1.
Antecedentes preliminares
La
invasión de la Araucanía por el conquistador generó un duro
enfrentamiento que se tradujo en una fuerte resistencia indígena, que se
conoce como la épica guerra de Arauco que se desarrolló entre el
Siglo XVI y XVII.
En
una primera etapa el principal objetivo perseguido por el conquistador con la
invasión del territorio mapuche, era obtener mano de obra indígena
que le permita potenciar la economía colonial, basada en la
explotación minera, y articularla con la metrópoli. El
interés territorial de los hispanos por el Wajonmapu, se expresaba
más que en la apropiación de la tierra como recurso en si misma en
la búsqueda de yacimientos minerales, particularmente de oro. Por esta
razón, algunos autores han señalado con énfasis que la
guerra de Arauco, al menos en sus inicios, era más bien una guerra por el
hombre más que por el
territorio.
La
búsqueda del oro hizo más cruenta la Guerra de Arauco. La
resistencia indígena sólo podía ser interpretada en el
ideario del conquistador como un incoado intento por evitar el descubrimiento
del preciado metal. Sin embargo, a medida que se exacerbaba la ambición
del conquistador se refortalecía la resistencia mapuche, que
culminó en 1593 con la gran victoria de Curalaba donde las fuerzas
Mapuches al mando del Pelantaru se impusieron sobre el conquistador consolidando
la frontera al Sur del Bío Bío
Concluida
la guerra de Arauco, comienza a constituirse un espacio fronterizo que se
consolida en el siglo XVIII con la integración del Gulumapu y el Pwel
Mapu.
2.
Los Factores que incidieron en la articulación del Gulumapu con el Pwel
Mapu, son los siguientes
- Cambios
en la economía del Siglo XVII:
El
surgimiento del polo económico de Potosí, alentó una
producción especializada en varias regiones del continente, una de las
cuales fue el Valle Central de Chile, que corresponde al Pikunmapu, bajo
dominación española a partir de fines del siglo
XVI.
La actividad económica del Valle Central, antes bastante deprimida por el
agotamiento de las exiguas fuentes de minerales, se concentró en la
explotación de sebos, cordones, cueros y cereales.
Este
hecho hizo cesar la presión hispana sobre el territorio mapuche al sur
del Bío Bío, toda vez que el proyecto económico colonial
podía prescindir de las potencialidades económicas de ese
territorio y aprovechar las ventajas inexploradas del fértil Valle
Central del Pikunmapu.
En
este nuevo escenario, el invasor abandona la Araucanía y favorece una
convivencia más armónica entre Mapuches y
Españoles.
Los
Mapuches, por su parte, liberados de la demanda inminente de la guerra, dirigen
su mirada hacia las pampas orientales, donde una creciente masa ganadera que
crece y se desarrolla como ganado cimarrón en la estepa pampeana,
comienza a concitar su interés.
Se
inicia el período de los maloqueros, que concurrían a las pampas
en busca de ganado cimarrón libremente reproducido en dichas latitudes,
los que comercializaban en la Araucanía con mercaderes provenientes del
Valle Central, transformándose en una importante fuente de abastecimiento
de los mercados mineros y un eje articulador del tráfico comercial entre
el Valle Central de Chile y las Pampas.
FLUJOS
ECONOMICOS DE LA FRONTERA S. XVII |
TERRITORIO
(de – hacia) |
PRODUCTOS |
Pwel
Mapu (Pampa)– Araucanía |
Ganado,
hierro y sal |
Araucanía
– Pwel Mapu (Pampa) |
Textiles,
azúcar, alcohol, yerba mate, etc. |
Araucanía
– Pikunmapu (Valle Central) |
Ganado
y ponchos |
Pikunmpau
(Valle Central) – Araucanía |
Añil,
hierro, azúcar, alcohol, yerba mate, etc. |
Pikunmapu
(Valle Central) – Polos Mineros |
Charqui,
sebo, etc. |
Fuente:
Pinto (1996): 23; León (1991).
- El
surgimiento de un mecanismo del diálogo y entendimiento, como fueron los
parlamentos:
La
incidencia mapuche en el florecimiento de la economía colonial del reino
de Chile fue determinante en la celebración de los parlamentos, los que
tuvieron lugar desde mediados del siglo XVII (1640 Parlamento de Quillin) y
particularmente en el siglo XVIII. La regularidad con que se celebraron estos
parlamentos permite sustentar la hipótesis de que estos acuerdos fueron
la fuente jurídica a través de la cual se definió la
relación conquistador – Pueblo Mapuche.
Sobre
los parlamentos y su relevancia en el siglo XVIII, escribe Leonardo León:
“El parlamento era un congreso masivo atendido por las mas altas
autoridades del reino y la jefatura tribal araucana, además de
conchavadores, comerciantes, soldados y
mozetones.”
Según los datos proporcionados por León el promedio de asistentes
a los parlamentos del siglo XVIII fue de 4.000 personas, los que eran mantenidos
por todo el tiempo que durara el parlamento, 4 o 5 días, con fondos
reales, y en los cuales las partes involucradas hacían despliegue de su
poderío militar, económico y político para agasajarse
recíprocamente.
El
parlamento aseguró la paz en la frontera y constituyó un
mecanismo recurrente cuando la inestabilidad amenazaba el territorio. Como
acertadamente concluye Jorge Pinto, el parlamento resguardaba un cúmulo
de intereses, que lo transformaron en una instancia clave para normar las
relaciones interétnicas en la Araucanía, garantizando la paz,
generando las bases para que la economía funcionara y promoviendo
acuerdos que favorecieran las alianzas interétnicas en función de
objetivos
comunes.
- Cambios
estructurales en la sociedad indígena:
En
este territorio fronterizo también resurge una sociedad indígena
distinta que se transforma, readecuándose a los nuevos requerimientos de
la economía indígena – antes cazadora recolectora – y
que se transforma en una economía complementaria y dependiente de la
economía colonial, proveedora de ganado y sus sub - productos , sal y
textiles y consumidora de productos del conquistador como añil,
azúcar, yerba mate, alcohol, entre otros.
Una
sociedad indígena que modifica su estructuras políticas sociales y
económicas. Surgen los Ulmenes, líderes cuyo prestigio depende de
la acumulación de bienes y se modifican las estructuras productivas,
fundamentalmente en el ámbito de los productos textiles (ponchos), donde
se reemplaza la economía de excedentes por una economía a
escala.
Lo
expuesto no significa que la frontera esté libre de tensiones. La
tranquilidad de la frontera se ve afectada por diversas hostilidades durante el
S. XVIII, dando origen a una prolífica sucesión de parlamentos,
talvez las situaciones de conflicto más relevantes en dicho
período histórico fueron el Malon de Curiñamku y la guerra
de 1770. No obstante, al sur del Bío Bío reina cierta estabilidad.
Las relaciones fronterizas en términos generales se desarrollan con la
estabilidad que exige un territorio libre donde convergen los intereses
políticos y económicos de indígenas y conquistadores. No
ocurre lo mismo en la vertiente oriental de la Cordillera de Los Andes, en el
territorio conocido en la lengua de los cronistas como “La Pampa”,
“el Desierto” o “Tierra Adentro”. Allí, resurge
el enfrentamiento, y el Pueblo Mapuche libera un nueva gesta: la guerra de
maloca conquistando el territorio que conformará el Pwel Mapu Mapuche.
3.
La ocupación Mapuche del Pwel Mapu en los S. XVI a XVIII
La
ocupación mapuche del Pwel Mapu durante los Siglos XVI a XVIII, se
desarrolla en el marco de una multiplicidad de relaciones interétnicas de
alta complejidad que se desarrollan en las Pampas trasandinas y que concluyen
con la hegemonía cultural de la lengua y formas de vida de origen
Araucano o Mapuche, que termina imponiéndose a todos los grupos
étnicos que habitan el territorio en dicho período
histórico.
Los
fundamentos que impulsaron la expansión territorial mapuche hacia el Pwel
Mapu fueron al menos dos y corresponden a períodos históricos
diferenciados. En un inicio, comienzo del S. XVII, las incursiones mapuches al
Pwel Mapu tenía por objeto cerrar alianzas militares con los
indígenas de la zona trasandina y a mediados del siglo procurarse ganado
cimarrón para la manutención de los conas que guerreaban en la
guerra de Arauco y sus respectivas familias, es decir, obedecía a una
estrategia militar que buscaba la defensa del Gulumapu al Sur del Bío
Bío. Durante el S. XVIII, período en que se consolida el Pwel
Mapu, la ocupación tiene un fundamento principalmente económico.
El período comienza con la incursiones mapuche en procura de ganado
cimarrón para su comercialización y, una vez exterminado este
recurso, continúa con los malones organizados contra las estancias
hispano – criollas de Buenos Aires, Córdoba, San Luis y
Mendoza.
4.
Delimitación Geográfica del Pwel Mapu
A
mediados del S. XVIII, época en la cual se consolida la ocupación
Mapuche del territorio, la delimitación geográfica del Pwel Mapu
correspondía a todo lo que hoy conforman las provincias de Buenos Aires,
Sur de Santa Fé, de Cordoba, de San Luis y
Mendoza.
La
frontera entre el Pwel Mapu y la actual provincia de Buenos Aires era a 1750 los
fortines y guardias situados en la línea conformada por los villorrios de
San Nicolás, San Antonio de Areco – Luján y Merlo,
continuando la línea de frontera hacia la costa del río de la
Plata pasando por el pueblo de Magdalena. Posteriormente, esta frontera se
desplazó hasta el río salado, la que permaneció hasta las
primeras décadas del S.
XIX.
Por
el norte, en las provincias de Córdoba y Mendoza, la frontera estaba
determinada por el río IV y Diamante.
Por
el Sur, el río Colloncura y Limay, también conocidos como
río Negro.
La
ocupación del Pwel Mapu se efectuó a través de la
utilización de una red propia de caminos indígenas, denominada en
la época como “caminos de los chilenos”, pues todos
convergían en los pasos cordilerranos y eran utilizados por los mapuches
para arrear ganado hacia el Gulumapu, trasladarse entre las tolderías
apostadas en las pampas o ejecutar malones.
Las
sendas más importantes eran:
Desde
Carmen de Patagones, por el valle del río Negro hacia las provincias
chilenas de Concepción, Arauco, Valdivia y Llanquihue.
Desde
Bahía Blanca, por el valle del río Colorado hacia Malbarco,
Antuco, cordillera de Pichachen y del Viento, hacia las provincias de Linares,
Maule, Concepción y Arauco.
Desde
la zona de las lagunas Carhué y Puan en dirección a Salinas
Grandes, Trarú Lauquen y Lihuel Calel, hacia el valle del río
Colorado.
Desde
el norte y oeste de la provincia de Buenos Aires, zonas de 9 de Julio,
Melincué, Junín y Blanca Grande, hacia Trenque Lauquén,
Juan – Naincó, Poitahue, Meucó (sobre el río Salado),
Cerro Chachahuén y Cerro Payén llegaban a la cordillera por las
nacientes de los ríos Atuel, Grande y Barrancas, para desembocar en
dirección a Colchagua, Curicó, Talca, Linares, Ñuble y
Maule.
5.
Características Demográficas
Lo impenetrable del
territorio pampeano impide contar con información que de cuenta
exhaustiva de los indígenas que poblaban la Pampa antes que se
constituyera el Pwel Mapu. Sin embargo, las crónicas dan cuenta exacta
de los pueblos indígenas que habitaban la periferia pampeana en el S. XVI
y los identifica como: Huarpes, Pwelche Cuyanos o Algarroberos (también
llamados genéricamente Pampas Serranos) y Pampas del Sur de
Córdoba Estos grupos ocupaban terrenos aledaños a la Pampa Central
y pudieron haber habitado este territorio en algún período de su
historia.
Hacia
el Sur, en dirección a los Valles del Neuquen, se localizaban los
Pewenches y los Wijiches Serranos, quienes habitaban indistintamente la
vertiente oriental y occidental de la Cordillera de Los Andes, dando cuenta de
una presencia muy temprana del Pueblo Mapuche en esas latitudes.
A
continuación haremos una breve Reseña de los Indígenas de
la Pampa antes de la consolidación del Pwel Mapu y de sus principales
características etnográficas:
5.1.
Los algarroberos o Pwelche de Cuyo (Pampas Serranos)
Estos
pueblos habitaban la zona de Cuyo – Mendoza. Los antecedentes documentales
del Siglo XVI, registran que en la zona de Cuyo habitaban una serie de
agrupaciones a quienes se les denominaba con el nombre genérico de
Pwelche, lo que lengua mapuche significa gente del Este.
A
esta nominación respondían grupos como los Oscoyanes, Chiquiyanes
y Morcoyanes.
Algunos
autores, destacan que estos grupos hablaban una lengua probablemente emparentada
con la lengua Huarpe, sus más inmediatos vecinos, a la que se le
conocía como “lengua de la
tierra”,
“alentiac”
o
“millcayac”
y de la que proviene la voz
yan
que significa gente.
Estos
pueblos Pwelche de Cuyo limitaban por el Norte con Los Huarpes y por el Sur con
los Pewenches. Más que la cordillera misma ocupaban las laderas
orientales y el pie de montaña situado entre el río Barrancas
– Colorado, que los separa de los Pewenches, y el río Diamante que
constituían el límite entre ellos y los
Huarpes.
Es
probable que la denominación de Pwelche, haya provenido de su
relación con los Pewenches y hayan tenido que ver con la forma utilizada
por estos últimos para denominarlos, la que alude a su ubicación
geográfica pues en lengua mapuche significa “gente del
Este”.
5.2.
Los Pampas del Sur de Córdoba
Las
crónicas proveen de una gran cantidad de nombres para identificar a los
habitantes de la Pampa, al parecer dichos nombres no dan cuenta de grupos
étnicamente diferenciado, sino que aluden al nombre del Cacique principal
y a su localización
geográfica.
Surgen denominaciones como Querandíes, Pampas e incluso Aucaes, cada una
de las cuales habría surgido en épocas diferentes, lo que
demuestra los procesos de transformación de los grupos pampinos producto
de las relaciones interétnicas que se van desarrollando en ese territorio
hasta su homogenización por la presencia Mapuche, proceso al que deben su
denominación de Aucaes.
Los
cronista identificaron estos grupos indígenas en el Siglo XVI y XVII, y
según los relatos estaban localizados en las regiones de
Carcarañá y Buenos Aires. En principio les llamaron
Querandíes (S. XVI) y luego simplemente Pampas (S. XVII). Conforme a la
tésis de Tomas Falkner, habrían estado emparentados con grupos
conocidos como Taluhet, Dihuihet, Chechehet y
Leuvuches
y, por lo tanto, su lengua parece haber sido el Het, de cual sólo se
conocen algunos vocables.
Casamiquela,
refiriéndose más expresamente al origen étnico de estos
pueblos resalta la filiación Tehuelche de los Indios Querandíes,
argumentando que los primeros en el Siglo XVI habrían poblado los
alrededores de Buenos
Aires.
Existe
amplio consenso sobre la multiplicidad de relaciones interétnicas que se
produjeron en las pampas en los Siglos XVI y XVII. Sin embargo, también
hay consenso, que en los comienzos del S. XVIII, una continua corriente de
inmigrantes Mapuches de “Chile”, portadores de una cultura distinta
a la de los Pampas Het, se fueron adueñando de estos territorios. Hacia
1750, ya dominaban las sierras y las llanuras, de manera que en el
último tercio del S. XVIII y hasta la campaña de Roca en 1879, los
habitantes indígenas de toda la Pampa eran sin excepción mapuches
parlantes.
De
la relación entre los indios Pampas y los Mapuches o Araucanos ya da
cuenta un proceso criminal de 1680 – 1681 seguido por don José
Cabrera y Velazco, hijo y sucesor de Jerónimo Luis III, seguido contra
Los Indios Pampas de su jurisdicción. En dicho proceso, uno de los
testigos del juicio manifiesta que:
“...
en ocasión de haber salido a vaquear vacas cimarronas lo embistieron 200
bárbaros de los indios que llaman Pampas ... Dichos indios, expresa el
querellante daban “grandísimo fomento a la guerra de Chile”,
ya que intercambiaban con los indios aucas (alzados) y canjeaban con ellos gran
cantidad de ganado, caballos y yeguas. Dichos indios, “guerreros o
alzados” (aucas) pagaban a los pampas las provisiones dichas en esclavos,
y en virtud de dicho comercio se hallaban en su poder mas de trescientos
esclavos y chinas que les vendían los indios
chilenos.”
5.3.
Los Pewenches
Al
parecer los Pewenches eran de un origen étnico distinto a los mapuche y
hablaban una lengua diversa. Los investigadores se refieren a estos grupos
Pewenches como
Pewenches
Primitivos. No
obstante,
Latcham, sin
desvirtuar las diferencias étnicas que se observaron por los cronista
entre estos Pueblos a la época de los primeros contactos, sostiene la
tésis de que parte de la raza Mapuche fue formada por
primitivos
Pewenches y
pampéanos que en tiempos portohistóricos se infiltraron
paulatinamente en los Valles
transcordilleranos.
Posteriormente,
estos
Pewenches
Primitivos en una
fecha no determinada asimilaron la cultura y lengua Mapuche, producto
probablemente de las características exogámicas de su cultura o de
la intensa interacción con grupos mapuches que circulaban hacia las
pampas trasandinas a través de los boquetes cordilleranos ocupados por
los Pewenches.
Bengoa
refiriéndose a este proceso de integración cultural señala
que a mediados del S. XVII, los Pewenches fueron “araucanizados”, y
a comienzos del S. XIX no se diferenciaban casi de los mapuches del valle, salvo
por algunas costumbres particulares y ciertos rasgos fenotípicos como su
tamaño, además de las características propias del lugar
donde
vivían.
Los
primeros contactos:
Mariño
de Lofera hacia 1563 en una incursión a la codillera nevada describe a
los Pewenches como:
“Son
indios de diferentes talles y aspectos de los demás indios de Chile,
porque todos sin excepción son delgados y sueltos, aunque no menos
dispuestos y hermosos, por tener los ojos grandes y rasgados, y los cuerpos muy
bien hechos y altos. El mantenimiento de esta gente casi de ordinario es:
piñones sacados de unas piñas de diferentes hechuras y calidad
así ellas como sus
árboles.”
La
localización geográfica de los Pewenches era la Cordilerra de Los
Andes entre los nevados de Chillán por el Norte y Lonquimay, alto
Bío Bío por el Sur. En la vertiente oriental del macizo Andino, se
localizaban al Oeste de la cuenca del Aluminé y en la región de la
pampa de Ñorquín .
Según
referencias de Vicente Carvallo y Goyeneche, se dice que Martín
Ruíz de Gamboa de hallaba en Concepción, pero que no pudo
descansar en ella porque los Pewenches
infestaban
la provincia de
Chillán
, lo que lo
obligó a mover su ejército hacia la cordillera, donde batió
a los Pewenches y fundó la ciudad de Bartolomé de
Gamboa.
Su
presencia en la vertiente oriental de la Cordillera de Los Andes es constatada
en 1563 en las crónicas de Pedro Mariño de Lofera.
Mariño
de Lofera en su camino hacia el mar del norte en 1563, menciona haber encontrado
Indios muy bravos que se interpusieron en su andar:
a)
Uno de estos núcleos tenía su habitat en la región del
amplio valle del Alto Neuquen y su subsidiario el río
Varvarco.
b)
Un segundo grupo, el más numeroso y guerrero, era el de la región
de los ríos Trocomán y Reñileuvú.
c)
Un tercer grupo ocupaba el cajón de Trolope y la región de
Caviahue.
d)
Un cuarto núcleo se hallaba establecido en la región de las
salinas de Pichí Neuquen, Huitrin, Chorriaca y Truiquico.
e)
Un quinto grupo, es el de la pampa de ñorquin, regiones adyacentes de
Ranquilón y costa del río Mocún o Agrio
f)
Un sexto grupo, estaría localizado en Vuta Cuyún, lugar actual de
Pulmarí y veranada, en su tiempo, de Reuquecura.
Además,
existían grupos en la zona de los lagos del Sur trasandino,esto es: Lago
Moquehue, lago Aluminé, el de Ruca Choroy, el de Quillé, el de las
Caballadas, el del Lanin y sus contornos, el del Rincón de los Pinos y el
de la Cordillera de Catan Lil, incluido el valle del
Rahue.
Morla
Vicuña dice: “Desde el año 1593, en el primer parlamento
celebrado por el gobernador don Martín García Oñez de
Loyola, toman parte los Pewenches, indios que se extendían hasta
más allá de la falda oriental de la
Cordillera”
En
1594, según Miguel de Olaverría, y en 1627, según el
Capitán Juan Fernández, ya se les observaba en los valles
interandinos, con predominio en el Neuquen.
En
1641, año de la primera expedición del Padre Rosales por
vía de Villa Rica y paso de Paimún a Epu Lafquén, anota que
al norte de esta región se han ubicado algunos Pewenches.
En
1653 Rosales los encuentra también en NahuelWapi, lo que quiere decir que
hubo un proceso de expansión Pewenche desde Pichachén al Sur, unas
ciento treinta leguas en longitud, pero una anchura de legua y media sobre la
cordillera.
La
senda Pewenche
Para
sus incursiones por allende y aquende Los Andes, los Pewenches utilizaban
principalmente el denominado sendero de los Pewenches o boquete del Antuco, este
paso cordillerano, posteriormente, será ocupado por mapuches y
comerciantes hispanos – criollos (conchavadores), transformándose
en el principal paso trasandino a través del cual se articula el Gulumapu
con el Pwel Mapu. Este sendero, describe Bengoa, se dirigía desde la
Argentina al lago Laja y bajaba al río Trubunleo por un portezuelo
situado entre el Volcán Antuco y la Sierra Velluda, para continuar a la
Isla de la Laja por el Valle del río Laja, al lado del fortín
Antuco, situado en este punto precisamente para cortar el paso
trasandino.
Conforme
a estos antecedentes habrían sido Los Pewenche, quienes iniciaron el
proceso migratorio hacia Las Pampas muy tempranamente, dedicados principalmente
al comercio de la sal, que extraían de los ríos salobres
existentes en la vertiente oriental de la cordillera de Los Andes (hoy
Argentina), desde donde sacaban bloques de sal que comercializaban en la zona
austral y centro de Chile. En este intercambio comercial los Pewenches, fueron
pioneros en trasladar las costumbres y lengua mapuche al territorio
pampeano.
Algunos
autores llaman la atención sobre el hecho de que los Pewenches a pesar de
su temprana “mapuchización” no estaban integrados
políticamente, socialmente, económicamente y/o militarmente con
Los Mapuches. Así, se señala que ocasionalmente, y bastante
adentrado el S. XIX, Los Mapuches hicieron con los Pewenches algunas alianzas
estratégicas, que se fundaron en la importancia de estos últimos
en controlar los pasos fronterizos hacia las
Pampas.
Sobre
el punto argumenta Latcham: “... los Pewenches muy raras veces se aliaron
con los araucanos contra los españoles y si es verdad que a menudo
hacían incursiones en las estancias era más por pillaje y robo de
animales que en guerra formal...” Prosigue “... aún
después de formar el cuarto bultalmapu, que incluía a todos los
indios cordilleranos orientales, no tomaban parte en las reuniones y convenios
de los araucanos, y en los parlamentos no fueron recibidos por los gobernadores
en el mismo día con aquellos, sino en un día especial. En la misma
línea de argumentación se cita el parlamento de Lonquilmo de 1784
donde tras detallar la participación de los Fütalmapus mapuches se
describe la participación Pewenche como sigue:
“al
tercer día se repitieron las mismas formalidades y ceremonias, y
reproduce el orador la misma arenga al butal mapu subandino y escuchado y
traducido por el intérprete, pasa el mismo cacique a saludar brevemente a
los Pewenches, que no asisten al congreso en calidad de votantes sino en clase
de convidados, y es el cuarto parlamento en que se apersonan porque no tienen un
Fütalmapu y si son capaces de alianza la tienen con el
marítimo.”
Por
su parte, Carvallo y Goyeneche, quién se refiere a los tres
Fütalmapus Mapuche, especifica que el cuarto Fütalmapu llamado Pire
Mapu (tierra nevada en lengua Mapuche) y que correspondería precisamente
al territorio Pewenche se agrega solamente en el S. XVIII. No obstante
prosigue:
“Jamás
fueron comprendidos en ellos (en aquellos butalmpaus), los serranos, Pwelche,
Pewenches, Wijiches y Tewelche; y que los residentes del Toltén no
concurrieron nunca a los parlamentos celebrados con gobernadores, ni tomaron
parte en las guerras internas ni contra los establecimientos de frontera. Esta
división ha sido muy antigua y si los habitantes de los Andes hubieran
constituido parte de esta nación, debieron concurrir a los parlamentosy
nunca se presentaron fueron convocados a ellos, siendo as’i que los
Pwelche, Pewenches y Wijiches serranos salían a comerciarcon los
españoles y traficaban por las provinciasde Colchagua, Maule
Chillán y plaza de la
frontera.”
Sobre
estas apreciaciones nos parece consignar que la conducta Pewenche se inscribe en
las características autonómicas que son propios de la estructura
socio política del Pueblo Mapuche, donde cada Lof, ayllarewe y fütal
Mapu goza de la independencia jurisdiccional para definir sus propias alianzas
estratégicas, en función de consideraciones circunstanciales
respecto de las cuales los caciques son soberanos en la toma de decisiones. Por
lo que resulta aventurada la conclusión de que este actuar determina la
no integración Pewenche a la Nación Mapuche cuando es reconocido
incluso por los mismos tratadistas citados la inclusión de esta identidad
territorial al cuarto Fütal Mapu Mapuche.
El Padre Francisco Ramírez, se refiere al butalmpau Pewenche conocido
como Pire Mapu, indicando que constaba de los Ayjarewes de Quilolco, Rucalhue,
Callaqui y Lolco, agregando que se emplazaban sobre territorio en el que
antiguamente vivían los Chiquillanes, lo que denota que este asentamiento
es posterior al desplazamiento de los Pewenche hacia el Norte por la
expansión de Wijiches Serranos, según veremos en el próximo
párrafo dedicado a estos últimos.
5.4.
Los Wijiches Serranos
Los
Wijiches serranos –posteriormente llamados manzaneros- habitaban al igual
que los Pewenches la vertiente oriente de la cordillera, se les denominaba
“serranos” para distinguirlos de las agrupaciones Wijiches que
conformaban el Fütal Mapu del mismo nombre en pleno corazón del Gulu
Mapu. Sobre sus orígenes se especula que son producto de la fusión
de Tewelche con mapuches. También se señala que por su
localización en la franja oriental de la Cordillera de Los Andes debiera
escudriñarse sus potenciales vínculos de origen con los Pwelche
del norte, los cuyanos o algarroberos (oscoyanes, chiquiyanes, morcoyanes etc.)
de ascendencia
Huarpe.
También se les vincula con los Pewenches y hay quienes sostienen que son
de origen Pewenche pero que se denominan Wijiches por su localización al
Sur del
Territorio.
Sobre
su identidad cultural Mapuche nadie discute. Se trataba de un pueblo guerrero en
claro proceso de expansión hacia el Norte, sobre territorio Pewenche, a
quienes desplazaron hasta apropiarse de la casi totalidad de su territorio,
obligándolos a replegarse a las Montañas de Malalhue, las que
debieron ser disputadas por los Pewenches a sus poseedores Goicos, los
Oscoyanes y
Chiquiyanes.
Los
Wijiches Serranos confinaban con los Pewenches por el norte, hasta una linea
imaginaria que, desde la porción transversal del Agrio, se
extendía hasta Lonquimay, en las cercanías del actual paso de Pino
Hachado. El río Picún Leufu (río del Norte), lo que denota
una toponimia propia del pueblo Wijiche ya que este río se encontraba al
norte de su territorio. Por el Sur se extienden hasta el río Limay o
Negro.
5.5.
Los Tewelche
Tal
y como revela Mateo Martinic, los Tewelche vivieron confinados a sus territorios
ancestrales desde tiempos inmemoriales en la Patagonia, pero alcanzaron la
norpatagonia donde tuvieron contacto con los habitantes de la Pampa, con quienes
tuvieron alianzas y enfrentamiento en diversas épocas de la
historia.
En
este proceso de alianzas y enfrentamientos, incursionaron hasta los alrededores
de la provincia de Buenos Aires. Las crónicas y relatos de época
dan cuenta de duros enfrentamientos interétnicos entre Tewelches y
Wijiches a fines del S. XVIII y comienzos del S.XIX, asi como de algunas
alianzas maloqueras con Indios Aucaes.
Producto
de estas contiendas interétnicas, fundamentalmente con los Wijiches, es
posible que se haya generado una rápida extinción numérica
de los Tewelche, desapareciendo totalmente de distritos como San Julián y
Puerto Deseado, donde habían sido avistados entre los S. XVI y
XVIII.
6.
Los Procesos Migratorios Mapuches al Pwel Mapu en el Siglo XVIII
6.1.
La Migración de los Ragkülche hacia la Pampa
Una
de las principales migraciones a fines del S. XVIII y comienzos del S. XIX hacia
la Pampa habría sido la de Los Ragkülche, quienes se asentaron en el
territorio pampeano y, en el parecer de la mayoría de los autores,
serían uno de los principales agentes araucanizadores o mapuchizadores de
la Pampa Argentina.
Que
los Ragkülche eran portadores de la cultura y lengua Mapuche es una verdad
irrefutable. Sin embargo, respecto a los orígenes de los Ragkülche
existe mayor cuestionamiento. Para algunos éstos son grupos de origen
mapuche que deben el gentilicio de Ragkülche a la presencia en el
río Chadileuvú de carrizos o cañaverales. Para otros
autores, los Ragkülche son de origen Pewenche y deben esta
denominación al hecho de provenir de Rankel o Ranquil, una de las tres
facciones Pewenches, junto a Malalhue y Vavarco, localizada a los pies del
Volcán Copahue, que estaba gobernada por el cacique
Carripilun.
La
consolidación del Pwel Mapu corresponde a la época del
asentamiento en la Pampa de los Ragkülche Pampeanos, los cuales
según la mayoría de los autores eran indios mapuches originarios
del Gulu Mapu, que dominaron a los Pueblos pampeanos y peripampeanos
preexistentes, imponiendo su lengua y su cultura.
Otras
teorías, sugieren que Los Ragkülche se originan de la unión
de grupos Tewelche de origen patagónico, los que fueron en su etapa final
invadidos y transculturizados por los Araucanos o Mapuches en el proceso de
Araucanización.
Jorge
Fernández, desarrolla una teoría alternativa según la cual
los Ragkülche pampeanos fueron Pewenches del Neuquen, habitantes de un
lugar denominado Rankil Lom, quienes alrededor de 1770 emigran al Mamüj
Mapu, donde se fusionan con Pwelche y Winkas.
El
Mamüj Mapu, sufrió varias expansiones y contracciones. Sin embargo,
la generalidad de los autores localizan su escenario histórico en la
región noreste central de la actual provincia de La Pampa, en la
República Argentina, habiéndose extendido al extremo meridional de
las provincias de San Luis y Córdoba.
El
límite norte, correspondía a la línea que unía los
parajes de Leplep, Agustinillo, el Monte de la Vieja y la Laguna del Cuero. En
lagunas épocas el límite se extendió hasta las Pulgas,
sobre le río quinto (V), e incluso hay testimonio que lo localizan en las
riberas del río cuarto (IV). Hacia el sur se extendió sobre el
sector de Las Salinas. Oeste el límite de era el Chazi bewfü o
río salmuera.
Principales
Recursos: La zona en
el sector oriente estaba poblada de Calden, lo que determinó que los
Indios Ragkülche, sus principales habitantes, le asignaran el nombre al
territorio de Mamüj Mapu (país de leña o país
arbolado).
El
geógrafo Lallement describía el Caldenal, a fines del S. XIX,
señalando que abarcaba una amplia superficie, pudiendo observarse
hermosos bosques de Caldenes a ambos lados el río quinto el que
transitó en 1881, desde Villa Mercedes por un camino de
Indios.
Otra
especie que se observaba en el territorio, aun cuando no con la misma densidad
que los Caldenes, eran los Algarrobos, de cuya baya los Indios hacían
una valiosa utilización. La baya era utilizada como alimento, bebida
alcohólica mediante su fermentación y/o para servir de forraje a
los
animales.
La
presencia Ranquel en la pampa data de 1775. Por esos años, la
documentación colonial comienza a dar cuenta de la presencia de un nuevo
grupo aborigen en la Pampa, los que en principio eran confundidos con los
Pewenches, pero que pronto comienzan a imponer su identidad étnica, es la
casta de Los Ragkülche.
Los
primeros contactos entre españoles y ragkülche
El
coronel de milicias José Benito Acosta, al frente de mil hombre
organizó y ejecutó en 1776 la primera expedición a la Pampa
Central, partiendo desde un lugar denominado La Carlota (Punta del Sauce),
siguiendo el denominado camino de las Víboras
(Marivilú).
Sobre
esta expedición da cuenta el siguiente relato:
“Otra
salida se hizo en el año pasado en 1776, por el mes de Marzo, de la
ciudad de Córdoba del Tucumán, que fue a emprender su viaje por la
punta del Sauce, que dista sesenta leguas de dicha ciudad, con mil y cincuenta
hombres, nativos del país bajo el comando del coronel de milicias D.
José Benito de Acosta y otros oficiales subalternos ... Dicha gente
padeció muchas incomodidades por falta de bastimentos y por ignorar el
terreno, por no haber llevado más que dos prácticos, y el uno de
ellos haber salido falso... por lo que procedieron bastantes atrasos, y una
disparada de más de dos mil caballos en el sitio nombrado la segunda
Laguna de Arrascaeta; por lo que no teniendo en qué conducirse le fue
preciso dejar cuatrocientos sesenta y siete hombres y seguir con quinientos
ochenta y tres, hasta la ranchería de Telen, que dista ciento y cuatro
leguas de la Punta del Sauce. Dicha toldería estaba bajo las ordenes del
Cacique Lipian, quien dio noticia de que en aquellas inmediaciones se hallaban
otros caciques... A las 3 de la mañana del día 23,
sorprendió Acosta con su gente la toldería del expresado Lipian,
que se componía de 300 hombres, que quitaron la vida a 6 indios y le
aprisionaron 33, en los que se incluían algunos cautivos que en el
año antecedente de 1775 había llevado de las fronteras de la
ciudad de Córdoba, que dieron bastantes noticias de los establecimientos
y gobierno de los indios, particularmente una cautiva de la provincia de Mendoza
o Cuyo que había estado muchos años entre ellos, que le
servía de intérprete a los españoles, y por su medio hizo
llamar a dicho comandante a los seis caciques nominados, quienes comparecieron,
y trataron de Paces, y se obligaron a entregar todos los cautivos
...”
Por
su parte, el Maestre de Campo José Francisco de Amigorena, en su segunda
expedición a la Pampa Central de seis que efectuará, cuenta con el
informe preparado por José Antonio Guajardo, un personaje de origen
hispano – criollo y oriundo de Chile, que le servirá de vaqueano y
lenguaraz, quién expone sobre la distribución de los territorios
indígenas en la zona de Neuquen y la Pampa Central, en un informe fechado
el 24 de Marzo de 1779 en Mendoza dirgido al señalado
Amigorena:
“Ruca
Choroy, que significa casas de catitas, está distante a 12 leguas, aunque
en el camino hay algunas aguadas pequeñas. Nilliu, cerro de Los Pinares,
está distante 40 leguas, aunque hay algunas aguadas por el camino y
Montes de Arboles, pero ningún frutal, sino los pinos que dan unas
piñas comestibles.
Desde
el río de Los Sauces hasta el mencionado lugar todo es perteneciente a
los Indios Pewenches y todos los lugares citados son habitaciones de ellos,
variando de habitaciones y viviendo en trozos unos en una parte y otros en otra,
y aunque era mucha la indiada, pero a dos años a esta parte han fallecido
muchos por las incesantes pestes y enfermedades de calor que los han arruinado y
poco ante los Indios Huilichis que son de los Montes tuvieron unas fuertes
Malocas o batallas con estos que les mataron la mejor y mayor parte de ellos, de
tal modo que hoy habrán quedado cosa de 900 infieles.
Mamell
Mapo, que significa tierra de las leñas, está distante de Mendoza
170 leguas caminando al Sure, en esos Montes hay más de 2000 indios de
armas, pues éstos son los que hacen las mayores atrocidades en Las Pampas
y caminos de ésta para Buenos Aires, y su Gov*or se llama Paillatur y
éste manda más de 50 caciques que tiene para el comando de esa
Indiada y tienen muchas haciendas de todo género de animales y mucha
plata, oro y alhajas de las que han robado de continuo. Este paraje está
en paralelo con la Punta del Sauce en distancia de 100 leguas, para llegar al
lugar se toma la ruta desde el Fuerte de San Carlos caminando a las Leñas
que hay 20 leguas, en este lugar hay buenos pastos pero mal agua. Carrizalito
está a 5 leguas con buena agua y buenos pastos.
El
río del Diamante está a 8 leguas, es caudaloso. Atué
está a 4 leguas, muy caudaloso con malos pastos y mal agua.
Ocopal
está 60 leguas, costeando el río se va por tierra guadalosa por
tierra de buenos pastos. Desde Ocupal hasta que principian Los Montes, donde ya
se encuentran las aguadas y habitaciones de indios, hay 30 leguas de
travesía, deste lugar para Mamuel Mapu hay 17 leguas.”
El
cuadro que exponemos a continuación se basa en dos documentos escritos
por el Maestre de Campo de Río Tercero don Diego de las Casas, durante su
incursión a los territorios indígenas en 1779. Estos documentos
contienen una detallada exposición de los asentamientos indígenas
ubicado inmediatamente al sur de las fronteras de la Punta del Sauce, Tercero y
Saladillo, jurisdicción de la ciudad de Córdoba, y a la de
Pergamino, Rayos y Pontezuela, de Buenos Aires y Santa Fé, dando cuenta
del número de indios que gobierna cada cacique, de los lugares y aguadas
que ocupan y las distancias entre sus respectivas tolderías, las cuales
se hallaban situadas sobre dos caminos principales, el de las víboras,
descubierto en 1776, y el de Las Tunas, descubierto en 1779.
La
lista que se adjunta determina la existencia de un núcleo de
población indígena muy importante en Tenel, en Noalmapu (Nahuel
Mapu), en la región mendanosa del Este (Renancó) y un cuarto sobre
el río Chadileuvú.
Respecto
a los Caciques localizados en la ribera del río Chadilé, no se
indica el número de indios que gobierna cada cacique, pero las
crónicas dan a entender que tienen más indios que los que habitan
la zona de Tenel, Nahuel Mapu y Renancó.
Los
más relevante de esta documentación es que da cuenta de la
relevancia de la infiltración Mapuche en la Pampa hacia fines del Siglo
XVIII y la presencia en la misma con asentamientos permanentes de muchos
caciques, entre ellos el gran Yanquetur o Llanquetruz El Rebelde y su hermano
Paillatur, ambos de orígen Wijiche.
Cacique |
Edad |
Localización |
Indios
y familias |
Toldos |
Aguadas
y Pozos |
Distancia
recorrida |
Puñaleph |
Anciano |
Camino
a las Viboras, Colchague |
10
indios con sus familias |
10 |
7
pozos cavados |
100
leguas de Punta de Sauce |
Lepian |
Anciano |
Tenel |
20 |
10 |
2
aguadas cavadas y cercadas |
1
día de camino de Colchague |
Yanquelemus |
Anciano |
Tenel |
20 |
10 |
2
pozos cavados y cercados |
1
día de camino de Colchague |
Curruguilí |
|
Antorue |
10 |
6 |
Laguna
lLofediza y pozo cavado |
1
día de camino de Tenel |
Culucalquin |
|
Maripil |
16 |
10 |
5
pozos pequeños |
1/2
día de camino de Antorue |
Ancapichui |
Mediana
edad |
Chadelanguen |
15 |
10 |
5
pozos |
1
día de camino de Maripil |
Tumuilemui |
|
Metrenquel |
6 |
6 |
4
pozos cavados |
1
día de camino de Chadelanguen |
Maripol |
|
Teguas |
10 |
5 |
Médano
grande que se llama Teguás |
3
días de camino de Metrenquel |
Llancan |
|
Colulanquen |
30 |
10 |
Laguna
grande con tres ojos de agua |
5
leguas de Teguas |
Rainao |
|
Colulanquen |
30 |
15 |
Laguna
grande con tres ojos de agua |
5
leguas de Teguas |
Aygopillan |
|
Colulanquen |
20 |
10 |
Laguna
grande con tres ojos de agua |
5
leguas de Teguas |
Catruen |
|
|
8 |
4 |
2
pozos cavados |
A
la vista de las tolderías de Colulanquen |
Painemanque |
|
Quilquil |
14
indios, incluidos cuatro hijos |
7 |
4
pozos cavados y cercados |
2
leguas de Colulanquen, tras un cerro pequeño |
Guaiquiante |
anciano |
Arpiel |
15
indios, incluidos 5 hermanos |
10 |
6
pozos cavados |
2
leguas de Quilquil |
Canipayu |
mediana
edad |
Chin |
15
indios, incluidos 5 hermanos |
7 |
2
pozos grandes y cercados |
2
leguas de Arpiel |
Carimangue |
|
Mamucanan |
10
soldados |
7 |
1
pozo cercado y tres lagunas lLofedizas |
A
la vista de Chin |
Atuanque |
|
Canquaí |
20
soldados |
16 |
2
pozos cavados y tres lagunas grandes lLofedizas |
½
día de camino de Mamucanan |
Picuimanque |
|
Chaquilqué |
10
soldados |
6 |
3
pozos cavados |
½
día de camino de Canquaí. Sobre el camino de las nUevas
Tunas, rumbo al sur. |
Mariñanco |
|
Chadí |
10
|
6 |
|
A
la vista de Chaquilqué |
Naliguenu |
|
Chadí |
10 |
6 |
3
pozos cavados |
A
la vista de Chaquilqué |
Antemanque |
|
Chadí |
11 |
6 |
3
pozos cavados |
A
la vista de Chaquilqué |
Nancopillan |
anciano |
Checau |
20
soldados |
10 |
1
pozo cavado y cercado bastante grande |
3
leguas de Chadí |
Curripilquí |
anciano |
Checau |
18 |
10 |
Pozos
cavados |
3
leguas de Chadí |
Lanquenerri |
|
Caichigyuá |
20 |
9 |
Pozos
cavados y pequeños |
1
día de camino de Checau |
Chañal |
|
Relanquen |
30 |
20 |
Pozos
cavados y pequeños |
½
día de camino de Caichiguá |
Maripí |
|
Caichiguá |
26 |
14 |
10
pozos cavados |
1
día de camino de Caichiguá |
Creyu |
|
Rarrín |
20 |
10 |
Pozos
cavados |
1
día de camino de Colulanquen |
Painequeo |
|
Meuco |
17 |
8 |
8
pozos cavados pequeños |
1
día de Camino, sin agua, de Meuco |
Cheuquel |
|
Checalgo
(Chicalco) |
20 |
10 |
Pozos
cavados |
1
día de camino de Meuco |
Caipí |
|
Colcó |
10 |
6 |
|
1
día y ½ de Checalgo |
Caripí |
|
Trobalanquen |
20 |
10 |
7
pozos cavados |
2 días de camino de Colcó |
Calloani |
|
Checalgo |
17 |
10 |
Pozos
cavados |
1
día de camino de Trobalanquen |
Puiñanco |
|
Currumán |
30 |
20 |
Pozos
cavados |
|
Antemano |
|
Trola |
20 |
10 |
Laguna
salada |
1
día de camino de Currumán |
Labangenri |
|
Caichigoa |
20 |
10 |
Agua
de cerro que forma una laguna permanente |
1
día y ½ de camino de Trola |
Canigurri |
|
Renancó |
10 |
8 |
|
1
día de camino de Caichigoa |
Catrinaoel |
|
Renancó |
30 |
20 |
|
1
día de camino de Caichigoa |
Colomilla |
|
Gualameo |
24
soldados |
11 |
Pozos
cavados |
1
día de camino de Renanco |
Curuante |
|
Remeloo |
10
soldados |
5 |
Pozos
cavados |
1
día de camino de Gualameo |
Cauchuante |
|
Cunloo |
30 |
10 |
Pozos
cavados |
½
día de camino de Remeloo |
Tipayante |
|
Intimeu |
10
soldados |
6 |
Pozos
cavados |
1
día de camino de Cunloo |
Rapimanqui |
|
Noalmapu |
8
soldados |
4 |
Pozos
cavados |
1
día de camino de Intimeu |
Runcapayú |
|
Noalmapu |
8
soldados |
4 |
|
|
Viscalanxen |
|
Chadiolanquen |
8
soldados |
4 |
Pozos
cavados |
½
día de camino de Noalmapu |
Panemanque |
|
Río
Chadilé |
60 |
|
|
|
Ancaloan |
|
Río
Chadilé |
|
|
|
|
Guaiquillan |
|
Río
Chadilé |
|
|
|
|
Guanchupan |
|
Río
Chadilé |
|
|
|
|
Nobolenui |
|
Río
Chadilé |
|
|
|
|
Yanquetur |
|
Río
Chadilé |
|
|
|
|
Buenomilla |
|
Río
Chadilé |
|
|
|
|
Umiguanqui |
|
Río
Chadilé |
|
|
|
|
Antemanqui |
|
Río
Chadilé |
|
|
|
|
Llanquel |
|
Río
Chadilé – Poto |
|
|
|
|
Colomanin |
|
Río
Chadilé |
|
|
|
|
Cologoan |
|
Río
Chadilé |
|
|
|
|
Fuente:
Fernández (1998): 59 a 64.
6.2.
Los Procesos bélicos y el intercambio económico en el Pwel
Mapu
6.2.1.
Las Malocas en las Fronteras de Buenos Aires, Cuyo y Chile
Las
primera malocas fueron de tipo militar y tuvieron lugar en la frontera de Buenos
Aires, Cuyo y Chile a partir del siglo XVI hasta fines del Siglo
XVII.
Su principal objetivo
era proveer de recursos humanos y apoyo material a los caciques que
resistían contra el expansionismo español durante la guerra de
Arauco. Estas incursiones precedieron a las de tipo económico y
permitieron proveer de guerreros originarios de las Pampas y la Norpatagonia a
los fuertes y malales localizados en la Araucanía tradicional, en la
ladera occidental de la Cordillera de Los
Andes.
El
desplazamiento de guerreros fue recíproco. A los guerreros Pwelche que
se desplazaban hacia Chile le sucedían un movimiento similar de conas
araucanos hacia las pampas, proceso que produjo una
temprana
militarización
de las localidades fronterizas de Buenos Aires y
Cuyo.
Sobre
este primer período de la malocas es esclarecedor el relato de
León: “El flujo de guerreros a través de los paso andinos y
la estrecha colaboración militar que se estableció entre las
tribus de la Araucanía y Las Pampas, constituyeron por más de un
siglo una de las bases sobre las cuales descansó la resistencia anti -
española en el cono sur de América. No obstante, a medida que la
guerra palidecía en Chile y se consolidaba las fronteras del territorio
indígena, el tráfico a través de los Andes comenzó a
perder su carácter puramente militar y adquirió una faz
principalmente económica. Si bien los aborígenes continuaban
cruzando las montañas, el objetivo de sus ataques ya no eran los fuertes
sino las estancias; lo que buscaban no eran glorias militares sino ganados,
cautivos y manufacturas
europeas.”
En
principio, la misma guerra de Arauco generó un proceso migratorio al Este
en busca de recursos económicos para mantener a los guerreros y sus
familias. Posteriormente, al término de la guerra, se observa un
creciente aumento demográfico en la población Mapuche que
exigió mantener una casta de cazadores dentro de la sociedad Mapuche que
proveyera de alimentos, manteniéndose el tráfico hacia la Pampa
trasandina. Otro factor sustentador del trafico fue el surgimiento de Los
Ulmenes al interior de la estructura social Mapuche, hombres ricos que fundaban
su poder en la acumulación de ganado, cautivos y objetos europeos y que
dependía de la actividad maloquera.
En
principio, las expediciones de caza mapuche hacia la pampa se focalizaban en el
arreo del ganado cimarrón que crecía y se desarrollaba libremente
y en grandes volúmenes en ese territorio. Posteriormente, cuando este
ganado comenzó a escasear las incursiones mapuches se dirigieron
directamente contra las estancias hispano – criollas de Buenos Aires, San
Luis, Córodoba y Mendoza.
Las
causas del cambio estratégico fue la extinción del ganado
Cimarrón. Sobre las causas de extinción de este último,
León entrega importante información. La autoridades coloniales,
edilicias y eclesiásticas, juzgaron que el principal factor de
desaparición del ganado cimarrón eran el derroche y la matanza
indiscriminada de animales que hacían los españoles que
comerciaban con cuero, sebos y grasas.
Pero,
la señalada no era la única causa, la excesiva demanda que
generaban los nuevos polos comerciales contribuyeron en gran medida a esta
extinción. Nos referimos, a la exportación de ganados para proveer
la concesión del Asiento de Negros entregada en 1795 a los
Británicos y para proveer el asentamiento metalúrgico de
Potosí.
Terminado
este período de los cazadores, surge el período de Las Malocas.
Estas comienzan a desarrollarse con regularidad en las inmediaciones de Mendoza
y Buenos Aires, en las postrimerías del S. XVII y comienzos del S.
XVIII, adquiriendo su mayor fuerza y periodicidad a partir del año 1750.
Las
primeras referencias a las malocas protagonizadas por Mapuche o Indios Aucaes
como también se les denominaba datan de 1711. El Cabildo de Buenos Aires
notificó al Gobernador de la Provincia que
“Los
Indios Aucaces confederados avían pazado a despojar una tropa que se
hallaba en las campañas de esta
ciudad.”
La
sucesión de estos hechos determinó que el cabildo de Buenos Aires
en 1714 exigiera al Gobernador la inmediata represión de los indios. El
comunicado pedía que:
“...
se contengan los Yndios Aucas... que lastimosamente han ocasionado y ocasionan,
y anualmente están excutando los Yndios de la jurisdicción del
Reino de Chile, en las tierras realengas de esta ciudad. En 1715 se reitera una
demanda similar, el Cabildo nuevamente exige que se repela “a los Yndios
Aucas que han invadido la jurisdicción de la provincia y asolado los
campos.”
La
guerra de Arauco es reemplazada por la guerra de Maloca. Para caracterizar este
proceso invasivo es importante analizar los distintos períodos en la
historia de las malocas, sus características específicas y sus
protagonistas.
6.2.2.
Las Malocas en el Período comprendido entre los años 1711–
1750
Durante
este período los Indios Aucaes o Indios de Chile fueron los principales
protagonistas de las Malocas. Los testimonios dan cuenta de que al correr el
año 1738 los Indios Pampas convocaron dos mil Aucaces, probablemente en
demanda de apoyo militar, los que atacaron Areco y Arrecifes.
El
grueso de la represión hispana se dejó caer sobre Los Pampas,
específicamente contra los toldos del cacique Calelián, lo que
provocó la reacción del hijo de Calelián, quién
vengando a su padre lideró un ataque en contra de las estancias de
Luján, que arrojó como resultados las muerte de una gran
número de españoles, la toma de algunos cautivos y el robo de
miles de cabezas de
ganado.
La
reacción hispana a la Maloca de Luján no se hizo esperar, los
vecinos de la provincia de Buenos Aires organizaron una milicia compuesta de 600
hombres para vengar el ataque y castigar a Los Pampas de Calelían sin
éxito.
Después
de los hechos de Luján, se forma una confederación maloquera en la
Pampa central integrada por guerreros provenientes de todas las etnias que
habitan el territorio, y que corresponden de Sur a Norte a: Tewelche, Wijiches,
Pewenches, Araucanos y Pampas. La confederación habría estado
formada por 4.000 guerreros que obedecían al Cacique de origen Pampa
Cangapol. La confederación inició una seguidilla de malocas que
tuvieron como objetivos las haciendas de Códoba, Santa Fe, Arrecifes,
Luján y el pago de Magdalena. Las acciones culminan con un acuerdo de Paz
suscrito entre las autoridades bonaerenses y el Cacique Cangapol.
En
1750, Cangapol pone fin al acuerdo de Paz y en conjunto con el cacique Felipe
Yahati ataca las reducciones jesuita fundadas en territorio Pampa, destruyendo
las misiones de Nuestra Señora de los Desamparados y Nuestra
Señora de la Concepción.
La
modalidad que caracterizó la guerra de Maloca en este período era
la alianza interétnica entre grupos asentados y migrantes (Pampas y
Aucaes), la represión contra las poblaciones asentadas más
cercanas a las haciendas y la organización de milicias defensivas, a
petición de las autoridades hispana integradas por los mismos
hacendados.
La
alianza maloquera comenzó a fracturarse. Las poblaciones pampas
comenzaron a quedar en la línea de fuego entre los hispanos y los
maloqueros del Sur, que hacían incursiones transitoria en la pampas,
tomaban el botín y regresaban a sus rehues. La represión hispana,
por tanto, se hacía sentir sólo en los asentamientos Pampas sin
que los aliados sufrieran ninguna pérdida. El cacique Cangapol conciente
de esta situación decide aliarse con los españoles y en conjunto
detener el avance de los maloqueros Mapuches, Pewenches y/o Wijiches hacia la
pampas
(1753).
Malocas
Indígenas 1700 – 1750 |
Fecha |
Grupo
étnico |
Area
atacada |
1711 |
Aucaces |
Buenos
Aires |
1714 |
Aucas |
Buenos
Aires |
1716 |
Aucas |
Buenos
Aires |
1723 |
Aucaces |
Mendoza |
1737 |
Serranos |
Arrecifes
(Buenos Aires) |
1738 |
Aucas
y Pampas, al mando del Cacique Pampa Calelián |
Areco,
Arrecifes (Buenos Aires) |
1739 |
Pampas,
al mando del hijo de Calelián |
Luján
(Buenos Aires) |
1740 |
Tewelche,
Wijiches, Pewenches, Araucanos y Pampas, confederación al mando
del Cacique Pampa Cangapol |
Arrecifes,
Luján, Magadalena |
1745 |
Pampas |
Luján
(Buenos Aires) |
Fuentes:
Leonardo León Solís. Maloqueros y Conchavadores en
Araucanía y Las Pampas, 1700 – 1800. Ediciones Universidad de La
Frontera. Serie Quinto Centenario, Temuco, 1991, pág 66
6.2.3.
Las Malocas en el Período comprendido entre los años 1750 –
1769
La
alianza Pampa – Españoles no detiene el ímpetu maloquero.
Entre los años 1750 y 1769 se registran diversas incursiones de distintos
grupos étnicos contra las fronteras de Buenos Aires, pero se observa una
disminución de las alianzas interétnicas.
Invasiones
Indígenas contra las fronteras bonaerenses
1750
– 1769 |
Fecha |
Grupo
étnico |
Area
atacada |
1750 |
Pampas |
Misiones
Jesuitas en las Pampas |
Agosto
1750 |
Serranos |
Sanjón
y Magdalena |
Abril
1751 |
Serranos |
Pergamino |
Agosto
1751 |
Serranos |
Pergamino |
Diciembre
1751 |
Serranos |
Magdalena |
1752 |
Pwelche
y Pewenches |
La
Laja (Bío Bío) |
1752 |
Serranos |
Magadalena |
Julio
1753 |
Pewenches |
Fronteras
de Buenos Aires |
Noviembre
1754 |
Pewenches |
Salto,
Arrecifes |
1758 |
Serranos |
Fronteras
de Buenos Aires |
1758 |
Indios
de Chile |
Fronteras
de Buenos Aires |
1760 |
Teguelches |
Fronteras
de Buenos Aires |
Fuentes:
Acuerdos, Serie 2, vols. 8 y 9, y serie 3, vol. 1; Nellar, op. cit., vol 1, pp.
124 y ss. ; Enrique Barba, op. cit., p. 132. Leonardo León
Solís. Maloqueros y Conchavadores en Araucanía y Las Pampas, 1700
– 1800. Ediciones Universidad de La Frontera. Serie Quinto Centenario,
Temuco, 1991, pág. 39 y 67
6.2.4.
El Malon de Kurüñamku (Curiñamcu) y la guerra de 1770 en
Arauco
En
este período los malones estaban dirigidos a diezmar las Haciendas de
Cuyo. Sus protagonistas eran Pewenches y ranquelches o Ragkülche asentados
en las Pampas, al sur de Mendoza y Córdoba y comenzaron con el gran malon
efectuado por el Cacique Curiñamku. El contexto histórico en el
que se desarrolló este período coincidió con la guerra de
1770 entre Mapuche y Españoles en Arauco. El objetivo de la empresa
maloquera volvió a ser proveer de recursos económicos y
bélicos a los guerreros. A diferencia del período anterior, el
área afectada alcanza haciendas localizadas territorio chileno, en las
localidades de Rancagua, Colchagua y Maule.
Las
Malocas y la guerra de 1766 – 1770 |
Fecha |
Grupo
étnico |
Area
atacada |
1766 |
Llanistas,
costinos y Pewenches, al mando del cacique Curiñamku |
Concepción
|
1769 |
Llanistas,
costinos y Pewenches Meridionales, al mando del cacique Curiñamku
2ª fase |
Concepción
|
1769 |
Pewenches
y Ragkülche |
Mendoza |
Febrero1770 |
Pewenches |
Mendoza |
Marzo
1770 |
Pewenches |
Rancagua,
Colchagua y Maule |
Febrero
1770 |
Pewenches |
Bebedero |
Diciembre
1770 |
Pewenches |
Fuente
de San Carlos (Mendoza) |
Diciembre
1770 |
Wijiches |
Corocorto
y Uco |
Fuentes:
Leonardo León Solís. Maloqueros y Conchavadores en
Araucanía y Las Pampas, 1700 – 1800. Ediciones Universidad
de La Frontera. Serie
Quinto Centenario, Temuco, 1991, pág. 40.
6.2.5.
Las Malocas entre los años 1770 – 1785: apogeo y fin
Con
posterioridad a la guerra de 1770, las malocas se hicieron más cruentas y
se extendieron geográficamente. Su características mas relevante
es que se trató de empresas cuidadosamente planificadas y dirigidas
contra los emplazamientos ganaderos más ricos del Vierreinato del
Río de la Plata. Tras las incursiones Aucaes a dichas haciendas se
encontraba el cacique Llanista Juan Antivilú. A principios de 1779, estas
malocas alcanzaron también el Valle central de Chile.
Las
Malocas 1770 – 1785 |
Fecha |
Grupo
étnico |
Area
atacada |
1773 |
Wijiches
y Llanistas |
Buenos
Aires |
1775 |
Llanistas
|
La
Laja |
Agosto
1776 |
Aucaes,
al mando de los Caciques Guelacol y Guilletun |
Fuerte
de San Carlos (Mendoza) |
1777 |
Indios
Bárbaros |
Estancia
Juan Martínez de Rozas (Mendoza) |
1777 |
Pewenches,
Pampas y Aucaes, al mando del Cacique gobernador Pinalefi, acompañado
de los Caciques Curruibilu y Guenocal, quienes cuentan con el apoyo
estratégico del Cacique Yanquelemus |
Saladillo |
1778 |
Wijiches |
Potrerillos,
Capri y Zapata (Frontera Mendocina) |
1779 |
Pewenches,
Wijiches y Pampas |
Amenaza
de invasión contra Chile Central |
Marzo
1780 |
Ragkülche
y Aucas |
Río
Cuarto |
Agosto
1780 |
Aucas
y Tewelche, unidos con el Cacique Negro |
Chascomus |
Agosto
1780 |
Aucas
y Tewelche, unidos con el Cacique Negro |
Luján |
Diciembre
1780 |
Aucas
y Pampas, al mando de los caciques Chahuen, Calboner, Álcali
y Guchilapen |
Luján |
Septiembre
1785 |
Infieles |
Zapallar
y Cruz Alta (Fronteras de Buenos Aires) |
Fuentes:
Leonardo León Solís. Maloqueros y Conchavadores en
Araucanía y Las Pampas, 1700 – 1800. Ediciones Universidad de La
Frontera. Serie Quinto Centenario, Temuco, 1991, pág. 40 y
ss.
A
partir del año 1786 las noticias de malocas son vagas e imprecisas. Estas
prácticamente se extinguen en los años siguientes y resurgen
incipientemente a partir del S. XIX, como estrategia de alianza militar para
apoyar a los indígenas Mapuches que resisten el avance republicano al sur
del Río Bío
Bío.
En
este remanso maloquero probablemente incidió el Congreso de Lonquilmo de
1784 donde se trató acerca de la demarcación de todos los
Fütalmapus haciendo expresa mención que ello debiera incluir los
tres Fütalmapus mapuches, el Fütalmapu Pewenche y todos los pueblos
que a la época habitaban la Pampa.
El
artículo 2º, senala:
“Que
el actual Congreso debía ser comprensivo no solo a los tres
Fütalmapus y Pewenches, sino tambien al Fütalmapu ausente y a los
pueblos Wijiches serranos.
El
artículo 3º , manifiesta:
“Que
los de las fronteras de la ciudad de Mendoza, Malalhue, Mamey Mapu, Pwelche,
Wijiches Serranos y demás habitantes de las Pampas de Buenos
Aireshabían de formar una parcialidad con los Pewenches de Maule,
Chillán, Antuco y Villucura.
En
el mismo artículo tercero de este parlamento se trató expresamente
de la demarcación de cada Fütalmapu, señalando sus distritos.
Se declararon perteneciente al de la cordillera los Wijiches de Changolo, de
Goyaltué y Rucachoroy hacia el sur; los Pwelche e indios pampas que caen
al Septentrión, desde Malalhue y fronteras de Mendoza hasta el
Mamüjmapu en las pampas de Buenos Aires, formando todos un Cuerpo con los
Pewenches de Maule, Chillán, Antuco y Villucura.
En
el mismo año Ambrosio O’higgins refiriéndose a los Pueblos
que habitaban el Pwel Mapu, contestando una Real Orden sobre el Gobierno de
Chile e indios del contienete en frente de esta gobernación,
señala que está:
“procurando
extender hacia las jurisdicciones y parcialidades de Indios que confinan con
Valdivia y Chiloé, la dependencia que desde muchos años ha,
habíamos de haber exigido a las Naciones ulteriores situadas a la parte
oriental de Chiloé y Valdivia con el nombre de Wijiches, Pewenches,
Aucaes yPampas; los que no reconocen todavía sujeción a los
Presidentes de Chile”
A
fines del S. XVIII la articulación del Gulumapu y el Pwel Mapu es
evidente, como también el carácter de independientes de ambos
territorios.
7.
Las relaciones comerciales fronterizas
La
maloca favoreció la migración de linajes mapuches hacia las Pampas
y la Patagonia, los que se desplazan a estos territorios para tomar
posesión permanente de los paraderos provisionales y garantizar el flujo
comercial de los productos adquiridos a través de la maloca. En la ruta
de los maloqueros se ivan instalando los rehues e infiltrando la
Pampa.
La
relaciones comerciales fronterizas en principio espontáneas y casuales,
pasaron a echar raíces, estableciéndose como medio de intercambio
el “conchavo” o trueque de bienes. El crecimiento del tráfico
comercial también generó una expansión de los centro de
intercambio y de los flujos comerciales. Así, el comercio - en principio
reducido a las fronteras de Concepción al norte del Bío y Valdivia
al sur del Toltén - se extendió a la Pampa y
Patagonia.
A
fines del S. XVII acota León, el comercio de las Pampas no sólo
aumentó en magnitud, sino que contaba con una amplia red de contactos que
permitía la adquisición de los más diversos productos,
generándose redes de dependencia infranqueables entre conquistadores e
indígenas.
Una
de las formas especializadas de intercambio era el comercio de la sal y el
monopolio de su comercialización lo mantuvieron por muchos años
los Pewenches. Por lo demás, habrían sido los Pewenches los que
mejor se adaptaron a las exigencias del comercio fronterizo,
trasformándose como dice León en el arquetipo de los conchavadores
indígenas.
También
el mercado fronterizo se articuló en torno a la producción de
mantas y ponchos por parte de los indígenas, que fue ganando en
importancia hasta transformarse en un actividad productiva relevante dentro de
la sociedad mapuche, dejando atrás la época en que estas prendas
era parte del intercambio de excedentes. Junto a estos productos también
se trocaban artículos de cestería y madera. De parte del
español, los indígenas adquirían añil para su
producción textil, azúcar, yerba mate etc. El intercambio se
efectuaba en los fuertes y villorrios fronterizos.
Paralelamente,
se desarrollaba un importante comercio ilegal de bebidas alcohólicas,
cautivos apresados en las malocas, tráfico de armas y herramientas de
hierro. El tráficos de estos últimos elementos pudo haber
significado un cambio cualitativo en la guerra de conquista y posteriormente de
malocas, sin embargo, ello no fue así pues este comercio no se tradujo en
la incorporación masiva de armas de fuego en los ejércitos
indígenas.
8.
Las guerras intestinas
Las
llamadas guerras intestinas comprometieron en serios conflictos internos a
grupos de indígenas de la Araucanía, las Pampas y la Norpatagonia,
durante el proceso de Araucanización. La complejidad de las relaciones
interétnicas en la frontera a mediados del S. XVIII, agudizó los
conflictos entre los distintos grupos étnicos que la habitaban, en los
que cada cual estuvo determinado por sus propias circunstancias.
La
localización geográfica de Los Pewenches, contrario a lo que se
pueda suponer, determinó una existencia insegura para este grupo.
Rodeados de poblaciones hostiles, generaron alianzas estratégicas
indistintamente con mapuche y españoles. En la guerra de malocas,
también en ocasiones generaron alianzas con su más
acérrimos enemigos los Wijiches o con Tewelche y Pampas para invadir las
haciendas fronterizas.
Sin
embargo, el mayor conflicto de los Pewenches fue con los Wijiches, aquellos que
hemos denominado Serranos en los párrafos anteriores, quiénes en
su proceso de expansión hacia el norte fueron disputando territorios
Pewenches. Esta guerra fue tan cruenta que amenazó con extinción
de los Pewenches y con su arrinconamiento hacia los territorios
Chiquiyanes.
Las
incursiones Wijiches caracterizadas por su violencia, afectaban no sólo
el interés Pewenche, sino que también el interés de la
corona: Las autoridades coloniales se vieron, entonces, obligados a celebrar
acuerdos con los Pewenches los que se materializaron en el parlamento de La Laja
de Diciembre de 1756 donde las autoridades del Reino de Chile y la Nación
Pewenche hicieron votos de mutua cooperación. En la práctica la
alianza se tradujo en el apoyo Pewenche a las huestes reales para sofocar la
rebelión mapuche de 1766. Los caciques Pewenches Colignir, Leviant y
Peiqueipil acudieron el apoyo de las autoridades españolas sitiadas por
los mapuches en Angol. Durante la cruzada, los asentamientos Pewenches fueron
asaltados por huestes Wijiches, por lo que los oficiales españoles
estuvieron prestos a proporcionar apoyo militar al Cacique Pewenche Penaipil
para atacar a sus enemigos
Wijiches.
En
Cuyo la alianza estratégica entre Pewenches y Españoles se
concretó más tardíamente, tras el ataque de José
Francisco de Amigorena contra las tolderías Pewenches en 1780, lo
Pewenches ofrecieron su apoyo a las milicias españolas para atacar a los
Wijiches y atacar a su temido líder el gran Cacique Yanquetur El
Rebelde.
Muerto
Yanquetur en 1788, en manos de los caciques Pewenches Currilipi y Pinchintur,
apoyados por soldados chilenos premunidos de armas de fuego, las hostilidades no
cesaron, sino que recrudecieron. A Yanquetur lo sucedió al cacique
Comepayu o Caneu Payun, quién avanzó en pleno invierno sobre las
tolderías del Pewenche Currilipi robándole toda su hacienda y
dándole muerte
Mientras
duró la amistad Pewenche – Hispana, hubo un intento de reducir a
los Pewenche transformándolos en un Pueblo de Indio. Allí se
quebrantó el pacto. En 1766, los Pewenches se unieron a los Llanistas
destruyendo las Misiones religiosas asentadas en sus territorios en el
levantamiento de Curiñamku.
No
obstante, en los años posteriores se restituirá la
alianza.
El
30 de Junio de 1799 se reunieron en el Fuerte de San Carlos el cacique
Carripilon, Jefe de los Ranquelches, el Cacique Gobernador Pewenche
Pichicolimilla con su gente, la cacica María Josefa Goico y Jose Goico,
en representación de los Oscoyanes, numerosos Caciques y capitanejos y
344 indios lanzas y el Maestre de Campo Amigorena. En esa oportunidad Amigorena
reconoció a Carripilon, Cacique Gobernador y principal caudillo de la
Nación Ranquelche, poniendo en sus manos un bastón con mango
dorado. Carripilón prometió allí ser fiel aliado de
españoles y de los Pewenches y avisar de los movimientos del enemigo
común: Los
Wijiches.
Este
acuerdo de Paz regirá las relaciones hispano – indígenas en
la Pampa en lo que resta del período colonial hasta el advenimiento de la
República.
9.
La consolidación de Cuarto Fütal Mapu Mapuche y su reconocimiento a
través del Parlamento de Lonquilmo, 1784
En
1784 las autoridades coloniales el Reino de Chile, convocan a una Parlamento en
los Llanos de Lonquilmo al que asisten todos los Fütal Mapu que integran el
Gulu Mapu y los Caciques Pewenches representando el Pwel Mapu. El parlamento
convocó a aproximadamente 10.000 personas lo que demuestra su
legitimidad.
En
el acta parlamentaria fue establecido que los Pewenches integran el cuarto
Fütal Mapu Mapuche y serán comprendidos en este mismo Fütalmapu
los Pwelche e Indios Pampas, desde Malalgue y fronteras de Mendoza hasta el
Mamüj Mapu, situados en las Pampas de Buenos Aires, los que forman un
cuerpo y parcialidad con Pwelche y Pewenches de Maule, Chillán y Antuco e
insta a incorporar a los pampeanos al proceso de negociación de los
Parlamentos que rigen las relaciones fronterizas en el Gulu Mapu.
En
Lonquilmo las autoridades coloniales chilenas dan cuentan de un hecho que es una
realidad en las relaciones fronterizas a lo largo de todo el siglo XVIII. La
consolidación del cuarto Fütal Mapu Mapuche en el Pwel Mapu y su
articulación con el Gulu Mapu integrando un solo territorio libre, es un
hecho incuestionable a 1784 y esto se mantendrán en lo que resta del
período colonial y los inicios republicanos. El advenimiento de las
República en Chile y Argentina se encontrarán con que los
territorios mapuches independientes correspondían a una sola unidad
territorial formada por el Gulu Mapu y el Pwel Mapu, unidas por el Pire Mapu,
que abarcaba por el Norte el río Bío Bío, la Cordillera de
Los Andes, el río Diamante, por el Este el río Salado, por el Sur
el río Limay o Río Negro, la Cordillera de Los Andes y una
línea que unía Panguipulli hasta Mehuin – Queule, y, por el
Oeste, el Océano Pacífico.
10.
Mapunche Wajontu Wijimapu:
Del tolten al seno de reloncavi (siglos xvi al xix)
10.1.
El territorio wijiche
El
Wijimapu comprende los territorios entre el río Toltén y la Isla
de Chiloé y dentro de este se han reconocido denominaciones locales para
referirse a los diversas agrupaciones territoriales indígenas. A fines de
la Colonia, en 1793, en un mapa confeccionado por Andrés de Baleato, se
podía identificar en Valdivia, Chiloé y las pampas argentinas, a
"Los Indios Cunchos" (cuncos) que se localizaban entre el río
Calle-Calle, el Canal de Chacao y el seno de Reloncaví, y una
línea que bordeaba los lagos hasta cerca de las nacientes del río
Calle Calle y la Costa Pacífica. "Los Wijiches", inmediatamente al
oriente de los Cuncos, ocupaban los lagos y el sector de la Cordillera de Los
Andes hasta NahuelWapi, y en la zona de las pampas argentinas se encontraban los
indios Pwelche y los
poyas.
En el
Wijimapu, se reconocía la existencia de un Fütalmapu extendido en la
"Región entre el Río Bueno y el seno de Reloncaví", el cual
habría estado conformado por los Aillarehues denominados Coihueco, Cunco,
Quilacahuin, Trumao, Lipihue, Lepilmapu, Carelmapu y
Calbuquén.
En cuanto a estos Aillarehues, se ubica a Coihueco al sur de la ciudad de
Osorno, en las inmediaciones del río Coihueco, y comprendía
aparentemente la llamada Isla de Coihueco; Cunco habría comprendido desde
Valdivia hasta más al sur de La Unión; Quilacahuin, estaba entre
los ríos Rahue y Bueno, y por el sur alcanzaba, más o menos, hasta
el estero Folilco, y por el poniente hasta el mar; Trumao limitaba con la costa
al poniente, con el río Bueno por el sur y por el norte con el río
Chaihuín; Lipihue estuvo entre los ríos Llico y Maullín;
Lepilmapu, al parecer se encontraba al sur y al oriente de Lipihue, siguiendo la
línea de la costa; Carelmapu se habría extendido desde la costa
norte del canal de Chacao hasta el río Maullín y el río San
José; Calbuquén habría comprendido la isla de Calbuco y
zonas aledañas.
El
Wijimapu era conocido localmente como Cunco, desde el inicio de la
colonización militar española. San Juan de la Costa formaba parte
de lo que los españoles llamaron a fines del siglo XVI el "repartimiento
o comarca" de Cunco y sus límites habrían estado "al norte con
Valdivia, al oeste con Osorno y al sur con Chiloé, separándolos de
ellas tres fronteras hídricas: El Río Valdivia, el Río
Rahue y el Canal de Chacao. El mundo contenido entre estos límites es el
mundo de
Cunco".
A los indígenas de Osorno, en cambio, se les conocía con el nombre
de "Chauracahuines", y habitaban al oriente del río Rahue, entre el
río Bueno y el seno de Reloncaví hasta la cordillera. Por su
parte, la denominación de "indios costinos" para referirse a los cuncos
aparece en 1760, denominándoseles como indios "Costinos y
Bárbaros".
10.2.
Pérdida y recuperacion del territorio (1558-1604)
Los
españoles ingresaron por primera vez al Wijimapu en 1544, primero en
misión de reconocimiento y luego de asentamiento. Jerónimo de
Alderete y Juan Bautista Pastene luego de atravesar los Fütalmapus de
más al norte, llegó hasta el río Calle Calle, buscando los
caminos al sur. Le sigue Pedro de Valdivia quién llega en 1551 a la
región, y funda la ciudad del mismo nombre el 12 de Febrero de 1552,
desde donde efectuó expediciones al sur. No está claro si
llegó al seno de Reloncaví, pero se asegura que si lo hizo
Francisco de Villagra, a fines de 1553. La expedición de García
Hurtado de Mendoza, llegó en Febrero de 1558 al Canal de Chacao,
acompañado de Alonso de Ercilla. A su regreso a Valdivia, en el mes de
Marzo, fundó la ciudad de Osorno."Poblé la ciudad de Osorno, que
es una de las buenas de toda aquella tierra, por ser villa de más de 80
mil indios y tener ochenta vecinos y ser muy fértil de comida y muy
más de
oro".
Las
expediciones buscaban el asentamiento de la población hispana en el
Wijimapu, para imponer el sistema de dominación basado en el reparto
encomienda y la obligación del trabajo e iniciar el ciclo de
explotación minero. Las expresiones de García Hurtado de Mendoza
son elocuentes: Osorno permitía el asentamiento y subsistencia del
hispano y contaba con abundante mano de obra para ser sometida a la encomienda
(80 mil indios), con el objeto de explotar el oro, puesto que esta zona era "la
mejor, más rica y de mayor contratación de todo el reino de Chile,
porque demás de la abundancia que había de todos los frutos de la
tierra, era riquísima en oro de subida ley, que en cualquier parte se
sacaba, y de las minas conocidas sacaban los indios cada día 25 y 30
pesos de
oro".
Durante
el siglo XVI, se establece un ciclo de explotación minera, que impone el
sometimiento de los indígenas a la encomienda, y conjuntamente la
ocupación de su territorio. Las condiciones de expoliación de la
mano de obra en las famosas minas de Ponzuelo en Osorno, Madre de Dios y Corral
en Valdivia implicaba un trabajo extenuante en los lavaderos, y el sometimiento
del indígena, además de la prestación del servicio
doméstico.
La
liberación territorial y del sistema de explotación se presenta
con ocasión de la segunda rebelión mapuche, iniciada en 1598 en
Curalaba, y que terminó con todos los enclaves hispanos desde el
Bío Bío al seno de Reloncaví. Las fuerzas dirigidas por
Pelentaro se aliaron al cacique Wijiche Paillamacha para atacar y destruir
Valdivia el 24 de Noviembre de 1559. Desde allí, continuron las
operacione de liberación hacia Osorno, enclave que fue atacado el 20 de
Enero de 1600. La ciudad fue recobrada por el español en 1602, pero fue
sitiada por los mapuche -Wijiche, quienes lograron que fuera abandonada el 15 de
Marzo de 1604, huyendo los españoles -con algunos indígenas
amigos- hacia Chiloé, donde fundan el fuerte
Calbuco.
Terminaban así las operaciones de liberación del Wijimapu hasta el
Seno de Reloncavi.
10.3.
Defensa del territorio indigena (1604-1793)
Durante
el siglo XVII, en el territorio del Wijimapu, los mapuche-Wijiche comienzan un
periodo de autonomía que durara hasta fines del siglo XVIII. Sin embargo,
luego de la destrucción de Valdivia y Osorno, en la frontera sur con
Chiloé, se inaugura una guerra esclavista que abarcara todo el siglo XVII
y que significará el despoblamiento indígena de la zona
comprendida entre el río Maipue, cerca de Purranque, por el norte y el
río Maullín por el sur. Durante el siglo XVIII, los
mapuche-Wijiche, deberan enfrentar una guerra intermitente en en la frontera sur
y la penetración misional, militar desde Valdivia, refundada en 1645, que
implicara que en los territorios se comienza a formar la propiedad agraria
hispana.
A
fines del siglo XVIII, se verificaran dos procesos, la oposición
permanente para impedir la apertura del camino de Chiloé a Valdivia, y el
avance de la ocupación hispana desde Valdivia hasta la banda norte del
río Bueno. Este período concluye con la rebelión mapuche de
río Bueno en 1792 y el sometimiento militar que siguió a la
derrota mapuche-Wijiche, lo que obligo a efectuar el Parlamento de las Canoas en
1793, que tuvo como consecuencia la pérdida de la autonomía
indígena en el Wijimapu.
10.3.a.
La guerra en Esclavista en la frontera Sur y el despoblamiento de parte del
territorio.
El
abandono de Osorno en 1604 y el repliegué a Chiloé de los
españoles, implico que se formara una línea fortificada compuesta
por Calbuco y Carelmapu. Desde estas posiciones los españoles
implementaron la guerra esclavista contra los indios Cuncos
(mapuche-Wijiches).
Esta guerra tenía un doble fin; hostilizar y castigar a los
indígenas rebeldes, sin intentar la recuperación de territorios
perdidos y hacerse de mano de obra o piezas, amparándose en las
disposiciones que establecieron la esclavitud del indígena y que estuvo
vigente entre 1608 y
1683.
Según Mariño de Lobera, se sostenía esta guerra porque los
indios de Osorno y Cunco "nunca quisieron dar la paz “ y eran consideradas
provincias rebeldes, cada una con un Toki general -hacia 1650 eran
Culapillán y Naucopillán respectivamente-, y según el padre
Rosales, en 1674, las fortificaciones de San Miguel de Calbuco y San Antonio de
Carelmapu, en el
continente",
tenían como objeto "hacer desde allí la guerra a los rebeldes de
Osorno y Cunco, como se les ha hecho desde entonces".
El
resultado que tuvo esta larga guerra de malocas que concluyó a fines del
siglo XVII, al parecer producto de las paces de 1692, fue la pérdida y
despoblamiento de la meridional del Wijimapu: "...el territorio que se
extendía desde los fuertes de Maullín y Calbuco hasta el
río Maypué, presentaba el aspecto de
tierra
de nadie, despoblada
de españoles e indios como consecuencia de aquellas
malocas".
En 1787 el territorio ubicado entre el río Maypué y Carelmapu era
descrito "sin gente y haciendas [...] Está despoblado de indios desde lo
del Cacique Rupullán, Catrihuala y Eñil, hasta la provincia de
Chiloé".
En
el siglo XVII, terminadas las beligerancias la frontera del Maypué se
mantendrá en calma. Este clima sólo fue interrumpido por los
intentos de penetración para abrir el antiguo camino de Chiloé a
Valdivia.
10.3.b.
La penetración hispana hasta el Río Bueno
La
ciudad de Valdivia permaneció deshabitada y destruida desde Noviembre de
1569 hasta que los Wijiches permitieron el paso de víveres y la
refundación de la ciudad y su repoblación en 1645, quedando hasta
1740 bajo la tutela de Virreinato del Perú, con carácter de ciudad
presidio y de plaza fuerte.
A
mediados del siglo XVIII, desde Valdivia se inicio un proceso de
ocupación del Wijimapu al interior de Valdivia, hasta el río
Bueno. Esta penetración tuvo tres vías que se desarrollaron
coordinadamente: la misionera, la militar y la formación de propiedades
agrícolas. Esta última, la de mayor importancia en cuanto al
asentamiento y consolidación de la población y la
explotación del territorio ocupado, posibilitada la penetración
hispana por el contexto de no beligerancia con los Logkos gobernadores del
territorio indígena.
El
avance territorial desde Valdivia sobre el Wijimapu hasta la 1750 se encontraba
circunscrito "Sólo las inmediaciones de la ciudad, las riberas apropiadas
de los ríos transitados, sus pequeñas islas,[...] es propio del
período comprendido entre 1645 y 1750 la explotación de terrenos
inmediatos a la
ciudad".
La
ocupación hacia el interior del Wijimapu fue promovida por los Jesuitas,
quienes a partir de 1740 "comenzaron la explotación de las primeras
estancias grandes en la Jurisdicción de Valdivia: San José de la
Mariquina, Mulpún y
Tomén";
todas ellas se ubicaban en el valle del río Calle Calle hasta el
río Quinchilca, desde donde se expanden hacia sectores cordilleranos
"entre los lagos Riñihue y Ranco" expansión realizada en base a la
compra de tierras a indígenas, como la estancia de Goyenete, comprada al
cacique Michalelbún y la de Albarrán, comprada al cacique de
Antilhue...."La
otra línea de penetración estaba ubicada más al norte. Se
formó a partir de la hacienda San José, en el valle de Mariquina,
contándose además otras estancias como la de Bellavista, Pidey,
Pichoy, etc. Sin embargo, las tierras más ricas de la región,
ubicadas en los llanos y en Osorno, permanecían en manos de los Wijiches.
La ocupación de esta zona habría de tardar varias décadas
más, puesto que los intentos militares de conquistarla no habían
tenido
éxito"..
Los intentos de penetración militar a los llanos de La Unión y
Osorno no se consumaron y sólo las avanzadas misionales lograron
asentarse en esos sectores.
Tampoco
tuvieron éxito los proyectos de apertura del camino de Valdivia a
Chiloé, fracasaron en dos oportunidades. "Ni el proyecto de 1741 ni el de
1753 se pudieron llevar a cabo por no otorgarse los medios y por desacuerdos
entre
gobernadores".
El proyecto de ocupación consistía en una doble avanzada. Las
tropas de Valdivia debían llegar hasta el río Bueno mientras que
los de Chiloé entrarían a la tierra de los juncos con 300 hombres
de infantería y 100 de caballería, quemando o apropiándose
de las cosechas de los indígenas, para someterlos por el
hambre.
En
1756, el Gobernador Amat y Junient plantea desde Valdivia una estrategia de
penetración militar, considerando que los indígenas "nunca han
admitido misioneros ni la más leve comunicación con nosotros desde
que arruinaron la ciudad de
Osorno".
Estas consideraciones permiten dar inicio a una ofensiva bélica contra
los Wijiches, estableciendo contacto con algunos caciques de los llanos que se
mostraban aliados, como el cacique Inacayan, explotando las diferencias entre
agrupaciones indígenas, pues los mapuches del margen norte del río
Bueno eran enemigos de los Juncos de la La Unión y éstos de los
Chauracagüines, "cuyas tres naciones se han hecho siempre y se hacen
contínua guerra, impidiéndose el paso de unos y otros por sus
tierras [...] Entonces Amat aprovechó que hacia 1758 había libre
comunicación entre la Plaza y las comarcas septentrionales del río
Bueno, pobladas de indios amigos que habían admitido misioneros y
mantenían un cierto comercio con los vecinos de
Valdivia".
El
inicio de las operaciones militares se consumo en 1758, saliendo desde Valdivia
destacamentos a cargo de Juan Antonio Garretón y compuesta por cien
soldados, treinta milicianos y trescientos indios amigos, estableciéndose
a orillas del río Bueno en tierras del cacique Inacayan, con la
intención de fundar el fuerte de San Fernando. Pero el 27 de Enero de
1759 fueron atacados por 6 mil indígenas de la parte Sur del río
Bueno, comandados por los caciques Painil y Catillanca: "nuestro ejército
que intentaba pasar de dicho río, lo pasaron ellos la noche antes y
atacaron con tal ímpetu y fuerza [...] en la costa septentrional [...]
que lo derrotaron". Después de una larga batalla nocturna los
indígenas se pusieron en retirada, cuando el capellán de la
expedición lanzó fuegos artificiales que desconcertaron a los
Wijiches atribuyéndolos a "espíritus y cosas de la otra
vida".
El
ataque a los destacamentos españoles fue ejecutado por un conjunto de
fuerzas indígenas compuesto de "Juncos Costinos y de la Cordillera, y
entre ellos muchos Pwelche, y otros que viven tras la serranía, que no
usan caballos y a pie son muy ligeros, llamados Taruches, que vinieron auxiliar
a los Juncos, y todos juntos asaltaron al Fuerte en una noche hasta que al
amanecer se retiraron con una pérdida de 300
hombres".
Los resultados en vidas humanas de estos enfrentamientos fueron 300
indígenas atacantes y el cacique Inacayan y los suyos muertos; en
términos político-militares, los ataques resultaron en el rechazo
a la penetración hispana al sur del río Bueno y el retiro de las
tropas a
Valdivia.
Una
segunda expedición militar se desarrolla en 1767, esta vez con el objeto
de encontrar la "Ciudad de los Césares", especie de espejismo
mitológico de riqueza y abundancia, supuestamente situado en alguna parte
del territorio austral al otro lado de la cordillera de Los Andes. La
expedición -encabezada por el Capitán de Amigos de Valdivia,
Ignacio Pinner- contaba con 80 hombres de tropa; para su ejecución se
pide autorización a los caciques para transitar por sus jurisdicciones,
agasajándolos con regalos. La expedición llegó al
río Bueno y se internó en la cordillera atravesando las tierras de
los caciques Yurín de Paillaco, Nelguru, Thuichagurú,
Theguigurú, Paillihuala, y Queipul de Río Bueno; lo mismo se hizo
con las tierras de los caciques Thlorollanca y Manquemilla, que residían
a orillas del río
Pilmaiquén.
Con
posterioridad, en 1778, los españoles armaron una estrategia de avance al
Wijimapu, instalando puestos misionales en Cudico y Daglhpulli [Rapaco] en el
sector de La Unión, y en 1787 instalan la misión de Río
Bueno, a los que se adosaron fuertes militares. La labor misionera cambia la
táctica de sometimiento violento por una de persuasión y amistad
con los caciques. Desde estos enclaves misionales-militares ubicados al norte
del río Bueno, se inicia la constitución de la propiedad
española que dan paso a las grandes haciendas. La frontera del Wijimapu,
entonces se encontraba infiltrada hasta el río Bueno, sin poder ingresar
los españoles a la banda sur del río, debido a la resistencia de
los Wijiches de Chauracahuin.
10.3.c.-
Apertura del Camino de Valdivia a Chijwe Mapu (Chiloé)
Los
españoles no habían abandonado la idea de la habilitación
para el transito del camino de Valdivia a Chiloé, los avances de las
fronteras en el Wijimapu, hasta el río Bueno por el norte y el río
Maipue por el sur, implicabna que solo faltaba el tramo intermedio. El
afán de la reconstrucción era restablecer la comunicación
por tierra, que en términos estratégicos permitiría
asegurar el "antemural del Pacífico", formado por las fortificaciones de
Valdivia y Chiloé, y asegura las posesiones australes del imperio
español de las incursiones extranjeras y enemigas de la Corona. Para
ello, era imprescindible alcanzar la paz o el sometimiento de los
mapuche-Wijiches.
La
posición militarista de los españoles de Chiloé, los llevo
a impulsar campañas de ocupación bélicas, en desacuerdo con
los españoles de Valdivia que privilegiaban el via política. Desde
Chiloé se inicio de manera autónoma la avanzada militar del
Gobernador: "La empresa de Hurtado se inició sin comunicar al gobierno
central de Chile ni al Virrey del Perú. Las autoridades del Reino se
enteraron cuando la operación estaba en marcha y manifestaron su temor
porque la guerra podía extenderse hasta la Frontera y frustrar los
esfuerzos desplegados para mantener la paz y el tráfico recientemente
abierto por tierra entre Concepción y
Valdivia".
El
efecto de esta penetración fue que no encontraron resistencia en el
territorio cunco del Wijimapu: "Los indios observaban los movimientos y juzgaban
imposible hacer frente a los chilotes, por lo que, según versión
de Hurtado, los caciques Tangol y Cathehuala acudieron apresuradamente a
Valdivia a tratar con [el Gobernador] Pusterla para que intercediera ante el
gobierno de Chiloé para que no se les hiciera la guerra. Acto seguido,
ambos caciques ofrecieron a Pusterla las ruinas de Osorno y sus terrenos, sin
exigir otra cosa que la suspensión de las operaciones y el retiro de las
tropas insulares. Pusterla aceptó el inesperado ofrecimiento y
comunicó la novedad a Hurtado [...] Más tarde, los caciques
pidieron diez soldados a Pusterla para que los defendieran de los indios vecinos
porque temían que se atentara contra sus vidas por haber entregado las
minas de
Osorno".
Las
tratativas dieron como resultado que en 1787 se iniciara la búsqueda de
la huella del antiguo camino a Osorno desde Chiloé, que continúa
con una segunda búsqueda en Marzo de 1788; finalmente, "allanada, en
parte, la amistad de los indios por obra de los franciscanos y por la mejor
disposición del jefe indio Cathehuala hacia Valdivia [...] Pusterla
quedaba en condiciones de organizar una expedición de reconocimiento del
territorio, que verificó en Enero de 1789 con la aprobación de
Ambrosio O'Higgins, con el fin de estudiar el posible trazado del camino. La
expedición a la que se agregaron también indios Juncos,
logró unir Valdivia con el fuerte fronterizo de
Maullín".
Abierto
el camino y existiendo condiciones para efectuar un parlamento, los
españoles se dieron a la tarea de efectuarla. Así, el 2 y 12 de
Febrero de 1789 se efectuaron dos Juntas de Caciques, en Quilacahuin y Rahue, al
interior del territorio Mapuche –Wijiche del sur del rio Bueno, logrando
que las parcialidades mapuche iniciaran un proceso de paz entre sí y
autorizaran la apertura del camino por sus tierras. La ratificación del
Tratado se efectuó el 24 de febrero durante una reunión entre el
Gobernador Pusterla y todos los Logkos del área ubicada a ambos costados
del río Bueno. A esta reunión asistieron "los caciques de las
parcialidades de Quilacahuín; Calfungir, gobernador de Los Llanos, con
los caciques Colin, Guayquipán [ambos de Quilacahuin]; Rumullanca,
cacique de Catalán, y algunos guilmenes de la parcialidad de Dagllipulli,
hasta el río de Las Canoas [Rahue]. Por otra parte asisten los caciques
Queypul, Tangol y Catheguala y sus guilmenes Naguil, Guenchupan, [de Pincado
avenida de los indios Pewenches] Guentallay, Ancagún, Lefanquir,
Guenupangue [hijo del cacique Mancu, dueño de las tierras del camino,
desde Pilmaiquen a Rahue], Quinchahuala, Cañiu, Lignamún, Callilef
y Ancapichun [estos dos últimos hijos del cacique Nagpi, dueño de
las tierras del camino abierto en Tarupil, así como de las tierras del
camino abierto en la montaña] y muchos de los mocetones. Todos reiteran
el acuerdo de auxiliar a los españoles [...] y de mantener la paz entre
ambas parcialidades [...] y [la] cesión del
camino".
En la reunión el Gobernador de Valdivia entrega banderas blancas, "una a
los caciques Colin y Guayquipán, y otra al cacique Cathehuala que
aún no los tenían, en señal de paz y alianza con la Plaza,
cuya bandera tocaron las parcialidades una con otra en señal de
amistad".
Con estos acuerdos quedaba abierto el camino de Valdivia a Chiloé, el que
sería transitado por los españoles; sin embargo, su apertura
duraría poco tiempo debido a que estos últimos comienzan a
acaparar tierras indígenas y a establecer relaciones de sometimiento y
maltrato que no serán aceptadas por los indígenas del río
Bueno.
10.3.d.
Formación de grandes haciendas españolas entre Valdivia y el
río Bueno
La
primera expansión de la propiedad hacendal española había
comenzado a partir de 1750 desde Valdivia, dirigiéndose hacia el interior
del río Calle Calle hasta la cordillera, entre los lagos Riñihue y
Ranco.
Pero las más ricas tierras se encontraban en los Llanos de Valdivia y
Osorno, gobernadas por Logkos, los que ceden paso a la formación de
grandes haciendas españolas al norte del río Bueno, una vez que el
trabajo misional y los acuerdos de paz dan sus
frutos.
Hasta 1792, "...prácticamente la totalidad de los territorios
establecidos en los Llanos al norte del Río Bueno habían sido ya
vendido a los vecinos españoles de
Valdivia".
Entre los mapcuhe—Wijiche que aparecen vendiendo sus tierras se encuentran
los Logkos Calfunguir y Queypul, bajo el procedimiento en que el español
daba cuenta de los tratos con los mapuches-Wijiche, solicitando
autorización al Gobernador de Valdivia, quien ordenaba al Capitán
o Comisario de Naciones, para que verifique la enajenación junto al
escribano, se realice la escritura y se entregue la
posesión.
Estas compras de tierras indígenas se reproducen en todos los llanos de
Valdivia al norte de Río Bueno, teniendo como consecuencia el
acaparamiento de tierras y el arrinconamiento del mapuche-Wijiche.
La
situación al sur del río Bueno es distinta: "Por más que
han visto la franquicia y la facilidad de los indios de esa parte del río
en vender sus tierras vacías a los españoles, jamás se pudo
conseguir que ellos vendiesen a español alguno ningún palmo de
tierra de la otra banda del río, no obstante haber muchos terrenos
desiertos, y hacer los españoles las tentativas más eficaces para
su
consecución".
Los caciques del territorio del Wijimapu de Osorno y la costa mantienen
íntegramente su territorio, sin enajenar un palmo de tierra desde al sur
del río Bueno.
10.3.e.
Rebelión y Derrota de Río Bueno de 1792 y la ocupación del
Wijimapu
Las
condiciones para el último levantamiento mapuche- Wijiche en la
región de Río Bueno y Osorno se fueron configurando por el
accionar de los españoles en los llanos de Valdivia empañados en
la compra y usurpación de las tierras indígenas. El recelo mapuche
hacia el español, persistía después del tratado de libre
tránsito y apertura del camino en 1789, verificándose en 1790 que
las relaciones "estaban aún tan débiles en nuestra amistad y tan
de mala fe en ella, que sólo parece esperaban el momento favorable para
sacudir el yugo que suavemente se les iba
imponiendo".
Ayudo
a crear las condiciones de una rebelión anticolonial, los abusos
cometidos por el hispano al norte del río Bueno, que se traducían
en el asalto "a mujeres y niños" y el robo "de las
haciendas"
y "la codicia de los bienes y haciendas de los españoles que había
de esta parte del
río",
despojo que dejaba sin tierra a los Logkos y sus familias. Al sur del río
Bueno no habían misiones, fuertes o haciendas españolas, solo
permanecían capitanes y tenientes de amigos en el sector de Rahue hasta
Maipue, los que vigilaban los movimientos indígenas y el buen
tránsito del camino de Valdivia a Chiloé.
Los
agravios sufridos por los Logkos amigos del Gobierno de Valdivia debilitaron los
lazos políticos. Las denuncias del maltrato del español eran
denunciadas: "ultrajando al cacique gobernador Calvuguru [de Dagllipulli] y a
los caciques sus dependientes Colum, Huayquipagi, Rupuyan, Dollun y otros. En
primer lugar, hubo un español tan atrevido que a dicho cacique gobernador
Callvuguru le botó del caballo y le arrastró sin más motivo
que el haberle preguntado en un encuentro casual que qué andaba
haciendo".
Los
planes de liberación comenzaron a ser urdidos por los Logkos Queypul,
Tangol de Río Bueno y el Cacique Catrihuala, que establecieron alianzas
con Ayjarewes cordilleranos, con el objetivo de "destruir las misiones y asaltar
la Plaza de Valdivia
en
las pascuas, al tiempo que estuviesen divertidos en las
carreras y acabar con
todos los españoles de las
campiñas".
Concluidos los planes militares, se desato la rebelión en Septiembre de
1792 en la misión de Río Bueno, pero no alcanzó a
comprometer a todos los Ayjarewes por iniciarse antes de la fecha prevista. En
el asalto a Río Bueno dieron muerte al padre Antonio Cuzco, a algunos
capitanes de amigos -entre ellos el asignado al Cacique Catrihuala- y a un
correo que iba a Chiloé. "Asaltaron las haciendas de la banda norte del
Río Bueno matando a cinco cruelmente y llevándose cuanto pudieron
acarrear". Sin embargo, fracasaron en su intento de destruir la misión de
Cudico "porque aquellos indios se pusieron en armas", y la de Dagllipulli "por
haberlos atajado el Capitán y Teniente de Amigos con cuatro indios en el
río Llollelhue, matando dos o tres", así como en Quinchilca, por
haber sido repelidos por los hacendados
vecinos".
La
contraofensiva española fue violenta y estuvo a cargo de Capitán
Tomás de Figueroa, quien arrasó con las haciendas mapuche-Wijiche,
quemo sementeras, confisco el ganado y ejecuto a numerosos indígenas. "En
el distrito de Cudico [cerca de La Unión] se hizo ahorcar al cacique
Manquepán, a dos de sus hijos y a 17 mocetones, apresó a
niños y mujeres y confiscó el
ganado".
En Dagllipulli, el 5 de Diciembre, Figueroa entró en las tierras del
Cacique Calvugur, donde incendió la ruca, hirió al cacique y dio
muerte a un niño, los demás indígenas huyeron y se
refugiaron en los montes. Los soldados "cogieron a tres mujeres del cacique con
sus hijos, mataron a algunos y los más, salieron heridos, de los cuales,
se ahogaron varios en el
río".
Además fueron incendiados los poblados indígenas de Ranco, Cham
Cham, Copihue y Trumao, logrando pasar a la banda sur del río Bueno,
donde "...prosiguió arrasando todo cuanto hay entre el río Bueno y
el Rahue, acabando con todos los cómplices, de siete años para
arriba. Como medida preventiva en esta zona mataron a veinte Pewenches y
Wijiches a pesar que no constaba su participación en la revuelta.
También fueron decapitadas cuatro mujeres y dos
niños".
El
paso de las tropas españolas al sur del río Bueno significó
el descubrimiento de las ruinas de Osorno, ruinas que los mapuche-Wijiche
escondieron con recelo: "Yo conociendo lo proporcionado de la ocasión,
les hice una corta insinuación sobre la antigua ciudad de Osorno,
decía Figueroa al Coronel Gobernador de la Plaza de Valdivia don Lucas de
Molina, en nota del 22 de Noviembre de 1792, la que recibieron muy atentos que
sin poner al menos obstáculos la cedieron voluntariamente al Rey, con
todo su demás terreno, la que recibí y tome posesión en el
día de esta fecha a nombre del soberano con la solemnidad que
proporcionaron las presentes
circunstancias".
La campaña punitiva española concluyo con el redescubrimiento de
las ruinas de Osorno, y aniquiló la resistencia Wijiche, terminando con
la independencia y autonomía del territorio entre el río Bueno y
el Maipue.
10.3.f.
El Parlamento de Paz de las Canoas ( 1793)
La
ocupación militar de Osorno da paso a los Parlamentos de Quilacahuin y
Rahue, en los cuales los hispanos aseguran el repoblamiento de la región
al alcanzar la cesión de territorios, y el beneplácito para la
instalación de misiones. Para llegar a los acuerdo, se suspendieron las
acciones militares, y se invito a los Logkos a dirigirse a Negrete, donde se
efectuaría un parlamento con los Fütalmapus mapuches del norte del
Toltén, dirigido por Ambrosio O'Higgins.
Ante
la imposibilidad de concurrir a Negrete, los españoles propiciaron un
Parlamento en Osorno, el cual tuvo lugar el 8 de Septiembre de 1793 a orillas
del río de las Canoas. Concurrieron los Logkos de todo el Wijimapu, con
excepción de Juan Queipul del Cantón de Río
Bueno.
En el Tratado de Paz se suscribieron seis acuerdos fundamentales: la
cesión de territorios a los españoles, la repoblación de
Osorno, la amistad duradera, el auxilio y libre tránsito, el sometimiento
a la justicia hispana, y la aceptación de los misioneros y la
evangelización; así quedaban subordinados en su territorio y su
autonomía al gobierno
español.
La
cesión perpetua de los territorios donde se ubican las ruinas de Osorno,
establecida en el Tratado, correspondía al área de los llanos de
Osorno a la cordillera, no involucrando territorio Cunco o de la Costa al
poniente del río Rahue, enque solo se autorizo la instalación de
misiones.
Disposiciones
posteriores buscaron consolidar el dominio territorial y la repoblación
de Osorno, procurando el "restablecimiento del camino de Valdivia a
Chiloé por las inmediaciones de dicha ciudad nuevamente descubierta,
estableciendo fuertes, poblaciones y misioneras en parajes convenientes para la
conservación del camino, seguridad de la costa y completa
reducción de los indios infieles que ocupan aquel
territorio".
En
Diciembre de 1794 se publicó la Real Orden para el repoblamiento de
Osorno en los terrenos cedidos al Rey, evitando otorgar por el momento
títulos de propiedad, pues los "naturales son supersticiosamente celosos
sobre lo que llaman sus tierras, por vacías e inútiles que
éstas les
sean".para
que el "adelantamiento de aquella población proceda sin aparatos y
cuidado a los indios" y "que no se soliciten Minas ni se ejecute por ahora el
repartimiento de Tierras en propiedad cultivándose las que puedan los
soldados, y pocos pobladores que hubiere al presente sin desviarse mucho del
fuerte ni formar Haciendas grandes, o de crianza de ganados al sur de Río
Bueno, suspendiendo los preparativos para la fundación de una villa en
este
Valle".
En
1795, Osorno comenzaba a ser definitivamente repoblada otorgándose lotes
de tierras a familias provenientes de Chiloé, Valdivia, Concepción
y otras partes de Chile. Sin embargo, la propiedad hacendal española
estaba a punto de constituirse en el territorio Wijiche al sur de Río
Bueno.
10.4.
La situación del Wijimapu en los albores de la
República
Desde
1795, concluido el proceso de ocupación militar del territorio del
Wijimapu y hasta las primeras décadas del siglo XIX se inicio un proceso
de acaparamientos de tierras mapcuhe-Wijiche que dieron origen a las haciendas
españolas, en los llanos de Valdivia y Osorno. También grandes
propiedades se formaron en los territorios de Llanquihue, que habían sido
despoblados por la guerra esclavista.
El
Wijimapu a fines del periodo colonial se encontraba sustraído el dominio
mapuche-Wijiche. Las haciendas españolas cubrían todo el valle
central y parte dela cordillera. Las ocupaciones mapuches ubicadas en la zona de
Valdivia se encontraban formando un mosaico en la Costa de Corral y Mariquina,
Lanco, La Unión y Río Bueno, formando un mosaico de
pequeños retazos de tierras que conservaban de sus antiguas
jurisdicciones. En Panguipulli, la situación era distinta, pues los
territorios mapuches aún mantenían cierta integridad, debido a la
baja penetración hacendal y haber mantenido la autonomía. En la
zona de Osorno, las tierras Wijiches se conservaban como un territorio en el
sector de la Costa, desde Quilacahuín a Río Negro, y en la zona
del Lago Ranco, aún quedaban grandes porciones de tierras en poder de
los mapuche. Solo en torno al Pilmaiquen existían pequeñas
propiedades mapuches. El territorio autónomo Wijiche había
sucumbido a fines de la colonia, y la larga resistencia antiespañola, se
había transformado después de 1793 en la dominación
colonial.
Síntesis
Parte I
Pikun
Mapu
El
territorio del Pikun mapu fue ocupado tempranamente por los españoles,
quienes lo repartieron en mercedes de tierra, reduciendo a sus habitantes a los
denominados Pueblos de Indios.
Este
proceso de reducción a Pueblos de Indios no fue proporcional a los
asentamientos pre - existentes, representando sólo una parte de los
numerosos Lof y Ayjarewe que existían al momento de la irrupción
hispana.
Sin
embargo, hubo cierta coincidencia entre el área de radicación de
los Pueblos de Indios y el área de ocupación ancestral de los Lof
y Ayjarewe, a pesar de la reducción, perviviendo la distribución
en los espacios locales y formando una red de asentamientos mapuches que
comenzaban en el Limarí y terminaba en el río Bío
Bío.
Otra
forma de sometimiento fue la encomienda, que generó el traslado de
población Indígena desde sus asentamientos tradicionales hacia
centros de producción fuera de estos espacios, tales como las haciendas y
las minas. Así, la encomienda se transformó en una forma de
explotación de la mano de obra indígena que provocó el
abandono parcial de los Pueblos de Indios producto de dichos desplazamientos.
Esta constatación ha fundado la apreciación generalizada de los
autores chilenos de que la encomienda generó la extinción de los
Pueblos de Indios, lo que no es efectivo debido a que la legislación
española se preocupó expresamente en proteger las tierras
indígenas de los Pueblos de Indios, e incluso a fines del período
colonial - desde el año 1789 en adelante – en promover su
repoblamiento y la constitución de nuevos asentamientos mapuches,
mediante la constitución de propiedad indígena al interior de las
haciendas, habiéndose detectado al menos 14 casos.
Cabe
consignar que la radicación en Pueblos de Indios y la constitución
de propiedad indígena al interior de las haciendas se hizo con la misma
normativa, que correspondía a las ordenanzas de Gines de Lillo (1603) y
la Tasa de Esquilache (1641).
No
obstante, fueron diversos los intentos de los hacendados por usurpar las tierras
de los pueblos de indios a través de distintas modalidades, siendo las
más comunes las siguientes: superposición de deslindes;
ocupación material de tierras indígenas con cultivos y ganados;
infiltración de población española en tierras
indígenas; y, algunos intentos de las autoridades coloniales por
concentrar la población en unos pocos Pueblos de Indios.
Los
Mapuches, desplegaron durante todo el período colonial iniciativas
destinadas a la defensa y reivindicación de sus tierras
amparándose en la legislación hispana. Así, lograron
mantener la propiedad indígena y en muchos casos la integridad de la
superficie de la radicación originaria.
La
pervivencia a fines de la Colonia de los Pueblos de Indios, fue producto de la
resistencia de los mapuches al proceso de usurpación, quienes hicieron
uso de las garantías que le otorgó el sistema jurídico del
derecho indiano. Con ocasión del término de la encomienda se
originaron dos situaciones, la primera, el repoblamiento mapuche de los Pueblos
de Indios y, la segunda, la constitución de propiedad indígena con
las nuevas radicaciones al interior de las haciendas. Ello originó que a
fines de la Colonia se reconociera la existencia de al menos unos cincuenta
Pueblos de Indios entre Limarí y el Bío Bío.
En
los inicios de la República, se constató expresamente la
existencia de Pueblos de Indios, de tierras de indígena y de
población mapuche, en la zona central de Chile y Norte Chico,
correspondiente al Pikun Mapu, generándose una política tendiente
a su desaparición. Esto se explicitó a través de la
legislación de 1813, 1823 y 1830 las que ordenaron la reducción de
las tierras de los Pueblos de Indios, efectuando un proceso de usurpación
legal al decretar que las tierras sobrantes pasaban a poder del Fisco y ordenar
su remate.
Además,
la legislación republicana en 1819 negó la identidad
indígena al imponer sobre los Mapuches del Pikun Mapu la categoría
de chilenos, aplicando los criterios liberales de que todos los ciudadanos de la
República eran iguales en libertades y derecho como estrategia para la
consolidación del Estado nacional. Aún así, durante el
Siglo XIX, en algunos Pueblos de Indios aún persistía la autoridad
tradicional Mapuche y su organización social. Posteriormente, las
tierras indígenas derivadas de los ancestrales Lof y Ayjarewe, de los
Pueblos de Indios coloniales, se transformaron bajo la República en parte
de la geografía rural del Norte Chico y Chile Central, reconocibles
muchos de ellos en el minifundio y en las comunidades agrícolas
tradicionales, algunas de las cuales subsisten hasta hoy día y que son
parte de los pueblos que en la actualidad conservan cierta tradición
cultural alfarera, textil, topónimos indígenas y cultivos
tradicionales.
Fütal
Mapu Bafkeh Che o Lafkenche, Naüq Che o Naüqche y Wente
Che
A
la llegada de los españoles el Mapunche Wajontun Mapu, se encontraba
densamente poblado y distribuido en espacios e identidades territoriales
conocidos como Fütal Mapu o Butal Mapu. Entre el río Bío
Bío y el Toltén se distinguían las identidades
territoriales de los Bafkehche o Lafkenche, Naüqche o Naüqche y
Wenteche. De su presencia dan detallada cuenta los cronistas, los misioneros y,
a partir del siglo XVII, las actas de los Parlamentos.
Desde
los inicios se da una relación de conflicto entre Mapuches e invasores. A
estos últimos, los guiaba la búsqueda y explotación de
minas de oro y la captura de esclavos para servir en las faenas mineras y en las
haciendas. La reacción Mapuche se traducirá en permanentes
levantamientos indígenas contra estas incursiones que se conoce como la
épica Guerra de Arauco.
La
frontera del territorio Mapuche perteneciente a los Fütal Mapu e
identidades territoriales en análisis se fija en forma temprana, a fines
del siglo XVI. Los hitos que determinan la delimitación de frontera en el
río Bío Bío serán la victoria de Curalaba, en que
los Conas mapuches al mando del gran Toki Pelantaru vencen a los
españoles, y la necesidad de establecer condiciones de Paz que permitan
desarrollar las relaciones de comercio que cien años de contactos
habían establecido espontáneamente y que se traducen en la
celebración del Parlamento de Quillin en 1641. La delimitación de
la frontera, por lo demás, satisfacía el interés
español de mantener y asegurar el dominio al norte del Bío
Bío y de los Fütal Mapu Mapuche de conservar la jurisdicción
y autonomía al Sur del Bío Bío.
Los
efectos de la invasión hispana en la población mapuche fueron los
siguientes: Desplazamiento de población afectada por el proceso de
reducción territorial, encomienda y trabajos forzados que afectó a
los habitantes del Pikun Mapu, quienes se trasladaron hacia el territorio
autónomo Mapuche situado entre el río Bío Bío y el
Toltén; Reducción masiva de población producto de la guerra
y las pestes introducidas por los invasores; Articulación del territorio
correspondiente al Gulu Mapu y el Pwel Mapu, con el fin de sellar alianzas
militares y generar apoyos estratégicos para la Guerra de Arauco.
Fijada
la frontera al Sur del Bío Bío - en 1641- se desarrolla un
territorio de frontera que da lugar a permanentes intercambios comerciales entre
Mapuches y españoles, el que se desarrolla bajo ciertas condiciones de
estabilidad entre los siglos XVII y XVIII. Sin embargo, este territorio no
está exento de tensiones y conflictos entre los que destacan el
levantamiento general de 1723, que comienza en Quchereguas y se extiende por
todos los Fütalmapus más allá del Toltén y el de 1766,
que corresponde al levantamiento de Curiñamku.
Para
apaciguar las tensiones, garantizar las condiciones de paz que exige el comercio
de fronteras y la independencia de los territorios, tanto al Norte como al Sur
del Bío Bío, las partes – Mapuches y Españoles
– celebraron continuos y múltiples parlamentos de Paz. Entre los
años 1605 y 1803 se celebraron 19 parlamentos. El primero de ellos
corresponde al parlamento de Paicaví de 1605, y el último
corresponde al Parlamento realizado en los Llanos de Negrete en 1803.
En
los parlamentos se distinguen dos tipos, los de implicancia local y los
parlamentos generales. Los primeros, contaban con la participación de los
Ayjarewe de frontera y estaban destinados a generar un sistema de convivencia
pacífica y regular las relaciones de trabajo en los territorios
fronterizos ubicados inmediatamente al norte del Bío
Bío.
En
los parlamentos generales se establecía una relación de Estado a
Estado, en ellos participaban todos los Fütal Mapu representados por sus
máximas autoridades, los representantes de la Corona y de la Iglesia,
todos con sus respectivas comitivas, capitanes de amigos y lenguaraces. Los
parlamentos convocaban un promedio de 4.000 personas y hay algunos, como el de
Lonquilmo, que convocó a 10.000, lo que da cuenta de la legitimidad de
estos instrumentos que regulaban las relaciones entre las naciones Mapuches y la
Corona Española. Estos verdaderos tratados versaban sobre acuerdos de
libre comercio, de defensa recíproca, reconocimientos jurisdiccionales,
acuerdos de paz, regulación de procesos migratorios y reglamentaban la
presencia de Misioneros y acciones evangelizadoras en los territorios. El hecho
que las autoridades Mapuches se hubieran reconocido en los Parlamentos como
vasallos del rey no significaba cesión de autonomía: los
Fütal Mapu mantenían su jurisdicción territorial
íntegra, la autonomía de sus instituciones sociales,
políticas y religiosas, no dependían de la institucionalidad
imperial, no tributaban y sólo aceptaron la presencia de misioneros, la
conversión a la fe católica y el defender el territorio para
evitar incursiones de otras potencias extranjeras.
A
los albores de las República este territorio mantenía su
integridad territorial y la jurisdicción de sus autoridades tradicionales
y separaba al territorio de la naciente República por el río
Bío Bío.
Wiji Mapu
o Wijimapu
El
Wiji Mapu o Wijimapu, en el territorio comprendido entre el Río
Toltén y el seno de Reloncaví, estuvo sometido a un proceso de
ocupación español durante el siglo XVI. Posteriormente, le
sucedió un proceso de liberación del territorio liderado por
Pelantaru entre 1600 y 1604, época en la que fueron destruidas las
ciudades de Valdivia y Osorno construidas por el invasor a mediados del siglo
XVI.
Este
proceso de liberación significó abrir una frontera de guerra en la
parte Sur del territorio Mapuche durante todo el siglo XVII. La
característica de este proceso bélicos fue una guerra de tipo
esclavista, el móvil de los hispanos era capturar piezas humanas en
guerras de malocas para enviarlas a trabajar como Indios de servicio personal en
Chile central y Perú. Esta guerra de maloca, también denominadas
trasnochadas o corridas para denotar su carácter sorpresivo, terminaron
por despoblar todo el territorio comprendido entre el río Maullín
y Maipué en las cercanías de Purranque, actual provincia de
Llanquihue, donde fueron totalmente exterminados los Ayjarewe
mapuches.
Con
la refundación de Valdivia en 1645, se produce un proceso inicial que se
caracteriza por las avanzadas misioneras entre el Toltén y el Río
Bueno, y la constitución de haciendas ganaderas junto a las misiones
jesuíticas.
Durante
el siglo XVIII, el Wiji Mapu enfrenta dos fronteras: La primera, una frontera de
avance desde Valdivia que a partir de 1750 o de mediados del siglo, comienza a
avanzar hacia el río Bueno combinando la constitución de puestos
misionales acompañados de fuertes, los que sustentaban la
expansión de la propiedad hacendal española hasta el río
Bueno. Los Logkos de los Ayjarewe al Norte de este río establecen
relaciones políticas con el Gobierno de Valdivia, en cambio al Sur del
Río Bueno Los Mapuches Wijiches resisten cualquier acuerdo con los
españoles y mantienen intacto su territorio. La segunda frontera, con
Chiloé, representada por los fuertes de Calbuco, Maullín y
Carelmapu significa durante este siglo resistir algunas escaramuzas militares y
los intentos de abrir el camino que pasa por sus territorios hacia
Valdivia.
En
1792, se produce la rebelión Mapuche Wijiche en el río Bueno, la
que es derrotada por el español. Esta derrota Wijiche permite que el
hispano traspase la frontera hacia el Sur y se redescuban las ruinas de Osorno.
A través del Parlamento de Las Canoas de 1793 los españoles
alcanzan la capitulación indígena, la cesión de parte de
sus territorios para la refundación de Osorno y la instalación de
Misiones. Esta capitulación favoreció la apertura del camino entre
Chiloé y Valdivia y la dimisión de la jurisdicción
política y territorial de los Fütal Mapu Wiji Che al someterse a las
leyes hispanas.
A
partir de este proceso comienza a operar la constitución de la propiedad
hacendal española en Los Llanos de la Unión y Chauracahuín,
ocupando las mejores tierras y fragmentando el territorio del Wiji Mapu,
separandolo en dos parcialidades. Uno, en la costa y, el otro, en las tierras
altas del Pilmaiquén y Ranco. En Valdivia el resultado de la
expansión española significa la ocupación del valle del
Calle Calle hasta Quinchilca, quedando las tierras Mapuches autónomas
replegadas hacia la cordillera en la zona de Panguipulli y al Norte de San
José de la Mariquina.
La
situación al comienzo de la República se caracteriza porque el
Wiji Mapu se encuentra bajo jurisdicción del estado nacional entre
Valdivia y Osorno. Existiendo una frontera que separa los territorios
autónomos Mapuches, en el eje formado por el sector de Queule –
Mehuín, Mariquina, Panguipulli y Riñihue.
La
situación en los territorios Mapuches del Wiji Mapu en la zona de
Río Bueno hasta el río Maipué se caracterizaba por la
existencia en los Llanos de la propiedad española y una zona de refugio
territorial en el sector denominado La Costa y la Cordillera Costera. Al sur de
Maipué se mantenía el despoblamiento Mapuche de
Llanquihue.
Pwel
Mapu
El
Pwel mapu corresponde al territorio comprendido entre el río IV y
Diamante por el Norte, el Río Salado por el Este, el Río
Colloncura y Limay por el Sur conocido como río Negro y la Cordillera de
Los Andes por el Este, actualmente sometido a la soberanía de la
República Argentina.
La
ocupación mapuche del Pwel Mapu durante los siglos XVI a XVIII, se
desarrolla en el marco de una multiplicidad de relaciones interétnicas de
alta complejidad que concluye con la hegemonía cultural de la lengua y
formas de vida Mapuche, que es adoptada por todos los grupos indígenas
que habitan este territorio.
Concluida
la guerra de Arauco, comienza a constituirse un espacio fronterizo que se
consolida con la integración del Gulu Mapu y el Pwel Mapu y que
favorecieron desde fines del siglo XVI la migración Mapuche a este
territorio. La presencia mapuche mas temprana corresponde a la
localización desde tiempos ancestrales de Ayjarewe de origen Pewenche y
Wijiches en la vertiente oriental de la cordillera de Los Andes, prosigue con
las incursiones fundamentalmente Pewenches al corazón de las pampas en
busca de sal para su comercialización y se consolida con las incursiones
de mapuches provenientes del Gulu Mapu en el siglo XVII y XVIII.
Los
factores que incidieron en la articulación del Gulu Mapu y el Pwel Mapu,
fueron los cambios en la economía del siglo XVII producto del surgimiento
de nuevos polos de desarrollo económico que demandaron productos
agrícolas y ganaderos; condiciones de paz que favorecieron el comercio
fronterizo producto de los parlamentos que mantuvieron cierta estabilidad en el
Gulu Mapu; y los cambios estructurales en la sociedad indígena que
propició la acumulación de riquezas, particularmente de ganado.
Las
incursiones de Conas mapuches provenientes del Gulu Mapu al Pwel Mapu data del
siglo XVII y XVIII. Inicialmente, siglo XVII, estas avanzadas tenía por
objeto sellar alianzas militares y proveerse de ganado cimarrón que
vivía libremente en la pampas para surtir a los guerreros que peleaban en
la Guerra de Arauco, constituyendo un apoyo estratégico en la defensa del
Gulu Mapu. En un segundo período, siglo XVIII, el objeto de dichas
empresas era de tipo económico para proveerse de bienes de intercambio,
ganado, sal, armas y cautivos. La modalidad estratégica de estas
incursiones era el malón, una vez terminado el ganado cimarrón en
el Pwel mapu estas acciones maloqueras se dirigieron contra las haciendas
españolas de las provincias de Buenos Aires, San Luis y
Mendoza.
La
presencia primero esporádica de los Mapuches del Gulu Mapu en el Pwel
Mapu se consolidó en el S. XVIII. Diversas expediciones españolas
en los años 1776 y 1779 dan cuenta de la existencia de asentamientos
permanentes de Ayjarewe Mapuches en tenel, en Noal Mapu, en la Región
Mendanosa de Renancó y sobre las riberas del río Chadileuvú
y el sector de salinas grandes. Estos Ayjarewe forman parte del territorio
identificado como el Mamüj Mapu, imperio de los Raqueles o Ranquelches,
dotados de una gran cantidad de tolderías, población y aguadas,
según los relatos.
La
violencia Maloquera asoló a las haciendas del Virreinato de la Plata
poniendo en jaque la estabilidad política y económica del gobierno
colonial. Estas malocas se desarrollaron con gran regularidad entre los
años 1711 a 1785. A ellas les pone termino el Maestre de Campo Amigorena
en un parlamento celebrado en 1799 al que concurren todas las identidades
territoriales del Pwel Mapu, con excepción de los Wiji Che, allí
será instituido gran Cacique del Pwel Mapu el Cacique Carripilón
de los Ragkülche.
El
reconocimiento del Pwelmapu y de los Ayjarewe Mapuches como parte integrante del
cuarto Fütal Mapu Mapuche fue reconocido expresamente por las autoridades
del reino de Chile en el Parlamento de Lonquilmo en 1784. Allí, fue
establecido que los indios Pwelche y pampas, desde Malalgue y fronteras de
Mendoza hasta el Mamüj Mapu, situados en las Pampas de Buenos Aires, forman
un cuerpo y parcialidad con Pwelche y Pewenches de Maule, Chillán y
Antuco y que es interés de la corona integrarlos al proceso de
negociación parlamentaria que tiene lugar en la vertiente occidental de
la Cordillera de Los Andes, es decir en el Gulu Mapu.
Este
territorio mapuche del Pwel Mapu, consolida su independencia territorial
teniendo como frontera al momento de la constitución del Estado
Nación Argentino en 1820 el río Salado en la provincia de Buenos
Aires y por el norte el río Diamante.
Finalmente,
el Mapunche Wajontu Mapu, a fines de la colonia española y la
constitución de los Estados nacionales de Chile y Argentina se
caracteriza por conservar territorios independientes y territorios sometidos,
siendo claras las delimitaciones geográficas de unos y otros. En el caso
de los territorios sometidos a la jurisdicción hispana, se encontraban
todos en el Gulu Mapu y correspondían a las zonas comprendidas entre el
río Limarí y el río Bío Bío y entre Valdivia
y Chiloé. Los territorios mapuches independientes correspondían a
una sola unidad territorial formada por el Gulu Mapu y el Pwel Mapu, unidas por
el Pire Mapu, que abarcaba por el Norte el río Bío Bío, la
Cordillera de Los Andes, el río Diamante, por el Este el río
Salado, por el Sur el río Limay o Río Negro, la Cordillera de Los
Andes y una línea que unía Panguipulli hasta Mehuin –
Queule, y, por el Oeste, el
Océano
Pacífico.
PARTE
II
Idem: 61
Idem: 108 y 109
Ver Guillermo Krumm S., "División Territorial de la Araucanía"
RChHG Nº 140, Santiago 1972, págs. 68-71.
.
Daniel Quiroz L. y Juan C. Olivares T. "Permanencia de una Pauta Adaptativa en
San Juan de la Costa". Boletín. Museo Mapuche (Cañete) Nº 3.
1987. pág. 18. Estos autores plantean que la primera noticia del
territorio Cunco, correspondería al "Expediente de Servicios de Juan de
Arostegui" del año 1602 (Colección Documentos Inéditos Para
la Historia de Chile. Tomo XXV 423-491. Santiago 1901 en que hace una referencia
al área de Cunco con el nombre de "un repartimiento, un río, un
paraje y un valle" que extendía su influencia sobre toda la Cordillera
del mar.
.
Víctor Sánchez Aguilera. "El Pasado de Osorno, La gran ciudad del
Porvenir". Imprenta Cervantes. Osorno 1948. (Cit. J. Vergara:
1991).
.
Antonio Vásquez de Espinoza. "Descripción del Reino de Chile".
Ediciones Instituto Blas Cañas. Santiago 1986. (Cit. J. Vergara
1991).
.
A los Wijiches que acompañaron a los españoles en su huida de
Osorno se les asignó para vivir las Islas de Calbuco y Abtao, quedando al
margen del sistema de encomienda, otorgándoseles un pago de trescientos
pesos, a cambio de servir como centinelas y apoyo militar de la parte norte de
Chiloé contra las sublevaciones de los Cuncos. (Véase: Molina O.
Raúl) "Mapas de Chile Colonial". Santiago. 1993.
."Las
campañas que los españoles de Chiloé emprendían en
el siglo XVII, contra los indios Juncos y Poyas -Malocas, campeadas,
corredurías, trasnochadas y reencuentros- tenían como objetivo
castigar a los rebeldes, talar sus sementeras y tomar prisioneros. El escenario
más frecuentado era el espacio comprendido entre los fuertes chilotes de
tierra firme y las comarcas de la destruída ciudad de Osorno,
extendiéndose en ocasiones hasta el lago Puyehue y el río Bueno.
Por el noreste se maloqueaba hasta NahuelWapi [poyas]”. Rodolfo Urbina B.
"Chiloé y La Ocupación de los Llanos de Osorno durante el siglo
XVIII". B.A.CH.H. Nº 98. Santiago
1987.
.
"...la esclavitud del indígena cogido en guerra se decretó en 1608
y duró hasta 1683, es decir prácticamente todo el siglo XVII. Sin
embargo, para Chiloé la esclavitud del indígena se derogó
en 1620, una ordenanza estableció que todos los indios cogidos en guerra
de malocas de Chiloé quedan libres". Ver Raúl Molina O. "El Pueblo
Wijiche de Chiloé". Opdech. Chonchi, 1987.
.
Idem cita 1.
.
Id. cit.
15
.
Carta de Miguel Pérez Cabrero a Hurtado. Valdivia 26 de Diciembre de
1787. AGI. Chile. 218 (Cit. R. Urbina: 1987).
.
Gabriel Guarda OSB. "La Economía de Chile Austral. Antes de la
Colonización Alemana". 1645-1850. Univ. Austral de Chile - Valdivia
1973.
.
Id. cit.
21
.
Id. cit.
21
.
Jorge Vergara: "La Matanza de Forrahue y la ocupación de las tierras
Wijiches". Tesis de Licenciatura en Antropología. Universidad
Austral-Valdivia 1991.
.
Id. cit. 15.
.
"Parecer de Amat sobre los proyectos de sujeción de los Indios de los
llanos". S/f. AGI Chile, 344 (Op. cit. Urbina R.
1987).
. Id. cit. 15.
.
José Toribio Medina. "Biblioteca hispano-chilena": 1523-1817 Tomo II. pp.
589. (Op. cit. Urbina; 1987).
.
Id. cit. 10.
La importancia de estos sucesos radica en que a partir de este momento -y hasta
1787- los cunco-Wijiche establecerán como frontera bélica el
río Bueno, sin permitir la penetración de los hispanos, en su
forma misional, militar o económica. En cambio, la parte norte del
río Bueno será sujeto de un proceso de asentamiento hispano, con
el beneplácito de los Wijiches de la zona.
.
Id. cit. 25.
.
Id. cit. 15.
.
Id. cit. 15.
.
Id. cit. 15.
.
Id. cit.
15.
.
Informe de Pusterla sobre visita de los indios a Valdivia. Valdivia 24 de
Febrero de 1789. AGI Chile 212 (op. cit. Urbina. 1987).
.
Las haciendas y potreros españoles firmados en esta área
serían: Huellelhue, San Javier, Calle Calle o Arique, Pishuinco y
Pupunalhue. En el sector de Mulpán y Tomén a lo largo del
río Quinchilca, continuaban los de Folilco, Huidif, Penco, Quilgueto,
Guillinco, Dollinco y Huiti, con sus proyecciones en la reducción
Fritonhue, en los sectores comprendidos entre el Volcán Choshuenco y
Futrono con una extensión de 40.000 mil hectáreas (op. cit.
Gabriel Guarda;
1973).
."Los
llamados Llanos de Valdivia, que se extendían al norte y sur del
río Bueno, entre los ríos Huequecura y Pilmaiquen, las
estribaciones orientales de la Cordillera de la Costa y la margen poniente de
los lagos Ranco y Puyehue [...] [se distinguían] de las otras
fertilísimas tierras de más al sur, pertenecientes entonces a la
activa ciudad de Osorno” (Id. cit. 21)
.
Id. cit. 21.
Venta del Calfunguir y otros a Ventura Carvallo
"Señor
Gobernador. Dn. Ventura Carvallo Capitán de Infantería de este
Batallón ante Ud. en la mejor forma dice: Que teniendo tratadas unas
tierras en el paraje nombrado Dallipulli, al Cacique Calfunguir, y los Indios
Geyevil, Parronquiles, Comiluma; solicita a Ud. el permiso necesario para
verificar la compra de lo Ud. pida y suplico se sirva concederme lo que llevo
insinuando, mandando se me dé posesión por quien Ud hallare por
más conveniente. A Ud. Valdivia quince mil setecientos noventa y uno=
Ventura Carvallo".
"Valdivia
y Mayo cinco de mil setecientos noventa y uno, por presentado se comete al
teniente de Comisario Bernardo Montecino quien justificando ser legítima
la venta de convencimiento del Cacique y voluntad de los indios que se expresan
ser dueños de la tierra, dará la posesión a esta parte sin
perjuicios de vecinos expresando en el documento que forme su valor lindero y
demás circunstancias que hayan legítimas la venta para lo que se
le da Comisión en virtud de este decreto= Mariano Pusterla=Manuel Ayeando
Oscura escribano fiel de folios".
.
"Informe sobre alzamientos de los Indios en Río Bueno y razón de
las misiones apostólicas". (1792) Fco. Javier Alday. Archivo Franciscano
de Chillán. Doc. Vol. VII (Op. cit. J. Vergara: 1991).
.
Informe de Avilés sobre el estado de Osorno. Valdivia, 21 Marzo 1797.
AGI. Chile 316. (Op. cit. Urbina, 1987).
.
Albert Noogler. "Cuatrocientos años de misión entre los
Araucanos". Padre Las Casas Ed. San Francisco Tamero.
1980.
.
Roberto Lagos. "Historia de las Misiones del Colegio de Chillán".
Barcelona 1908; (op. cit. Guarda 1973).
.
Id. cit. 41
.
Id. cit.
15.
.
Fr. Benito Delgado al P. Comisario Gral. de Indios Manuel María Trujillo.
Chillán, 30 Noviembre 1792. AGI Lima 1498. (op. cit. Urbina;
1987).
.
Diego Barros Arana "Historia General de Chile", Tomo VII. Santiago
1886.
.
Anónimo "Informe sobre actividades administrativas en el territorio de
Osorno". 2 de Enero de 1793; Archivo Franciscano de Chillán. Volumen VIII
(op. cit. Vergara
991).
.
Id. cit. 42
.
Op. cit. Donoso R. y Velasco, F. "La Propiedad Austral". ICIRA. Santiago
1970.
Estuvieron presentes los caciques de Rahue fueron Catrihuala, Iñil y
Canihu, junto a los guilmenes o cabezas de sus parcialidades; Calfunguir,
Cacique de Dagllipulli, y Ancaguir de Cudico [ambos al norte de Río
Bueno]; Colin, Cacique de Quilacahuin; Naquinquir y Pichi-Huaquipan,
Comisionados de Pailapán, cacique de Los Juncos [la Costa],
acompañados de sus principales y comunidades. Por los españoles
asistieron Julián, Primer Comandante del nuevo destacamento de Osorno;
Fray Francisco Javier de Alday, misionero de Dagllipulli; Fray Manuel Ortiz,
misionero de Río Bueno; Francisco Aburto, Comisario de Naciones; Lucas de
Molina de Bermundo, Gobernador interino de Valdivia; y tropa, oficiales de
amigos y
lenguaraces.
.
Con respecto a las tierras de Osorno y La Costa el Tratado de Paz
estableció:"Que tomasen los españoles todas las tierras que hay
entre los dos ríos, de Las Canoas [Rahue)] y Las Damas, desde las juntas
de éstos en cuya inmediación están las ruinas de Osorno,
hasta la Cordillera, para lo cual cedían desde ahora para siempre a favor
del Rey nuestro señor cualesquiera acción o derecho que ellos o
sus sucesores podían tener a dichos terrenos sin que para esto sea
necesario otro documento". Tratado de Las Canoas (Rahue): 8 de Septiembre de
1793. Facsímil Archivo Nacional.
.
Las misiones que se establecen luego del tratado de paz son los siguientes: San
Cipriano de Cuyunco, en tierras del Cacique Cuñiu, en Cuinco al norte de
Osorno, el 23 de Octubre de 1794; Quilacahuin, en tierras del cacique
Colín, el 22 de Octubre del mismo año; San Juan de La Costa,
Antigua Conversión de Los Juncos en tierras del cacique Maipag el 24 de
Mayo de 1805; Pilmayquen, iniciada como conversión de Tramalhue al norte
de San Pablo, en tierras del Cacique Pangui-Namun el 28 de Mayo de 1805; y
Rahue, al poniente de Osorno en tierras de Antonio Lefigual y el cacique Juan
CumianRodrigo Rodríguez. "Visión General sobre Las Misiones en
Chile, Las Visiones en la Provincia de Osorno" en Actas I. Seminario Taller de
Historia Regional. Osorno, Octubre de 1991.
.
Carta del Duque de Alcudia al Gobernador de Valdivia, 7 de Diciembre de 1793.
(op. cit. Donoso y Velasco; 1970).
.
Real Orden para el repoblamiento de Osorno dictada por Ambrosio O'Higgins. AGI.
Vol. 783. pág.
438.
.
Carta del Gobernador de Concepción, Ambrosio O'Higgins al Gobernador de
Valdivia. 3 de Diciembre de 1794. AGI. Vol. 783. pág.
453-454.