los cuncos aparece en 1760, denominándoseles como indios "Costinos y Bárbaros".

10.2. Pérdida y recuperacion del territorio (1558-1604)

Los españoles ingresaron por primera vez al Wijimapu en 1544, primero en misión de reconocimiento y luego de asentamiento. Jerónimo de Alderete y Juan Bautista Pastene luego de atravesar los Fütalmapus de más al norte, llegó hasta el río Calle Calle, buscando los caminos al sur. Le sigue Pedro de Valdivia quién llega en 1551 a la región, y funda la ciudad del mismo nombre el 12 de Febrero de 1552, desde donde efectuó expediciones al sur. No está claro si llegó al seno de Reloncaví, pero se asegura que si lo hizo Francisco de Villagra, a fines de 1553. La expedición de García Hurtado de Mendoza, llegó en Febrero de 1558 al Canal de Chacao, acompañado de Alonso de Ercilla. A su regreso a Valdivia, en el mes de Marzo, fundó la ciudad de Osorno."Poblé la ciudad de Osorno, que es una de las buenas de toda aquella tierra, por ser villa de más de 80 mil indios y tener ochenta vecinos y ser muy fértil de comida y muy más de oro".[198]

Las expediciones buscaban el asentamiento de la población hispana en el Wijimapu, para imponer el sistema de dominación basado en el reparto encomienda y la obligación del trabajo e iniciar el ciclo de explotación minero. Las expresiones de García Hurtado de Mendoza son elocuentes: Osorno permitía el asentamiento y subsistencia del hispano y contaba con abundante mano de obra para ser sometida a la encomienda (80 mil indios), con el objeto de explotar el oro, puesto que esta zona era "la mejor, más rica y de mayor contratación de todo el reino de Chile, porque demás de la abundancia que había de todos los frutos de la tierra, era riquísima en oro de subida ley, que en cualquier parte se sacaba, y de las minas conocidas sacaban los indios cada día 25 y 30 pesos de oro".[199]

Durante el siglo XVI, se establece un ciclo de explotación minera, que impone el sometimiento de los indígenas a la encomienda, y conjuntamente la ocupación de su territorio. Las condiciones de expoliación de la mano de obra en las famosas minas de Ponzuelo en Osorno, Madre de Dios y Corral en Valdivia implicaba un trabajo extenuante en los lavaderos, y el sometimiento del indígena, además de la prestación del servicio doméstico.[200]

La liberación territorial y del sistema de explotación se presenta con ocasión de la segunda rebelión mapuche, iniciada en 1598 en Curalaba, y que terminó con todos los enclaves hispanos desde el Bío Bío al seno de Reloncaví. Las fuerzas dirigidas por Pelentaro se aliaron al cacique Wijiche Paillamacha para atacar y destruir Valdivia el 24 de Noviembre de 1559. Desde allí, continuron las operacione de liberación hacia Osorno, enclave que fue atacado el 20 de Enero de 1600. La ciudad fue recobrada por el español en 1602, pero fue sitiada por los mapuche -Wijiche, quienes lograron que fuera abandonada el 15 de Marzo de 1604, huyendo los españoles -con algunos indígenas amigos- hacia Chiloé, donde fundan el fuerte Calbuco.[201] Terminaban así las operaciones de liberación del Wijimapu hasta el Seno de Reloncavi.

10.3. Defensa del territorio indigena (1604-1793)

Durante el siglo XVII, en el territorio del Wijimapu, los mapuche-Wijiche comienzan un periodo de autonomía que durara hasta fines del siglo XVIII. Sin embargo, luego de la destrucción de Valdivia y Osorno, en la frontera sur con Chiloé, se inaugura una guerra esclavista que abarcara todo el siglo XVII y que significará el despoblamiento indígena de la zona comprendida entre el río Maipue, cerca de Purranque, por el norte y el río Maullín por el sur. Durante el siglo XVIII, los mapuche-Wijiche, deberan enfrentar una guerra intermitente en en la frontera sur y la penetración misional, militar desde Valdivia, refundada en 1645, que implicara que en los territorios se comienza a formar la propiedad agraria hispana.

A fines del siglo XVIII, se verificaran dos procesos, la oposición permanente para impedir la apertura del camino de Chiloé a Valdivia, y el avance de la ocupación hispana desde Valdivia hasta la banda norte del río Bueno. Este período concluye con la rebelión mapuche de río Bueno en 1792 y el sometimiento militar que siguió a la derrota mapuche-Wijiche, lo que obligo a efectuar el Parlamento de las Canoas en 1793, que tuvo como consecuencia la pérdida de la autonomía indígena en el Wijimapu.

10.3.a. La guerra en Esclavista en la frontera Sur y el despoblamiento de parte del territorio.

El abandono de Osorno en 1604 y el repliegué a Chiloé de los españoles, implico que se formara una línea fortificada compuesta por Calbuco y Carelmapu. Desde estas posiciones los españoles implementaron la guerra esclavista contra los indios Cuncos (mapuche-Wijiches).[202] Esta guerra tenía un doble fin; hostilizar y castigar a los indígenas rebeldes, sin intentar la recuperación de territorios perdidos y hacerse de mano de obra o piezas, amparándose en las disposiciones que establecieron la esclavitud del indígena y que estuvo vigente entre 1608 y 1683.[203] Según Mariño de Lobera, se sostenía esta guerra porque los indios de Osorno y Cunco "nunca quisieron dar la paz “ y eran consideradas provincias rebeldes, cada una con un Toki general -hacia 1650 eran Culapillán y Naucopillán respectivamente-, y según el padre Rosales, en 1674, las fortificaciones de San Miguel de Calbuco y San Antonio de Carelmapu, en el continente",[204] tenían como objeto "hacer desde allí la guerra a los rebeldes de Osorno y Cunco, como se les ha hecho desde entonces".

El resultado que tuvo esta larga guerra de malocas que concluyó a fines del siglo XVII, al parecer producto de las paces de 1692, fue la pérdida y despoblamiento de la meridional del Wijimapu: "...el territorio que se extendía desde los fuertes de Maullín y Calbuco hasta el río Maypué, presentaba el aspecto de tierra de nadie, despoblada de españoles e indios como consecuencia de aquellas malocas".[205] En 1787 el territorio ubicado entre el río Maypué y Carelmapu era descrito "sin gente y haciendas [...] Está despoblado de indios desde lo del Cacique Rupullán, Catrihuala y Eñil, hasta la provincia de Chiloé".[206]

En el siglo XVII, terminadas las beligerancias la frontera del Maypué se mantendrá en calma. Este clima sólo fue interrumpido por los intentos de penetración para abrir el antiguo camino de Chiloé a Valdivia.

10.3.b. La penetración hispana hasta el Río Bueno

La ciudad de Valdivia permaneció deshabitada y destruida desde Noviembre de 1569 hasta que los Wijiches permitieron el paso de víveres y la refundación de la ciudad y su repoblación en 1645, quedando hasta 1740 bajo la tutela de Virreinato del Perú, con carácter de ciudad presidio y de plaza fuerte.

A mediados del siglo XVIII, desde Valdivia se inicio un proceso de ocupación del Wijimapu al interior de Valdivia, hasta el río Bueno. Esta penetración tuvo tres vías que se desarrollaron coordinadamente: la misionera, la militar y la formación de propiedades agrícolas. Esta última, la de mayor importancia en cuanto al asentamiento y consolidación de la población y la explotación del territorio ocupado, posibilitada la penetración hispana por el contexto de no beligerancia con los Logkos gobernadores del territorio indígena.

El avance territorial desde Valdivia sobre el Wijimapu hasta la 1750 se encontraba circunscrito "Sólo las inmediaciones de la ciudad, las riberas apropiadas de los ríos transitados, sus pequeñas islas,[...] es propio del período comprendido entre 1645 y 1750 la explotación de terrenos inmediatos a la ciudad".[207]

La ocupación hacia el interior del Wijimapu fue promovida por los Jesuitas, quienes a partir de 1740 "comenzaron la explotación de las primeras estancias grandes en la Jurisdicción de Valdivia: San José de la Mariquina, Mulpún y Tomén";[208] todas ellas se ubicaban en el valle del río Calle Calle hasta el río Quinchilca, desde donde se expanden hacia sectores cordilleranos "entre los lagos Riñihue y Ranco" expansión realizada en base a la compra de tierras a indígenas, como la estancia de Goyenete, comprada al cacique Michalelbún y la de Albarrán, comprada al cacique de Antilhue.[209]..."La otra línea de penetración estaba ubicada más al norte. Se formó a partir de la hacienda San José, en el valle de Mariquina, contándose además otras estancias como la de Bellavista, Pidey, Pichoy, etc. Sin embargo, las tierras más ricas de la región, ubicadas en los llanos y en Osorno, permanecían en manos de los Wijiches. La ocupación de esta zona habría de tardar varias décadas más, puesto que los intentos militares de conquistarla no habían tenido éxito".[210]. Los intentos de penetración militar a los llanos de La Unión y Osorno no se consumaron y sólo las avanzadas misionales lograron asentarse en esos sectores.

Tampoco tuvieron éxito los proyectos de apertura del camino de Valdivia a Chiloé, fracasaron en dos oportunidades. "Ni el proyecto de 1741 ni el de 1753 se pudieron llevar a cabo por no otorgarse los medios y por desacuerdos entre gobernadores".[211] El proyecto de ocupación consistía en una doble avanzada. Las tropas de Valdivia debían llegar hasta el río Bueno mientras que los de Chiloé entrarían a la tierra de los juncos con 300 hombres de infantería y 100 de caballería, quemando o apropiándose de las cosechas de los indígenas, para someterlos por el hambre.

En 1756, el Gobernador Amat y Junient plantea desde Valdivia una estrategia de penetración militar, considerando que los indígenas "nunca han admitido misioneros ni la más leve comunicación con nosotros desde que arruinaron la ciudad de Osorno".[212] Estas consideraciones permiten dar inicio a una ofensiva bélica contra los Wijiches, estableciendo contacto con algunos caciques de los llanos que se mostraban aliados, como el cacique Inacayan, explotando las diferencias entre agrupaciones indígenas, pues los mapuches del margen norte del río Bueno eran enemigos de los Juncos de la La Unión y éstos de los Chauracagüines, "cuyas tres naciones se han hecho siempre y se hacen contínua guerra, impidiéndose el paso de unos y otros por sus tierras [...] Entonces Amat aprovechó que hacia 1758 había libre comunicación entre la Plaza y las comarcas septentrionales del río Bueno, pobladas de indios amigos que habían admitido misioneros y mantenían un cierto comercio con los vecinos de Valdivia".[2]

El inicio de las operaciones militares se consumo en 1758, saliendo desde Valdivia destacamentos a cargo de Juan Antonio Garretón y compuesta por cien soldados, treinta milicianos y trescientos indios amigos, estableciéndose a orillas del río Bueno en tierras del cacique Inacayan, con la intención de fundar el fuerte de San Fernando. Pero el 27 de Enero de 1759 fueron atacados por 6 mil indígenas de la parte Sur del río Bueno, comandados por los caciques Painil y Catillanca: "nuestro ejército que intentaba pasar de dicho río, lo pasaron ellos la noche antes y atacaron con tal ímpetu y fuerza [...] en la costa septentrional [...] que lo derrotaron". Después de una larga batalla nocturna los indígenas se pusieron en retirada, cuando el capellán de la expedición lanzó fuegos artificiales que desconcertaron a los Wijiches atribuyéndolos a "espíritus y cosas de la otra vida".[213]

El ataque a los destacamentos españoles fue ejecutado por un conjunto de fuerzas indígenas compuesto de "Juncos Costinos y de la Cordillera, y entre ellos muchos Pwelche, y otros que viven tras la serranía, que no usan caballos y a pie son muy ligeros, llamados Taruches, que vinieron auxiliar a los Juncos, y todos juntos asaltaron al Fuerte en una noche hasta que al amanecer se retiraron con una pérdida de 300 hombres".[214] Los resultados en vidas humanas de estos enfrentamientos fueron 300 indígenas atacantes y el cacique Inacayan y los suyos muertos; en términos político-militares, los ataques resultaron en el rechazo a la penetración hispana al sur del río Bueno y el retiro de las tropas a Valdivia[215].

Una segunda expedición militar se desarrolla en 1767, esta vez con el objeto de encontrar la "Ciudad de los Césares", especie de espejismo mitológico de riqueza y abundancia, supuestamente situado en alguna parte del territorio austral al otro lado de la cordillera de Los Andes. La expedición -encabezada por el Capitán de Amigos de Valdivia, Ignacio Pinner- contaba con 80 hombres de tropa; para su ejecución se pide autorización a los caciques para transitar por sus jurisdicciones, agasajándolos con regalos. La expedición llegó al río Bueno y se internó en la cordillera atravesando las tierras de los caciques Yurín de Paillaco, Nelguru, Thuichagurú, Theguigurú, Paillihuala, y Queipul de Río Bueno; lo mismo se hizo con las tierras de los caciques Thlorollanca y Manquemilla, que residían a orillas del río Pilmaiquén.[216]

Con posterioridad, en 1778, los españoles armaron una estrategia de avance al Wijimapu, instalando puestos misionales en Cudico y Daglhpulli [Rapaco] en el sector de La Unión, y en 1787 instalan la misión de Río Bueno, a los que se adosaron fuertes militares. La labor misionera cambia la táctica de sometimiento violento por una de persuasión y amistad con los caciques. Desde estos enclaves misionales-militares ubicados al norte del río Bueno, se inicia la constitución de la propiedad española que dan paso a las grandes haciendas. La frontera del Wijimapu, entonces se encontraba infiltrada hasta el río Bueno, sin poder ingresar los españoles a la banda sur del río, debido a la resistencia de los Wijiches de Chauracahuin.

10.3.c.- Apertura del Camino de Valdivia a Chijwe Mapu (Chiloé)

Los españoles no habían abandonado la idea de la habilitación para el transito del camino de Valdivia a Chiloé, los avances de las fronteras en el Wijimapu, hasta el río Bueno por el norte y el río Maipue por el sur, implicabna que solo faltaba el tramo intermedio. El afán de la reconstrucción era restablecer la comunicación por tierra, que en términos estratégicos permitiría asegurar el "antemural del Pacífico", formado por las fortificaciones de Valdivia y Chiloé, y asegura las posesiones australes del imperio español de las incursiones extranjeras y enemigas de la Corona. Para ello, era imprescindible alcanzar la paz o el sometimiento de los mapuche-Wijiches.

La posición militarista de los españoles de Chiloé, los llevo a impulsar campañas de ocupación bélicas, en desacuerdo con los españoles de Valdivia que privilegiaban el via política. Desde Chiloé se inicio de manera autónoma la avanzada militar del Gobernador: "La empresa de Hurtado se inició sin comunicar al gobierno central de Chile ni al Virrey del Perú. Las autoridades del Reino se enteraron cuando la operación estaba en marcha y manifestaron su temor porque la guerra podía extenderse hasta la Frontera y frustrar los esfuerzos desplegados para mantener la paz y el tráfico recientemente abierto por tierra entre Concepción y Valdivia".[217]

El efecto de esta penetración fue que no encontraron resistencia en el territorio cunco del Wijimapu: "Los indios observaban los movimientos y juzgaban imposible hacer frente a los chilotes, por lo que, según versión de Hurtado, los caciques Tangol y Cathehuala acudieron apresuradamente a Valdivia a tratar con [el Gobernador] Pusterla para que intercediera ante el gobierno de Chiloé para que no se les hiciera la guerra. Acto seguido, ambos caciques ofrecieron a Pusterla las ruinas de Osorno y sus terrenos, sin exigir otra cosa que la suspensión de las operaciones y el retiro de las tropas insulares. Pusterla aceptó el inesperado ofrecimiento y comunicó la novedad a Hurtado [...] Más tarde, los caciques pidieron diez soldados a Pusterla para que los defendieran de los indios vecinos porque temían que se atentara contra sus vidas por haber entregado las minas de Osorno".[218]

Las tratativas dieron como resultado que en 1787 se iniciara la búsqueda de la huella del antiguo camino a Osorno desde Chiloé, que continúa con una segunda búsqueda en Marzo de 1788; finalmente, "allanada, en parte, la amistad de los indios por obra de los franciscanos y por la mejor disposición del jefe indio Cathehuala hacia Valdivia [...] Pusterla quedaba en condiciones de organizar una expedición de reconocimiento del territorio, que verificó en Enero de 1789 con la aprobación de Ambrosio O'Higgins, con el fin de estudiar el posible trazado del camino. La expedición a la que se agregaron también indios Juncos, logró unir Valdivia con el fuerte fronterizo de Maullín".[219]

Abierto el camino y existiendo condiciones para efectuar un parlamento, los españoles se dieron a la tarea de efectuarla. Así, el 2 y 12 de Febrero de 1789 se efectuaron dos Juntas de Caciques, en Quilacahuin y Rahue, al interior del territorio Mapuche –Wijiche del sur del rio Bueno, logrando que las parcialidades mapuche iniciaran un proceso de paz entre sí y autorizaran la apertura del camino por sus tierras. La ratificación del Tratado se efectuó el 24 de febrero durante una reunión entre el Gobernador Pusterla y todos los Logkos del área ubicada a ambos costados del río Bueno. A esta reunión asistieron "los caciques de las parcialidades de Quilacahuín; Calfungir, gobernador de Los Llanos, con los caciques Colin, Guayquipán [ambos de Quilacahuin]; Rumullanca, cacique de Catalán, y algunos guilmenes de la parcialidad de Dagllipulli, hasta el río de Las Canoas [Rahue]. Por otra parte asisten los caciques Queypul, Tangol y Catheguala y sus guilmenes Naguil, Guenchupan, [de Pincado avenida de los indios Pewenches] Guentallay, Ancagún, Lefanquir, Guenupangue [hijo del cacique Mancu, dueño de las tierras del camino, desde Pilmaiquen a Rahue], Quinchahuala, Cañiu, Lignamún, Callilef y Ancapichun [estos dos últimos hijos del cacique Nagpi, dueño de las tierras del camino abierto en Tarupil, así como de las tierras del camino abierto en la montaña] y muchos de los mocetones. Todos reiteran el acuerdo de auxiliar a los españoles [...] y de mantener la paz entre ambas parcialidades [...] y [la] cesión del camino".[220] En la reunión el Gobernador de Valdivia entrega banderas blancas, "una a los caciques Colin y Guayquipán, y otra al cacique Cathehuala que aún no los tenían, en señal de paz y alianza con la Plaza, cuya bandera tocaron las parcialidades una con otra en señal de amistad".[221] Con estos acuerdos quedaba abierto el camino de Valdivia a Chiloé, el que sería transitado por los españoles; sin embargo, su apertura duraría poco tiempo debido a que estos últimos comienzan a acaparar tierras indígenas y a establecer relaciones de sometimiento y maltrato que no serán aceptadas por los indígenas del río Bueno.

10.3.d. Formación de grandes haciendas españolas entre Valdivia y el río Bueno

La primera expansión de la propiedad hacendal española había comenzado a partir de 1750 desde Valdivia, dirigiéndose hacia el interior del río Calle Calle hasta la cordillera, entre los lagos Riñihue y Ranco.[222] Pero las más ricas tierras se encontraban en los Llanos de Valdivia y Osorno, gobernadas por Logkos, los que ceden paso a la formación de grandes haciendas españolas al norte del río Bueno, una vez que el trabajo misional y los acuerdos de paz dan sus frutos[223]. Hasta 1792, "...prácticamente la totalidad de los territorios establecidos en los Llanos al norte del Río Bueno habían sido ya vendido a los vecinos españoles de Valdivia".[224] Entre los mapcuhe—Wijiche que aparecen vendiendo sus tierras se encuentran los Logkos Calfunguir y Queypul, bajo el procedimiento en que el español daba cuenta de los tratos con los mapuches-Wijiche, solicitando autorización al Gobernador de Valdivia, quien ordenaba al Capitán o Comisario de Naciones, para que verifique la enajenación junto al escribano, se realice la escritura y se entregue la posesión[225]. Estas compras de tierras indígenas se reproducen en todos los llanos de Valdivia al norte de Río Bueno, teniendo como consecuencia el acaparamiento de tierras y el arrinconamiento del mapuche-Wijiche.

La situación al sur del río Bueno es distinta: "Por más que han visto la franquicia y la facilidad de los indios de esa parte del río en vender sus tierras vacías a los españoles, jamás se pudo conseguir que ellos vendiesen a español alguno ningún palmo de tierra de la otra banda del río, no obstante haber muchos terrenos desiertos, y hacer los españoles las tentativas más eficaces para su consecución".[226] Los caciques del territorio del Wijimapu de Osorno y la costa mantienen íntegramente su territorio, sin enajenar un palmo de tierra desde al sur del río Bueno.

10.3.e. Rebelión y Derrota de Río Bueno de 1792 y la ocupación del Wijimapu

Las condiciones para el último levantamiento mapuche- Wijiche en la región de Río Bueno y Osorno se fueron configurando por el accionar de los españoles en los llanos de Valdivia empañados en la compra y usurpación de las tierras indígenas. El recelo mapuche hacia el español, persistía después del tratado de libre tránsito y apertura del camino en 1789, verificándose en 1790 que las relaciones "estaban aún tan débiles en nuestra amistad y tan de mala fe en ella, que sólo parece esperaban el momento favorable para sacudir el yugo que suavemente se les iba imponiendo".[227]

Ayudo a crear las condiciones de una rebelión anticolonial, los abusos cometidos por el hispano al norte del río Bueno, que se traducían en el asalto "a mujeres y niños" y el robo "de las haciendas"[228] y "la codicia de los bienes y haciendas de los españoles que había de esta parte del río"[229], despojo que dejaba sin tierra a los Logkos y sus familias. Al sur del río Bueno no habían misiones, fuertes o haciendas españolas, solo permanecían capitanes y tenientes de amigos en el sector de Rahue hasta Maipue, los que vigilaban los movimientos indígenas y el buen tránsito del camino de Valdivia a Chiloé.

Los agravios sufridos por los Logkos amigos del Gobierno de Valdivia debilitaron los lazos políticos. Las denuncias del maltrato del español eran denunciadas: "ultrajando al cacique gobernador Calvuguru [de Dagllipulli] y a los caciques sus dependientes Colum, Huayquipagi, Rupuyan, Dollun y otros. En primer lugar, hubo un español tan atrevido que a dicho cacique gobernador Callvuguru le botó del caballo y le arrastró sin más motivo que el haberle preguntado en un encuentro casual que qué andaba haciendo"[230].

Los planes de liberación comenzaron a ser urdidos por los Logkos Queypul, Tangol de Río Bueno y el Cacique Catrihuala, que establecieron alianzas con Ayjarewes cordilleranos, con el objetivo de "destruir las misiones y asaltar la Plaza de Valdivia en las pascuas, al tiempo que estuviesen divertidos en las carreras y acabar con todos los españoles de las campiñas".[231] Concluidos los planes militares, se desato la rebelión en Septiembre de 1792 en la misión de Río Bueno, pero no alcanzó a comprometer a todos los Ayjarewes por iniciarse antes de la fecha prevista. En el asalto a Río Bueno dieron muerte al padre Antonio Cuzco, a algunos capitanes de amigos -entre ellos el asignado al Cacique Catrihuala- y a un correo que iba a Chiloé. "Asaltaron las haciendas de la banda norte del Río Bueno matando a cinco cruelmente y llevándose cuanto pudieron acarrear". Sin embargo, fracasaron en su intento de destruir la misión de Cudico "porque aquellos indios se pusieron en armas", y la de Dagllipulli "por haberlos atajado el Capitán y Teniente de Amigos con cuatro indios en el río Llollelhue, matando dos o tres", así como en Quinchilca, por haber sido repelidos por los hacendados vecinos".[232]

La contraofensiva española fue violenta y estuvo a cargo de Capitán Tomás de Figueroa, quien arrasó con las haciendas mapuche-Wijiche, quemo sementeras, confisco el ganado y ejecuto a numerosos indígenas. "En el distrito de Cudico [cerca de La Unión] se hizo ahorcar al cacique Manquepán, a dos de sus hijos y a 17 mocetones, apresó a niños y mujeres y confiscó el ganado".[233] En Dagllipulli, el 5 de Diciembre, Figueroa entró en las tierras del Cacique Calvugur, donde incendió la ruca, hirió al cacique y dio muerte a un niño, los demás indígenas huyeron y se refugiaron en los montes. Los soldados "cogieron a tres mujeres del cacique con sus hijos, mataron a algunos y los más, salieron heridos, de los cuales, se ahogaron varios en el río".[234] Además fueron incendiados los poblados indígenas de Ranco, Cham Cham, Copihue y Trumao, logrando pasar a la banda sur del río Bueno, donde "...prosiguió arrasando todo cuanto hay entre el río Bueno y el Rahue, acabando con todos los cómplices, de siete años para arriba. Como medida preventiva en esta zona mataron a veinte Pewenches y Wijiches a pesar que no constaba su participación en la revuelta. También fueron decapitadas cuatro mujeres y dos niños".[235]

El paso de las tropas españolas al sur del río Bueno significó el descubrimiento de las ruinas de Osorno, ruinas que los mapuche-Wijiche escondieron con recelo: "Yo conociendo lo proporcionado de la ocasión, les hice una corta insinuación sobre la antigua ciudad de Osorno, decía Figueroa al Coronel Gobernador de la Plaza de Valdivia don Lucas de Molina, en nota del 22 de Noviembre de 1792, la que recibieron muy atentos que sin poner al menos obstáculos la cedieron voluntariamente al Rey, con todo su demás terreno, la que recibí y tome posesión en el día de esta fecha a nombre del soberano con la solemnidad que proporcionaron las presentes circunstancias".[236] La campaña punitiva española concluyo con el redescubrimiento de las ruinas de Osorno, y aniquiló la resistencia Wijiche, terminando con la independencia y autonomía del territorio entre el río Bueno y el Maipue.

10.3.f. El Parlamento de Paz de las Canoas ( 1793)

La ocupación militar de Osorno da paso a los Parlamentos de Quilacahuin y Rahue, en los cuales los hispanos aseguran el repoblamiento de la región al alcanzar la cesión de territorios, y el beneplácito para la instalación de misiones. Para llegar a los acuerdo, se suspendieron las acciones militares, y se invito a los Logkos a dirigirse a Negrete, donde se efectuaría un parlamento con los Fütalmapus mapuches del norte del Toltén, dirigido por Ambrosio O'Higgins.

Ante la imposibilidad de concurrir a Negrete, los españoles propiciaron un Parlamento en Osorno, el cual tuvo lugar el 8 de Septiembre de 1793 a orillas del río de las Canoas. Concurrieron los Logkos de todo el Wijimapu, con excepción de Juan Queipul del Cantón de Río Bueno[237]. En el Tratado de Paz se suscribieron seis acuerdos fundamentales: la cesión de territorios a los españoles, la repoblación de Osorno, la amistad duradera, el auxilio y libre tránsito, el sometimiento a la justicia hispana, y la aceptación de los misioneros y la evangelización; así quedaban subordinados en su territorio y su autonomía al gobierno español.[238]
La cesión perpetua de los territorios donde se ubican las ruinas de Osorno, establecida en el Tratado, correspondía al área de los llanos de Osorno a la cordillera, no involucrando territorio Cunco o de la Costa al poniente del río Rahue, enque solo se autorizo la instalación de misiones.[239]

Disposiciones posteriores buscaron consolidar el dominio territorial y la repoblación de Osorno, procurando el "restablecimiento del camino de Valdivia a Chiloé por las inmediaciones de dicha ciudad nuevamente descubierta, estableciendo fuertes, poblaciones y misioneras en parajes convenientes para la conservación del camino, seguridad de la costa y completa reducción de los indios infieles que ocupan aquel territorio".[240]

En Diciembre de 1794 se publicó la Real Orden para el repoblamiento de Osorno en los terrenos cedidos al Rey, evitando otorgar por el momento títulos de propiedad, pues los "naturales son supersticiosamente celosos sobre lo que llaman sus tierras, por vacías e inútiles que éstas les sean".[241]para que el "adelantamiento de aquella población proceda sin aparatos y cuidado a los indios" y "que no se soliciten Minas ni se ejecute por ahora el repartimiento de Tierras en propiedad cultivándose las que puedan los soldados, y pocos pobladores que hubiere al presente sin desviarse mucho del fuerte ni formar Haciendas grandes, o de crianza de ganados al sur de Río Bueno, suspendiendo los preparativos para la fundación de una villa en este Valle".[242]

En 1795, Osorno comenzaba a ser definitivamente repoblada otorgándose lotes de tierras a familias provenientes de Chiloé, Valdivia, Concepción y otras partes de Chile. Sin embargo, la propiedad hacendal española estaba a punto de constituirse en el territorio Wijiche al sur de Río Bueno.

10.4. La situación del Wijimapu en los albores de la República

Desde 1795, concluido el proceso de ocupación militar del territorio del Wijimapu y hasta las primeras décadas del siglo XIX se inicio un proceso de acaparamientos de tierras mapcuhe-Wijiche que dieron origen a las haciendas españolas, en los llanos de Valdivia y Osorno. También grandes propiedades se formaron en los territorios de Llanquihue, que habían sido despoblados por la guerra esclavista.

El Wijimapu a fines del periodo colonial se encontraba sustraído el dominio mapuche-Wijiche. Las haciendas españolas cubrían todo el valle central y parte dela cordillera. Las ocupaciones mapuches ubicadas en la zona de Valdivia se encontraban formando un mosaico en la Costa de Corral y Mariquina, Lanco, La Unión y Río Bueno, formando un mosaico de pequeños retazos de tierras que conservaban de sus antiguas jurisdicciones. En Panguipulli, la situación era distinta, pues los territorios mapuches aún mantenían cierta integridad, debido a la baja penetración hacendal y haber mantenido la autonomía. En la zona de Osorno, las tierras Wijiches se conservaban como un territorio en el sector de la Costa, desde Quilacahuín a Río Negro, y en la zona del Lago Ranco, aún quedaban grandes porciones de tierras en poder de los mapuche. Solo en torno al Pilmaiquen existían pequeñas propiedades mapuches. El territorio autónomo Wijiche había sucumbido a fines de la colonia, y la larga resistencia antiespañola, se había transformado después de 1793 en la dominación colonial.

Síntesis Parte I

Pikun Mapu

El territorio del Pikun mapu fue ocupado tempranamente por los españoles, quienes lo repartieron en mercedes de tierra, reduciendo a sus habitantes a los denominados Pueblos de Indios.

Este proceso de reducción a Pueblos de Indios no fue proporcional a los asentamientos pre - existentes, representando sólo una parte de los numerosos Lof y Ayjarewe que existían al momento de la irrupción hispana.

Sin embargo, hubo cierta coincidencia entre el área de radicación de los Pueblos de Indios y el área de ocupación ancestral de los Lof y Ayjarewe, a pesar de la reducción, perviviendo la distribución en los espacios locales y formando una red de asentamientos mapuches que comenzaban en el Limarí y terminaba en el río Bío Bío.

Otra forma de sometimiento fue la encomienda, que generó el traslado de población Indígena desde sus asentamientos tradicionales hacia centros de producción fuera de estos espacios, tales como las haciendas y las minas. Así, la encomienda se transformó en una forma de explotación de la mano de obra indígena que provocó el abandono parcial de los Pueblos de Indios producto de dichos desplazamientos. Esta constatación ha fundado la apreciación generalizada de los autores chilenos de que la encomienda generó la extinción de los Pueblos de Indios, lo que no es efectivo debido a que la legislación española se preocupó expresamente en proteger las tierras indígenas de los Pueblos de Indios, e incluso a fines del período colonial - desde el año 1789 en adelante – en promover su repoblamiento y la constitución de nuevos asentamientos mapuches, mediante la constitución de propiedad indígena al interior de las haciendas, habiéndose detectado al menos 14 casos.

Cabe consignar que la radicación en Pueblos de Indios y la constitución de propiedad indígena al interior de las haciendas se hizo con la misma normativa, que correspondía a las ordenanzas de Gines de Lillo (1603) y la Tasa de Esquilache (1641).

No obstante, fueron diversos los intentos de los hacendados por usurpar las tierras de los pueblos de indios a través de distintas modalidades, siendo las más comunes las siguientes: superposición de deslindes; ocupación material de tierras indígenas con cultivos y ganados; infiltración de población española en tierras indígenas; y, algunos intentos de las autoridades coloniales por concentrar la población en unos pocos Pueblos de Indios.

Los Mapuches, desplegaron durante todo el período colonial iniciativas destinadas a la defensa y reivindicación de sus tierras amparándose en la legislación hispana. Así, lograron mantener la propiedad indígena y en muchos casos la integridad de la superficie de la radicación originaria.

La pervivencia a fines de la Colonia de los Pueblos de Indios, fue producto de la resistencia de los mapuches al proceso de usurpación, quienes hicieron uso de las garantías que le otorgó el sistema jurídico del derecho indiano. Con ocasión del término de la encomienda se originaron dos situaciones, la primera, el repoblamiento mapuche de los Pueblos de Indios y, la segunda, la constitución de propiedad indígena con las nuevas radicaciones al interior de las haciendas. Ello originó que a fines de la Colonia se reconociera la existencia de al menos unos cincuenta Pueblos de Indios entre Limarí y el Bío Bío.

En los inicios de la República, se constató expresamente la existencia de Pueblos de Indios, de tierras de indígena y de población mapuche, en la zona central de Chile y Norte Chico, correspondiente al Pikun Mapu, generándose una política tendiente a su desaparición. Esto se explicitó a través de la legislación de 1813, 1823 y 1830 las que ordenaron la reducción de las tierras de los Pueblos de Indios, efectuando un proceso de usurpación legal al decretar que las tierras sobrantes pasaban a poder del Fisco y ordenar su remate.

Además, la legislación republicana en 1819 negó la identidad indígena al imponer sobre los Mapuches del Pikun Mapu la categoría de chilenos, aplicando los criterios liberales de que todos los ciudadanos de la República eran iguales en libertades y derecho como estrategia para la consolidación del Estado nacional. Aún así, durante el Siglo XIX, en algunos Pueblos de Indios aún persistía la autoridad tradicional Mapuche y su organización social. Posteriormente, las tierras indígenas derivadas de los ancestrales Lof y Ayjarewe, de los Pueblos de Indios coloniales, se transformaron bajo la República en parte de la geografía rural del Norte Chico y Chile Central, reconocibles muchos de ellos en el minifundio y en las comunidades agrícolas tradicionales, algunas de las cuales subsisten hasta hoy día y que son parte de los pueblos que en la actualidad conservan cierta tradición cultural alfarera, textil, topónimos indígenas y cultivos tradicionales.

Fütal Mapu Bafkeh Che o Lafkenche, Naüq Che o Naüqche y Wente Che

A la llegada de los españoles el Mapunche Wajontun Mapu, se encontraba densamente poblado y distribuido en espacios e identidades territoriales conocidos como Fütal Mapu o Butal Mapu. Entre el río Bío Bío y el Toltén se distinguían las identidades territoriales de los Bafkehche o Lafkenche, Naüqche o Naüqche y Wenteche. De su presencia dan detallada cuenta los cronistas, los misioneros y, a partir del siglo XVII, las actas de los Parlamentos.

Desde los inicios se da una relación de conflicto entre Mapuches e invasores. A estos últimos, los guiaba la búsqueda y explotación de minas de oro y la captura de esclavos para servir en las faenas mineras y en las haciendas. La reacción Mapuche se traducirá en permanentes levantamientos indígenas contra estas incursiones que se conoce como la épica Guerra de Arauco.

La frontera del territorio Mapuche perteneciente a los Fütal Mapu e identidades territoriales en análisis se fija en forma temprana, a fines del siglo XVI. Los hitos que determinan la delimitación de frontera en el río Bío Bío serán la victoria de Curalaba, en que los Conas mapuches al mando del gran Toki Pelantaru vencen a los españoles, y la necesidad de establecer condiciones de Paz que permitan desarrollar las relaciones de comercio que cien años de contactos habían establecido espontáneamente y que se traducen en la celebración del Parlamento de Quillin en 1641. La delimitación de la frontera, por lo demás, satisfacía el interés español de mantener y asegurar el dominio al norte del Bío Bío y de los Fütal Mapu Mapuche de conservar la jurisdicción y autonomía al Sur del Bío Bío.

Los efectos de la invasión hispana en la población mapuche fueron los siguientes: Desplazamiento de población afectada por el proceso de reducción territorial, encomienda y trabajos forzados que afectó a los habitantes del Pikun Mapu, quienes se trasladaron hacia el territorio autónomo Mapuche situado entre el río Bío Bío y el Toltén; Reducción masiva de población producto de la guerra y las pestes introducidas por los invasores; Articulación del territorio correspondiente al Gulu Mapu y el Pwel Mapu, con el fin de sellar alianzas militares y generar apoyos estratégicos para la Guerra de Arauco.

Fijada la frontera al Sur del Bío Bío - en 1641- se desarrolla un territorio de frontera que da lugar a permanentes intercambios comerciales entre Mapuches y españoles, el que se desarrolla bajo ciertas condiciones de estabilidad entre los siglos XVII y XVIII. Sin embargo, este territorio no está exento de tensiones y conflictos entre los que destacan el levantamiento general de 1723, que comienza en Quchereguas y se extiende por todos los Fütalmapus más allá del Toltén y el de 1766, que corresponde al levantamiento de Curiñamku.

Para apaciguar las tensiones, garantizar las condiciones de paz que exige el comercio de fronteras y la independencia de los territorios, tanto al Norte como al Sur del Bío Bío, las partes – Mapuches y Españoles – celebraron continuos y múltiples parlamentos de Paz. Entre los años 1605 y 1803 se celebraron 19 parlamentos. El primero de ellos corresponde al parlamento de Paicaví de 1605, y el último corresponde al Parlamento realizado en los Llanos de Negrete en 1803.

En los parlamentos se distinguen dos tipos, los de implicancia local y los parlamentos generales. Los primeros, contaban con la participación de los Ayjarewe de frontera y estaban destinados a generar un sistema de convivencia pacífica y regular las relaciones de trabajo en los territorios fronterizos ubicados inmediatamente al norte del Bío Bío.

En los parlamentos generales se establecía una relación de Estado a Estado, en ellos participaban todos los Fütal Mapu representados por sus máximas autoridades, los representantes de la Corona y de la Iglesia, todos con sus respectivas comitivas, capitanes de amigos y lenguaraces. Los parlamentos convocaban un promedio de 4.000 personas y hay algunos, como el de Lonquilmo, que convocó a 10.000, lo que da cuenta de la legitimidad de estos instrumentos que regulaban las relaciones entre las naciones Mapuches y la Corona Española. Estos verdaderos tratados versaban sobre acuerdos de libre comercio, de defensa recíproca, reconocimientos jurisdiccionales, acuerdos de paz, regulación de procesos migratorios y reglamentaban la presencia de Misioneros y acciones evangelizadoras en los territorios. El hecho que las autoridades Mapuches se hubieran reconocido en los Parlamentos como vasallos del rey no significaba cesión de autonomía: los Fütal Mapu mantenían su jurisdicción territorial íntegra, la autonomía de sus instituciones sociales, políticas y religiosas, no dependían de la institucionalidad imperial, no tributaban y sólo aceptaron la presencia de misioneros, la conversión a la fe católica y el defender el territorio para evitar incursiones de otras potencias extranjeras.

A los albores de las República este territorio mantenía su integridad territorial y la jurisdicción de sus autoridades tradicionales y separaba al territorio de la naciente República por el río Bío Bío.

Wiji Mapu o Wijimapu

El Wiji Mapu o Wijimapu, en el territorio comprendido entre el Río Toltén y el seno de Reloncaví, estuvo sometido a un proceso de ocupación español durante el siglo XVI. Posteriormente, le sucedió un proceso de liberación del territorio liderado por Pelantaru entre 1600 y 1604, época en la que fueron destruidas las ciudades de Valdivia y Osorno construidas por el invasor a mediados del siglo XVI.

Este proceso de liberación significó abrir una frontera de guerra en la parte Sur del territorio Mapuche durante todo el siglo XVII. La característica de este proceso bélicos fue una guerra de tipo esclavista, el móvil de los hispanos era capturar piezas humanas en guerras de malocas para enviarlas a trabajar como Indios de servicio personal en Chile central y Perú. Esta guerra de maloca, también denominadas trasnochadas o corridas para denotar su carácter sorpresivo, terminaron por despoblar todo el territorio comprendido entre el río Maullín y Maipué en las cercanías de Purranque, actual provincia de Llanquihue, donde fueron totalmente exterminados los Ayjarewe mapuches.

Con la refundación de Valdivia en 1645, se produce un proceso inicial que se caracteriza por las avanzadas misioneras entre el Toltén y el Río Bueno, y la constitución de haciendas ganaderas junto a las misiones jesuíticas.

Durante el siglo XVIII, el Wiji Mapu enfrenta dos fronteras: La primera, una frontera de avance desde Valdivia que a partir de 1750 o de mediados del siglo, comienza a avanzar hacia el río Bueno combinando la constitución de puestos misionales acompañados de fuertes, los que sustentaban la expansión de la propiedad hacendal española hasta el río Bueno. Los Logkos de los Ayjarewe al Norte de este río establecen relaciones políticas con el Gobierno de Valdivia, en cambio al Sur del Río Bueno Los Mapuches Wijiches resisten cualquier acuerdo con los españoles y mantienen intacto su territorio. La segunda frontera, con Chiloé, representada por los fuertes de Calbuco, Maullín y Carelmapu significa durante este siglo resistir algunas escaramuzas militares y los intentos de abrir el camino que pasa por sus territorios hacia Valdivia.

En 1792, se produce la rebelión Mapuche Wijiche en el río Bueno, la que es derrotada por el español. Esta derrota Wijiche permite que el hispano traspase la frontera hacia el Sur y se redescuban las ruinas de Osorno. A través del Parlamento de Las Canoas de 1793 los españoles alcanzan la capitulación indígena, la cesión de parte de sus territorios para la refundación de Osorno y la instalación de Misiones. Esta capitulación favoreció la apertura del camino entre Chiloé y Valdivia y la dimisión de la jurisdicción política y territorial de los Fütal Mapu Wiji Che al someterse a las leyes hispanas.

A partir de este proceso comienza a operar la constitución de la propiedad hacendal española en Los Llanos de la Unión y Chauracahuín, ocupando las mejores tierras y fragmentando el territorio del Wiji Mapu, separandolo en dos parcialidades. Uno, en la costa y, el otro, en las tierras altas del Pilmaiquén y Ranco. En Valdivia el resultado de la expansión española significa la ocupación del valle del Calle Calle hasta Quinchilca, quedando las tierras Mapuches autónomas replegadas hacia la cordillera en la zona de Panguipulli y al Norte de San José de la Mariquina.

La situación al comienzo de la República se caracteriza porque el Wiji Mapu se encuentra bajo jurisdicción del estado nacional entre Valdivia y Osorno. Existiendo una frontera que separa los territorios autónomos Mapuches, en el eje formado por el sector de Queule – Mehuín, Mariquina, Panguipulli y Riñihue.

La situación en los territorios Mapuches del Wiji Mapu en la zona de Río Bueno hasta el río Maipué se caracterizaba por la existencia en los Llanos de la propiedad española y una zona de refugio territorial en el sector denominado La Costa y la Cordillera Costera. Al sur de Maipué se mantenía el despoblamiento Mapuche de Llanquihue.

Pwel Mapu

El Pwel mapu corresponde al territorio comprendido entre el río IV y Diamante por el Norte, el Río Salado por el Este, el Río Colloncura y Limay por el Sur conocido como río Negro y la Cordillera de Los Andes por el Este, actualmente sometido a la soberanía de la República Argentina.

La ocupación mapuche del Pwel Mapu durante los siglos XVI a XVIII, se desarrolla en el marco de una multiplicidad de relaciones interétnicas de alta complejidad que concluye con la hegemonía cultural de la lengua y formas de vida Mapuche, que es adoptada por todos los grupos indígenas que habitan este territorio.

Concluida la guerra de Arauco, comienza a constituirse un espacio fronterizo que se consolida con la integración del Gulu Mapu y el Pwel Mapu y que favorecieron desde fines del siglo XVI la migración Mapuche a este territorio. La presencia mapuche mas temprana corresponde a la localización desde tiempos ancestrales de Ayjarewe de origen Pewenche y Wijiches en la vertiente oriental de la cordillera de Los Andes, prosigue con las incursiones fundamentalmente Pewenches al corazón de las pampas en busca de sal para su comercialización y se consolida con las incursiones de mapuches provenientes del Gulu Mapu en el siglo XVII y XVIII.

Los factores que incidieron en la articulación del Gulu Mapu y el Pwel Mapu, fueron los cambios en la economía del siglo XVII producto del surgimiento de nuevos polos de desarrollo económico que demandaron productos agrícolas y ganaderos; condiciones de paz que favorecieron el comercio fronterizo producto de los parlamentos que mantuvieron cierta estabilidad en el Gulu Mapu; y los cambios estructurales en la sociedad indígena que propició la acumulación de riquezas, particularmente de ganado.

Las incursiones de Conas mapuches provenientes del Gulu Mapu al Pwel Mapu data del siglo XVII y XVIII. Inicialmente, siglo XVII, estas avanzadas tenía por objeto sellar alianzas militares y proveerse de ganado cimarrón que vivía libremente en la pampas para surtir a los guerreros que peleaban en la Guerra de Arauco, constituyendo un apoyo estratégico en la defensa del Gulu Mapu. En un segundo período, siglo XVIII, el objeto de dichas empresas era de tipo económico para proveerse de bienes de intercambio, ganado, sal, armas y cautivos. La modalidad estratégica de estas incursiones era el malón, una vez terminado el ganado cimarrón en el Pwel mapu estas acciones maloqueras se dirigieron contra las haciendas españolas de las provincias de Buenos Aires, San Luis y Mendoza.

La presencia primero esporádica de los Mapuches del Gulu Mapu en el Pwel Mapu se consolidó en el S. XVIII. Diversas expediciones españolas en los años 1776 y 1779 dan cuenta de la existencia de asentamientos permanentes de Ayjarewe Mapuches en tenel, en Noal Mapu, en la Región Mendanosa de Renancó y sobre las riberas del río Chadileuvú y el sector de salinas grandes. Estos Ayjarewe forman parte del territorio identificado como el Mamüj Mapu, imperio de los Raqueles o Ranquelches, dotados de una gran cantidad de tolderías, población y aguadas, según los relatos.

La violencia Maloquera asoló a las haciendas del Virreinato de la Plata poniendo en jaque la estabilidad política y económica del gobierno colonial. Estas malocas se desarrollaron con gran regularidad entre los años 1711 a 1785. A ellas les pone termino el Maestre de Campo Amigorena en un parlamento celebrado en 1799 al que concurren todas las identidades territoriales del Pwel Mapu, con excepción de los Wiji Che, allí será instituido gran Cacique del Pwel Mapu el Cacique Carripilón de los Ragkülche.

El reconocimiento del Pwelmapu y de los Ayjarewe Mapuches como parte integrante del cuarto Fütal Mapu Mapuche fue reconocido expresamente por las autoridades del reino de Chile en el Parlamento de Lonquilmo en 1784. Allí, fue establecido que los indios Pwelche y pampas, desde Malalgue y fronteras de Mendoza hasta el Mamüj Mapu, situados en las Pampas de Buenos Aires, forman un cuerpo y parcialidad con Pwelche y Pewenches de Maule, Chillán y Antuco y que es interés de la corona integrarlos al proceso de negociación parlamentaria que tiene lugar en la vertiente occidental de la Cordillera de Los Andes, es decir en el Gulu Mapu.

Este territorio mapuche del Pwel Mapu, consolida su independencia territorial teniendo como frontera al momento de la constitución del Estado Nación Argentino en 1820 el río Salado en la provincia de Buenos Aires y por el norte el río Diamante.

Finalmente, el Mapunche Wajontu Mapu, a fines de la colonia española y la constitución de los Estados nacionales de Chile y Argentina se caracteriza por conservar territorios independientes y territorios sometidos, siendo claras las delimitaciones geográficas de unos y otros. En el caso de los territorios sometidos a la jurisdicción hispana, se encontraban todos en el Gulu Mapu y correspondían a las zonas comprendidas entre el río Limarí y el río Bío Bío y entre Valdivia y Chiloé. Los territorios mapuches independientes correspondían a una sola unidad territorial formada por el Gulu Mapu y el Pwel Mapu, unidas por el Pire Mapu, que abarcaba por el Norte el río Bío Bío, la Cordillera de Los Andes, el río Diamante, por el Este el río Salado, por el Sur el río Limay o Río Negro, la Cordillera de Los Andes y una línea que unía Panguipulli hasta Mehuin – Queule, y, por el Oeste, el Océano Pacífico.

PARTE II


[141] Pinto (1996): 13
[142] idem: 21
[143] León (1991): 144
[144] ídem: 144 a 159
[145] Pinto (1996): 31
[146] Walther (1980): 23
[147] idem: 24
[148] idem: 33
[149] Fernández (1998): 25
[150] Fernández (1998): 26
[151] León (1996):23
[152] Alvarez (1981) op. cit: 44.
[153] Fernández (1998): 29
[154] Alvarez, (1981): 42
[155] Casamiquela, (1969)
[156] Canals Frau (1935): 221- 232.
[157] Fernández (1998): 33
[158] Latcham, (1929-1930)
[159] Bengoa (2000): 94 .
[160] Mariño de Lofera (1865)
[161] Las cursivas son nuestras
[162] Alvarez (1981): 66
[163] Alvarez (1981): 48
[164] Idem: 68
[165] Alvarez (1981): 74
[166] Bengoa (2000): 95
[167] Casanova (1996: 77
[168] Idem: 96
[169] Fernández ( 1998): 40
[170] Alvarez (1981): 69
[171] Fernández (1998): 47
[172] Alvarez (1981): 78
[173] idem: 47
[174] Martinic (1995): 79
[175] Fernández (1998):19.
[176] Idem:. 20
[177] Nota: Cuñado de Curruguilí.
[178] Nota: Hermano de Curruguilí
[179] León (1991): 22
[180] Idem: 23
[181] Idem: 25
[182] Idem: 27
[183] Idem: 32
[184] Idem: 32
[185] Idem: 33
[186] Idem: 35
[187] Idem: 35 a 37.
[188] Idem: 61
[189] Idem: 108 y 109
[190] Idem: 112
[191] Idem: 119
[192] Casanova: 89
[193] idem: 91
[194] Fernández(1998): 85
[195] Antecedentes basados en el estudio “Las Tierras Wijiches de San Juan de La Costa”, Raúl Molina y Martín Correa, Colección la Propiedad Indígena en Chile, 1996
[196] Ver Guillermo Krumm S., "División Territorial de la Araucanía" RChHG Nº 140, Santiago 1972, págs. 68-71.
[197]. Daniel Quiroz L. y Juan C. Olivares T. "Permanencia de una Pauta Adaptativa en San Juan de la Costa". Boletín. Museo Mapuche (Cañete) Nº 3. 1987. pág. 18. Estos autores plantean que la primera noticia del territorio Cunco, correspondería al "Expediente de Servicios de Juan de Arostegui" del año 1602 (Colección Documentos Inéditos Para la Historia de Chile. Tomo XXV 423-491. Santiago 1901 en que hace una referencia al área de Cunco con el nombre de "un repartimiento, un río, un paraje y un valle" que extendía su influencia sobre toda la Cordillera del mar.
[198]. Víctor Sánchez Aguilera. "El Pasado de Osorno, La gran ciudad del Porvenir". Imprenta Cervantes. Osorno 1948. (Cit. J. Vergara: 1991).
[199]. Antonio Vásquez de Espinoza. "Descripción del Reino de Chile". Ediciones Instituto Blas Cañas. Santiago 1986. (Cit. J. Vergara 1991).
[200] En las minas, el trato degradante y cruel adquiría como forma de castigo la amputación de miembros del cuerpo (narices, orejas y dedos de los pies)
[201]. A los Wijiches que acompañaron a los españoles en su huida de Osorno se les asignó para vivir las Islas de Calbuco y Abtao, quedando al margen del sistema de encomienda, otorgándoseles un pago de trescientos pesos, a cambio de servir como centinelas y apoyo militar de la parte norte de Chiloé contra las sublevaciones de los Cuncos. (Véase: Molina O. Raúl) "Mapas de Chile Colonial". Santiago. 1993.
[202]."Las campañas que los españoles de Chiloé emprendían en el siglo XVII, contra los indios Juncos y Poyas -Malocas, campeadas, corredurías, trasnochadas y reencuentros- tenían como objetivo castigar a los rebeldes, talar sus sementeras y tomar prisioneros. El escenario más frecuentado era el espacio comprendido entre los fuertes chilotes de tierra firme y las comarcas de la destruída ciudad de Osorno, extendiéndose en ocasiones hasta el lago Puyehue y el río Bueno. Por el noreste se maloqueaba hasta NahuelWapi [poyas]”. Rodolfo Urbina B. "Chiloé y La Ocupación de los Llanos de Osorno durante el siglo XVIII". B.A.CH.H. Nº 98. Santiago 1987.
[203]. "...la esclavitud del indígena cogido en guerra se decretó en 1608 y duró hasta 1683, es decir prácticamente todo el siglo XVII. Sin embargo, para Chiloé la esclavitud del indígena se derogó en 1620, una ordenanza estableció que todos los indios cogidos en guerra de malocas de Chiloé quedan libres". Ver Raúl Molina O. "El Pueblo Wijiche de Chiloé". Opdech. Chonchi, 1987.
[204]. Idem cita 1.
[205]. Id. cit. 15
[206]. Carta de Miguel Pérez Cabrero a Hurtado. Valdivia 26 de Diciembre de 1787. AGI. Chile. 218 (Cit. R. Urbina: 1987).
[207]. Gabriel Guarda OSB. "La Economía de Chile Austral. Antes de la Colonización Alemana". 1645-1850. Univ. Austral de Chile - Valdivia 1973.
[208]. Id. cit. 21
[209]. Id. cit. 21
[210]. Jorge Vergara: "La Matanza de Forrahue y la ocupación de las tierras Wijiches". Tesis de Licenciatura en Antropología. Universidad Austral-Valdivia 1991.
[211]. Id. cit. 15.
[212]. "Parecer de Amat sobre los proyectos de sujeción de los Indios de los llanos". S/f. AGI Chile, 344 (Op. cit. Urbina R.
1987).
. Id. cit. 15.
[213]. José Toribio Medina. "Biblioteca hispano-chilena": 1523-1817 Tomo II. pp. 589. (Op. cit. Urbina; 1987).
[214]. Id. cit. 10.
[215] La importancia de estos sucesos radica en que a partir de este momento -y hasta 1787- los cunco-Wijiche establecerán como frontera bélica el río Bueno, sin permitir la penetración de los hispanos, en su forma misional, militar o económica. En cambio, la parte norte del río Bueno será sujeto de un proceso de asentamiento hispano, con el beneplácito de los Wijiches de la zona.

[216]. Id. cit. 25.
[217]. Id. cit. 15.
[218]. Id. cit. 15.
[219]. Id. cit. 15.
[220]. Id. cit. 15.
[221]. Informe de Pusterla sobre visita de los indios a Valdivia. Valdivia 24 de Febrero de 1789. AGI Chile 212 (op. cit. Urbina. 1987).
[222]. Las haciendas y potreros españoles firmados en esta área serían: Huellelhue, San Javier, Calle Calle o Arique, Pishuinco y Pupunalhue. En el sector de Mulpán y Tomén a lo largo del río Quinchilca, continuaban los de Folilco, Huidif, Penco, Quilgueto, Guillinco, Dollinco y Huiti, con sus proyecciones en la reducción Fritonhue, en los sectores comprendidos entre el Volcán Choshuenco y Futrono con una extensión de 40.000 mil hectáreas (op. cit. Gabriel Guarda; 1973).
[223]."Los llamados Llanos de Valdivia, que se extendían al norte y sur del río Bueno, entre los ríos Huequecura y Pilmaiquen, las estribaciones orientales de la Cordillera de la Costa y la margen poniente de los lagos Ranco y Puyehue [...] [se distinguían] de las otras fertilísimas tierras de más al sur, pertenecientes entonces a la activa ciudad de Osorno” (Id. cit. 21)
[224]. Id. cit. 21.
[225] Venta del Calfunguir y otros a Ventura Carvallo
"Señor Gobernador. Dn. Ventura Carvallo Capitán de Infantería de este Batallón ante Ud. en la mejor forma dice: Que teniendo tratadas unas tierras en el paraje nombrado Dallipulli, al Cacique Calfunguir, y los Indios Geyevil, Parronquiles, Comiluma; solicita a Ud. el permiso necesario para verificar la compra de lo Ud. pida y suplico se sirva concederme lo que llevo insinuando, mandando se me dé posesión por quien Ud hallare por más conveniente. A Ud. Valdivia quince mil setecientos noventa y uno= Ventura Carvallo".
"Valdivia y Mayo cinco de mil setecientos noventa y uno, por presentado se comete al teniente de Comisario Bernardo Montecino quien justificando ser legítima la venta de convencimiento del Cacique y voluntad de los indios que se expresan ser dueños de la tierra, dará la posesión a esta parte sin perjuicios de vecinos expresando en el documento que forme su valor lindero y demás circunstancias que hayan legítimas la venta para lo que se le da Comisión en virtud de este decreto= Mariano Pusterla=Manuel Ayeando Oscura escribano fiel de folios".
"Notaría y Enero once de mil setecientos noventa y dos, Respecto a este Gobierno ocupado al Teniente de Indios Bernardo Montecinos se comete al Sargento Alférez Teodoro Negron=Molina".
[226]. "Informe sobre alzamientos de los Indios en Río Bueno y razón de las misiones apostólicas". (1792) Fco. Javier Alday. Archivo Franciscano de Chillán. Doc. Vol. VII (Op. cit. J. Vergara: 1991).
[227]. Informe de Avilés sobre el estado de Osorno. Valdivia, 21 Marzo 1797. AGI. Chile 316. (Op. cit. Urbina, 1987).
[228]. Albert Noogler. "Cuatrocientos años de misión entre los Araucanos". Padre Las Casas Ed. San Francisco Tamero. 1980.
[229]. Roberto Lagos. "Historia de las Misiones del Colegio de Chillán". Barcelona 1908; (op. cit. Guarda 1973).
[230]. Id. cit. 41
[231]. Id. cit. 15.
[232]. Fr. Benito Delgado al P. Comisario Gral. de Indios Manuel María Trujillo. Chillán, 30 Noviembre 1792. AGI Lima 1498. (op. cit. Urbina; 1987).
[233]. Diego Barros Arana "Historia General de Chile", Tomo VII. Santiago 1886.
[234]. Anónimo "Informe sobre actividades administrativas en el territorio de Osorno". 2 de Enero de 1793; Archivo Franciscano de Chillán. Volumen VIII (op. cit. Vergara 991).
[235]. Id. cit. 42

[236]. Op. cit. Donoso R. y Velasco, F. "La Propiedad Austral". ICIRA. Santiago 1970.
[237] Estuvieron presentes los caciques de Rahue fueron Catrihuala, Iñil y Canihu, junto a los guilmenes o cabezas de sus parcialidades; Calfunguir, Cacique de Dagllipulli, y Ancaguir de Cudico [ambos al norte de Río Bueno]; Colin, Cacique de Quilacahuin; Naquinquir y Pichi-Huaquipan, Comisionados de Pailapán, cacique de Los Juncos [la Costa], acompañados de sus principales y comunidades. Por los españoles asistieron Julián, Primer Comandante del nuevo destacamento de Osorno; Fray Francisco Javier de Alday, misionero de Dagllipulli; Fray Manuel Ortiz, misionero de Río Bueno; Francisco Aburto, Comisario de Naciones; Lucas de Molina de Bermundo, Gobernador interino de Valdivia; y tropa, oficiales de amigos y lenguaraces.
[238]. Con respecto a las tierras de Osorno y La Costa el Tratado de Paz estableció:"Que tomasen los españoles todas las tierras que hay entre los dos ríos, de Las Canoas [Rahue)] y Las Damas, desde las juntas de éstos en cuya inmediación están las ruinas de Osorno, hasta la Cordillera, para lo cual cedían desde ahora para siempre a favor del Rey nuestro señor cualesquiera acción o derecho que ellos o sus sucesores podían tener a dichos terrenos sin que para esto sea necesario otro documento". Tratado de Las Canoas (Rahue): 8 de Septiembre de 1793. Facsímil Archivo Nacional.
[239]. Las misiones que se establecen luego del tratado de paz son los siguientes: San Cipriano de Cuyunco, en tierras del Cacique Cuñiu, en Cuinco al norte de Osorno, el 23 de Octubre de 1794; Quilacahuin, en tierras del cacique Colín, el 22 de Octubre del mismo año; San Juan de La Costa, Antigua Conversión de Los Juncos en tierras del cacique Maipag el 24 de Mayo de 1805; Pilmayquen, iniciada como conversión de Tramalhue al norte de San Pablo, en tierras del Cacique Pangui-Namun el 28 de Mayo de 1805; y Rahue, al poniente de Osorno en tierras de Antonio Lefigual y el cacique Juan CumianRodrigo Rodríguez. "Visión General sobre Las Misiones en Chile, Las Visiones en la Provincia de Osorno" en Actas I. Seminario Taller de Historia Regional. Osorno, Octubre de 1991.
[240]. Carta del Duque de Alcudia al Gobernador de Valdivia, 7 de Diciembre de 1793. (op. cit. Donoso y Velasco; 1970).
[241]. Real Orden para el repoblamiento de Osorno dictada por Ambrosio O'Higgins. AGI. Vol. 783. pág. 438.
[242]. Carta del Gobernador de Concepción, Ambrosio O'Higgins al Gobernador de Valdivia. 3 de Diciembre de 1794. AGI. Vol. 783. pág. 453-454.