Portada Anterior Siguiente Índice | Procesos territoriales en el mapunche wajontu mapu: prehistoria y resistencia anticolonial (siglo XVI – XVIII)

Procesos territoriales en el mapunche wajontu mapu: prehistoria y resistencia anticolonial (siglo XVI – XVIII)


1. Categorías Territoriales Mapuches

En el presente documento han sido adoptadas las categorías territoriales expuestas en el documento titulado “Las identidades Territoriales. Bases y Fundamentos desde una perspectiva del conocimiento Mapunche”[1] y que se fundan en la convicción expresada por sus autores de utilizar conceptos provenientes del Mapunche Kimün, que ha estado ausente de la bibliografía occidental en la materia.

Las categorías utilizadas corresponden a las siguientes:

Mapu, se define como tierras y se utiliza para definir los diferentes espacios en el mundo Mapuche. A partir de este concepto se construyen otras categorías territoriales como Lof Mapu, Bafkeh Mapu o Fütal Mapu. Al mismo tiempo, el Mapu no solo refiere a lo tangible, a lo material, sino que tiene una dimensión espacial que permite situar todas las dimensiones de la vida en el universo, en este sentido esta usada la expresión Mapu en la expresión Mapuche Wenu Mapu.

Mapunche Wajontu Mapu, denota la pertenencia del che al Universo y se usa para describir el territorio ocupado por la gente de la tierra, el mapuche.
Mapu, alude a espacios

Fütal Mapu o Füta El Mapu, corresponde a las identidades territoriales, integradas por conglomerados menores como son loa ayjarewe, los que a su vez están consituídos por otras parcialidades como son los rewe, conformados por unidades básicas fundamentales más pequeñas que se denominan Lof

A partir del Füta El Mapu, se hace referencia a la idea de territorialidad que posee el Pueblo Mapuche como tal y que tiene como concepto rector a la noción de Mapunche Wajontu Mapu. El que a su vez esta macro categoría territorial está compuesto por dos grandes identidades territoriales: Gulu Mapu y Pwel Mapu, identidades separadas por el Pire Mapu, que corresponde al cordón montañoso de la Cordillera de Los Andes.

El Gulu Mapu, en la concepción del Mapunche Kimün, se extiende entre el Pire Mapu y el Füta Bafkeh o mar Pacífico; y el Pwel Mapu, tierras ubicadas al oriente del Pire Mapu.

2. Prehistoria Indígena: asentamientos y territorios en la zona central y centro-sur de chile

Para comprender cómo se constituye el territorio cultural que posteriormente conformará el Mapunche Wajon Mapu, se realiza un estudio y síntesis comprensiva de sus antecedentes prehispánicos en las zonas Central y Centro-Sur de Chile, en términos de cómo las sucesivas poblaciones habitaron y domesticaron este extenso territorio. Siguiendo un orden cronológico, que se inicia hace más de 10 mil años antes del presente y termina con la llegada de los conquistadores Inka, se exponen y discuten los principales acontecimientos histórico-culturales que conforman la prehistoria indígena, desde los cazadores de megafauna de fines de la Era Glacial, hasta la constitución de las comunidades sedentarias y agromarítimas distribuidas en la precordillera, valle longitudinal y litoral costero de todo este territorio. La arqueología indica que las diversas poblaciones que aquí habitaron se desarrollaron a través de procesos culturales semejantes, aunque a lo largo de su prehistoria conformaron al menos dos entidades étnico-sociales diferentes que la arqueología denomina Complejo Cultural Aconcagua y Cultura El Vergel. Cada una de ellas se expresan claramente al momento del contacto europeo en la zona central y centro-sur de Chile, equivalentes a territorios culturales, por su unicidad. Se establece también la existencia de una tercera identidad, todavía poco conocida, asentada en la frontera entre ambas zonas.

Los deslindes territoriales del Mapunche Wajontu Mapu, al contacto con los españoles, en la mitad del siglo XVI se extendía en el Gulu Mapu, desde el río Limarí, por el Norte, hasta la Isla Grande de Chiloé, por el Sur, el mar Pacífico y la Isla Mocha, por el Oeste, y la Cordillera Los Andes, por el Este.

En el Pikun Mapu, al norte del Bío Bío, la presencia mapuche se extendía hasta el río Limarí, pero desde el río Maipo el territorio comenzaba a ser compartido con comunidades del Pueblo Diaguita. Sin embargo, la mayor densidad de población mapuche se verificaba hasta la Cuenca del río Aconcagua. En la época, también se encontraban algunos asentamientos de población Mitimae traída por el Inca y asentadas en las cuencas del río Aconcagua y Mapocho. Por el Oeste, la presencia mapuche se extendía por toda la Costa y ocupaba los valles costeros. Por el Este, estos asentamientos se emplazaban en el Valle Central ocupando territorio de la pre-cordillera. Los mapuches del Pikun Mapu eran denominados de distintas formas: Indios Chile, Mapochoes, Pikones, Promaukaes o de acuerdo al nombre del Cacique o lugar donde vivían, apareciendo en las crónicas o documentos de la época colonial como Tagua Tagua, Cachapoales, Cauquenes y Maulinos, entre otras denominaciones derivadas del Logko principal o de su localización geográfica.

Al Sur del Bío Bío los Fütal Mapu, se extendían hasta la Füta Wapi Chilhue o Isla Grande de Chiloé. Identificándose las siguientes identidades territoriales:

En el Gulu Mapu: Bafkeh Che o Lafkenche (gente de la Costa, sector poniente de la cordillera de Nahuelbuta), Naüq Che o Naüqche (abajinos, vertiente oriental de la cordillera de Nahuelbuta), Wente Che (arribanos, pre - cordillera de Los Andes). Estas identidades del Gulumapu se les denominó por los cronista y otros Pueblos contemporáneo como: Moluches, Aucaes, Araucanos y Voroganos.

En el Pire Mapu: Pehue Che o Pewenche, Wiji Che o Wijiche e Ina Pire Che. A su turno, a los Wijiche o Veliches dependiendo de su ubicación geográfica los cronistas les denominaron como: Cuncos (La Unión), Chauracahuines o Juncos (Osorno) y Payos (Costa de Queilen a Quellón )

En la vertiente oriental de la Cordillera de Los Andes se emplazaba el Pwel Mapu, el que estaba conformado por las siguientes identidades territoriales: Ragkül Che o Ranquelches, Mamuj Che, Chazi Che y Pwel Wiji Che o Wijiches Serranos. Los cronistas usaron la denominación Pampas, Aucaes o Indios de Chile para denominar a los Ranquelches y Manzaneros para identificar a los Wijiches serranos.

4. La resistencia y caída del Pikun Mapu: 1470 – 1557

La resistencia Mapuche a los primeros proceso de ocupación de su territorio se divide en dos períodos: El primero, caracterizado por la oposición a la colonización Incaica, la que en inicialmente ocupó hasta el río Maule. Los mapuches fueron denominados por el Inca como Promaukaes (Guerreros Monteses), la resistencia mapuche hizo retroceder al Inca hasta la Angostura de Paine y el río Maipo. Esta ocupación Incaica se mantuvo al Norte del Río Maipo hasta la llegada de las huestes españolas. El segundo período, corresponde a la resistencia a la invasión hispana, iniciada por Diego de Almagro y continuada por Pedro de Valdivia, que ingresa por el camino del Inca al Mapunche Wajontu Mapu en el año 1540, internándose en el Valle del río Mapocho y fundando un Fuerte en el cerro Huelen. Esta incursión hispana fue resistida en el Pinkun Mapu entre los años 1541 a 1557, lo que significó la destrucción de las villas de La Serena, Santiago y Concepción, y culminó con la derrota y muerte de Lautaro, en Peteroa, a orillas del río Mataquito, frustrando el avance estratégico de recuperación territorial propiciado por el Toki, quedando el Pikun Mapu definitivamente sometido al dominio de la Corona española.

5. Rebelión Mapuche en la Araucanía: 1550 – 1604

Pedro de Valdivia, una vez asentada la ocupación en el Pikun Mapu y fortificado Santiago, se aventura hacia el Sur en el año 1549, enfrentándose con las fuerzas mapuches en el paraje de Andalién, en el mes de Febrero de 1550, encuentro en el cual triunfan las huestes españolas. Posteriormente, es fundada la ciudad de Concepción, y en el año 1552 Valdivia se interna al sur del Bío Bío, para fundar la ciudad de Imperial, Valdivia, Villarrica, Angol y levantar los fuertes de Arauco, Tucapel y Purén, ocupando militarmente el territorio. Mientras los españoles fundaban ciudades al interior del territorio Mapuche, la gente de la tierra preparaba la rebelión ante el invasor.

En 1553 los guerreros mapuches dan muerte a Pedro de Valdivia, en el combate de Tucapel, encuentro bélico al que le sigue la destrucción de todas las villas levantadas por los españoles.

Tras el triunfo mapuche y la retirada de los españoles, Lautaro decide emprender la liberación del Pikun Mapu y acompañado de 700 guerreros se dirige al Norte, siendo sorprendido por el enemigo mientras dormía a orillas del río Mataquito, muriendo en ese hecho, en Abril de 1557.

A la muerte de Lautaro le suceden el vejamen y muerte de los héroes mapuches Galvarino y Caupolicán. Los enfrentamientos entre mapuches y españoles en este período culminan con la victoria mapuche en Curalaba, a orillas del río Lumaco, el 23 de Diciembre de 1598. En este suceso, liderado por Pelentaru, se consolida la frontera Mapuche al sur del Bío Bío.

6. Reducción territorial y constitución de la fronteras.

La reducción territorial en el Pikun Mapu se produce con la llegada de los españoles en 1540, los que imponen el dominio y su jurisdicción. La legitimidad de la conquista se sustentó en la Bula Intercaetera de 1493, que permitió el reparto de las tierras indígenas en mercedes para el español y la radicación en Pueblos de Indios para el Mapuche. La población indígena quedó sometida al sistema de encomiendas y, a pesar de la resistencia hasta mediados del siglo XVI, sus tierras prontamente fueron enajenadas quedando reducidos los asentamientos mapuches a una escasa proporción de lo que originalmente tenían.

A fines del siglo XVI las tierras mapuches del Pikun Mapu se encontraban reguladas por el sistema legal de dominación hispano, y a partir de los inicios del siglo XVII las tierras de los llamados Pueblos de Indios son mensuradas, en un primer momento por Ginés de Lillo, entre 1603 y 1605, para la zona de Aconcagua al río Maipo, y para las demás áreas se realizaron las mensuras por las autoridades locales en base a las ordenanzas de Ginés de Lillo y la tasa de Esquilache. A consecuencia de lo anterior, se constituyeron Pueblos de Indios entre los ríos Limarí y Bío Bío, cuya población fue constantemente desarraigada de sus lugares de orígenes por el sistema de encomienda, sin que con ello se extinguiera la propiedad indígena en el área.

En el territorio al Sur del Bío Bío el Pueblo Mapuche goza de autonomía territorial y política, la que se había logrado en los hechos, luego de la victoria de Curalaba y consolidada en el derecho a través del Parlamento de Quillin en 1641 y de Yumbel en 1692.

En el territorio de los Cuncos, el Wiji Mapu, a partir del año 1608, en que se declara la esclavitud del indígena, la gente de la tierra será sometida a lo largo de todo el siglo XVII a una guerra esclavista, impulsada por los españoles desde Calbuco y Carelmapu, lugares desde los cuales se hacían las incursiones hacia Osorno, provocando el despoblamiento de todo el territorio comprendido entre los ríos Maullín y Maipué, en las cercanías de Purranque. Esta situación, a su vez, produce una expansión territorial Wijiche hacia las Pampas orientales, en el Pwel Mapu, generando una avanzada Wijiche sobre el Territorio Pewenche.

7. Subsistencia de los Pueblos de Indios en el Pikun Mapu; Autonomía territorial y Parlamentos en la Araucanía: S. XVIII

Durante el siglo XVIII los pueblos de indios en el Pikun Mapu se encuentran sometidos -algunos de ellos- a un proceso de pérdida y enajenación de sus tierras y la desaparición de sus asentamientos, proceso que se da con especial fuerza en el valle de Santiago. En otras zonas los pueblos de indios ven reducida su población debido al traslado forzado a las encomiendas, lo que genera ocupación de parte de sus tierras por españoles y mestizo. A fines del siglo XVIII se declara el término de la encomienda y la obligación de restituir la mano de obra indígena a su pueblos originales, cuando esto no es posible los hacendados generan radicaciones de indígenas en las propias haciendas. Los pueblos de indios quedan sometidos al pago de tributo a la corona, obligándolos, en contra de las propias disposiciones españolas, a arrendar parte de sus tierras, lo que provoca la instalación dentro de las tierras indígenas de mestizos, españoles y otras castas.

Durante este siglo los mapuches reivindican sus tierras ante las autoridades españolas, solicitando se les devuelvan aquellas que se encuentran en manos de españoles. Esto genera un proceso de resistencia cuya principal característica es impedir, a veces sin éxito, que se efectúen mas reducciones y enajenaciones de sus tierras. Es importante resaltar que la calidad de tierras indígenas de los pueblos de indios se mantiene más allá del término de la colonia.

En el territorio mapuche, al sur del Bío Bío, se comienza a desarrollar un importante comercio fronterizo el que redunda en constantes abusos cometidos por los capitanes de amigos contra los indígenas, obligándolos a trabajar en las fortificaciones y haciéndolos objeto de múltiples engaños comerciales. Todo ello, conduce a la rebelión de Quechereguas y concluye con el abandono de los establecimientos españoles ubicados al Sur del Bío Bío.

A partir del año 1764, se comienza a desarrollar una nueva política española que es la construcción de ciudades y villas en la Araucanía, iniciativa frustrada por el malón de Curiñanco, en 1766.

Este período concluye con el Parlamento de Tapihue en 1774, donde se reconoce la soberanía de la corona española, la jurisdicción mapuche al sur del Bio Bio, se regula la relación corona – pueblo mapuche a través de los caciques embajadores, se mantiene la libertad del territorio, se declara al indígena como vasallo de un mismo rey y se establecen restricciones a las migraciones de población de un lado a otro del territorio.

En el Wiji Mapu, durante el siglo XVII operan dos frentes de ocupación territorial hispana, uno de Valdivia y otro de Chiloé. En el sector de Valdivia, la expansión comienza a partir del 1700 con las incursiones de misioneros, instalación de fuertes militares y la constitución de la propiedad rural española, a orillas del río Bueno, en 1750. Desde la Isla Grande de Chiloé, los sucesivos intentos por abrir el camino que los uniría por tierra con la ciudad de Valdivia genera una estrategia basada en incursiones militares y múltiples intentos de reconocimiento para la ocupación del territorio.

En 1792, tras la rebelión de Río Bueno y la derrota Wijiche, se iniciará la ocupación del territorio logrando el Español redescubrir y refundar la ciudad de Osorno, propiciando para ello la realización del parlamento de Quilicahuín y el Tratado de las Canoas de 1793, por el cual los mapuches ceden las tierras para el reasentamiento español, permiten la instalación de misiones y se someten a las leyes españolas.

Durante los años posteriores los Llanos de la Unión y Chauracahuín se transforman en propiedad agrícola española, la que dividirá el territorio Wijiche entre el Pilmaiquen y el Rahue.

8.- Ocupación del Pwel Mapu o Puel Mapu: siglos XVII y XVIII

Concluida la guerra de Arauco, comienza a constituirse una espacio fronterizo que se consolida entre los años 1650 y 1800 y que se extiende por la vertiente oriental de la Cordillera de Los Andes hasta la pampa trasandina, entre los ríos Limay por el Sur, hasta el río IV por el Norte.

Este territorio es objeto de ocupación territorial por el pueblo mapuche durante este período, produciéndose un proceso de asentamiento de Fütalmapus mapuches en la pampa y al mismo tiempo un proceso de asimilación y homogenización cultural de otros pueblos existentes en este territorio, todos los cuales adoptaron la lengua y modos de vida mapuche.

El proceso de ocupación se consolida en el siglo XVIII a través de las incursiones maloqueras de grupos pertenecientes al pueblo mapuche, cuyos objetivos en los distintos períodos históricos fue generar alianzas estratégicas para apoyar la guerra librada en Arauco con los Españoles, tanto las llamada guerra de Arauco como los levantamientos posteriores, y promover el comercio fundamentalmente de ganado a través del cual los mapuches surtían los centros de distribución del Valle Central de Chile que proveían los nuevos polos comerciales como por ejemplo Potosí.

Durante este período se produjeron importantes procesos migratorios mapuches siendo el más relevante el de los Ragkülche cuyos Ayjarewes se instalaron en las riberas del río chadileuvú y el sector del Salinas Grandes.

A través del Parlamento de Lonquilmo en 1784 la autoridades coloniales del Reino de Chile reconocieron expresamente la existencia del Pwel Mapu, haciendo expresa mención a que integran el cuarto Fütalmapu Mapuche los Pwelche e Indios Pampas, desde Malalhue y fronteras de Mendoza hasta el Mamüj Mapu, situados en las Pampas de Buenos Aires, los que conforman un cuerpo y parcialidad con Pwelche y Pewenches de Maule, Chillán y Antuco e intentan incorporar a estas parcialidades al proceso de negociación parlamentaria que se desarolla en el Gulu Mapu.

Es característico del Pwel Mapu durante el S. XVIII, 1711 a 1785, las malocas protagonizadas fundamentalmente por los Ayjarewe y Conas Mapuches. Estas incursiones bélicas se efectuaban mediante importantes alianzas interétnicas entre los distintos pueblos que habitaban las pampas orientales y significaron un duro golpe para la estabilidad del Virreinato del Río de la Plata y, fundamentalmente, de los hacendados españoles, lo que obligó a los españoles a buscar una forma de establecer la paz en el Pwel Mapu, lo que se logra con el acuerdo de paz al que convoca el Maestre de Campo Amigorena, el 30 de Junio de 1799 en el Fuerte de San Carlos, donde Amigorena reconoce como cacique principal al Logko Carripilon, autoridad máxima de los Ranquelches, quién se alía a los españoles en común acuerdo con los Pewenches. Fuera del acuerdo siguen los Wijiches, quienes son declarados enemigos.

9. Situación del territorio y las tierras mapuches en los albores de las Repúblicas de Chile y Argentina

El territorio mapuche en los albores de la constitución de las Repúblicas de Chile y Argentina tenía por deslindes que demarcaban su espacio de independencia, en el Gulu Mapu, el río Bío Bío y Laja, por el norte. Por el Este, el mar pacífico, desde el Bío Bío hasta aproximadamente San José de la Mariquina, sobre el río del mismo nombre. Por el sur, una línea que subía por San José de la Mariquina hasta Panguipulli – Riñihue, atravesando la cordillera y siguiendo en el Pwel Mapu por el río Limay, deslindando al Este con el Río Salado y al Norte con el Río Diamante.

En las zonas adyacentes a este territorio independiente se podían distinguir las siguientes realidades. Al norte del Bío Bío y hasta el Limarí, subsistían buena parte de los pueblos de indios y de los nuevos asentamiento de comunidades mapuches dentro de algunas haciendas.

Estos pueblos de Indios, con la instauración de la primera Junta de Gobierno intentaron ser reducidos a unas pocas unidades y en ellas someterlos a un proceso definitorio de asimilación cultural y económica, cuyo proyecto no fue posible efectuar debido a la reinstauración del gobierno español entre los años 1814 y 1817, que volvió a establecer la política de protección de tierras de los siglos anteriores.

Solo a partir de 1823, el gobierno de Chile legisló sobre las tierras de pueblos de indios, e insistió sobre su mensura y remate con la ley en 1830, con lo que se consolidó la usurpación de parte de las tierras indígenas del Pikun Mapu, subsistiendo los Pueblos de Indios y la calidad de tierras indígenas de los mismos.

El territorio mapuche mantenía espacialmente los deslindes logrados a principios de la Colonia, luego reconocido a través de múltiples parlamentos, que se extendía entre el río Bio Bio por el norte y el Toltén, por el sur, y que fue refrendado nuevamente en 1803, en el Parlamento de Negrete.

I. Prehistoria indigena en el territorio mapuche


1. Prehistoria en chile central[2]
Desde sus albores hasta la conquista del Tawantinsuyu[3]

Para los propósitos de esta síntesis prehistórica, se considerarán las variables medioambientales y ecogeográficas de esta región en términos de los recursos de subsistencia que ofrecen, ya que son esenciales para comprender la naturaleza del poblamiento indígena y los tipos de asentamientos desarrollados a través del tiempo.

Desde la perspectiva ecogeográfica, el territorio considerado como Chile Central se extiende desde el río Choapa por el norte, hasta el río Maule, por el sur, incluyéndose en esta región, las cuencas de los ríos Aconcagua, Mapocho, Maipo, Cachapoal y Mataquito.

Si bien es cierto que desde hace 10 mil años atrás (fines del período glacial e inicios del Holoceno Temprano), las grandes unidades geomorfológicas de la zona central no han cambiado sustancialmente, si lo ha hecho el paisaje -asociado a cambios en el clima con períodos más húmedos o de mayor aridez-, la vegetación y la topografía, configurándose hace más de tres mil años las condiciones actuales. Por ejemplo, las intensas ocupaciones de cazadores-recolectores en el norte de la cuenca del Mapocho (área Batuco, Lampa y Chacabuco) no pueden comprenderse sin considerar las antiguas formaciones boscosas existentes, que ofrecían potenciales recursos vegetacionales y cotos de caza privilegiados, hoy prácticamente extinguidas por la desecación y su histórica sobreexplotación. O, la ocupación del litoral costero por parte de poblaciones pescadoras en lugares que hoy en día son terrazas muertas y alejadas de la costa por las fluctuaciones del nivel del mar producidas por las glaciaciones. Por último, la extinción de la megafauna en el Holoceno Tempran,o que implicó grandes cambios en el modo de vida de las primigenias poblaciones cazadoras, de sus lugares de asentamiento y sus tecnologías.

De acuerdo a ello y para estudiar y comprender la prehistoria de Chile Central, los arqueólogos han establecido en la actualidad tres unidades morfológico-ambientales en función de los recursos de subsistencia y las posibilidades complementarias que ofrecen a la población y al asentamiento humano (sensu Fallabella y Stehberg 1986). Estos son:

  1. La cordillera y precordillera
Se encuentra muy próxima al valle central y conectada a través de las quebradas que bajan y nutren las principales cuencas hídricas de Chile Central. Esta ofrece una variedad de pisos ecológicos distribuidos en tramos cortos, con diversidad de recursos vegetacionales y faunísticos, pastizales y vegas, recursos líticos y minero-metalúrgicos, y zonas aptas para la horticultura, permitiendo el asentamiento humano el año corrido a través del traslado por las distintas ecozonas. Aunque los Andes son elevados en este sector, presenta varios pasos trasandinos que han permitido el movimiento y contacto constante de las poblaciones hacia un lado y otro de la cordillera durante toda la prehistoria. La cordillera de la costa, por su parte, con menores elevaciones y bastante disminuida hacia el sur de Chile Central, presenta valles intermontanos ricos en recursos vegetacionales silvestres de recolección y un buen potencial agrícola.

  1. El Valle central
Este incluye el valle longitudinal o depresión intermedia que se extiende al sur del cordón de Chacabuco, y el área de las principales cuencas hidrográficas tales como Aconcagua, Maipo y Cachapoal, todas las cuales, con sus extensas planicies, valles y rinconadas, son potenciales zonas para la agricultura. Hasta antes que se incorporara la tecnología hidráulica, las primeras poblaciones agroalfareras de la región, ocuparon las rinconadas y riberas de ríos para aprovechar sus suelos fértiles y aguas durante los secos veranos que caracterizan la región. Más tarde, la utilización de estas tecnologías como el riego artificial, permite a la población aumentar sus espacios de asentamiento y actividad agrícola hasta ocupar gran parte del valle central. Las zonas de transición vegetacional, como las que se producen entre los bosques escleróficos de espinos y algarrobales (“chañarales”, al decir de los primeros cronistas que describen el valle), típicos del borde septentrional de la gran cuenca de Santiago y el llano que se le sucede, fueron en tiempos prehispánicos bastantes más densos que en la actualidad y por tanto, espacios privilegiados para un importante asentamiento humano, debido a la disponibilidad de una amplia gama de flora, fauna y recursos hídricos.

  1. El litoral costero
Comprende una franja litoral geomorfológica continua y bien diferenciada que se extiende desde aproximadamente Papudo por el norte hasta la desembocadura del río Maule, por el sur. Esta área incluye además de los recursos de subsistencia propios del litoral costero (mamíferos, peces y aves, crustáceos y mariscos), aquellos de los ámbitos lacustres cercanos y el de las desembocaduras de ríos y esteros (Aconcagua, Maipo y Maule); en estos últimos se utilizaron sus fértiles terrazas para actividades hortícolas y como recurrentes vías de circulación natural hacia los valles interiores de Chile Central. Estas zonas presentan múltiples y diversas ocupaciones humanas, desde los más tempranos y móviles grupos de cazadores-recolectores del período Arcaico hasta las más permanentes sociedades agroalfareras tardías, que explotaron de manera continua los variados recursos que ofrecía esta ecozona.

1.1. Los cazadores del Período Paleoindio:

[1] Quidel y Caniullan (2002)
[2] Artículo preparado por Carole Sinclaire Aguirre, Arqueóloga. Museo Chileno de Arte Precolombino, Santiago. (csinclaire@museoprecolombino.cl)
[3] Este Informe comprende una síntesis del conocimiento más actualizado y disponible acerca de la prehistoria de Chile , basada en diferentes ensayos, compendios y artículos originales específicos sobre el tema, cuyas autorías están referenciadas de manera general al final del escrito. El texto no contiene referencias bibliográficas específicas para facilitar su lectura.